El dar gracias a Dios

Predicas Cristianas| Estudios Biblicos

Lucas 17:11-19

Introducción:

Tenemos un Dios grande y maravilloso, un Dios bueno y poderoso, que nos colma de favores y misericordias cada día, todos los días. Un Dios, que no ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados. Por tanto tenemos muchas grandes razones y muy poderosos motivos por los cuales estar y ser agradecidos con nuestro buen Dios y Padre celestial.

I. ¿Qué es el dar Gracias?

El dar gracias es el volverse (entonces uno de ellos viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz v15) o devolverse con expresiones o acciones hacia quien nos ha hecho un favor, o nos ha brindado ayuda o nos ha hecho bien; cuando alguien nos obsequia algo, nos dirigimos hacia él con una sonrisa o un abrazo o con palabras de agradecimiento y entre mas valioso es el obsequio, el favor o la ayuda que recibimos, mas grande es nuestro agradecimiento para quien nos lo da.

Y son esas acciones y expresiones que damos o hacemos cuando reconocemos el gesto y la amabilidad de alguien para con nosotros, las que nos hacen ser agradecidos y la carencia de ellas nos hacen ser mal agradecidos.

Ahora bien el dar gracias a Dios es la respuesta de un corazón humilde, de un corazón que no olvida y que reconoce las bendiciones maravillosas que Dios le da. El dar o el decir gracias es parte de una educación, pero para nosotros el dar Gracias a Dios debe de ser una devoción. Todo hijo de Dios debe de ser agradecido, debemos expresar con nuestros labios gratitud a Dios, debemos de bendecir su nombre y darle acciones de Gracias. (Bendice, alma mía a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Sal. 103:1) Procure que toda su vida, que todo su ser, sea una acción de gracias a Dios, no nos olvidemos de que tenemos muchas razones por las cuales dar gracias.

El dar gracias no se hace simplemente o solamente con palabras, sino también con hechos y creo sinceramente que de eso carecen muchos hijos de Dios.

II. ¿Por qué debemos de dar Gracias a Dios?

¡Gracias a Dios por su don inefable! 2 Co 9:15

Si empezáramos a enumerar todas las razones por las cuales agradecer a Dios no tendría fin nuestra lista. (Por la vida, la salud, el alimento, por su sacrificio, por rescatarnos del pecado, del diablo, de la muerte, por el don de ser llamados hijos suyos, por su Espíritu, su gracia, por su presencia, por su eterno amor, por su bondad, porque Él es bueno, porque nos ha dado grandes y poderosos privilegios, nos ha hecho príncipes y sacerdotes, nos guarda de todo mal, nos ha dado la victoria nos ha hecho libres y mas que vencedores, etc. etc. etc.)

1 Co 15:57, 2 Co 2:14, Ef. 5:20

Todos los que somos hijos de Dios deberíamos estar conscientes de todos los favores y de todas las misericordias que Dios nos da, pero lastimosamente no es así, a veces vivimos sin la comprensión de lo que Dios hace en nosotros y por nosotros, esto sin mencionar lo que ya hizo y lo que aún hará. ¿Puede usted enumerar una por una las bendiciones, los favores y las misericordias que Dios le a dado este día?, Sin contar la que ha hecho por su familia, ahora enumere las que usted ha hecho en gratitud a Dios hoy. Sé que jamás por mucho o todo lo que hagamos podremos pagarle a Dios lo que él hace por nosotros, ¡nunca podremos!, seremos eternamente deudores, pero si podemos ser agradecidos y estar agradecidos por la eternidad.

¡Oh, sí conociéramos el don de Dios y quién es el que nos lo da!

III. ¿Por qué muchas veces no le damos Gracias a Dios? ¿Por qué no somos agradecidos?

Te has puesto a pensar si eres o no agradecido con Dios. Una de las razones por las cuales no somos agradecidos es precisamente por la carencia del conocimiento de todo las cosas que Dios hace por nosotros.

Si nosotros supiéramos y esto me la a dicho Dios varias veces, si supieras realmente qué es lo que Dios hizo y hace y aun hará por nosotros, que es lo que Él nos a dado y quienes somos para Él, estaríamos todos los días, todo el tiempo de rodillas adorándole y agradeciéndole. Si verdaderamente estuviéramos conscientes, sabidos de su obra por nosotros y en nosotros, fuésemos agradecidos. Aprendamos a reconocer todas las obras de Dios en nuestras vidas, porque muchas veces esperamos cosas sorprendentes, milagros maravillosos y estamos tan a la espera de eso, que no nos damos cuenta que Dios ya está actuando tan sutilmente y de manera habitual que cometemos el error de asumir los hechos como lógicos o naturales y no le damos la gloria a Dios, no le damos gracias porque pensamos que paso porque tenía que pasar o porque era obvio o lógico que pasara y no nos damos cuenta del milagro extraordinario que Dios hizo para que sucediera.

Dios no estaba en el Fuego, ni en el torbellino ni en el terremoto cuando le habló a Elías en la cueva, Él estaba en el silbo apacible, de un viento suave. “Reconócelo en todos tus caminos y él enderezará tus veredas” Prov. 3:6

Otra de las razones es porque somos olvidadizos, es decir, nos olvidamos de lo que Dios hace (“Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios” Sal.103:2) ¿Pero qué pasa? se nos olvida y lejos de agradecer, lo que hacemos es murmurar. Dios le habló a Israel y le dijo: (“Cuídate de no olvidarte de Jehová que te sacó de la tierra Egipto, de casa de servidumbre.” Dt 6:12) Y esto fue lo primero que hizo Israel, se olvidó de los grandes prodigios que hizo Jehová por ellos, para liberarlos, abrió el mar rojo, por lo cual pasaron en seco, todos ellos, vieron con sus ojos esa maravillosa escena, vieron la columna de fuego y recibían la sombra que les dada la nube durante el día y por si fuera poco les dio de beber agua de una peña y los alimentó con pan del cielo, el maná. Y ellos nunca agradecieron, lo que hicieron fue murmurar y decían: mejor nos hubiéramos quedado en Egipto, aquí moriremos, no tenemos otra cosa que comer, imagínese estaban hastiados del maná, cosa única y asombrosa, pero para ellos no fue suficiente. Y eso nos sucede a nosotros también, a veces estamos deseando y pensando tanto en lo que no tenemos que no podemos ver lo maravilloso que Dios nos a dado, pasamos el tiempo lamentándonos por cosas tan absurdas, porque el vecino tiene mas o tiene lo que nosotros queremos, porque no salen las cosas como queremos y no somos felices, ni dejamos que otros lo sean, por nuestro murmurar, cosa muy desagradable para Dios.

“Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido” Ro 1:21 Aprendamos, amados, a no olvidar que sin Dios somos menos que nada, nada somos sin Él. No olvidemos que Él es quien provee todas las cosas, que por Él subsiste todo y todo es para Él. No olvidemos ningún favor de Dios por muy pequeño que se vea, porque Dios no hace cosas pequeñas, pero si para tu ojo es poco agradece eso poco entonces y luego aprende a ver las cosas grandes que Dios hace por ti y sé agradecido.

No cometamos el mismo error de Israel no olvidemos quien es Dios y lo que hace por nosotros, él nos sacó de la esclavitud del pecado y del mundo y nos ha hecho libres, no prefiramos volver atrás, antes bien seamos agradecidos y valoremos todas las bondades que Dios hace por nosotros, porque Él no tiene porque hacerlo pero lo hace porque así le a placido, porque está en su corazón el hacernos bien. Porque (“Por la misericordia de Jehová, no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias”) Lam 3:22 Aprendamos a ser agradecidos en todo tiempo, por todo y en todo. La palabra dice en 1 Tes. 5:18 “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”

Otra razón por la que no le agradecemos a Dios es porque no le creemos, le creemos mas al enemigo que a Dios mismo.

Por que Dios te dice: yo estoy contigo hasta el fin, no te dejaré ni te desampararé, yo soy quien te guardo, quien te sustento con mi mano derecha, no temas, todo lo puedes en mi, tu casa tu familia está en mis manos, pero entonces viene Satanás y comienza a decirte en tu mente no puedes, estas solo, nadie está contigo, eres un fracasado, no podrás contra mi, el mal vendrá y te alcanzara a ti a los tuyos y tú en vez de reprenderle y decirle lo que Dios te a dicho comienzas a escucharle más, a creer en sus mentiras y a deprimirte a llenarte de tristezas y rencores que no te hacen bien y comienzas a vivir en la mentira del diablo por no creerle a Dios que te ha dicho que tiene una vida diferente, verdadera, gloriosa y victoriosa para ti.

Creámosle a Dios porque “Dios no es hombre para que mienta ni hijo de hombre para que se arrepienta…” Num 23:19 si Él lo ha dicho así lo hará. Vivamos no por vista sino por fe.

IV. ¿Cómo podemos ser agradecidos o dar gracias a Dios?

La mejor manera de hacerlo es como el Espíritu diga.

1. Expresiones: abriendo nuestros labios, nuestra boca expresando palabras lindas, oraciones, alabanzas. Siempre el expresar gratitud a Dios se convierte en alabanza. Heb 13:15 “así que ofrezcamos siempre a Dios, por medio de Él, sacrificio de labios que confiesen su nombre”

Y la alabanza es poderosa y el enemigo Satanás, lo sabe muy bien, es por eso que hace muchas cosas para quitarnos la alabanza de nuestros labios, porque cuando un pueblo alaba a Dios suceden cosas maravillosas, fue con alabanza que los muros de Jericó cayeron, con la alabanza a Dios se rompen las cadenas, tiembla la tierra, las batallas son ganadas, se obtiene la victoria, huye el enemigo. Alabanza de corazón, en espíritu y en verdad, es lo que Dios desea, porque Él busca a tales adoradores, conviértete tú en uno de ellos. Abramos nuestros labios con toda libertad y expresémosle a nuestro Dios y Señor toda la gratitud de nuestro corazón. Porque Él lo está esperando de ti y de mi.

2. Acciones: acciones de gracias es hacer es actuar. Es dejar de hacer lo malo, es entregarle por completo a Dios todas las áreas de nuestra vida, es darle a Dios toda la gloria, todo el control de nuestro ser por entero, espíritu, alma y cuerpo. Acción de gracias es hacer la voluntad de Dios y no la nuestra. En Ro 12:1 dice “así que hermanos os ruego por la misericordia de Dios que presentes vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional” es dejar un tiempo especifico sin interrupciones, sin distracción, para Dios, acción de gracias es una entrega, es un compromiso, tanto la ofrenda monetaria como la ofrenda de nuestra vida es una acción de gracias.

Conclusión:

No seamos como los nueve leprosos indiferentes y mal agradecidos Vivamos agradando y siendo agradecidos con Dios, todos los días, todo el día, en todo tiempo y en todo lugar.

Dios les Bendiga.

6. “Porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios,” el Señor ha buscado pero no ha hallado las obras de los creyentes de Sardis. Las obras de los creyentes de Sardis estaban falta de aprobación divina porque, no eran generadas por una fe genuina. Lo que se reprocha no es la cantidad de las obras sino la calidad de la obras de aquella iglesia.

III. LA ADVERTENCIA:

“Acuérdate… de lo qué has recibido… oído… guárdalo, y arrepiéntete…” (V. 3).

1. Ellos debían recordar como habían recibido y oído el evangelio.

Aparentemente hubo un tiempo cuando habían experimentado celo y entusiasmo como cristianos jóvenes. Como el Eunuco Etíope, cuando escuchó y respondió al mensaje del evangelio, ellos siguieron gozosos su camino. Necesitaban recordar esa conmoción inicial.

2. Dios nos ha dado un número de cosas que permanecerán como memoriales para nosotros.

* A). Las Escrituras nos colocan en remembranza de las cosas que Dios ha hecho por nosotros (2 Tim. 2:15; 2 Ped. 1:12-13).

* B). Cada vez que uno es bautizado en Cristo, eso debe recordarnos la muerte, sepultura y resurrección de Cristo (Rom. 6:3-4).

* C). La Cena del Señor debiera recordarnos del cuerpo, vida, sangre y muerte del Redentor de la humanidad (1 Cor. 11:24-26).

* D). El regalo de la gracia recibido por la fe en Cristo (Rom. 5:8; Ef. 2:8).

3. El dice “guárdalo y arrepiéntete.” Me parece que el arrepentimiento es la cosa más difícil que el hombre debe invocar para hacer. Los creyentes de Sardis tenían la necesidad urgente de arrepentirse de la manera en que habían utilizado la riqueza espiritual que habían recibido del evangelio. No era un mero reconocimiento de que estaban actuando mal, sino llevar a cabo un cambio de rumbo que los acercara a Dios.

4. Guardar aquellas cosas que son buenas y correctas y arrepentirnos de aquellas cosas que son incorrectas.

* A). No es difícil conseguir que una persona crea que Jesús es el Hijo de Dios, si es de una mente abierta e imparcialmente examina la evidencia.

* B). Usualmente no es difícil persuadir a una persona para que sea bautizada si verdaderamente cree en el Señorío de Jesús y entiende las enseñanzas de Jesús sobre esto.

* C). Lograr que una persona se arrepienta es una cosa muy difícil.

5. El arrepentimiento es un cambio de corazón. En 2 Cor. 7:10 nos es dicho que el verdadero arrepentimiento produce tristeza. La tristeza piadosa produce arrepentimiento, pero la tristeza del mundo produce muerte. Un hombre podría emborracharse y estar triste al día siguiente. Eso no es necesariamente tristeza piadosa. Podría estar triste a causa de que tiene dolor de cabeza y una sed elevada. Podría estar triste a causa de que hizo una necedad de sí mismo. Podría estar triste porque violó la ley y fue encarcelado.

6. La tristeza piadosa viene cuando uno está triste porque ha pecado contra el Dios del cielo. Esto lleva al arrepentido a la decisión de que no volverá a hacer eso una vez más, que va a vivir como Dios lo enseña desde ese momento en adelante.

7. A estos miembros en Sardis se les dijo: “Pues, si no velas, vendrá sobre ti como ladrón y no sabrás a que hora vendré sobre ti.” Es una frase condicional que dice que la advertencia puede ser posible. Pero es interesante notar que la segunda venida para juzgar al mundo es descrita en lenguaje similar (Mat. 24:36,43-44; 1 Tesal. 5:2; 2 Ped. 3:10). Jesús vendrá como ladrón en la noche. Es Su diseño entrar cuando las personas menos lo esperen.

8. No obstante, a través de los siglos, han existido aquellos que han hecho lo posible por discernir el tiempo de la segunda venida de las Escrituras, y aquellos que han afirmado que el tiempo les fue revelado a ellos, todos sus esfuerzos han fallado y todos los esfuerzos futuros fallarán porque Su venida será como ladrón.

IV. LA ALABANZA PARA UNOS POCOS:

“Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas.” (V. 4)

1. Había un remanente fiel en Sardis que no había contaminado sus vestiduras. Por no manchar sus vestiduras se quiere decir que no habían manchado sus almas con el pecado. Es decir, andaban en santidad delante del Señor.

2. El Señor no pierde de vista a los pocos fieles en medio de la masa impía. Él conoce los que son suyos. Hubo unos pocos que no se habían dado al espíritu del compromiso y la complacencia. Probablemente eran ridiculizados por los otros miembros.

3. “Andarán conmigo,” expresa una comunión íntima y personal (conmigo). Si aquellos que caminaron con el resucitado, ardían sus corazones: ¡Lo impactante que será caminar con el Señor por la eternidad!

4. “En vestiduras blancas,” habla de la pureza y la santidad que Dios exige para que alguien entre en su presencia. “Porque son dignas,” es una dignidad únicamente para los santos en Cristo (Lc. 20:35; EF. 4:1; Fil.
1:27; Col. 1:10).

5. ¿Cómo quiere que se le recuerde? Como personas que dieron marcha atrás o personas que vivían en pureza y santidad para Dios. Nosotros no tenemos méritos algunos para agradar a Dios. Eran las personas más raras, las personas de ideas y costumbres atrasadas, pero Jesús dijo: “son dignos.”

V. LA PROMESA:

El que venciere será vestido… no borraré su nombre…confesaré su nombre” (Vv. 5-6). Tres promesas son dadas a aquellos que son dignos, que no mancharon sus vestiduras:

1. “Serán vestidos de vestiduras blancas.” El blanco es el color de la pureza. Jesús dijo: “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios” (Mat. 5:8). El vencedor será revestido de vestiduras blancas como exhibición de festividad. Además es galardón para aquellos que fueron fieles a Cristo.

2. Prometió “no borraré su nombre del libro de la vida.” A menudo leemos de este libro (Filip. 4:3; Apoc. 20:15; 21:27). En el Antiguo Testamento el libro de la vida era el registro de todos los que tenían ciudadanía en la comunidad del pueblo de Israel. Es una idea común en las ciudades griegas y romanas de aquellos tiempos. Pues, mantenían una lista de ciudadanos conforme a su clase o tribus, en la que los nuevos ciudadanos eran inscritos y de la que los ciudadanos indignos eran borrados.

3. Aquí vemos una promesa positiva de que los nombres de éstos de ninguna manera serán borrados del libro de la vida. Hay quienes quieren ver aquí la posibilidad de la perdida de la salvación. Pero, tal enseñanza no aparece en toda la Biblia. En Ex. 32:32, Moisés pidió a Dios que quitase su nombre del libro de la vida, pero la petición le fue negada.

4. En los tiempos antiguos, los nombres de quienes morían físicamente eran borrados de las listas de las ciudades. Las autoridades sólo mantenían un padrón de los habitantes vivos. De la misma manera en el libro de la vida sólo permanecen inscritos los nombres de quienes tienen vida espiritual por haber puesto su fe y confianza en la persona de Jesucristo ( 1ª Juan 5:1).

5. El nombre de una persona puede constar en la lista de una iglesia, sin que esa persona sea salva. ¡Qué sorpresas habrán cuando «se abran los libros»! (20:12). El creyente en Cristo tiene la absoluta garantía de la Palabra del Señor: “Y no borraré su nombre del libro de la vida.”

6. “Confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.” El Señor Jesús dijo: “A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos” (Mt. 10:32). Es probable que muchos de la iglesia de Sardis, presionados por el ambiente religioso-cultural, se avergonzaban de dar testimonio de su fe en Cristo.

7. “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.” El Señor hace un solemne llamado en forma personal y colectivo. Una iglesia nunca será más allá de los compromisos de sus miembros. El Espíritu habla a las iglesias, pero el mensaje es personal para cada uno de los miembros de la iglesia y para nosotros hoy día.

Conclusión.

1. La iglesia de Sardis era culpable por su aridez espiritual. Habían abandonado la responsabilidad de testificar de Cristo. Es probable que la mayoría de sus miembros profesaban ser cristianos pero no habían nacido de nuevo. Sin embargo, había un pequeño remanente fiel al Señor.

2. Las iglesias de hoy día y los cristianos como individuos debemos prestar oído al mensaje del Señor a la iglesia de Sardis. Las iglesias necesitan ser vigilantes y fortalecer las cosas que quedan.

3. Es necesario advertir que no basta con tener el nombre inscrito en el libro o registro de una iglesia aquí en la tierra. Lo verdaderamente importante es tener la certeza de que, por la fe en la persona del Señor Jesucristo, nuestro nombre ha sido inscrito en el libro de la vida. ¡Si es posible ser un cristiano digno hoy en día, porque mi nombre está inscrito en el libro de la vida!

Fuente: www.centraldesermones.com