Aunque caí, me levantaré

Lectura: Miqueas 7:8

Introducción:

Las consecuencias de la pérfida vida del hombre es producto de su caída (Gn 3). Estas hermosas palabras del profeta Miqueas “aunque caí, me levantaré”, insinúan el anhelo de alguien de salir de su condición pecaminosa en la que se encuentra atada, y por ende, la fiel intervención de Dios en levantar a aquel que, después de estar firme, ha caído. La caída que habla el texto sagrado es la que tuvo el pueblo del Señor, en el tiempo de su  descarrío.

1. Condición del pueblo

a. Caído y envuelto en prevaricaciones (Miq 3:5; Jer 23:9ss)

b. Corrupción moral y espiritual (vers 1-7)

            * Sin rectitud y misericordia (ver 2a)

            * Llenos de maldad (ver 2b) “todos acechaban por sangre” (ver 3,4)

            * Desconfiaban por las iniquidades presentadas (ver 5)

            * Deslealtad en el familia (ver 6; Mt 10:35,36)

c. Desolada por el pecado (ver 1)

2. La burla del enemigo

“Tú, enemiga mía, no te alegres de mí”

a. Satanás es el acusador de los hermanos (Ap 12:10; Zac 3:1,2)

b. Se burló de ellos cuando el Señor se disponía a castigar a Su pueblo (Ez 36:2,3ss)

3. Aspiración de triunfar

“Aunque caí, me levantaré”

a. Deseo de cambiar su condición.

b. Es una expresión de un pueblo que se quiere restaurar, que se quiere levantar, que quiere salir de aquella condición en la que se encuentra, y desea continuar viviendo para Dios.

c. Al final dice: “Jehová es mi luz”

Conclusión:

Aun cuando caídos, es hora de levantarnos. Ejemplo: El hijo pródigo (Lc 15:11-32).