Por: pastor Daniel Brito
TEXTO: Juan 20:1-31
TITULO: El Cristo Glorificado
INTRODUCCIÓN: En esta mañana estaremos continuando nuestro estudio del Evangelio de Juan. Entiendo que no todos han estado presente en estos estudios de Juan, porque la mayoría han sido en el Culto de la noche. Pero en esta mañana estaremos poniendo atención a algunos puntos importantes en este capítulo 20 del Evangelio de Juan, que trata sobre el Cristo Resucitado y Glorificado. Trataremos los siguientes puntos:
(1) La evidencia de la Resurrección del Cristo.
(2) La primer aparición a sus discípulos.
(3) Otras apariciones.
(4) Palabras difíciles.
(5) ¿Tomás el incrédulo?
(6) Para que crean.
1. La evidencia de la Resurrección del Cristo. — Es importante notar que el apóstol Juan, narra un poco diferente los sucesos de la Resurrección del CRISTO, y lo hace como un testimonio de un testigo ocular que prueba con evidencias que nuestro SEÑOR Resucitó de entre los muertos.
a. Notemos la importancia de la narración sobre DOS eventos muy especial para todo el Cristianismo, y es la MUERTE y la RESURRECCIÓN de JESUCRISTO. En esto se sostiene el Cristianismo y es que CRISTO murió por nuestros pecados, y que Resucitó al tercer día.
b. Es evidente que nuestro SEÑOR ya había resucitado. Los soldados que estaban presente guardando la entrada de la tumba salieron huyendo de espanto por lo que habían visto.
i. Ellos no se habían quedado dormidos como algunos críticos han sugerido, por la sencilla razón que los soldados Romanos sabían muy la responsabilidad que tenían bajo pena de muerte.
ii. Lo más seguro es que ellos vieron a CRISTO salir de la tumba Resucitado, y lo más probable, es que ellos fueron los primeros testigos del milagro ocurrido, pero al mismo tiempo, se vendieron por dinero y cambiaron la historia.
(1) Podemos pensar en la condenación de estos soldados si no se arrepintieron de sus pecados más adelante y aceptaron a JESÚS como el Salvador de sus vidas.
(2) Ellos vieron lo que otros no vieron ni escucharon pero creyeron.
c. Los otros Evangelios tienen a María Magdalena viniendo al sepulcro con las otras mujeres muy de mañana. El Evangelio de Juan aquí la menciona solamente a ella.
i. Podemos estar seguros que María no venía sola al sepulcro, sino que estaba con las otras mujeres. Cuando se acercaron a la tumba donde JESÚS había sido puesto y vieron la piedra movida, lo más seguro es que María salió corriendo y fue a dar las nuevas a Pedro y a Juan.
d. Es ahora donde tenemos la historia de estos dos apóstoles corriendo hacia la tumba, y siendo Juan el apóstol más rápido que Pedro, llegó a la tumba primero, miró adentro y dice que vio las envolturas allí pero no entró.
i. Lo más probable es que Juan haya sido más joven que Pedro, pero eso no lo haría ser más atlético en su físico. Podemos ver algunas observaciones sobre estos dos personajes.
(1) Juan era de carácter callado, cercano a JESÚS, y cercano también a Simón Pedro. Los encontramos siempre junto.
(2) Pedro era impulsivo, era el que siempre hablaba antes que nadie, era un líder cualquiera. Pedro también pertenecía al círculo cercano de JESUCRISTO.
(3) El apóstol Juan seguramente que fue testigo de la negación de Pedro en la casa del sumo sacerdote.
(4) Seguramente que Juan había tenido que consolar a Pedro después de la crucifixión de JESÚS; podemos notar que ese era el carácter de este hombre.
(5) Con esto debemos recordar que Dios usa a perdonas común como ustedes y como yo. Personas de diferentes temperamentos.
e. Noten la evidencia narrada por el apóstol Juan en cuanto a lo que él vio, y es que el sudario, no estaba con las vendas, sino que estaba envuelto aparte.
i. María Magdalena había pensado que se habían robado el cuerpo de JESÚS, y ahora Juan está viendo con sus ojos, y CREE que JESUCRISTO ha RESUCITADO. Noten el verso 8:
(1) “En ese momento entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; y vio y creyó.”
(2) Eso no quiere decir que en ese momento él comenzaba a creer, sino que en ese momento entendió lo que el MISMO JESÚS les había dicho, y era que tenía que morir y Resucitar de entre los muertos. Es como si una venda se le hubiera caído de sus ojos.
(3) Un ladrón, o varios ladrones, no se hubieran preocupado en enrollar el sudario. Es claro que JESUCRISTO HABÍA RESUCITADO.
2. La primer aparición a sus discípulos. — Si los soldados Romanos fueron los primeros en ver al CRISTO Resucitado primero, entonces María Magdalena fue la segunda persona en verlo. Lo que sí sabemos es que fue la PRIMER discípulo de JESÚS en verlo Resucitado. Como dijo un comentarista Bíblico: “Fue la última en Su cruz, y la Primera en Su tumba.”¹ La devoción de esta mujer hacia Su Maestro fue por un gran agradecimiento. ¡Qué importante es ser agradecido a Dios! Y a esto podemos agregar que hay tantos que son tan mal agradecidos a Dios. Veamos algunas observaciones sobre esta mujer llamada María.
a. El Evangelio de Lucas nos dice que JESUCRISTO había liberado a María Magdalena de 7 demonios.
i. “Y también algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malignos y de enfermedades: María, a la que llamaban Magdalena, y de la que habían salido siete demonios”
ii. Eso muestra que María era una mujer agradecida a Su SEÑOR en gran manera.
b. Pero podemos notar que María tampoco había entendido el mensaje de JESUCRISTO sobre la necesidad de padecer en la cruz, y Resucitar al tercer día. Al igual que los demás discípulos, María seguramente que tenía una expectativa que JESÚS como El Mesías haría algo especial, y no pensaba que se trataba de morir y Resucitar.
c. Parece ser que Pedro y Juan se fueron corriendo otra vez sin contarle a María que JESUCRISTO había Resucitado. Por esa razón, encontramos a María ahora llorando o gimiendo en gran manera.
i. Los dos ángeles estaban sentados donde JESÚS había estado tendido, y le preguntan: “¿Por qué lloras, mujer? —le preguntaron los ángeles.”
ii. En la Biblia encontramos apariciones de ángeles en forma de hombres y María no se dio cuenta de quienes eran.
d. JESÚS le pregunta ahora a María que sigue llorando: “¿Por qué lloras, mujer? ¿A quién buscas?” María no se da cuenta que es JESÚS, y esto es porque nuestro SEÑOR ahora tenía un Cuerpo Glorificado.
i. “María —le dijo Jesús. Ella se volvió y exclamó: —¡Raboni! (que en arameo significa: Maestro).”
ii. Noten que en el momento que María escuchó la voz de JESÚS, lo pudo reconocer. Eso nos debe recordar lo dicho por nuestro SEÑOR:
(1) “Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas, y ellas me conocen a mí.” (Juan 10:14).
3. Otras apariciones. — Ahora pasamos al atardecer del primer día de la semana, que es el Domingo, lo que la Iglesia después le comenzó a llamar el Día del SEÑOR.
a. Ahora el SEÑOR llega donde están los apóstoles menos Tomas, y se les aparece con puertas cerradas. Ellos estaban todavía asustados por los Judíos. Seguramente que al haber recibido noticias de Pedro y Juan que el SEÑOR había Resucitado, se habían llenado de más temor todavía, pensando que los líderes Judíos iban a querer hacerles daño ahora a ellos por la ausencia del Cuerpo de JESÚS que mostraba que había Resucitado.
b. “¡La paz sea con ustedes!” Esas palabras no eran un simple saludo Judío. Nuestro SEÑOR les había advertido sobre las cosas que iban a suceder pero ellos no habían puesto atención. Él les había hablado Palabras de consuelo antes de morir en la cruz.
i. “No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí. 2 En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas; si no fuera así, ya se lo habría dicho a ustedes. Voy a prepararles un lugar.3 Y si me voy y se lo preparo, vendré para llevármelos conmigo. Así ustedes estarán donde yo esté.” (Juan 14:1).
ii. “La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.” (Juan 14:27).
iii. ¿Habrá algo en esta mañana que te aflige? Ten por seguro que esas Palabras de nuestro SEÑOR a Sus discípulos, son para nosotros también.
4. Palabras difíciles. — Encontramos ahora unas Palabras de nuestro SEÑOR mencionadas solamente por el apóstol Juan, pero en parte, mencionadas también por Mateo en el capítulo 16 cuando habla de atar y desatar. “Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes. 22 Acto seguido, sopló sobre ellos y les dijo: —Reciban el Espíritu Santo.23 A quienes les perdonen sus pecados, les serán perdonados; a quienes no se los perdonen, no les serán perdonados.” Veamos dos cosas sobre lo que nuestro Salvador les dice.
a. En primer lugar los comisiona una vez más para el llamado que les había encomendado, y les sopla. Eso nos hace pensar en la Creación de Adán, cuando Dios le sopló el aliento de vida.
i. “Y Dios el Señor formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz hálito de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente.” (Génesis 2:7).
ii. Esto nos debe recordar el relato que JESÚS tuvo con Nicodemo, sobre la importancia del Nuevo Nacimiento (Juan 3), y es aquí donde podemos decir que ellos reciben el Nuevo Nacimiento en sus vidas. Es más adelante en Hechos 2, donde ellos serían llenos del Espíritu Santo.
(1) “Pues ustedes han nacido de nuevo, no de simiente perecedera, sino de simiente imperecedera, mediante la palabra de Dios que vive y permanece” (1 Pedro 1:23).
b. La segunda parte de lo que JESÚS les dice a los apóstoles, ha sido de mucha controversia, y ha dado a la creencia dogmática de la Iglesia tradicional de la absolución de los pecados.
i. Pero notemos que en ningún lugar encontramos a alguno de los apóstoles ejerciendo ninguna autoridad sobre si la persona podía ser perdonada o no.
ii. La mejor explicación es que los apóstoles al igual que la Iglesia en general, ha recibido la orden de Evangelizar y predicar el perdón de los pecados a través del arrepentimiento y la Fe en JESUCRISTO.
(1) “Arrepiéntase y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados —les contestó Pedro—, y recibirán el don del Espíritu Santo.” (Hechos 2:38).
iii. Ese era el mensaje de los apóstoles, y debe ser el mensaje de nosotros como Iglesia a un mundo que necesita la salvación. No podemos negarles a los pecadores el mensaje del arrepentimiento y la Fe en JESUCRISTO, porque entonces estaríamos siendo culpables.
5. ¿Tomás el incrédulo? — Aquí podemos preguntarnos, porqué razón Tomas había caído en una incredulidad tan aguda.
a. El miedo, y el desánimo se habían apoderado de aquel hombre que había estado listo para dar su vida por JESUCRISTO.
i. “Entonces Tomás, apodado el Gemelo, dijo a los otros discípulos: —Vayamos también nosotros, para morir con él.” (Juan 11:16).
ii. ¿Se encontrará alguien desanimado en esta mañana? Debemos de cuidarnos que el desánimo no nos lleve a dudar.
(1) Por eso necesitamos poner nuestra mirada solamente en JESUCRISTO, no importa lo que pase, y no en ninguna persona.
b. Noten que JESUCRISTO tenía un Cuerpo totalmente FÍSICO, aunque GLORIFICADO, y eso una vez más muestra Su HUMANIDAD, al igual que Su DIVINIDAD.
c. Después de tocar a JESÚS, y poner sus dedos en Su costado y en sus heridas, Tomas exclama unas Palabras hermosas y real que nos muestra al CRISTO DIVINO y tan real.
i. “¡Señor mío y Dios mío! —exclamó Tomás.”
ii. Esa debe ser nuestra exclamación TODO el tiempo hacia nuestro SALVADOR.
6. Para que crean. — Estas últimas Palabras de este capítulo nos dejan saber porque razón el apóstol Juan había sido Inspirado por el Espíritu Santo para escribir este Evangelio.
a. “Jesús hizo muchas otras señales milagrosas en presencia de sus discípulos, las cuales no están registradas en este libro.31 Pero éstas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que al creer en su nombre tengan vida.”
b. Cuan importante es la PALABRA DE DIOS. Estaríamos ciegos, si no existiera Su Palabra. Pero por esa razón El Espíritu Santo nos ha dado las Sagradas Escrituras, y este Evangelio de Juan que narra con pruebas convincentes la Vida, la Muerte y la Resurrección del CRISTO DIVINO, y HUMANO.
CONCLUSIÓN: ¿Le has entregado tu vida a JESUCRISTO? Es tiempo de ser agradecidos con el Salvador del mundo, entregando nuestras vidas totalmente a Él.
Notas:
1. J.C. Ryle, Expository Thoughts on the Gospels, Vol. 4, p. 347, Baker Book House.
*Toda referencia Bíblica es tomada de la Biblia, Nueva Versión Internacional.
**Este sermón fue predicado Junio 28, 2008.