Predicas Cristianas | Sermones Cristianos
Los estudios biblicos y predicaciones cristianas nos enseñan que el hombre fue creado a imagen de Dios, en un estado de pureza, limpio, sin mancha y en santidad porque no tenía pecado; el hombre no pidió ser creado, pero Dios lo creó para cerrar con broche de oro su obra maestra de la Creación.
Génesis 2:7-15
Detengámonos un momento aquí para ver tres observaciones muy importantes.
Primero:
Los estudios bíblicos nos revelan que cuando Dios creó al hombre, no lo creo dentro del huerto del Edén como hemos creído; sino que lo formó fuera del huerto, y aunque realmente No sabemos el lugar donde lo formó, pero si lee atentamente el versículo 8, verá lo que dice: “Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso ahí al hombre que había formado.”
Segundo:
Está en el versículo 15 que dice: “Tomó pues Jehová Dios al hombre que había formado, (de donde lo había formado) y lo puso en el huerto del Edén para que lo labrara y lo guardase;” fíjese que Adán fue puesto ahí cuando ya era Adán, ya estaba creado y lo tomo Jehová y le dio el cargo de administrador del huerto con la difícil tarea de ponerle nombre a todo.
Tercero:
Esto es precisamente lo que conocemos como la caída del hombre, versículo 16-17: “Y mandó Jehová Dios al hombre diciendo; de todo árbol del huerto podrás comer; versículo 17mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás porque el día que de él comieres de cierto morirás.” Este fue el momento de la primera acción maligna del diablo para contrarrestar la voluntad de Dios para el hombre y para hacer caer en pecado desde sus inicios al hombre. Fíjese un poco en estos dos versículos, y hágase esta pregunta: ¿Por qué cayó el hombre en pecado? La respuesta es simple, porque desobedeció la voz de advertencia que Dios le dio.
La orden era tajante, no comas de ese árbol; teniendo 20 mil especies de árboles y plantas para comer hasta saciarse; él tenía que ir a darle una probadita al pecado, esa probadita, le costó cara porque le causó la expulsión del huerto que era su casa; le costó la separación de Dios y la muerte espiritual; su relación con su creador fue despedazada ese día. Perdió la pureza de su propia creación, aquella con que Dios lo había formado y cayó en el pecado transgrediendo así la ley de Dios.
Le quiero invitar a que tome su Biblia y lea 1 de Juan 3:4 que dice: “Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley.” Para Adán no fue difícil desobedecer, así como desobedeció; transgredió, y como transgredió también cayó de la gracia de Dios. A partir de ahí, el hombre ahora nace en pecado, y a esto se le llama el pecado innato, adámico o hereditario porque viene desde Adán.
Arrepentimiento:
El salmista David decía; Salmos 51:1-5 – Ten piedad de mi Oh Dios conforme a tu misericordia, conforme a la multitud de tus piedades; borra mis rebeliones, lávame mas y mas de mi maldad y límpiame de mi pecado, porque yo reconozco mis rebeliones y mi pecado esta siempre dentro de mi.
Destituidos:
Por otro lado allá en Romanos 3:23 la palabra de Dios dice: “Por cuanto todos pecamos, estamos destituidos de la gloria de Dios;” lo que pasa es que cuando hay pecado en nosotros, este nos aleja de Dios creando una barrera impenetrable entre lo divino y lo humano, entre Dios y los hombres, entre lo Santo y lo inmundo. No existe en toda la creación ningún medio de unión entre Dios y el pecado, pero si hay una forma de limpiarnos del pecado, y esa forma es la gracia de Dios.
Efesios 2:8 dice; “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe, esto no es de vosotros pues es un don de Dios;” no por obras para que nadie se gloríe pensando que porque hace, hizo o hará alguna obra buena, ya tiene derecho o ya merece ser salvo. La salvación es para el hombre, única y exclusiva mente por la infinita gracia de Dios, no hay otra razón que justifique la salvación del ser humano, más que la gracia de Dios. De no haber sido por su gracia viviríamos muertos en nuestros delitos y en pecado.
El valor de su gracia:
Como todos los cristianos sabemos, el hombre no puede comprar la salvación, pero la puede obtener porque Dios es bueno tan solo por su gracia, pues la salvación del hombre pecaminoso le dará a Dios el poder la gloria la honra y la alabanza y el honor. Que Él y solo Él se merece.
El don de la salvación por gracia nos viene a nosotros de parte de Dios quien nos ama y por su gracia misma nos perdona, nos limpia, nos purifica, nos justifica, nos regenera, y nos salva. Gracias sean dadas a Dios.
1 Juan 3; 3 dice: Y cualquiera que tiene esta esperanza en Él, se purifica como Él también es limpio. La pureza de Él nos la da a nosotros al momento de justificarnos. Romanos 5:1 dice: Justificados pues por la Fe, tenemos Paz para con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo.
¿Y por qué por medio de Él? Porque en ningún otro hay salvación porque no hay otro nombre bajo del cielo en el cual podamos ser salvos.
La gracia de Dios para nosotros es gratuita. Romanos 3:24 dice: “Siendo Justificados gratuitamente por su gracia por la redención que es en Cristo Jesús.” ¿Acaso hemos pagado algún dinero por nuestra salvación? No, pues todo el acto de limpieza de nuestros corazones, ha sido gratuito por la inmensurable gracia de Dios y su inmenso amor por el hombre, mismo que le hizo venir a morir en aquel madero por nosotros.
La parábola del hijo pródigo es un gran ejemplo de la gracia de Dios, y es digna de reflexionar. El hijo se fue, se llevó el dinero y lo malgasto, lo derrocho, tiempo después cuando ya no tenía nada, arrepentido, vino a su padre y le dijo: padre he pecado contra el cielo y contra ti, ya no soy digno de llamarme tu hijo, pero si tienes gracia para mi, hazme como uno de tus jornaleros.
La reacción de aquel padre fue de:
Perdón; porque aquel hijo que regresaba arrepentido; Dios también nos perdona cuando venimos a Él arrepentidos.
Gracia; el padre no le hizo ningún reclamo ni reproche a su hijo por el dinero mal gastado y le permitió entrar otra vez al seno familiar. Tampoco Dios nos reclama cuando pecamos, nos advierte del peligro, pero nos perdona.
Fiesta; matad el becerro mas gordo y poned en él el mejor vestido porque este mi hijo perdido era y ha sido hallado; también hay fiesta en el cielo cuando un pecador se arrepiente. Y esto es lo que simboliza la gracia de Dios para nosotros, gracia que nos envío a través de su hijo Jesucristo quien se entregó voluntariamente para redimirnos de nuestros pecados.
El hombre:
¿Qué es el hombre? Polvo nada más, pero la gracia es el medio que Dios usa para darle valor al hombre. Efesios 1:6 dice: “para alabanza de la gloria de su gracia con la cual nos hizo aceptos en el Amado;” esto nos valoriza haciéndonos como perlas de gran precio.
10 aspectos de la gracia de Dios:
Uno: La gracia de Dios es grande: Hechos 4:33. La gracia de Dios era reflejada en los apóstoles que le servían con grande gozo y gran gracia.
Dos: La gracia de Dios es soberana. Romanos 5:21. Si el pecado reinó en nosotros para muerte, la gracia ahora reina en nosotros para vida eterna, ya no tenemos razón para volver a pecar porque ya no vivimos por el pecado sino por la gracia.
Tres: La gracia de Dios es Rica. Efesios 1:7 y 2:7. Dios nos hizo aceptos en el Amado y nos dio redención por su sangre y remisión de pecados por las riquezas de su gracia, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia.
Cuatro: La gracia de Dios es inminente; 2 Corintios 9:14. Tenemos el don inefable de la eminencia de Dios actuando a nuestro favor cuando por su gracia y amor hemos sido salvos.
Cinco: La gracia de Dios es variada; 1 Pedro 4:10. Hay variedad de maneras en las que Dios se manifiesta en nosotros.
Seis: La gracia de Dios es suficiente; 2 Corintios 12:9. Pablo pasaba por tiempos difíciles de sufrimiento, y quizá también de dolor con una enfermedad, a la que él llamaba un aguijón. ¿Qué enfermedad era? No sabemos a ciencia cierta, pero lo que si afirmamos con toda seguridad es que la gracia de Dios estuvo con él en su angustia. La respuesta de Dios fue: “Bástate mi Gracia” porque con ella no necesitas nada más. Quiero que te des cuenta que en tus flaquezas es donde yo me perfecciono, y en tus debilidades yo te hago fuerte.
Siete: La gracia de Dios es abundante; Romanos 5:20 y 5:15. La gracia de Dios abunda en nosotros y cuando salimos del pecado y venimos a Él, la gracia de Dios es mayor, si es grande la dicha, mayor es su gracia si más son las penas mayor es su paz.
Ocho: La gracia de Dios es verdadera; 1 Pedro 5:12. La gracia de Dios no es una mitología ni un cuento chino, no es una ideología tampoco un invento de las religiones, la gracia de Dios es verdadera, esta ahí presente a disposición del que la desee tener solamente demándela de Dios y Él se la dará.
Nueve: La gracia de Dios es gloriosa; Efesios 1:6. Nos ha lavado para alabanza e su gloria. (Amen)
Diez: La gracia de Dios, no es vana. 1 Corintios 15:10. La gracia de Dios es la que construye nuestro porvenir espiritual y ya no somos nosotros mismos sino que somos personas nuevas, llenos de la gracia de Dios. Pablo decía, para mi el vivir es Cristo, y el morir es ganancia pues ya no vivo yo, más Cristo vive en mi, lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la Fe gloriosa de nuestro señor y salvador Jesucristo.
Aprendamos a depender de la gracia de Dios ante cualquier adversidad de la vida, la gracia de Dios me bastara.
Repítalo otra vez: La gracia de Dios me bastara.
* Si estoy alegre, la gracia de Dios me bastara.
* Si estoy triste, la gracia de Dios me bastara.
* Si estoy enfermo….
* En un hospital….
* En la escuela….
* En el trabajo….
* En la cale….
* En la casa….
* En la Iglesia….
* Ante mis necesidades económicas….
Conclusión
Estimado amigo lector; si usted desea que la gracia de Dios le alcance y le limpie de todos sus pecados y desea entregar su vida a Él, ahora es el tiempo. Si puede, cierre sus ojos y dígale:
Señor se que he sido un pecador, pero también se que Tu gracia es suficiente para rescatarme, ahora te pido perdón, toma mi vida y hazme un hombre nuevo tan solo por tu gracia para mi te lo pido en el nombre de Cristo Jesús, Amen.
6. “Porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios,” el Señor ha buscado pero no ha hallado las obras de los creyentes de Sardis. Las obras de los creyentes de Sardis estaban falta de aprobación divina porque, no eran generadas por una fe genuina. Lo que se reprocha no es la cantidad de las obras sino la calidad de la obras de aquella iglesia.
III. LA ADVERTENCIA:
“Acuérdate… de lo qué has recibido… oído… guárdalo, y arrepiéntete…” (V. 3).
1. Ellos debían recordar como habían recibido y oído el evangelio.
Aparentemente hubo un tiempo cuando habían experimentado celo y entusiasmo como cristianos jóvenes. Como el Eunuco Etíope, cuando escuchó y respondió al mensaje del evangelio, ellos siguieron gozosos su camino. Necesitaban recordar esa conmoción inicial.
2. Dios nos ha dado un número de cosas que permanecerán como memoriales para nosotros.
* A). Las Escrituras nos colocan en remembranza de las cosas que Dios ha hecho por nosotros (2 Tim. 2:15; 2 Ped. 1:12-13).
* B). Cada vez que uno es bautizado en Cristo, eso debe recordarnos la muerte, sepultura y resurrección de Cristo (Rom. 6:3-4).
* C). La Cena del Señor debiera recordarnos del cuerpo, vida, sangre y muerte del Redentor de la humanidad (1 Cor. 11:24-26).
* D). El regalo de la gracia recibido por la fe en Cristo (Rom. 5:8; Ef. 2:8).
3. El dice “guárdalo y arrepiéntete.” Me parece que el arrepentimiento es la cosa más difícil que el hombre debe invocar para hacer. Los creyentes de Sardis tenían la necesidad urgente de arrepentirse de la manera en que habían utilizado la riqueza espiritual que habían recibido del evangelio. No era un mero reconocimiento de que estaban actuando mal, sino llevar a cabo un cambio de rumbo que los acercara a Dios.
4. Guardar aquellas cosas que son buenas y correctas y arrepentirnos de aquellas cosas que son incorrectas.
* A). No es difícil conseguir que una persona crea que Jesús es el Hijo de Dios, si es de una mente abierta e imparcialmente examina la evidencia.
* B). Usualmente no es difícil persuadir a una persona para que sea bautizada si verdaderamente cree en el Señorío de Jesús y entiende las enseñanzas de Jesús sobre esto.
* C). Lograr que una persona se arrepienta es una cosa muy difícil.
5. El arrepentimiento es un cambio de corazón. En 2 Cor. 7:10 nos es dicho que el verdadero arrepentimiento produce tristeza. La tristeza piadosa produce arrepentimiento, pero la tristeza del mundo produce muerte. Un hombre podría emborracharse y estar triste al día siguiente. Eso no es necesariamente tristeza piadosa. Podría estar triste a causa de que tiene dolor de cabeza y una sed elevada. Podría estar triste a causa de que hizo una necedad de sí mismo. Podría estar triste porque violó la ley y fue encarcelado.
6. La tristeza piadosa viene cuando uno está triste porque ha pecado contra el Dios del cielo. Esto lleva al arrepentido a la decisión de que no volverá a hacer eso una vez más, que va a vivir como Dios lo enseña desde ese momento en adelante.
7. A estos miembros en Sardis se les dijo: “Pues, si no velas, vendrá sobre ti como ladrón y no sabrás a que hora vendré sobre ti.” Es una frase condicional que dice que la advertencia puede ser posible. Pero es interesante notar que la segunda venida para juzgar al mundo es descrita en lenguaje similar (Mat. 24:36,43-44; 1 Tesal. 5:2; 2 Ped. 3:10). Jesús vendrá como ladrón en la noche. Es Su diseño entrar cuando las personas menos lo esperen.
8. No obstante, a través de los siglos, han existido aquellos que han hecho lo posible por discernir el tiempo de la segunda venida de las Escrituras, y aquellos que han afirmado que el tiempo les fue revelado a ellos, todos sus esfuerzos han fallado y todos los esfuerzos futuros fallarán porque Su venida será como ladrón.
IV. LA ALABANZA PARA UNOS POCOS:
“Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas.” (V. 4)
1. Había un remanente fiel en Sardis que no había contaminado sus vestiduras. Por no manchar sus vestiduras se quiere decir que no habían manchado sus almas con el pecado. Es decir, andaban en santidad delante del Señor.
2. El Señor no pierde de vista a los pocos fieles en medio de la masa impía. Él conoce los que son suyos. Hubo unos pocos que no se habían dado al espíritu del compromiso y la complacencia. Probablemente eran ridiculizados por los otros miembros.
3. “Andarán conmigo,” expresa una comunión íntima y personal (conmigo). Si aquellos que caminaron con el resucitado, ardían sus corazones: ¡Lo impactante que será caminar con el Señor por la eternidad!
4. “En vestiduras blancas,” habla de la pureza y la santidad que Dios exige para que alguien entre en su presencia. “Porque son dignas,” es una dignidad únicamente para los santos en Cristo (Lc. 20:35; EF. 4:1; Fil.
1:27; Col. 1:10).
5. ¿Cómo quiere que se le recuerde? Como personas que dieron marcha atrás o personas que vivían en pureza y santidad para Dios. Nosotros no tenemos méritos algunos para agradar a Dios. Eran las personas más raras, las personas de ideas y costumbres atrasadas, pero Jesús dijo: “son dignos.”
V. LA PROMESA:
El que venciere será vestido… no borraré su nombre…confesaré su nombre” (Vv. 5-6). Tres promesas son dadas a aquellos que son dignos, que no mancharon sus vestiduras:
1. “Serán vestidos de vestiduras blancas.” El blanco es el color de la pureza. Jesús dijo: “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios” (Mat. 5:8). El vencedor será revestido de vestiduras blancas como exhibición de festividad. Además es galardón para aquellos que fueron fieles a Cristo.
2. Prometió “no borraré su nombre del libro de la vida.” A menudo leemos de este libro (Filip. 4:3; Apoc. 20:15; 21:27). En el Antiguo Testamento el libro de la vida era el registro de todos los que tenían ciudadanía en la comunidad del pueblo de Israel. Es una idea común en las ciudades griegas y romanas de aquellos tiempos. Pues, mantenían una lista de ciudadanos conforme a su clase o tribus, en la que los nuevos ciudadanos eran inscritos y de la que los ciudadanos indignos eran borrados.
3. Aquí vemos una promesa positiva de que los nombres de éstos de ninguna manera serán borrados del libro de la vida. Hay quienes quieren ver aquí la posibilidad de la perdida de la salvación. Pero, tal enseñanza no aparece en toda la Biblia. En Ex. 32:32, Moisés pidió a Dios que quitase su nombre del libro de la vida, pero la petición le fue negada.
4. En los tiempos antiguos, los nombres de quienes morían físicamente eran borrados de las listas de las ciudades. Las autoridades sólo mantenían un padrón de los habitantes vivos. De la misma manera en el libro de la vida sólo permanecen inscritos los nombres de quienes tienen vida espiritual por haber puesto su fe y confianza en la persona de Jesucristo ( 1ª Juan 5:1).
5. El nombre de una persona puede constar en la lista de una iglesia, sin que esa persona sea salva. ¡Qué sorpresas habrán cuando «se abran los libros»! (20:12). El creyente en Cristo tiene la absoluta garantía de la Palabra del Señor: “Y no borraré su nombre del libro de la vida.”
6. “Confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.” El Señor Jesús dijo: “A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos” (Mt. 10:32). Es probable que muchos de la iglesia de Sardis, presionados por el ambiente religioso-cultural, se avergonzaban de dar testimonio de su fe en Cristo.
7. “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.” El Señor hace un solemne llamado en forma personal y colectivo. Una iglesia nunca será más allá de los compromisos de sus miembros. El Espíritu habla a las iglesias, pero el mensaje es personal para cada uno de los miembros de la iglesia y para nosotros hoy día.
Conclusión.
1. La iglesia de Sardis era culpable por su aridez espiritual. Habían abandonado la responsabilidad de testificar de Cristo. Es probable que la mayoría de sus miembros profesaban ser cristianos pero no habían nacido de nuevo. Sin embargo, había un pequeño remanente fiel al Señor.
2. Las iglesias de hoy día y los cristianos como individuos debemos prestar oído al mensaje del Señor a la iglesia de Sardis. Las iglesias necesitan ser vigilantes y fortalecer las cosas que quedan.
3. Es necesario advertir que no basta con tener el nombre inscrito en el libro o registro de una iglesia aquí en la tierra. Lo verdaderamente importante es tener la certeza de que, por la fe en la persona del Señor Jesucristo, nuestro nombre ha sido inscrito en el libro de la vida. ¡Si es posible ser un cristiano digno hoy en día, porque mi nombre está inscrito en el libro de la vida!
Fuente: www.centraldesermones.com