“Volvió luego David para bendecir su casa; y saliendo Mical a recibir a David, dijo: ¡Cuán honrado ha quedado hoy el rey de Israel, descubriéndose hoy delante de las criadas de sus siervos, como se descubre sin decoro un cualquiera!” (2 S. 6:20).
Introducción
Después del arca del pacto ser trasladada a la ciudad de David (6:13); el ungido con vestido de lino fino danzó fuertemente delante de Jehová (6:14). Con su espíritu efervescente y alegre, el ungido va a su casa para bendecir a su familia (6:20). Por causa de la bendición sobre los ungidos, Dios bendice a su casa. Al llegar a su casa, su esposa Mical, que tenía algo del espíritu de Saúl en ella, lo criticó severamente y lo trató como a “un cualquiera” (6:20).
El ungido le habló con el acento de un espiritual y le manifestó su verdadera motivación (6:21). La opinión negativa de una carnal Mical no le quitaría al ungido su espíritu de adorador (6:22). El castigo que parece haber recibido Mical como consecuencia de su crítica fue ser estéril toda su vida.
- El deseo
“Volvió luego David para bendecir su casa…” (6:20).
El ungido quiso ser de bendición a su casa, es decir a su familia. ¿De qué vale bendecir a otros, y no bendecir a la familia? ¿Ganar a otros para Cristo, y no tener testimonio convincente con la familia?
Los ungidos buscan compartir su bendición con los suyos. El Señor Jesucristo le dijo al gadareno transformado: “Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo y cómo ha tenido misericordia de ti” (Mr. 5:19). El gadareno fue el primer misionero y evangelista en la Decápolis, en esas diez ciudades proclamó las maravillas de Jesús de Nazaret (Mr. 5:20).
Hoy día nos encontramos con muchas contradicciones a lo antes expuesto. A saber: pastores que no pastorean su familia, evangelistas que no ganan a su familia, conferencistas matrimoniales que están divorciados o que tienen problemas en su matrimonio.
Los ungidos son personas de familia. Salen y hacen ministerio, pero siempre regresan a su familia con la bendición. La familia es importante en el ministerio de cualquier ungido.
- El menosprecio
“¡Cuán honrado ha quedado hoy el rey de Israel, descubriéndose hoy delante de las criadas de sus siervos, como se descubre sin decoro un cualquiera!” (6:20).
Una de las cosas que quizá produjo resentimiento en Mical, es que por medio de Is-boset esta le fue quitada a Paltiel (2 S. 3:15). Mical era una mujer resentida contra su marido David. Por eso en un momento tan espiritual, su resentimiento la lleva a juzgar al ungido.
El ungido se había “vestido con un efod de lino” (6:14). En Éxodo 28:42 leemos: “Y les harás calzoncillos de lino para cubrir su desnudez; serán desde los lomos hasta los mulos.” Su vestido era más corto que el tradicional. Situación que aprovecho Mical para criticar al ungido.
Los carnales siempre andan velando a los ungidos para tomarlos en alguna falla y de esa manera fustigar los con sus críticas. Los ungidos están bajo la mirilla telescópica del enemigo. Por eso tienen que cuidarse en lo que dicen, dónde van, cómo visten y con quién andan. Los ungidos están entre los más buscados del enemigo y por sus cabezas hay grandes recompensas.
La actuación a veces extraña y ridícula de los ungidos, se presta para la crítica de los que no conocen bien su corazón. Mical menospreció al ungido porque no conocía bien su actividad religiosa, Dios la vio como una expresión de alabanza.
Primero, Mical le dice: “¡Cuán honrado ha quedado hoy el rey de Israel…!” En otras palabras acusa al rey de no haber guardado su decoro, su protocolo como monarca. Para ella ese día en que el rey danzó delante del arca vestido de lino fino, se deshonró así mismo.
Segundo, Mical le dice: “¡…descubriéndose hoy delante de las criadas de sus siervos…!” David no estuvo desnudo simplemente no se vistió de la manera tradicional. Los adoradores son innovadores, la tradición no los puede amarrar a patrones y a formas. Para Dios siempre se inventan algo nuevo.
Mical estaba más preocupada por la opinión de las criadas de los siervos, que por la opinión de Dios. Para el ungido lo que opina Dios es de más importancia que lo que el mundo pueda murmurar.
Tercero, Mical le dice: “¡…como se descubre sin decoro un cualquiera!” La carnal acusa al ungido de no ser espiritual. Lo estaba tratando como a “un cualquiera”. El ungido no es “un cualquiera”, es un príncipe de Dios, un apoderado del cielo, una persona muy importante.
III. La aclaración
“Entonces David respondió a Mical: Fue delante de Jehová, quien me eligió en preferencia a tu padre y a toda tu casa, para constituirme por príncipe sobre el pueblo de Jehová de Israel. Por tanto danzaré delante de Jehová” (6:21).
El ungido le aclara a Mical que danzó “delante de Jehová”. Su motivación fue mayor que su acción. Luego le aclara a Mical, que él había sido electo por preferencia divina, sobre Saúl su padre, y sobre la casa de ella. Mical aunque se había casado con el ungido, no había cambiado credenciales de la “casa de Saúl”, a la “casa de David”. Ella vivía todavía en el reino del mundo, y no había abrazado el reino del Espíritu. El ungido sabía que tenía el cuerpo de ella, pero no había conquistado su corazón. Muchos se casaron con el ministerio del ungido, pero no lo harán de corazón. Lo harán más por conveniencia que por entrega total.
El ungido le habló con aplomo: “Por tanto, danzaré delante de Jehová”. Ni ella, ni nadie, ni la crítica… nada frenaría al ungido de continuar danzando delante de Jehová.
Hoy día el espíritu de Mical que busca la rutina, la monotonía, el aburrimiento y el conformismo, necesita ser confrontado con el espíritu de David, el espíritu de la alabanza y la adoración.
Conclusión
(1) El ungido buscará siempre bendecir a su familia. Es decir, a todos los que están bajo su cobertura espiritual. (2) El ungido reconoce que sus actuaciones serán criticadas, y hasta menospreciados, pero no por eso se detendrán en su deseo de servir a Dios. (3) El ungido no permitirá que el espíritu de Mical lo haga un impotente en su adoración a Dios.
Kittim, S. (2002). David el ungido – sermones de grandes personajes bíblicos : Kittim, Silva (213). Grand Rapids, Michigan, EE. UU. de A.: Editorial Portavoz.