El libro de Proverbios no es un tratado teológico, pero sí contiene muchas referencias a Dios, y lo identifica como Jehová. El capítulo tres tiene mucho que decir acerca de nuestras relaciones con Dios y nuestro prójimo.
Amonestación al hijo en cuanto a la ley dada por su padre 3:1–4
La palabra ley se refiere a la Tora o ley de Dios. Muchas veces se refiere a la ley en sí misma, pero otras como aquí, tiene en mente la instrucción religiosa acerca de la ley que el padre impartía en el hogar. El hijo debía cuidarse de no olvidarla y guardarla en su corazón (3:1).
La palabra guardar no se refiere únicamente a retenerla, sino que lleva la idea de obedecerla o ponerla por obra. Esa ley recordada y guardada en el corazón ofrece dos beneficios atractivos: a) largura de días y años de vida y b) paz creciente (3:2).
El término que se traduce como paz en esta versión de la Biblia, es muy amplio. Incluye la idea de prosperidad, salud y armonía.
Si el hijo agrega a eso las virtudes de la misericordia y la verdad, las ata a su cuello y las escribe en la tabla de su corazón, disfrutará de “gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y los hombres” (3:3-4).
Amonestación al hijo a confiar en Jehová 3:5–6
La tendencia humana es buscar la solución de sus problemas sin tomar en cuenta a Dios. Muchas veces oramos o buscamos el rostro del Señor sólo después de que nuestros esfuerzos se ven frustrados. No debe ser así. La instrucción de Proverbios es clara:
“FÍATE DE JEHOVÁ DE TODO TU CORAZÓN, Y
NO TE APOYES EN TU PROPIA PRUDENCIA.
RECONÓCELO EN TODOS TUS CAMINOS,
Y ÉL ENDEREZARÁ TUS VEREDAS”
(3:5–6).
El que reconoce a Dios en todos sus caminos, encontrará no únicamente dirección para su vida, sino que también el Señor quitará los obstáculos para emparejar sus caminos.
Amonestación a temer a Jehová y no ser sabio en su propia opinión 3:7–8
Conviene al joven que ha adquirido un poco de sabiduría recordar que la fuente de la sabiduría es Dios mismo. De otra manera, corre el riesgo de enorgullecerse, creyendo que su sabiduría es innata. Siendo que el temor de Jehová es el principio de la sabiduría, la de él aumentará si sigue temiendo a Dios y apartándose del mal (3:7). Tal conducta será recompensada por el Señor. Además, será como medicina a su cuerpo y refrigerio para sus huesos. La salud en los huesos se menciona varias veces en Proverbios (3:8; 12:4, 15:30 y 17:22).
La buena conducta le hace a uno sentirse mejor, aun cuando padezca enfermedades. Por otra parte, la mala conducta carcome al individuo como un cáncer.
Amonestación a honrar a Jehová con sus bienes 3:9–10
Entre las muchas ofrendas que los israelitas debían presentar se incluían las primicias (Deuteronomio 26:1–3, 9–11). Salomón amonesta a su hijo a honrar a Jehová con sus bienes y le promete graneros y lagares llenos de la abundancia que Dios provee a los que le honran. El Nuevo Testamento contiene instrucciones parecidas (2 Corintios 9:6).
Estas promesas son bellas, y estimulan la fe de los hijos de Dios, pero no se puede reclamar prosperidad material por obedecer al Señor. El caso de Job comprueba esto. Era un hombre padoso y justo que perdió todo lo que tenía y recibió abundancia de bendición espiritual por su fidelidad a Dios en medio de las pruebas.
DEBEMOS OFRENDAR NO PARA RECIBIR,
SINO COMO ACCIÓN DE GRACIAS AL SEÑOR
POR SUS BENDICIONES.
Amonestación a no menospreciar el castigo de Jehová 3:11–12
Hay dos instrucciones acerca del castigo de Dios. El hijo no debía menospreciar ni fatigarse del castigo y corrección del Señor (3:11). Un buen padre no castiga por gusto ni para destruir a su hijo. Así es Dios para con nosotros y debemos recibir su disciplina con una buena actitud aun cuando no entendamos todas sus razones. Allí mismo se nos da el motivo. El castigo es evidencia del amor de Dios. Él castiga al que ama como hace el padre con el hijo a quien quiere (3:12). Hebreos 12:5–11 nos proporciona una enseñanza más amplia acerca del tema de la disciplina. Allí se nota que es una prueba de que uno es hijo de Dios; él castiga a quien ama, y el que queda sin castigo no es su hijo.
“PORQUE JEHOVÁ AL QUE AMA CASTIGA”
(3:12).
¡PENSEMOS! |
En cuanto a la ley, el hijo debía hacer dos cosas, ¿cuáles eran? ¿Cuáles eran los dos resultados positivos de acatar ese consejo? ¿Qué debía hacer el hijo en cuanto a la verdad y la misericordia? ¿Qué resultado se esperaba? ¿En quién debía confiar el hijo? ¿Qué bendición le vendría como resultado de reconocer a Jehová en todos sus caminos? ¿Cuál sería el resultado de temer a Jehová y apartarse del mal? ¿Cómo recompensa Dios a los que le honran con sus bienes? ¿Qué debe hacer el hijo frente al castigo de Dios? ¿A quiénes castiga el Señor? |
La sabiduría se compara con cosas de alta estima 3:13–15. (Vea también 2:5–22)
El v. 13 declara que es bienaventurado el hombre que halla la sabiduría y la inteligencia. Inmediatamente se hacen cuatro comparaciones entre la sabiduría y algunas cosas muy apreciadas:
- Su ganancia es mejor que la plata (3:14a).
- Sus frutos son de mayor valor que el oro fino (3:14b).
- Es más valiosa que las piedras preciosas (3:15a).
- Es más codiciable que cualquier otra cosa que uno pudiera desear (3:15b).
“Y TODO LO QUE PUEDES DESEAR, NO SE
PUEDE COMPARAR A ELLA”
(3:15b).
Otros valores de la sabiduría 3:16–18 y 8:32–36
- Largura de días (3:16a) Compárese con 3:2a
- Riquezas y honra (3:16b) Compárese con 3:4, 9 y 10.
- Sus caminos son deleitosos (3:17a).
- Sus veredas son paz (3:17b). Compárese con 3:2b.
- Es árbol de vida a los que la obtienen (3:18a). Esta es una referencia a la mejor calidad de vida de que disfrutan los que echan mano de la sabiduría.
- Trae bienaventuranzas a los que la retienen (3:18b).
En la creación, Dios hizo uso de la sabiduría, la inteligencia y la ciencia 3:19–20 y 8:22–31
Cuando Dios usó esas facultades, sólo estaba desplegando algunos de sus atributos. Él es autosuficiente y no tiene necesidades. Nosotros, los seres humanos, sí carecemos de esas cualidades y tenemos que buscarlas como se busca la plata y retenerlas para tener éxito en la vida. Con ellas podemos hacer proezas en el nombre de nuestro Dios.
Intervención divina a favor de los que persiguen la sabiduría 3:21–26
- Andarán por su camino confiadamente (3:23)
- Dormirán tranquilos (3:24).
- Vivirán sin temor (3:25).
“PORQUE JEHOVÁ SERÁ TU CONFIANZA, Y ÉL
PRESERVARÁ TU PIE DE QUEDAR PRESO”.
(3:26)
¡PENSEMOS! |
¿Cómo se compara la sabiduría con las riquezas? ¿Qué papel jugó la sabiduría en la fundación de la tierra? ¿Cómo interviene Dios a favor de los que procuran conseguir la sabiduría? |
Instrucciones en cuanto a las relaciones humanas 3:27–31
San Pablo dio un buen consejo en cuanto a las relaciones con los seres humanos en Romanos 12:18: “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres?”. ¿Quién sabe si había estado leyendo Proverbios? Salomón utilizó consejos muy parecidos varios siglos antes de Pablo.
- Sea generoso con los necesitados (3:27).
- No posponga la ayuda para mañana (3:28).
- No intente mal contra su prójimo (3:29).
- Evite los pleitos, especialmente los que no tienen causa (3:30).
- No envidie al injusto, ni siga sus caminos (3:31).
La actuación de Dios acerca de:
Los justos | Los injustos |
Tiene comunión íntima con ellos (3:32b)
Bendice su morada (3:33b) Da gracia a los humildes (3:34b) Los sabios heredarán la honra (3:35a) |
Abomina al perverso (3:32a)
Su maldición está en casa del impío (3:33a) Escarnece a los escarnecedores (3:34a) Los necios recibirán la ignominia (3:35b) |
¡PENSEMOS! |
¿Cómo puede un individuo llevar al terreno de la práctica el consejo de ayudar al necesitado? ¿Qué puede hacer una iglesia para hacer esto? Supongamos que un vecino busque pleito con usted, ¿como puede evitarlo? Lea el capítulo entero de nuevo, haga apuntes de las diferentes referencias a Dios. Medite sobre ellas y adore al Señor por su bondad a favor de los que buscan y retienen la sabiduría. |
Collins, A. (1997). Estudios Bı́blicos ELA: Cómo vivir sabiamente (Proverbios) (21). Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C.