En este capítulo presentaremos tres cuadros de la forma en que opera la sabiduría:
- Estudiaremos a un padre aconsejando a su hijo para que no ande con los pecadores (1:8–19)
- Escucharemos a la sabiduría llamando a los simples, los burladores y los insensatos para que acepten su oferta de derramar su espíritu sobre ellos (1:20–33).
- Centraremos nuestra atención en el padre que ilumina el camino de su hijo acerca de los beneficios de estar atento a la sabiduría, la prudencia y la inteligencia (2:1–22).
¡CUIDADO CON LOS PECADORES! 1:8–19
Pasaje paralelo: Proverbios 4:10–19
La obediencia será recompensada 1:8–9
Todo buen padre aconseja a su hijo, y muchas veces tiene que advertirle de ciertos peligros que amenazan su vida. Los autores de Proverbios usan esa figura con frecuencia. El cuadro es tierno y demuestra que es un buen método de enseñanza que trasciende a todas las culturas y generaciones.
Esta sección comienza con un llamado a oir la instrucción del padre y a no despreciar la dirección de la madre (1:8). En seguida, se usa un paralelismo sinónimo. La instrucción paterna y la dirección materna son adorno de gracia a la cabeza y collares para el cuello del hijo (1:9). Es deber de los padres instruir a sus hijos, y ambos tienen participación en el proceso (Deuteronomio 6:4–9 y Proverbios 22:6).
Es también deber de los hijos obedecer a los padres y honrarlos (Éxodo 20:12). Se ofrece una larga vida al hijo obediente, y precisamente en esa área se encuentra el cumplimiento de lo dicho en el proverbio. A través de su vida, el hijo obediente estará adornado de gracia. Ésta se refleja en la buena disciplina que controla su ser y en la admiración que recibe de quienes rigen su vida por los valores absolutos que provienen de Dios.
Advertencia contra el peligro de andar con pecadores 1:10, 15
Los pecadores siempre nos rodean y buscan la manera de atraparnos. El simple o incauto es especialmente objeto de su esfuerzo. Un joven inexperto en las asechanzas del enemigo puede caer fácilmente en su lazo. Por eso, el buen padre da instrucción a su hijo acerca de las diferentes situaciones que se le presentarán en la vida. Él tiene que experimentar lo que le espera, pero si entra en la lucha advertido y con conocimiento, es más probable que alcance el triunfo. La enseñanza bíblica es concisa y clara.
“HIJO MÍO, SI LOS PECADORES TE QUISIEREN
ENGAÑAR, NO CONSIENTAS” (1:10).
“…NO ANDES EN CAMINO CON ELLOS. APARTA
TU PIE DE SUS VEREDAS” (1:15).
Las artimañas de los pecadores 1:11–19
- Tientan al incauto (1:11a)
- Ponen asechanzas para derramar sangre (1:11b).
- Acechan sin motivo al inocente (1:11c).
- Se proponen tragar vivos y enteros a los inocentes (1:12).
- Piensan enriquecerse de sus robos (1:13).
- Ponen carnada delante del joven inexperto: “tu puedes participar de las riquezas” (1:14).
El fin de los pecadores 1:16–19
Los pecadores, cuyos pies corren hacia el mal y van presurosos a derramar sangre (1:16), ponen asechanzas a su propia sangre, y a sus almas tienden lazo (1:18). Por lo dicho en 1:17, es evidente que las aves son más sabias que los pecadores: “En vano se tenderá la red ante los ojos de toda ave”. En cambio, el pecador se deja cegar a tal extremo por su propia avaricia, que no ve el lazo que él mismo pone a su alma. La codicia quita la vida de los pecadores (1:19). Al fin y al cabo es una retribución que viene de Dios mismo en cumplimiento de la ley de la siembra y la cosecha (Gálatas 6:7–8).
¡PENSEMOS! |
¿¿Cuál será la recompensa del hijo que acata la instrucción de su padre y la dirección de su madre? |
¿¿Qué ha de hacer el hijo cuando los pecadores le quieren engañar? ¿Cuáles son algunas artimañas de los pecadores? ¿Cuál fue la última carnada que los pecadores ofrecieron al joven? ¿En qué son más sabias las aves que los pecadores? ¿Cuál será el fin de los impíos? |
LA SABIDURÍA CLAMA EN LAS CALLES 1:20–30
Pasaje paralelo: 8:1–21
En este contexto, la sabiduría se presenta en forma personificada. Clama en las calles, en las plazas, en los lugares principales de reunión y en las entradas de la ciudad (1:20–21). Su llamado se hace en lugares públicos, no en los centros académicos. La sabiduría se ofrece a todo el mundo y ella misma toma la iniciativa en ofrecerse.
Su invitación se dirige a los simples, los burladores y los insensatos. Es evidente que cada uno tiene su tendencia bien arraigada en su modo de actuar. Los simples aman la simpleza; los burladores desean mofarse de otros y los insensatos aborrecen la ciencia (1:22). La sabiduría pregunta: “¿Hasta cuando?” Ella exhorta a todos a escuchar su reprensión y agrega:
“HE AQUÍ YO DERRAMARÉ MI ESPÍRITU
SOBRE VOSOTROS, Y OS HARÉ SABER MIS
PALABRAS”
(1:23).
¡Qué invitación más gentil! Seguramente todo el mundo responderá en forma afirmativa. Pero no es así, sólo lo hacen unos pocos (1:33). Los simples, los burladores y los insensatos desprecian su oferta para seguir en sus malvados caminos (1:24–25).
La sabiduría toma en cuenta el rechazo. Dice que llegará el momento en que los que la despreciaron experimentarán calamidades, y ella se reirá (1:26); llamarán, pero no responderá (1:28).
El colmo del desprecio se encuentra en las palabras siguientes:
“…ABORRECIERON LA SABIDURÍA, Y NO
ESCOGIERON EL TEMOR DE JEHOVÁ”
(1:29).
La retribución divina es evidente en los vv. 31–32. “Comerán del fruto de su camino, y serán hastiados de sus propios consejos. Porque el desvío de los ignorantes los matará, y la prosperidad de los necios los echará a perder”.
La invitación permanece abierta para los que oyen (1:33a): habitarán confiadamente, y vivirán tranquilos, sin temor del mal (1:33b-c).
¡PENSEMOS! |
¿En qué forma aparece la sabiduría en esta sección? ¿Dónde clama la sabiduría? ¿A quiénes se dirige? ¿Cuál es su mensaje? ¿Cómo responden los simples, los burladores y los insensatos? ¿Cuál será la respuesta de la sabiduría cuando ellos clamen? ¿Cuál fue el colmo de su rechazo? ¿Cuál será su fin? ¿Cuáles serán las bendiciones de los que oyen y aceptan la oferta de la sabiduría? ¿Cómo se puede aplicar esta enseñanza a la vida? |
PRESTE ATENCIÓN A LA SABIDURÍA, LA PRUDENCIA Y LA INTELIGENCIA 2:1–22
El padre vuelve a dirigirse a su hijo implorándole que reciba sus palabras, guarde sus mandamientos y preste su oído y corazón a la sabiduría, la inteligencia y la prudencia (2:1–3). Cada una de estas virtudes tiene su significado (vea el cuadro “Propósitos del Libro” en el primer capítulo de este libro), pero parece que se usan como sinónimos. La palabra clave es siempre la sabiduría.
Los verbos indican que hay un proceso necesario para obtener la sabiduría 2:1–4
- El hijo debía recibir la enseñanza (2:1a). La acción opuesta sería rechazarla.
- Debía guardar o atesorar los mandamientos (2:1b). Existe siempre la posibilidad de olvidar aun lo que uno ha recibido. Esto implica la disciplina de la meditación para grabar bien los mandamientos en la mente y corazón.
- Debía buscar la sabiduría diligentemente, como quien busca un tesoro precioso de plata (2:4).
Beneficios de recibir la sabiduría 2:5–22 (Vea también 3:13–20)
Conocer a Dios y gozar de su protección (2:5–8). El que busca la sabiduría como a un tesoro, entenderá el temor de Jehová y hallará el conocimiento divino (2:5). El Señor guarda sus veredas y preserva el camino de sus santos (2:8).
Tener discernimiento moral, que se manifestará de la manera siguiente (2:9–22):
- Discernimiento para vivir (2:9–11). “Entonces entenderás justicia, juicio y equidad, y todo buen camino” (2:9). Todo creyente sincero quiere saber cómo aplicar la enseñanza a su vida. Dios iluminará el camino del que recibe la sabiduría a cada paso que da. Además, la sabiduría entrará en su corazón; la ciencia será grata a su alma; será guardado por la discreción, y la inteligencia le preservará (2:10–11). Lo bello de esta enseñanza es que la sabiduría actúa desde adentro de la persona y por el ejercicio de usarla, llega a ser fácil tomar decisiones correctas.
- Protección de hombres perversos (2:12–15). Los hombres malos a que se refiere este pasaje pueden ser incrédulos o creyentes caídos. La frase “que dejan los caminos derechos” (2:13a) lleva la idea de abandonar un camino en que uno ha andado. La triste realidad es que, sin importar que sean inconversos o creyentes descarriados, la condición de su corazón es igual. Hablan perversidades, andan por sendas tenebrosas, se alegran haciendo el mal, se huelgan en las perversidades del vicio, sus veredas son torcidas y sus caminos también (2:12–15). Mientras que el que recibe la sabiduría hace lo correcto naturalmente, el que la rechaza sólo hace el mal. El énfasis de este pasaje es que Dios libra del mal camino al que recibe la sabiduría.
- Protección de la mujer adúltera (2:16–19). En la sección 1:11–19 tomamos nota de las artimañas de los pecadores. Ese pasaje probablemente tiene en mente a hombres entregados al mal. La mujer extraña tiene sus artimañas también y algunas se describen aquí. El autor no quería que su hijo amado, pero inexperto en cuanto a la vida, cayera en su trampa. Por lo tanto, le advierte, pero a la vez le promete que la sabiduría, que ya está en su corazón, lo librará de la mujer adúltera (2:16). La mujer ajena halaga con sus palabras, abandona a su marido y olvida el pacto de su Dios. Ella va directo a la muerte, y se lleva consigo a todos los que se acerquen a ella (2:17–19).
El sabio habitará la tierra, vivirá muy bendecido en ella, y verá a los inicuos desarraigados de ella (2:20–22).
¡PENSEMOS! |
Describa el proceso necesario para obtener la sabiduría. Enumere los beneficios de recibirla. Explique cómo la sabiduría le da discernimiento para vivir, protección de los hombres perversos y de la mujer extraña. ¿Cuáles son las características de los hombres perversos? ¿Cuáles son las artimañas de la mujer extraña? ¿Cuáles el fin de ella y los que a ella se allegan? ¿Cómo piensa aplicar esta lección a su vida? |
Collins, A. (1997). Estudios Bı́blicos ELA: Cómo vivir sabiamente (Proverbios) (12). Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C.