El secreto es la santidad

2 Corintios 7:1

¿Cuántas veces te has topado con una barrera mientras vas en busca de tus metas o anhelos?, creemos que vamos por buen camino, buscando eso que tanto anhelamos, y solo vemos obstáculos y problemas que no nos permiten alcanzar esos sueños o metas que queremos lograr en nuestra vida.

A veces tenemos alguna promesa o palabra que Dios nos ha dado y nos aferramos y luchamos por alcanzarla, oramos incansablemente, y peleamos por ella, pero conforme pasa el tiempo y vemos que no pasa nada positivo, si no, que por el contrario, más se aleja de nosotros, es cuando empezamos a rendirnos y dejar de lado esas promesas tan preciosas que El Señor nos dio.

Solo podemos ver una gran barrera de problemas y pruebas que esta frente a nosotros, y nos impide el paso hacia nuestro anhelo, y ¿sabes qué?, detrás de esa gran barrera esta eso que tanto quieres alcanzar.

Pero, qué difícil es tratar de cruzar esa muralla y no lograrlo, que difícil es insistir e insistir y ver que parece hacerse más grande, cada vez más lejos de nuestro anhelo, sin fuerzas para seguir luchando, pero, ¿estaremos haciendo lo correcto para atravesar el muro?, hay algo que podemos hacer para que esta muralla empiece a verse más pequeña, para lograr cruzar y apoderarnos de nuestro sueño.

Los estudios biblicos y predicas cristianas basados en la palabra de Dios nos dicen que el secreto para lograr vencer esas barreras, es la santidad.  Esto no quiere decir que no podemos hablar de cierta manera, o ponerme cierta ropa o hacer ciertas cosas.  La santidad quiere decir apartarse del pecado, no contaminarnos con las cosas del mundo, alejarme de las cosas que no agradan a Dios.

En 2 Corintios 7:1, la palabra de Dios nos dice: “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”, en este versículo Dios nos dice algunas cosas que debemos hacer:

Los mensajes cristianos nos hablan de promesas, esas promesas que están en la palabra para todos los que en Él creyeren, y las promesas que Dios en alguna oportunidad nos ha dado a cada uno.

El Señor nos dice que ya que tenemos esas promesas; debemos limpiarnos de toda contaminación de carne y de espíritu.  Debemos alejarnos de todo aquello que pueda ser de contaminación para nuestro cuerpo, y además debemos buscar cada día más la presencia de Dios.  ¿Cómo debemos de buscar la presencia de Dios?

Los estudios bíblicos y predicas cristianas nos enseñan que esto es algo que podemos lograr, orando, ayunando, pidiendo su misericordia, para limpiar nuestro espíritu y para lograr apartarnos de todo lo que a Él no le agrada.

A través de mensajes cristianos Dios nos dice que debemos perfeccionarnos en la santidad en el temor de Dios, debemos progresar constantemente en la santidad no por agradarse a uno mismo, o por lo que dirán las personas que nos rodean, sino con el temor de Dios, buscando siempre de su presencia y creyendo que solo con su ayuda lo podremos lograr.

Si ya tenemos las promesas, es nada mas de alejarnos de toda contaminación y tratar de ser irreprensibles en santidad delante de Dios, como dice la Biblia en 1 Tesalonicenses 3:13.

Según Josué 1:5-9, hay algunas cosas que nos pueden ayudar a acercarnos a esta santidad que Dios nos pide:

Esforzarse: Josué 1:6, esfuerzo quiere decir, emplear toda nuestra fuerza, para conseguir algo, venciendo dificultades, debemos esforzarnos para lograr primero la santidad que Dios nos pide para alcanzar nuestros anhelos, si estamos esforzados las pruebas que nos topamos en el camino serán más fácil de vencer.

Ser valiente: Josué 1:6, valentía es ejecutar un hecho con valor, si queremos lograr atravesar la muralla que interfiere con nuestro sueño, debemos ser valientes, para que ninguna prueba o para que la misma muralla no nos aparte del camino que llevamos para lograr nuestro objetivo, además es tan importante ser valiente que Dios no lo recalca en los versículo 7 y 9.

Nunca apartarnos de la ley: Josué 1:8, El Señor Jesús nos manda a que nunca nos apartemos de la ley, ósea la Biblia, más bien nos dice que de día y de noche meditemos en ella, para que guardemos y hagamos todo lo que está escrito, esto hará prosperar nuestro camino y todo nos saldrá bien. No debemos apartar nuestra vida de la palabra de Dios, en ella están todas las respuestas que necesitamos para vivir mejor.

Y si somos esforzados, valientes, no nos apartamos de la ley y buscamos día a día la santidad, Dios nos dice en Josué 1:5, que Él siempre estará con nosotros y nunca nos dejará ni nos desamparará.  Con la ayuda de Dios vamos a lograr primero alcanzar esa santidad que Él tanto nos pide, además de atravesar la muralla que nos impide el paso para lograr nuestras metas, logros, objetivos, anhelos, llámalo como quieras.

Al otro lado de esa muralla, están los frutos de tu esfuerzo, eso que siempre has deseado, esas promesas que llevas guardadas en tu corazón con tanto amor, solo busca la santidad y antes de los que creas lograras que esa barrera empiece a hacerse más pequeña.

Si no estamos en santidad como Dios quiere, Él nunca nos permitirá ver más allá de esa barrera, ¿te lo puedes imaginar?, estar muy cerca de alcanzar esa promesa y por no ser obedientes a Dios no poder disfrutarla, nos quedaremos viendo para siempre esa muralla.

Anímate a buscar esa santidad que el Señor Jesús nos pide, es el secreto para que logres lo que tanto anhelas, no te arrepentirás.

Que Dios te bendiga

C. El hombre para poder servir a Dios en obediencia, necesita ayuda continua. Esto es lo que te ayudará a mantenerte en el camino una vez estés dentro de él (1º Samuel 2:9; Judas 24, 25).

Los estudios bíblicos nos enseñan que los apóstoles, después de ser amenazados si seguían predicando a Cristo, se reunieron y se tomaron de las manos pidiendo a Cristo que les ayudara para seguir hablando en su nombre con denuedo y para seguir haciendo milagros. Cuando se quiere servir a Dios, se le pide ayuda a Él.

II. Muchas personas enfrentan la amenaza de la destrucción, no por terquedad sino por falta de reflexión.

Ver 26-27

La frase cualquiera que oye mis palabras y no las obedece, tienen un grande significado en la vida del hombre; eso indica que cada quien es libre para oír o no, para obedecer o no. Santiago 1:22-25.

Muchos están en el fracaso y otros en la orilla, por no detenerse a meditar en lo que les va pasar; los juicios de Dios no vienen en el instante en que pecamos o abandonamos a Dios, sino con el tiempo.

A. Tres clases de pruebas sufre la construcción, tanto prudente como insensata; lluvia, torrente y vientos.

Las tres destruyen todo a su paso; solo las buenas construcciones las soportan, mientras que las débiles se caen.

Nótese que Jesús no indica que el hombre insensato era inmoral o dedicado a vicios escandalosos. Uno obedecía las palabras de Jesús; el otro no. Uno edifica sobre la peña, un cimiento sólido (1 Cor. 3:11); el otro sobre la arena, un cimiento inseguro.

Los cimientos no son visibles al ojo humano, pero las pruebas revelan la clase de cimientos. Hay un contraste radical en la manera que ambos soportaron las pruebas. La casa construida por el prudente soportó todas las pruebas, mientras que la casa del otro se desmoronó.

Conclusión:

Cristo está puesto como cimiento y toda otra cosa fuera de Cristo es arena. Algunos construyen sus esperanzas en la prosperidad mundanal; otros, en una profesión externa de religión. Sobre estas se aventuran, pero esas son toda arena, demasiado débiles para soportar una trama como nuestras esperanzas del cielo.

Hay una tormenta que viene y probará la obra de todo hombre. Cuando Dios quita el alma, ¿dónde está la esperanza del hipócrita? La casa se derrumbó en la tormenta, cuando más la necesitaba el constructor, y esperaba que le fuera un refugio. Se cayó cuando era demasiado tarde para edificar otra.

El Señor nos haga constructores sabios para la eternidad. Entonces, nada nos separará del amor de Cristo Jesús.