Por: pastor Daniel Brito
Título: Cuando la Salvación llega al hogar
Texto: Hechos 16:29-31
«El carcelero pidió luz, entró precipitadamente y se echó temblando a los pies de Pablo y de Silas. 30 Luego los sacó y les preguntó: —Señores, ¿qué tengo que hacer para ser salvo?
31 —Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos —le contestaron.» *
Introducción:
En esta historia encontramos el tema de la importancia que las puertas de un hogar se abran para el Evangelio. Es así como comenzamos nuestra lección en esta noche. Trataremos los siguientes temas:
(1) Una noche en la cárcel.
(2) La intervención Divina.
(3) Una pregunta desesperada.
(4) Una decisión para la conversión.
Lección:
1. Una noche en la cárcel. — Comenzamos nuestra lección en la ciudad de Filipo, con la hermosa historia del apóstol Pablo y su compañero de ministerio, Silas. Ellos habían sido echados en la cárcel simplemente por expulsar a un demonio que controlaba a una joven adivina, que al salir el demonio, ya no podía adivinar. Cuando los amos de la joven esclava se dieron cuenta que se les había acabado su fuente de dinero, se enojaron mucho por la pérdida de sus ganancias. Ellos los llevaron a los magistrados y los acusaron, los cuales ordenaron que Pablo y Silas fueran azotados, y echados en la cárcel. Cuánta gente se encuentra en el mundo sin ningún escrúpulo, y que solamente buscan las ganancias deshonestas. En vez de alegrarse por el bienestar de esta joven que había recibido liberación espiritual por parte de Dios, se enojaron. “Y, como eran astutos, jugaron con el antisemitismo natural de la gente, y apelaron a su orgullo como ciudadanos de la colonia romana.”¹
a. Es en la cárcel donde Pablo y Silas demuestran su confianza en Dios, aun en la condición que estaban: heridos y golpeados. Adoloridos, atados con cadenas a la pared, y sus pies en el cepo. Los echaron en el interior de la cárcel, donde seguramente que estaba oscura, fría, e infectada de insectos. Dormir esa noche, seguramente que hubiera sido casi imposible.
b. ¿Cuánta gente no hubiera maldecido en esas circunstancias? Pero ellos deciden cantarle a Dios. Pablo y Silas se podían haber quejado, pero deciden alabar a Dios. Es en las circunstancias adversas, donde debemos recordar que nuestro socorro no viene de las quejas, ni del renegar, ni aun de decir cosas sucias, nuestro socorro viene de nuestro SEÑOR. El Salmo 121:1-2 dice:
i. “A las montañas levanto mis ojos; ¿de dónde ha de venir mi ayuda? 2 Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y de la tierra.”*
2. La intervención Divina. — Los cantos entonados por Pablo y Silas eran un testimonio para los otros presos. Ellos estaban testificando del poder de Dios a través de los cantos, en medio del dolor físico que estaban experimentando.
a. Pero a medianoche un acto del PODER Divino de Dios causa un terremoto tan fuerte, que estremeció la cárcel causando bastante daño. No sabemos si el terremoto se limitó a la cárcel solamente, o si se pudo sentir en el resto de la ciudad, pero lo más probable es que el efecto del temblor se limitó a la cárcel, porque era una demostración del Poder de Dios. Hechos 16:25-28 dice:
i. “A eso de la medianoche, Pablo y Silas se pusieron a orar y a cantar himnos a Dios, y los otros presos los escuchaban.26 De repente se produjo un terremoto tan fuerte que la cárcel se estremeció hasta sus cimientos. Al instante se abrieron todas las puertas y a los presos se les soltaron las cadenas.27 El carcelero despertó y, al ver las puertas de la cárcel de par en par, sacó la espada y estuvo a punto de matarse, porque pensaba que los presos se habían escapado. Pero Pablo le gritó: 28 —¡No te hagas ningún daño! ¡Todos estamos aquí!”
b. El carcelero, o el jefe de la cárcel, era responsable por cada uno de los presos. Si un preso sé escapaba, el carcelero era condenado a muerte. En este caso, el carcelero parece que vio tanto daño a la cárcel, que pensó que todos los presos se habían escapado.
c. El carcelero toma la espada para suicidarse, cuando Pablo lo vio, le gritó para decirle que todos estaban ahí. ¿Por qué no se habían ido los presos? Podemos estar seguros que el Temor del SEÑOR había caído sobre todos los que estaban en la cárcel, y simplemente se habían quedado en su lugar. Con toda seguridad, ¡Dios estaba en ese lugar!
3. Una pregunta desesperada. — “El carcelero pidió luz, entró precipitadamente y se echó temblando a los pies de Pablo y de Silas. 30 Luego los sacó y les preguntó: —Señores, ¿qué tengo que hacer para ser salvo? 31 —Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos —le contestaron.”
a. Esta pregunta nos muestra que con toda seguridad, el carcelero había oído la historia de la joven endemoniada que había sido libertada por el poder de Dios. También podemos estar seguros que él había escuchado los cantos de Pablo y Silas. ¡Qué testimonio tan hermoso!
b. La respuesta que el carcelero recibe por parte de Pablo es simple: “Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos —le contestaron.” Notemos que este carcelero había sido consumido por el miedo que el terremoto le había ocasionado, porque no era un simple terremoto. El carcelero sabía muy bien lo que había ocurrido antes y después del terremoto; no había sido una casualidad. Este carcelero al ver a Pablo y a Silas, y notar que ningún preso se había escapado, sabía muy bien que el PODER de Dios lo había hecho.
i. La respuesta de Pablo es simple, no había nada extraño que el carcelero tenía que hacer, sino creer que JESUCRISTO era el Hijo de Dios. Es por medio de la fe en JESUCRISTO, que recibimos la Justificación. Es solamente por fe, y no por nada que nosotros podamos hacer. Solamente el poder de Dios puede transformar nuestras vidas.
c. Esta última cláusula: “tú y tu familia serán salvos”, no quiere decir que automáticamente la esposa y los hijos serían salvos. Hay muchos que creen que la salvación se hereda, pero debemos recordar el dicho antiguo que dice que Dios es Padre, pero no es Abuelo. Cada miembro de la familia tenía que confiar en JESUCRISTO para ser salvo.
d. Lo que sí quiere decir es que como el padre de familia, estaría abriendo las puertas de su casa para la salvación. ¡Qué importante es que los padres y madres entreguen sus vidas a JESUCRISTO, y así poder abrir la puerta del Evangelio para que sus hijos sigan en sus pasos!
4. Una decisión para la conversión. — El carcelero entregó su vida a JESUCRISTO en ese mismo lugar, y a esa hora de la noche, se los llevó probablemente a su casa, y les lavó las heridas. Un acto de humildad por parte del carcelero, que nos muestra que había tenido un encuentro genuino con el SEÑOR.
a. A esa hora de la noche, el carcelero y su familia fueron bautizados. No hay duda que todos los que tenían edad para decidir, al escuchar lo que había ocurrido en la cárcel, entendieron el mensaje del Evangelio y también hicieron la decisión de entregar sus vidas a JESUCRISTO. Nadie puede ser salvo por medio de otra persona. Nadie puede ir al cielo porque heredó la salvación por medio de otra persona. Romanos 3:23 dice:
i. “Pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios.”
ii. Eso quiere decir que toda persona, sea joven, adulto, grande, pequeño, necesita arrepentirse de sus pecados para recibir la salvación.
b. Para concluir, esta lección nos debe hacer pensar en la importancia que el Evangelio llegue a nuestros hogares, y a nuestras vidas.
Conclusión:
¿Le has entregado tu vida a JESUCRISTO? Solamente el poder del mensaje del Evangelio transforma las vidas.
Notas:
1. William Barclay, Comentario al Nuevo Testamento, p. 531, editorial CLIE.
*Toda Referencia Bíblica es tomada de la Biblia Nueva Versión Internacional.
**Este sermó fue predicado en Mayo, de 2008