Por: pastor Daniel Brito
TEXTO: Juan 21:15-25
TITULO: ¿Me amas?
INTRODUCCIÓN: En esta noche continuamos el tema de esta mañana, y concluimos también el estudio del Evangelio de Juan. Esta mañana estuvimos hablando sobre la Pesca Milagrosa que nuestro SEÑOR Resucitado obró en Sus discípulos. Ahora, concluimos este hermoso Evangelio. Es así como comenzamos nuestra lección.
1. Cuando terminaron de desayunar. — Nuestro SEÑOR había hecho un gran milagro al darles 153 pescados que ellos a Su Palabra, habían obedecido y tirado la red. Podemos decir que JESUCRISTO se los dio, porque ellos no habían pescado nada, y podemos estar seguros que el SEÑOR hizo los pescados de la nada, o los trajo a la red de Sus discípulos.
a. Podemos ver la Humanidad de JESUCRISTO al igual que Su Divinidad. No era un espíritu lo que ellos estaban viendo, sino que era al CRISTO GLORIFICADO.
b. El SEÑOR JESÚS les había hecho de comer, y seguramente que había comido también. Su Cuerpo Glorificado no necesitaba comida, pero así como era palpable, podía aparecer y desaparecer, también podía comer si quería.
2. Una pregunta hecha tres veces. — “Cuando terminaron de desayunar, Jesús le preguntó a Simón Pedro: —Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos? —Sí, Señor, tú sabes que te quiero —contestó Pedro. —Apacienta mis corderos —le dijo Jesús. 16 Y volvió a preguntarle: —Simón, hijo de Juan, ¿me amas? —Sí, Señor, tú sabes que te quiero. —Cuida de mis ovejas. 17 Por tercera vez Jesús le preguntó: —Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? A Pedro le dolió que por tercera vez Jesús le hubiera preguntado: «¿Me quieres?» Así que le dijo: —Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero. —Apacienta mis ovejas —le dijo Jesús—”
a. Encontramos ahora a nuestro SEÑOR dirigiéndose hacia Pedro con tres preguntas. Algunos piensan que JESÚS salio caminando con Pedro y tuvo una conversación privada. Otros piensan que no, que la conversación fue delante de los demás.
b. En realidad, no sabemos como fue, pero veamos lo que las preguntas dicen:
i. El SEÑOR JESÚS le pregunta: ¿Me amas? Tres veces.
ii. Entendemos que en el Texto griego, el SEÑOR usa dos palabras para amar, como también en el español diríamos: me amas, o me quieres. Tal como el Texto de la Nueva Versión Internacional lo tiene. Y algunos piensan que fue para ponerse a la par con Pedro, tal como usted puede verlo en el Texto de la NVI como ya dije.
(1) Se ha dicho mucho sobre ese intercambio de palabras, pero en realidad, creo que la evidencia de los comentaristas a un lado y al otro, recae más sobre el uso intercambiable de esas palabras.
c. La tristeza de Pedro se debía sin ninguna duda, a la tercera vez que JESÚS le pregunta lo mismo. Debemos recordar que Pedro se había jactado en decirle a JESÚS que él daría su vida por JESÚS (Juan 13:36-38). Y es ahí donde el SEÑOR predice que Pedro lo iba a negar tres veces antes que el gallo cantara.
i. No hay duda que Pedro ya se había arrepentido, pero nuestro SEÑOR lo estaba restaurando al encararlo con esa pregunta tres veces.
ii. Veamos en el siguiente punto la importancia del amor hacia DIOS.
3. El amor a la Persona de CRISTO debe estar presente en nuestras vidas.
a. ¿Puede alguien ser salvo si no ama a JESUCRISTO? Esa pregunta que en realidad nos muestra que no, es imposible ser salvo si uno no ama a JESUCRISTO.
i. El amor a Dios es el Gran Mandamiento, y es nuestro deber amar a nuestro SEÑOR. Nuestro Salvador JESUCRISTO respondió esa pregunta en Mateo 22:36-37:
(1) “—Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley? 37 —”Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente” —le respondió Jesús—”
b. ¿De que vale tener puestos en la iglesia, y no amar a JESÚS?
c. Un creyente puede que no entienda todavía la Doctrina Bíblica muy bien, pero si uno le pregunta si ama a JESUCRISTO, la respuesta es un si.
i. Veremos un poco más en el siguiente punto.
4. Si le amamos, debemos obedecerlo. — Juan 14:15 dice: “Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos.” Es claro que la obediencia siempre va unida al amor en las Sagradas Escrituras. No se puede jactar uno en el amor hacia Dios, si no se está demostrando obediencia a la Palabra de Dios.
a. El amor y la fidelidad a Dios son sinónimos, y no se pueden SEPARAR. 1 Pedro 1:3-9 dice:
i. “¡Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo, para que tengamos una esperanza viva4 y recibamos una herencia indestructible, incontaminada e inmarchitable. Tal herencia está reservada en el cielo para ustedes,5 a quienes el poder de Dios protege mediante la fe hasta que llegue la salvación que se ha de revelar en los últimos tiempos.6 Esto es para ustedes motivo de gran alegría, a pesar de que hasta ahora han tenido que sufrir diversas *pruebas por un tiempo.7 El oro, aunque perecedero, se acrisola al fuego. Así también la fe de ustedes, que vale mucho más que el oro, al ser acrisolada por las pruebas demostrará que es digna de aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo se revele.8 Ustedes lo aman a pesar de no haberlo visto; y aunque no lo ven ahora, creen en él y se alegran con un gozo indescriptible y glorioso,9 pues están obteniendo la meta de su fe, que es su salvación.”
b. Por eso encontramos en las Escrituras que cuando se habla del amor hacia el cónyuge, se incluye el comportamiento que incluye la fidelidad. Efesios 5:25-30 dice:
i. “Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella26 para hacerla santa. Él la purificó, lavándola con agua mediante la palabra,27 para presentársela a sí mismo como una iglesia radiante, sin mancha ni arruga ni ninguna otra imperfección, sino santa e intachable.28 Así mismo el esposo debe amar a su esposa como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa se ama a sí mismo,29 pues nadie ha odiado jamás a su propio cuerpo; al contrario, lo alimenta y lo cuida, así como Cristo hace con la iglesia,30 porque somos miembros de su cuerpo.”
ii. Noten el vínculo entre el amor y el comportamiento del esposo hacia la esposa.
5. Un llamado a servir. — El SEÑOR está llamando una vez más a Pedro al servicio del Evangelio. Porque iban a ser ellos los que comenzaran a hacer la obra de pastorear y apacentar el rebaño de JESUCRISTO.
a. Ese llamado no era un llamado a ser papa, como la iglesia tradicional enseña, sino que era un llamado a pastorear, y como eran los primeros, era la obra de apóstol la él iba a empeñar. 1 Pedro 5:1-4 dice:
i. “A los *ancianos que están entre ustedes, yo, que soy anciano como ellos, testigo de los sufrimientos de *Cristo y partícipe con ellos de la gloria que se ha de revelar, les ruego esto:2 cuiden como pastores el rebaño de Dios que está a su cargo, no por obligación ni por ambición de dinero, sino con afán de servir, como Dios quiere.3 No sean tiranos con los que están a su cuidado, sino sean ejemplos para el rebaño.4 Así, cuando aparezca el Pastor supremo, ustedes recibirán la inmarcesible corona de gloria.”
b. Ese es el trabajo del verdadero pastor o anciano en la Obra del Evangelio, porque el rebaño es de JESUCRISTO no es de nosotros. La Iglesia le pertenece a JESÚS, y los pastores o ancianos están llevando a cabo el puesto de ENCARGADOS del SEÑOR JESÚS que es CABEZA DE LA IGLESIA.
c. Un verdadero pastor es sumiso a la Autoridad de JESUCRISTO, y se nota en su conducta.
i. He escuchado tantas veces a personas hablar de un pastor que uno muy bien conoce que tiene fama de ser un dictador y con falta de amor hacia los miembros de la iglesia, pero enseguida las personas responden que Dios lo está usando en gran manera.
ii. El que así hace, puede que gane muchas almas para el Evangelio, pero de igual manera desparrama las almas otra vez.
iii. El verdadero obrero de JESUCRISTO debe ser sumiso como ya dije a la autoridad de JESUCRISTO el Hijo de Dios.
6. ¡Sígueme! — Juan 21:18-19: “De veras te aseguro que cuando eras más joven te vestías tú mismo e ibas adonde querías; pero cuando seas viejo, extenderás las manos y otro te vestirá y te llevará adonde no quieras ir. 19 Esto dijo Jesús para dar a entender la clase de muerte con que Pedro glorificaría a Dios. Después de eso añadió: —¡Sígueme!”
a. Seguramente que todos conocemos a alguien que ha llegado a una edad avanzada, sea una viuda, o un viudo, y tenga que estarse dividiendo entre sus hijos o hijas.
i. La persona así, cuando era joven, hacía lo que quería, e iba a donde quería ir, pero ahora que está anciano o anciana, tiene que ir a donde lo lleven.
b. Pero eso no es lo JESÚS le está diciendo a Pedro, sino que según nos dice aquí el Texto Sagrado, era de la forma que Pedro iba a glorificar a JESÚS en su muerte.
i. El apóstol Juan estaba escribiendo este Evangelio entre el año 85-95 de nuestra era.
ii. El apóstol Pedro murió martirizado según la tradición de la Iglesia por el 65-66 de nuestra era.
(1) La tradición de la Iglesia dice que Pedro fue crucificado con la cabeza para abajo a petición de él mismo, para no morir igual a su SEÑOR.
iii. Quiere decir que Pedro ya había dado su vida por JESUCRISTO, y sin duda, Juan lo sabía muy bien.
7. El final del Evangelio de Juan. — Juan 21:20-25: “Al volverse, Pedro vio que los seguía el discípulo a quien Jesús amaba, el mismo que en la cena se había reclinado sobre Jesús y le había dicho: «Señor, ¿quién es el que va a traicionarte?»21 Al verlo, Pedro preguntó: —Señor, ¿y éste, qué? 22 —Si quiero que él permanezca vivo hasta que yo vuelva, ¿a ti qué? Tú sígueme no más. 23 Por este motivo corrió entre los hermanos el rumor de que aquel discípulo no moriría. Pero Jesús no dijo que no moriría, sino solamente: «Si quiero que él permanezca vivo hasta que yo vuelva, ¿a ti qué?» 24 Éste es el discípulo que da testimonio de estas cosas, y las escribió. Y estamos convencidos de que su testimonio es verídico. 25 Jesús hizo también muchas otras cosas, tantas que, si se escribiera cada una de ellas, pienso que los libros escritos no cabrían en el mundo entero.”
a. Noten que Pedro enseguida le pregunta a JESÚS sobre Juan que iba siguiéndolos.
b. JESÚS le dice algo que todos debemos ponerle atención, y es que Dios trata con nosotros de una forma individual.
c. El testimonio del autor que es el apóstol Juan, sin ninguna duda, es digno de confianza.
d. El propio Juan nos dice que JESUCRISTO hizo muchos otros milagros que no están escrito en este libro, y sabemos que tampoco en los sinópticos, y es una prueba que nuestro SEÑOR no dejó ninguna duda con Sus Hechos, que Él era el Hijo de Dios, el Cristo el Mesías prometido.
CONCLUSIÓN:
Si nos examinamos a nosotros mismo, ¿cómo veremos el amor nuestro hacia Dios? ¿Qué dicen nuestros hechos? El arrepentimiento genuino y la conversión debe producir un cambio ¿ya lo has hecho?
*Toda referencia Bíblica es tomada de la Biblia, Nueva Versión Internacional.
**Este sermón fue predicado el 13 de Julio, 2008.