LOS VALIENTES DEL UNGIDO

“Estos son los nombres de los valientes que tuvo David: Joseb-basebet el tacmonita, principal de los capitanes; éste era Adino el eznita, que mató a ochocientos hombres en una ocasión” (2 S. 23:8).

Introducción

El ungido estuvo rodeado de hombres valientes y excepcionales, que fueron su fuerza de defensa militar. En el “¿Quién es quién entre los valientes de David?”, aparecen estos registrados en 2 Samuel 23:8–39. Esta relacionada con una lista similar en 1 Crónicas 11:10–47.

En 1 Crónicas se presenta la organización del gobierno David: (1) La organización de los sacerdotes (capítulo 24). (2) La organización de los músicos (capítulo 25). (3) La organización de los porteros (capítulo 26). (4) La organización militar (capítulo 27).

El ungido estableció doce divisiones militares de veinticuatro mil soldados cada una, para cada uno de los doce meses del año (1 Cr. 27:1–15), y sobre ellas puso un jefe, principal. En el primer mes tenía a Jasobean hijo de Zabdiel (27:2). En el segundo mes tenía a Dodai ahohíta (27:4). En el tercer mes tenía a Benaía hijo de Joiada (27:5). En el cuarto mes tenía a Asael hermano de Joab (27:7). En el quinto mes tenía a Samhut izraíta (27:8). En el sexto mes tenía a Ira hijo de Iques (27:9). En el séptimo mes tenía a Heles pelonita (27:10). En el octavo mes tenía a Sibecai husatita (27:11). En el noveno mes tenía a Abiezer anatotita (27:12). En el décimo mes tenía a Maharai netofatita (27:13). En el decimoprimer mes tenía a Benaía piratonita (27:14). En el decimosegundo mes tenía a Heldai netofatita (27:15).

De esta lista de “¿Quién es quién entre los valientes de David?”, solo consideraremos a cinco que sobresalieron mas, que se destacaron, que fueron especiales.

  1. El valiente Joseb-basebet

“Joseb-basebet el tacmonita, principal de los capitanes; este era Adino el eznita, que mató a ochocientos hombres en una ocasión” (23:8).

Muy probablemente sea el mismo Jasobean, incluido entre los treinta valientes, que con su lanza mató a trescientos hombres (1 Cr. 11:11). Se presenta como un valiente que sabía aprovechar al máximo las oportunidades que se le presentaban. La puerta de la oportunidad se abre y cierra rápido.

  1. El valiente Eleazar

“Después de éste, Eleazar hijo de Dodo, ahohíta, uno de los tres valientes que estaban con David cuando desafiaron a los filisteos que se habían reunido allí para la batalla, y se habían alejado los hombres de Israel” (23:9).

Se le incluye en el círculo de los tres más valientes, que se mantuvieron con el ungido ante el desafío filisteo, cuando sus hombres se habían retirado. Este no dejó al ungido y con su vida lo defendió.

Luchó contra los filisteos, aunque cansado su mano, no soltó su espada y así murió (23:10). Su heroísmo favoreció la victoria a Israel. Murió sin soltar la mano de su espada. De acuerdo a 1 Crónicas 11:13–14, el pueblo de Israel huyó de los filisteos a una parcela llena de cebada, defendiéndola y venciendo a los filisteos. Necesitamos de hombres y mujeres que defiendan al ungido y al pueblo y que no suelten su espada.

III. El valiente Sama

“El entonces se paró en medio de aquel terreno y lo defendió, y mató a los filisteos; y Jehová dio una gran victoria” (23:12).

Sama desde un pequeño terreno de lentejas, después que el pueblo huyó de los filisteos, los defendió y mató a los filisteos (23:11–12). A Dios se le atribuye esa victoria (cp. 1 Cr. 11:27).

Este representa aquellos líderes que cuando otros huyen de la batalla, se para en medio de la misma, y poniendo su confianza en Dios derrota al enemigo, su camino es hacia delante, hacia la victoria.

  1. El valiente Abisai

“Y Abisai hermano de Joab hijo de Sarvia, fue el principal de los treinta. Este alzó su lanza contra trescientos, a quienes mató, y ganó renombre con los tres” (23:18).

Abisai fue sobrino de David, y hermano de Joab y Asael. Entre los tres primeros valientes ganó su lugar de respeto, entré los mejores fue uno de los tres mejores. Con su lanza pudo matar a trescientos hombres. Fue soldado de mil batallas.

También dio muerte al gigante Isbi-benob, cuando este aprovechando del cansancio del ungido, intento darle muerte (21:16–17).

Representa a aquellos líderes que ayudan a su autoridad espiritual, cuando la misma se enfrenta al peligro. ¡Son escuderos espirituales! Cuidan y protegen a su autoridad espiritual.

  1. El valiente Benaía

“…Benaía hijo de Joiada, hijo de un varón esforzado, grande en proezas, de Cabseel. Este mató a dos leones de Moab, y él mismo descendió y mató a un león en medio de un foso cuando estaba nevando” (23:20).

Del padre de Benaía se nos da a entender que era un hombre esforzado y destacado en hechos, llamado Joiada. Su vida y ejemplo influyó en la vida de su hijo Benaía.

A este valiente lo podemos llamar “el mata leones”. Se le atribuye una marca de haber matado tres leones. Con un palo se enfrentó a un gigante egipcio le quitó la lanza y con ella misma le infligió la muerte (23:20–21). Goliat el de Gat medía de alto “seis codos” (unos tres metros); este otro gigante media “cinco codos” (1 Cr. 11:23) (unos dos metros y medio).

Entre “los tres valientes” fue incluido (1 Cr. 11:24), y distinguido entre “los treinta” (23:24). Fue el jefe de la guardia de seguridad personal del ungido (23:23). Gozaba de la confianza que le tenía David y su puesto lo atestiguaba.

Al final de 2 Samuel 23:39 leemos: “Urías heteo; treinta y siete por todos”. Irónicamente el compilador de este libro histórico, pone al final de la lista a Urías heteo, como para darle un lugar especial de honor o como para dar a entender que sin este la lista estaría incompleta. David planificó su homicidio, después que adulteró con su esposo Betsabé y esta quedó embarazada. En 1 Crónicas 11:41 aparece su nombre, pero no al final.

  1. Los valientes incógnitos

“Entonces los tres valientes irrumpieron por el campamento de los filisteos, y sacaron agua del pozo de Belén que estaba junto a la puerta, y tomaron, y la trajeron a David, mas él no la quiso beber, sino que la derramó para Jehová…” (23:16).

A estos valientes anónimos e incógnitos se les clasificó como “tres de los treinta jefes” (23:13), pertenecían al segundo círculo militar. Eran una élite espiritual.

David estaba en “la cueva de Adulam” (23:13), y parece que desde ahí se refugiaba también “en el lugar fuerte” (23:14), que puede ser una referencia a Masada, que en hebreo significa “lugar fuerte” o “fortaleza”. Posteriormente fue fortaleza de los macabeos en su guerra contra los sirios; fortaleza de Herodes el Grande, quien temía una invasión de Egipto enviada por Cleopatra; y de los zelotes, grupo nacionalista judío que desde el año 70 hasta el año 73 resistieron a los romanos y sobre los cuales el general Flavio Silva con la Legión X por fin triunfó con su asedio, pero desconcertado encontró que novecientos sesenta y nueve optaron voluntariamente por el suplicio, antes de darle al enemigo el placer de matar a muchos, esclavizar a sus hijos y violar a sus mujeres.

En Belén los filisteos tenían una guarnición militar (23:14). El ungido expreso: “¡Quién me diera a beber del agua del pozo de Belén que está junto a la puerta!” (23:15). Al expresar su deseo momentáneo, el ungido no pensó que nadie fuera a tomar tan seriamente sus palabras, pero así fue. Los ungidos tienen que cuidarse de lo que dicen y expresan, sus palabras tienen mucho peso y se toman al pie de la letra.

¿Por qué agua del pozo de Belén? El ungido nació en Belén; se crió en Belén; pastoreó en Belén; en Belén mató un león, y un oso; en Belén aprendió a usar su honda, y en Belén fue ungido como rey futuro por el profeta Samuel. Belén es el lugar de la nostalgia, del recuerdo, del compromiso, del llamado y de su comunión con Dios.

Tres de sus valientes, que tenían oídos para escuchar al ungido, sin este pedírselo, decidieron contestar su deseo, atravesando el campamento filisteo, y trayendo agua del pozo de Belén (23:16).

Cuando se la entregaron al ungido, este no quiso beberla y la derramó para Jehová (23; 16). Su oración a Dios fue: “Lejos sea de mí, oh Jehová, que yo haga esto. ¿He de beber yo la sangre de los varones que fueron con peligro de su vida?” (23:17).

Muchos ungidos deben estar conscientes de los sacrificios, que sus valientes hacen por ellos, recordándoselo a Dios. Es imperativo abstenerse de privilegios que cuestan la seguridad de sus servidores.

Conclusión

(1) De los valientes del ungido se dijo: “los que le ayudaron en su reino, con todo Israel, para hacerle rey sobre Israel, conforme a la palabra de Jehová” (1 Cr. 11:10). Ellos constituyen el equipo del ungido. (2) Los que luchan a favor del ungido, tendrán una citación honorífica en su lista personal. (3) Muchos valientes del ungido harán cualquier cosa por satisfacer a este.

Kittim, S. (2002). David el ungido – sermones de grandes personajes bíblicos : Kittim, Silva (297). Grand Rapids, Michigan, EE. UU. de A.: Editorial Portavoz.