Por: pastor Daniel Brito
Título: Cántico y oración de Exaltación
Texto: Isaías 12:1-6 «En aquel día tú dirás: «Señor, yo te alabaré aunque te hayas enojado conmigo. Tu ira se ha calmado, y me has dado consuelo. 2 ¡Dios es mi *salvación! Confiaré en él y no temeré. El Señor es mi fuerza, el Señor es mi canción; ¡él es mi salvación!» 3 Con alegría sacarán ustedes agua de las fuentes de la salvación. 4 En aquel día se dirá: «Alaben al Señor, invoquen su *nombre; den a conocer entre los pueblos sus obras; proclamen la grandeza de su nombre. 5 Canten salmos al Señor, porque ha hecho maravillas; que esto se dé a conocer en toda la tierra. 6 ¡Canta y grita de alegría, habitante de *Sión; realmente es grande, en medio de ti, el *Santo de Israel!»
Introducción
En este mes de Noviembre celebramos en esta gran nación el día de Acción de Gracias, y qué mejor para nosotros los creyentes, que recordar la importancia de ser agradecidos con nuestro SEÑOR y Salvador. Trataremos los siguientes puntos:
- Trasfondo.
- Un llamado a confiar en el SEÑOR.
- El SEÑOR es nuestra Salvación.
- Un llamado a testificar de Sus Obras.
- Un llamado a alabar al SEÑOR.
Lección
- Trasfondo. – Este hermoso capítulo de Isaías es un canto, pero también es una oración de agradecimiento al SEÑOR.
- El profeta Isaías está recordando las grandes cosas que JEHOVÁ había hecho con Su pueblo, y al mismo tiempo está anunciando la salvación para Israel en el futuro. El pueblo de Israel es representado en este capítulo como “una persona” cantando alabanzas a JEHOVÁ.
- De la misma manera el apóstol Pablo nos enseña en Romanos 15:6 que los creyentes debemos cantar con un “solo corazón”, o “una sola voz” al SEÑOR.
- «Para que con un solo corazón y a una sola voz glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.»
- Un llamado a confiar en el SEÑOR. – (verso 2) «¡Dios es mi *salvación! Confiaré en él y no temeré. El Señor es mi fuerza, el Señor es mi canción; ¡él es mi salvación!»
- Para una nación como la de Israel, confiar en el SEÑOR era ver más allá de las circunstancias que los rodeaban. Los enemigos eran más numerosos y más fuertes que ellos; sin embargo, la confianza en JEHOVÁ no se basaba en un capricho, ni tampoco en una mera confesión de palabras, sino en la FIDELIDAD de DIOS, quien había sacado al pueblo de Israel de Egipto con mano dura, y con grandes señales y prodigios, y los había cuidado como nación desde entonces.
- De ahí que este verso 2 se parece mucho al cántico de Moisés (Éxodo 15:1-18) después de haber sido liberados del cautiverio egipcio, y haber cruzado el Mar Rojo en seco.
- Es por eso que la confianza del pueblo de ISRAEL en JEHOVÁ, era en la FIDELIDAD de DIOS.
- Para nosotros los creyentes, el llamado a CONFIAR en el SEÑOR se basa de igual manera en la FIDELIDAD de DIOS. El mismo DIOS de ISRAEL, es nuestro DIOS. Por eso JESUCRISTO dijo en Juan 14:1-3:
- «No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí.[aa]2 En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas; si no fuera así, ya se lo habría dicho a ustedes. Voy a prepararles un lugar.3 Y si me voy y se lo preparo, vendré para llevármelos conmigo. Así ustedes estarán donde yo esté.»
- Noten que esa es una promesa de vida eterna con el mismo DIOS. La preparación de mansiones en la Casa del Padre, nos muestra que para el creyente, la muerte física es simplemente el comienzo de la ETERNIDAD GLORIOSA con el SEÑOR.
- El SEÑOR es nuestra Salvación. – (verso 1) «En aquel día tú dirás: «Señor, yo te alabaré aunque te hayas enojado conmigo. Tu ira se ha calmado, y me has dado consuelo.»
- Debemos entender que la “ira” de DIOS no cambia de la manera que nosotros pensamos. DIOS no cambia, Él siempre es el mismo. El profeta está anunciando la Obra de REDENCIÓN, está mirando al futuro a la Obra de JESUCRISTO en la Cruz del Calvario.
- Es lo mismo que todo el sistema sacrificial del Antiguo Testamento, anunciaba con todos esos ritos, la Obra Redentora de nuestro Salvador.
- Toda la “ira” de DIOS fue depositada en el mismo DIOS, JESUCRISTO.
- Leamos otra vez los versos 2 y 3:
- «¡Dios es mi *salvación! Confiaré en él y no temeré. El Señor es mi fuerza, el Señor es mi canción; ¡él es mi salvación!» 3 Con alegría sacarán ustedes agua de las fuentes de la salvación.»
- Noten como la salvación aquí está personificada en UNA PERSONA, y no en una mera posesión.1 Es por eso que DIOS es nuestra Salvación, o sea, Él es el autor, la causa, el agente, y el consumador. La salvación aparte de DIOS es impensable.2
- El profeta Isaías usa la figura del agua en más de una ocasión para representar la salvación. Esa figura se puede apreciar aun más cuando uno piensa en la importancia que el agua es para el ser humano, especialmente en medio de una sequía. Esa comparación se hace para mostrar lo que la “sequía espiritual” hace, y como es “refrescada” siendo provista de salvación, por medio del “agua” que solamente DIOS puede dar.
- (Isaías 41:17-18) «Los pobres y los necesitados buscan agua, pero no la encuentran; la sed les ha resecado la lengua. Pero yo, el Señor, les responderé; yo, el Dios de Israel, no los abandonaré. 18 Haré brotar ríos en las áridas cumbres, y manantiales entre los valles. Transformaré el desierto en estanques de agua, y el sequedal en manantiales.»
- Eso nos debe recordar las Palabras de JESUCRISTO a la mujer samaritana en el pozo de Jacob.
- (Juan 4:13-14) «Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed —respondió Jesús—,14 pero el que beba del agua que yo le daré, no volverá a tener sed jamás, sino que dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna.»
- Esa salvación solamente se puede obtener por medio de la Obra de JESUCRISTO en la Cruz del Calvario. Por eso JESUCRISTO es como ya hemos mencionado, el AUTOR y CONSUMADOR de nuestra Salvación.
- «Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y *perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la *derecha del trono de Dios.»
- Un llamado a testificar de Sus Obras. – (verso 4) «En aquel día se dirá: «Alaben al Señor, invoquen su *nombre; den a conocer entre los pueblos sus obras; proclamen la grandeza de su nombre.»
- Todo creyente agradecido, debe desear compartir el Evangelio de JESUCRISTO con otras personas. Sean vecinos o compañeros de trabajo, o familiares, etc.
- Esa es la razón por la cual tenemos estos CULTOS DE HOGAR, y es para compartir el EVANGELIO con otros.
- Un llamado a Alabar al SEÑOR. – (versos 4 y 5) «Canten salmos al Señor, porque ha hecho maravillas; que esto se dé a conocer en toda la tierra. 6 ¡Canta y grita de alegría, habitante de *Sión; realmente es grande, en medio de ti, el *Santo de Israel!»
- Debemos entender que cuando cantamos al SEÑOR, no lo hacemos para nosotros mismos, sino que es PARA EL SEÑOR. En otras palabras, no es para nuestra edificación, sino que van dirigidas para engrandecer el NOMBRE de nuestro SEÑOR JESUCRISTO.
- Cantamos al SEÑOR porque estamos agradecidos, y porque SOLAMENTE Él es digno de recibir nuestras alabanzas, y adoración.
- Cantamos al SEÑOR porque nos ha dado una SALVACIÓN tan grande. Es por eso que lo hacemos en las buenas y en las malas. En la abundancia, y en la escasez. En medio de la enfermedad, y en medio de una vida saludable. ¡A Él sea toda la GLORIA y HONRA por siempre!
Conclusión
Oremos….
*Toda referencia Bíblica ha sido tomada de la Biblia, Nueva Versión Internacional.
Notas:
1Herbert Lockyer, All the Prayers of the Bible, p. 131, Zondervan.
2Edward J. Young, The Book of Isaiah, vol. 1, p. 403, Eerdmans.