Milagros Sobrenaturales en la Iglesia

Todos hemos oido hablar de iglesias en las cuales se hacen milagros, señales sobrenaturales, sanaciones milagrosas y otros tipos de manifestaciones.

Existen muchos cristianos que usan una extraña forma de razonar:
 

1)Se sabe que Dios obra milagros, así que razona que todos los milagros provienen de Dios.
2)Dios ha hablado a profetas; así que si alguien ha oído alguna extraña voz de “donde sea”, debe ser un profeta.

Esta es una lógica peligrosa. El hecho de que los milagros sean sobrenaturales no significa que todos provengan de Dios. Y el hecho de que los milagros se hagan en el nombre de Cristo no significa necesariamente que Cristo esté relacionado con ellos.

 

GENERACIÓN QUE PIDE SEÑALES 

Esta generación incansable está jugando más y más con lo sobrenatural y lo místico. Hay una explosión de interés en lo sobrenatural hoy día.

Los libros y el mundo cinematográfico reflejan el gran giro al tema de lo supernatural. “El bebé de Rosemary” es un superventa; “El Exorcista” y otros atrajeron masas marcando récords, y hay promesas de otras por venir. En televisión las brujas y los adivinos son ingredientes comunes de la “dieta” televisiva; por no hablar de los “sanadores” o “milagreros” que podemos ver.

Profetas proclamando tener un mensaje de parte de Dios están en las primeras líneas de los medios informativos que apuntan lo sensacional.

¿Qué significa todo eso? ¿Tiene algo que ver con todo ese fenómeno sobrenatural? Si lo ignoramos, ¿nos estamos perdiendo alguna bendición espiritual? ¿Cómo podemos saber si un milagro viene de Dios o es un mero fraude? ¿Nos ofrece la Biblia alguna ayuda al respecto?

LA BIBLIA NOS HABLA DE ELLO

Mateo 24:24
«Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos.»

Apocalipsis 13:13-14
«También hace grandes señales,  de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia…»

La conclusión que podemos sacar al respecto, después de leer estos textos, y la clave que queremos resaltar en este artículo es la siguiente:

  • Los milagros NO son una prueba segura de lo que es verdad. (Apocalipsis 16:14)
  • No podemos afirmar que una iglesia es verdadera o de Dios solamente mirando los milagros y señales que hace. (Deuteronomio 13:1-4)
  • No todo lo milagroso o sobrenatural proviene de Dios: Los milagros NO serán señal de la iglesia verdadera en los tiempos finales.(Apocalipsis 12:17

Una vez que comprendamos estos tres puntos, estamos a salvo de más de un engaño.

 

LA VERDADERA SEÑAL DE LA IGLESIA DE CRISTO

Es triste,pero hay que dejar este punto claro: En los tiempos finales, los milagros y las señales NO serán una evidencia de la iglesia verdadera de Dios.

Deuteronomio 13:1-4 Dice que si algún profeta viene con señales y milagros, y después nos dice «Vamos en pos de Dioses ajenos y sirvámosle» aquel profeta no es de Dios.

Y aquí está la clave de todo esto:

  • La Verdadera iglesia de Dios no es la que hace los milagros más espectaculares, sino la que sigue la palabra escrita de Dios.
  • La Iglesia de Dios nunca usará milagros y señales para contradecir lo que Dios nos ha dejado escrito en la Biblia.
  • La Iglesia de Dios no tendrá como base los milagros en los tiempos finales, sino solamente la verdad: Aquellos que guardan los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jesucristo. (Apocalipsis 12:17)

Por lo tanto, Cuando veamos estas grandes señales y milagros, debemos evaluar si provienen de Dios, mirando qué verdad nos están enseñando, y van en contra de la palabra de Dios.

Mateo 7:21-23
No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
Muchos me dirán en aquel día:  Señor,  Señor,  ¿no profetizamos en tu nombre,  y en tu nombre echamos fuera demonios,  y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé:  Nunca os conocí.  Apartaos de mí,  hacedores de maldad.

Que el señor os bendiga amigos.