JEHOVA PROVEERA

Todo el tiempo que dedicamos a escuchar su palabra es el tiempo que estaremos cerca de El. Para los obstinados no habrá aceite de la unción en el último tiempo. El Señor mira a la novia que suspira por El. La novia necesita que el Amado se goce con ella. Caminar con el Señor es por valles, alturas, fuego de prueba, escorpiones por el camino, pero también rapto, bautismos y mucho más.
 
Yo debo creer siempre en un Dios que no fue creado, El siempre ha sido Dios. El es único, poderoso y máxima autoridad. El yo Soy, es el gran Yaveh, El gran Creador. Lo positivo no está en la boca solamente sino en el rostro. Lo positivo va unido al amén y se refleja en un rostro saludable.
 
Las almas que no tienen gozo están enfermos. Pero los cristianos que no reflejan un rostro de gozo es porque se han dejado engañar por mucho pueblo que exigían lo que no tenían. El Señor dice: “Yo soy un novio vigilante del nivel de gozo”. Un corazón que muere para que otros vivan es porque necesitan bendecir para vivir.
 
El amor no sirve si no se demuestra.  No vale nada de lo que decimos que somos sino lo que demostramos. Dios tienen hijos sufridos (hablamos hijos verdaderos). Estos nunca usarán de osadía, si no que perderán antes de perjudicar. Solo los padres verdaderos están autorizados para llegar con la palabra hasta el tuétano de la vida. Hijos verdaderos son aquellos que se acercan al altar de Dios con su lámpara para arreglarla en toda pequeña o grande fisura. Nada puede hacer la palabra profética por mí si yo no creo en ella. La mente de Cristo desciende del calvario y se  implanta en mi. El  joven rico reconoció correctamente a Jesús como Mesías y Maestro, pero no se sometió ni se sujetó y por eso no pudo hacer nada Jesús por él.
 
Por muchas obras que hagamos dentro de la congregación no nos redimimos. Solo creyendo y aceptando la Sangre será como nos sanaremos y seremos salvos. ¿En qué dirección pedimos? ¿Somos siervos llenos de fe y sujetos a su palabra? Quien tiene un corazón nuevo, tiene una nueva conciencia.
 
¿Quién puede estar orgulloso de Dios?  Aquellos que son provistos por El : sea lluvia, sea sol, enfermedad, abundancia, etc. Lo que más busca el Padre, es hijos que le deleiten de pura gracia. Nuestro egoísmo nos hace   visualizar un Dios tipo jefe de una ONG como si la profesión que viene de El, sea solo física. Todo lo contrario El es eterno y extenso su poder y su Amor. Los testimonios del Señor son los que nos harán sabios.
 
GENESIS 22:13,14 Jesús sustituyó el sacrificio que nos pertenecía. El zarzal atrapó y enredó al carnero que sustituyó a Isaac. La corona de espinas enredó al cordero que fue Cristo. Tres días cargó la leña hasta el lugar del sacrificio todo lo que necesitó hacer Abraham para “sujetar a su hijo” fue atarlo. Jesús se dejó atar como un reo de muerte. El Padre no proveyó de cordero con Jesús, para ofrecerlo como sacrificio en mi lugar.
 
Ninguno discernió el tipo de cordero que tenía delante. Jesús no obligó a nadie a que se le sujetase. Jesús es nuestra provisión, Jesús sustituto injustamente condenado. Si me sujeto en perfecta sumisión apartaré de mi vida toda sombra de muerte y de injusticia. Primero tengo que ir a Jesús y cuando me he sujetado en perfecta sumisión, entonces el Padre podrá mirarme a través de la cortina de la sangre de su Hijo.
 
Si mi vida no sirve a la autoridad, El Padre no me considerará digno de sufrir. Los mártires del Padre tienen vida solo para Dios. A los ojos de los demás no viven. Abraham reconocía y se sujetaba a Jehová. Nadie puede ser provisto por medio de otro que no sea Él. Más que arrancar la maldad de un corazón tengo que aborrecerla. Desearan la vida para vivirla en Él. Su lluvia reanima la tierra seca y árida que ya huele a causa del pecado. Cuando su unción cae en una reunión debemos poner nuestra lámpara debajo para que se llene. Su unción abraza y te enseña quien es Jesús.
 
La unción que el nos provee, nos lleva a que no pequemos. Si su provisión de santidad me visita, no habrá intención alguna de pecar. Él no condena a nadie, es el pecado que dejo que more en mí, este si me condenará. Hacerse amigos del Pastor pero no guardar la Palabra que él nos predica, es de falsos. No seremos verdaderamente libres hasta que después de confrontar el pecado, seamos valientes y desechemos con aborrecimiento nuestro pecado.