Los tres testigos Apocalipsis 10–11

Apocalipsis es conocido como un libro lleno de símbolos. En la historia de la interpretación, algunos estudiantes lo han tomado casi todo como simbólico, porque según su entendimiento, era necesario ver el cumplimiento de sus profecías en algún evento, personaje, movimiento o condición del pasado. Por tanto, relacionan cada visión con movimientos o condiciones sociales, religiosas, militares o políticas de la historia o del mundo contemporáneo de cada comentarista. Como consecuencia, las explicaciones del libro variaban mucho, según los tiempos y la perspectiva del escritor.

Por otro lado, los que creen que los caps. 4 al 22 tendrán su cumplimiento en el futuro relacionado con la venida y el reino milenial de Jesucristo, concuerdan casi unánimemente en el esquema general del libro y en muchos de sus detalles. Además, se interpreta en forma más literal. El lenguaje del libro es pintoresco y emplea figuras y comparaciones bien conocidas entre los cristianos y estudiantes bíblicos, como las del Cordero, la bestia, Balaam, el Verbo, las ropas blancas, los sellos, etc. Además, el mismo contexto a menudo señala lo que es simbólico y su interpretación, como sucede con los candeleros y las estrellas en 1:20, la estrella en 9:1 y el dragón en 12:9.

Siendo que Dios es espíritu, su trono en el cielo no debe tomarse en sentido físico. Sin embargo, no debe perderse de vista la enseñanza de que Dios tiene autoridad, poder, que controla el universo y, específicamente los acontecimientos y movimientos que se profetizan en este libro.

La norma general, como en toda la Biblia, debe ser que si la interpretación literal tiene sentido y es consecuente, entonces, así debe entenderse el pasaje, por ejemplo, cuando habla de ángeles, terremotos, trompetas, santos, Israel, los árboles, el mar o el sol. Si en algún detalle el estudiante no está seguro acerca de cómo será el cumplimiento, ya sea en la forma que Juan lo vio, o en forma más simbólica, con humildad y paciencia debe dejar pendiente ese aspecto. Los que vivirán en esa época futura reconocerán el cumplimiento de la visión. Sin embargo, el lector de hoy no puede dejar de ver el mensaje de advertencia, juicio, santidad, gloria, soberanía, consolación o triunfo que comunica el pasaje.

¡PENSEMOS!
En los vv. 1–3, ¿qué aprende de la descripción del ángel? ¿Debemos adivinar el mensaje de los siete truenos? En su opinión, ¿cuál es el significado del mensaje del ángel en los vv. 6–7? ¿Encuentra usted en los vv. 9–11 alguna sugerencia de cuál es el contenido del librito? En su opinión, ¿por qué sería dulce y amargo a la vez? ¿Cómo debemos equilibrar lo que el ángel dice en el v. 7 con lo que dice en el v. 11?

EL PRIMER TESTIGO: EL ÁNGEL CON EL LIBRITO
10:1–11

De nuevo, los eventos asombrosos y aterradores de los caps. 8 y 9 se mitigan en parte por una escena gloriosa y un mensaje de ánimo. La secuencia de los juicios se interrumpe para incluir otros temas, mensajes y personajes que ayudan a entender las obras de Dios durante la tribulación.

CAPÍTULO 10 El ángel fuerte (primer testigo)
CAPÍTULO 11 Medición del templo (vv. 1–2)
Los dos testigos (vv. 3–14)
Anuncio de la séptima trompeta (vv. 15–19)

El ángel fuerte 10:1–4

Un imponente ángel desciende de Dios con un librito. Coloca un pie sobre el mar y otro sobre la tierra en actitud de autoridad y control sobre el mundo. Clama a gran voz, por lo que Juan lo compara con el rugido de un león. La nube, el arco iris, el sol y el fuego relacionan a este ángel con Dios, con el trono, con la gloria divina, y con el juicio. El ángel no es Jesucristo, porque los ángeles siempre son ángeles tanto en el Nuevo Testamento como en Apocalipsis, aunque la voz que viene del cielo podría ser la de Cristo.

El pasaje no informa al lector cuál fue el motivo de su clamor ni el mensaje de los siete truenos. Los seres humanos deben aprender que no todo ha sido revelado de antemano. Muchas cosas más sucederán, además de lo que se lee en Apocalipsis, y los humanos aprenderán mucho más en el futuro cuando se cumpla la semana setenta de Daniel.

El juramento 10:5–7

En estos vv. se encuentra el mensaje principal del ángel. Primero, jura por el Dios eterno y creador de la tierra para que Juan sepa que lo que dirá, se cumplirá. El mensaje es “que el tiempo no sería más, sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar su trompeta, el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus siervos los profetas” (vv. 6–7). La noticia tiene que ver con el tiempo y la culminación de los eventos todavía pendientes. Dios quiere que los creyentes sepan que no falta mucho para llegar al final de los sufrimientos y el día de triunfo. Este es un mensaje de ánimo para el pueblo de Dios.

En el v. 6, el ángel declara que no habrá dilación o retraso. En el v. 7 explica la razón: que el juicio de la séptima trompeta completará el misterio de Dios, o sean, sus propósitos para el hombre y el mundo como se revelan en la Biblia. Queda pendiente una serie de juicios que son las copas, pero este versículo es evidencia de que las copas están comprendidas en la séptima trompeta. Las aflicciones de las siete copas son tan terribles, que sucederán en los últimos días antes de la aparición de Cristo. Las copas se derramarán sobre los seguidores del anticristo (16:2, 6, 9, 10, 19, 21) y prepararán la escena para la batalla de Armagedón (16:13–16), evento contemporáneo a la venida y victoria de Cristo.

El librito 10:8–11

Finalmente, la voz del cielo manda a Juan a que tome el librito y lo coma. Éste no es el mismo libro sellado del cap. 5. El v. 11 sugiere que el librito representa las profecías que Juan todavía tiene que recibir y grabar. Él obedece, tomándolo y comiéndolo, lo que es un recordatorio de Jeremías 15:16. El acto de comer las palabras representa meditarlas, asimilarlas y obedecerlas. Paradójicamente, son a la vez dulces y amargas. Tal vez sean dulces por que son las palabras de Dios que contienen promesas y profetizan el triunfo de Dios y sus santos. Pero son amargas porque aseguran que vendrán juicios y aflicción sobre los moradores de la tierra.

El mensaje del cap. 10 es que Dios, a través de sus ángeles, todavía ejerce su control soberano sobre el mundo, y que los santos deben animarse porque pronto llegará Jesucristo. A Juan todavía le faltaba recibir otras profecías para que las comunicara. Él y nosotros debemos meditarlas y obedecerlas.

Después de los juicios terribles y la tormenta demoniaca en que morirá la tercera parte de los seres humanos, la visión del ángel fuerte recuerda a los creyentes que todo seguirá el plan divino. Dios no ha perdido el control. Su calendario se cumple con exactitud y no falta mucho para llegar al final de la tribulación. Su palabra trae cosas amargas por causa del pecado, pero trae dulzura, porque la venida de su Hijo está cerca.

LOS DOS TESTIGOS
11:1–19

En el cap. 10, un ángel fuerte trajo del cielo un mensaje de ánimo y orientación para los creyentes sufridos y para el apóstol Juan. Él es el primer “testigo” de los caps. 10 y 11. Ahora, en el cap. 11, encontramos dos testigos más, hombres que tendrán un papel impresionante en la tribulación de los últimos días.

Sin embargo, antes de ver a esos dos testigos, los vv. 1 y 2 describen el ambiente en el cual los dos testigos cumplirán su ministerio.

¡PENSEMOS!
¿Cuál es la noticia acerca de Jerusalén en los vv. 1–2? ¿Por qué se comparan los dos testigos can olivos y candeleros (comp. Zacarías 4:1–6 y Apocalipsis 1:20)? ¿Cómo estarán vestidos? En su opinión, ¿qué significa esto? ¿Cuáles son los poderes que tendrán? ¿Quién determina cuándo terminará su ministerio? En su opinión, ¿por qué permite Dios que mueran? Cuando suene la séptima trompeta ¿cuáles son las noticias que se anunciarán y por las cuales se dan gracias a Dios?

Medición del templo 11:1–2

Estos vv. y 2 Tesalonicenses 2:3–4 indican que para la época de la tribulación, los hebreos habrán logrado edificar de nuevo su templo en Jerusalén. Creemos que los judíos disfrutarán de paz durante la primera mitad de la tribulación, apoyados por un pacto con el líder de la alianza europea, o sea el anticristo. La “abominación desoladora” de Daniel 9:27 y Mateo 24:15 implica que el templo será profanado por el anticristo a mediados de la tribulación, semejante al acto que cometió Antíoco Epífanes al sacrificar un cerdo en el templo en el siglo II a.C. Los detalles del “patio que está fuera del templo” y su ubicación en “la santa ciudad”, apoyan esta interpretación literal del templo.

Aquí Juan recibe una vara para medir “el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él”. Es difícil interpretar el significado del acto de medir de que hablan estos versículos. ¿Enseña que el templo será reconstruido? ¿Lo marca para destrucción? ¿El judaísmo y los que adoran serán evaluados espiritualmente? ¿Indica que el templo o los que adoran en él serán protegidos física o espiritualmente?

El contraste de lo que se medirá con lo que será entregado a los gentiles puede significar que el acto de medir indica que serán protegidos el templo o los judíos que allí adoran.

De todos modos, hay una noticia clara. De acuerdo con otras profecías, desde la mitad de la tribulación, cuando el antricristo se apodere de Palestina y profane el templo, la ciudad de Jerusalén estará bajo el control de los gentiles hasta que Cristo venga tres años y medio más tarde (Zacarías 12 y 14). Daniel 12:1; Mateo 24:15–22 y Lucas 21:20–27 describen la persecución y el peligro para los judíos comenzando con la profanación del templo. Apocalipsis 12 explica que ese sufrimiento de los judíos será instigado por Satanás cuando sea lanzado del cielo y venga a la tierra con furor para perseguirlos por tres años y medio.

La tarea y el poder de los testigos 11:3–7

Con el trasfondo de la persecución de los judíos que se verá también en el cap. 12, Juan introduce a los dos testigos. Ellos también tendrán ministerio durante el mismo período en que Jerusalén sea dominada por los gentiles y el anticristo en la última mitad de la tribulación. Se vestirán de cilicio, lo que muestra luto y arrepentimiento. Las figuras de los olivos y candeleros son reflejo de Zacarías 4, donde representan la luz de testimonio, con la energía del Espíritu Santo. Los vv. 5 y 6 describen sus poderes y capacidad de defenderse.

Algunos intérpretes identifican a los dos testigos con Moisés y Elías, quienes hicieron milagros parecidos (comp. Malaquías 4:5–6), o con Enoc y Elías, que no vieron la muerte. Hay muchas otras intepretaciones, como, por ejemplo, que representan el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, o la ley y los profetas, o Israel y la iglesia, o simplemente el testimonio de los creyentes o de la iglesia. Moisés y Elías tienen más argumentos a su favor, pero la variedad de interpretaciones indica que ninguna es totalmente convincente. Es más prudente decir que son dos personas no identificadas que vivirán durante la tribulación y que Dios usará poderosamente para anunciar la verdad.

El ministerio y los milagros de los dos testigos impactarán a todo el mundo (9–10). Sin embargo, el contexto del templo, los que adoran en él, la plaza de Jerusalén y la persecución de los judíos (cap. 12), sugiere que su misión principal será llamar a los judíos al arrepentimiento y a la fe en su Mesías.

Muerte y resurrección de los testigos 11:8–14

Muchos acontecimientos de la tribulación aparentan dar a Satanás y al anticristo el triunfo. Los reyes de la tierra y los que siguen a la bestia serán engañados y crecerá el poder del anticristo y su reino. Las fuerzas del mal lograrán matar a muchos creyentes (12:17; 13:17, 15). Así será cuando el anticristo ejecute a los dos testigos. Los que no siguen a Dios harán fiesta. Muchas veces, en la vida humana el reino de las tinieblas parece tomar la delantera.

Sin embargo, su victoria es temporal. Por tres días y medio sus cuerpos quedarán a la vista. Este acto de desprecio y ofensa se prestará para los propósitos de Dios, porque a la vista de todos, el Señor les dará vida de nuevo y los hará ascender al cielo. Su victoria será acentuada por un terremoto, destrucción y muerte. Por su terror, los humanos, darán “gloria al Dios del cielo”. Es posible que, en vez de creer y ser salvos, muchos hombres sólo reconocerán la realidad y el poder de Dios. “El Dios de los cielos”, en el Antiguo Testamento, distingue al Dios verdadero de los dioses paganos.

Entonces, los dos testigos llamarán la atención de todo el mundo, mostrando el poder de Dios y anunciando que pronto vendrá el Rey de reyes, el cual traerá el castigo, quedando así muy poco tiempo para que los hombres se arrepientan.

El anuncio de la séptima trompeta 11:15–19

En los caps. 8 y 9, sólo seis ángeles tocaron sus trompetas, quendando pendiente el último juicio de la serie. Aquí suena la séptima trompeta y se anuncia la gran importancia de ella. En 10:7, el ángel fuerte dijo que con esa trompeta, “el misterio de Dios se consumará”. Ahora, una voz del cielo anuncia en el v. 15 que “los reinos del mundo han venido a ser de nuestor Señor y de su Cristo”. También los seres angélicos que están alrededor del trono de Dios agradecen al Altísimo porque ha tomado su poder y ha reinado. Asimismo, anuncian que ha llegado el tiempo para juzgar a las naciones y recompensar a los santos.

SÉPTIMA TROMPETA = LAS SIETE COPAS

La séptima trompeta es crucial, porque consiste de los siete juicios de las copas que se verán en los caps. 15 y 16, así como las plagas y eventos que sucederán inmediatamente antes de la venida de Jesucristo. Esos juicios marcarán el final del reinado de Satanás y el anticristo y preparan la escena para la aparición de Cristo, la gran batalla de Armagedón y el inicio del reino milenial de Jesucristo. La séptima trompeta entonces, anuncia la caída del anticristo y el ascenso del Rey eterno.

Dios enfatiza la importancia de esta trompeta con “relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo” (v. 19). Pero esas señales no son el juicio de la séptima trompeta. El lector lo encontrará en los siete juicios de las copas de los caps. 15–16. Pero, antes, Juan vio a varias personas importantes: una mujer vestida del sol, un dragón escarlata, una bestia con siete cabezas y otra con cuernos semejantes a un cordero.

La visión del cap. 11 recuerda que Dios tiene sus testigos en toda época y que su presencia y apoyo está con ellos, aun cuando sufran persecución. Él es capaz de protegerlos, pero también permite que sufran y mueran para glorificarle (Daniel 3, 6; Hechos 7:54–60). Jesús orientó a sus discípulos: “si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros” (Juan 15:18). Pablo escribió: “esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria” (2 Corintios 4:17). Oremos para que el sufrimiento de los santos, ahora y en el futuro, impacte a muchos para que reciban a Cristo.

¡PENSEMOS!
Al leer este capítulo, los cristianos del primer siglo aprendieron lecciones importantes para sus vidas. ¿Qué debemos aprender hoy? ¿Qué aprendemos acerca del poder de Dios para proteger a los creyentes? ¿Siempre los protege? ¿Quiénes son los enemigos del evangelio hoy, que hacen sufrir a los cristianos? ¿Qué enseñó Jesús acerca del sufrimiento en Juan 15:20 y 16:1–3 (comp. 1 Pedro 4:12–14)? Aunque el cristiano sufra por el Señor, ¿cuándo experimentará el triunfo? ¿Somos testigos valientes y fieles en el ambiente hostil en el cual vivimos, trabajamos o estudiamos? En las circunstancias de su vida actual, ¿qué significado tiene el reinado de Dios sobre todo lo que sucede?

Orth, S. (1998). Estudios Bı́blicos ELA: La consumación de los tiempos (Apocalipsis) (81). Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C.