La Paternidad de Dios

Por: pastor Daniel Brito

Título: La Paternidad de Dios

Texto: Juan 10:27-29: «Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen.28 Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano.29 Mi Padre, que me las ha dado, es más grande que todos; y de la mano del Padre nadie las puede arrebatar.»*

Introducción:
Hace solamente unos días celebramos el día de los Padres. El tema del día de los Padres o de las Madres nunca se puede comparar al tema del Amor de Dios, porque Dios es único, Él es amor, Él es justo. Pero estaremos hablando sobre la Paternidad de Dios. En el Nuevo Testamento, JESUCRISTO nos Revela a JEHOVÁ DIOS como el PADRE. Esa revelación nos muestra un Dios Personal, familiar, un Padre. Trataremos los siguientes Puntos:

(1) Una Familia.
(2) La Voluntad del Padre.
(3) La Comunión con el Padre.
(4) La Obediencia es Prueba del amor.

Lección:

1. Una Familia. — En esta lección estaremos hablando de la Familia de Dios, Un Padre y Sus Hijos. Pero para ser parte de esa Familia hay condiciones. Normalmente, cada persona nace en un hogar sin haber escogido ser parte de esa familia. Hay excepciones claramente como la adopción. En el caso de la Familia de Dios, cada persona tiene que escoger si quiere ser parte de la Familia de Dios. Nadie hereda ser hijo de Dios. Se tiene que hacer una decisión.

a. Se dice que no hay amor como el de una madre. Y es cierto que el amor de una madre es bien grande. Pero el amor de una madre o de un Padre es humano, y por lo tanto, es egoísta, hace acepción de personas. Mientras que el amor de Dios es Puro.

b. Primeramente, debemos aclarar que la condición pecaminosa del hombre se debe al libre albedrío, o la voluntad libre para escoger. Eso separa al hombre completamente de los animales que no pueden razonar y su vida es temporal. El hombre es eterno en el sentido que nunca deja de existir y tiene la habilidad dada por Dios de escoger donde pasará la eternidad.

c. Segundo, Dios envió a Su Hijo JESUCRISTO a dar Su vida por nosotros los pecadores para que por ese medio hacernos Miembros de Su Familia. Veamos en el segundo punto cual es la Voluntad de Dios hacia los seres humanos.

2. La Voluntad del Padre. — Es que nadie se pierda. Juan 6:40 dice: «Porque la voluntad de mi Padre es que todo el que reconozca al Hijo y crea en él, tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final.»

a. La Voluntad del Padre es que nadie se pierda. Ese deseo por parte de nuestro Padre Celestial está condicionado a que el individuo crea en Su Hijo JESUCRISTO para vida eterna.

b. Para ser parte de la Familia de Dios hay que creer en El Hijo de Dios JESUCRISTO. El que no cree en el Hijo de Dios, no puede ser parte de la Familia de Dios. No puede ser Oveja del Rebaño de JESUCRISTO. Veamos ahora el punto esencial para una familia y es, la Comunión, o Comunicación.

3. La Comunión con el Padre. — En toda familia debe existir comunión entre el Padre, la madre y sus hijos.

a. En la Familia de Dios, tenemos comunión con Dios el Padre a través de Su Hijo JESUCRISTO que es el intermediario entre el Padre y Sus hijos. Estamos hablando de Un Dios, en Tres Personas. No estamos hablando de “dos” Dioses, sino de “Un Solo Dios.”

b. En primer lugar, JESUCRISTO nos revela que solamente hay una sola forma o una sola “carretera”, como le llamaríamos nosotros hoy día, para ir al Cielo, y es a través del único intermediario JESUCRISTO el Hijo de Dios. Él es el único camino al Padre. Juan 14:6 dice: «Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí.»

i. Según las propias Palabras de nuestro Salvador, nadie puede acercarse al Padre sino es a través de Su Hijo JESUCRISTO.

c. En segundo lugar, no puede haber comunión o comunicación si no existe algún tipo de conversación. A eso le llamamos oración. Orar es hablar con Dios. Toda oración a Dios es dirigida al Padre en el Nombre de JESÚS. Juan 16:23 y 24 dice:

i. «En aquel día ya no me preguntarán nada. Ciertamente les aseguro que mi Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre.24 Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre. Pidan y recibirán, para que su alegría sea completa.»

ii. El Miembro de la Familia de Dios tiene acceso directo al Padre en el momento de la aflicción o de la necesidad. Hebreos 4:16 dice:

(1) «Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos.»

d. Seguimos con nuestro último punto sobre la obligación de todo el que quiere ser parte de la Familia de Dios.

4. La Obediencia es la prueba del amor. — En toda familia hay reglas. Ese tipo de orden ha sido dado por Dios en Su Soberanía desde la creación. De la misma forma Dios exige obediencia a todo el que quiere ser miembro de Su Familia, o de Su Rebaño. Juan 14:21 dice: «¿Quién es el que me ama? El que hace suyos mis mandamientos y los obedece. Y al que me ama, mi Padre lo amará, y yo también lo amaré y me manifestaré a él.»

a. Nadie puede decir que ama a Dios si no obedece Sus Mandamientos. CRISTO JESÚS nos dejó un gran ejemplo sobre lo que la verdadera obediencia es. Filipenses 2:8 dice:

i. «Y al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!»

b. Se dice que durante una de las guerras de Napoleón Bonaparte, después de un día de dura batalla, cuando se aproximaba la noche, se escogieron los centinelas que estarían en guardia en diferentes puestos para cuidar que no fueran atacados de sorpresa. Fueron amonestados que, bajo pena de muerte, se mantuvieran despiertos y cumplieran su obligación. Como a la media noche el Emperador se levantó, y se puso a caminar, encontrando a uno de los centinelas dormido, su arma tirada a su lado. Cansado de la dura batalla del día anterior, y habiendo sido dejado solo, se había dormido. ¿Qué debería hacer el Emperador? El deber del centinela debía de ser cumplido o sino él debería morir. En silencio, el Emperador tomó el arma, y poniéndola en su hombro, hizo el trabajo del centinela hasta el amanecer. Cuando el soldado se despertó, se sintió alarmado. Pero Napoleón simplemente le regresó su arma, amonestándolo a que tuviera más cuidado la próxima vez. Se puede aplaudir este gesto del Emperador como algo digno de admiración, pero recordemos que como leímos en el Texto, JESUCRISTO hizo mucho más que este Emperador, habiendo dado Su Vida por todos nosotros para que nosotros seamos obedientes también, hasta la muerte.

5. Resumen.

a. La Paternidad de Dios nos revela al Padre y a Su Hijo JESUCRISTO. Una Familia, un Rebaño.

b. Las condiciones para Pertenecer a esta Familia son Creer en JESUCRISTO como Salvador de nuestras Vidas, y ser Obedientes a la Palabra de Dios.

Conclusión:

Oremos.

*Toda referencia Bíblica es tomada de la Biblia, Nueva Versión Internacional.

**Este sermón fue predicado en Junio, 2007.