Mateo 1:18-25 (El Anuncio a José): En este pasaje, se relata cómo José, el esposo de María, se entera de que ella está embarazada, pero él no es el padre del niño. José, inicialmente, considera divorciarse de María de manera discreta para evitar la vergüenza pública. Sin embargo, un ángel del Señor se le aparece en un sueño y le revela que el niño ha sido concebido por el Espíritu Santo y que debe llamarlo Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados. José obedece al mensaje del ángel y toma a María como su esposa, cumpliendo así la profecía del nacimiento virginal de Jesús.
Lucas 2:1-20 (El Nacimiento de Jesús y la Visita de los Pastores): En este pasaje, se relata cómo el emperador César Augusto emitió un decreto para que todos los habitantes del Imperio Romano se registraran en un censo. José y María, que eran de Nazaret, viajaron a Belén, la ciudad de David, para registrarse, ya que David era su antepasado. Mientras estaban en Belén, llegó el momento del nacimiento de Jesús. Como no había lugar en la posada, María y José lo colocaron en un pesebre.
En esa misma región, había pastores que estaban cuidando sus rebaños durante la noche. Un ángel del Señor apareció ante ellos y les anunció el nacimiento de Jesús como el Salvador, y les dio la señal de encontrar al niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. Luego, una multitud de ángeles alabó a Dios y dijo: «Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres».
Los pastores fueron rápidamente a Belén y encontraron a Jesús tal como les había sido anunciado. Luego, difundieron la noticia de lo que habían visto y oído.
Estos dos pasajes son esenciales en la narrativa de la Natividad, ya que proporcionan detalles sobre el nacimiento de Jesús, la respuesta de José y María a la voluntad de Dios, y la primera revelación del Salvador a los pastores, subrayando la humildad y la importancia espiritual del evento.