¡Abundante cosecha, pero…!

“Y el conocimiento de la gloria del Señor llenará entonces toda la tierra, como las aguas llenan el mar.” Habacuc 2:14 (VP).

INTRODUCCIÓN

Imagina por un momento que eres campesino y que tienes 25 hectáreas de maíz listas para la cosecha, pero que no cuentas ni con las herramientas, ni con el personal que necesitas. Uno de tus mejores amigos, que ya cosechó, tiene todo lo que tú necesitas, ¿qué harías?… Vivimos días en los que muchos creyentes no están aprovechando las oportunidades de prepararse y compartir las buenas noticias de Dios para los hombres. Sin embargo, uno de los sueños de cualquier cristiano que ama a Dios y a su prójimo es que la tierra se llene del conocimiento de la gloria del Señor. Es decir. Que toda la gente pueda ver que Jesús es el camino al cielo. Hoy aprenderemos de las palabras de Jesús que siempre es el tiempo para levantar una gran cosecha de almas para el reino de Dios. La historia que se nos narra en Mateo 9:35-38 es contundente. Siempre es el tiempo de la cosecha de Dios, pero necesitamos estar preparados para que la cosecha sea abundante. Hemos invertido mucho tiempo en orar por los no creyentes, y eso es muy bueno. Pero como iglesia necesitamos entender que para una gran cosecha…

I. DEBEMOS ESTRECHAR NUESTRA COMUNIÓN CON DIOS, “Pídanle…” v. 38a (NVI), cf. Juan 17:20

El ministerio del la intercesión por la gente no creyente ocupa un lugar importante en el corazón de Jesús. Orando a su Padre, él rogaba por todos aquellos que han hecho, están haciendo y harán una decisión de creer y vivir para él y para sus propósitos. Sin embargo, para Jesús era tan importante esto, como también orar pidiendo por aquellos que irán en busca de los que aún no viven para Dios.

Mientras en el mundo exista dolor, enfermedades, infidelidad, divorcios, abortos arteros, corrupción, inseguridad social, impunidad, delincuencia, alcoholismo y drogadicción, por mencionar algo, siempre será el tiempo de una cosecha abundante (ver. v. 35-36). La necesidad y la miseria de la gente fue el escenario para que Jesús dijera: “Muchos son los que necesitan entrar al reino de Dios, pero hay muy pocos discípulos para anunciarles las buenas noticias.” V. 37 (BLS). Tal vez los tiempos y las condiciones en el pueblo de Dios no han cambiado mucho. Hoy vemos que hay gran necesidad en la gente no creyente que nos rodea y la verdad hay muy pocos creyentes dispuestos a rendir sus derechos para ir a ellos y hablarles de Jesús. Por eso, hoy más que nunca necesitamos estrechar nuestra comunión con Dios, necesitamos invertir más tiempo pidiéndole que levante a su pueblo para salir en busca de esos hombres desesperados, de esos matrimonios acabados, de ese niño abandonado quienes están esperando que alguien les hable. Hoy necesitamos humillarnos ante Dios y rogar de su fortaleza para cumplir con esta tarea.

II. DEBEMOS RECONOCER QUE DIOS ES EL DUEÑO Y HARÁ LAS COSAS COMO ÉL QUIERA, “… al Dueño de la cosecha” v. 38b (VP)

Para Jesús era tan importante que sus seguidores entendiéramos esto que lo mencionó desde el principio de su ministerio. Entenderlo así, haría que los discípulos no fueran quejumbrosos y en lugar de eso se dispusieran a obedecer las instrucciones que recibirían más adelante. Jesús les enseñaría que si lo iban a seguir, las cosas tendrían que ser a Su manera y no a la manera de ellos. Por muy extraños que les pareciera los métodos evangelísticos de Jesús, ellos tenían que obedecer y sujetarse a la manera de Él.

Tal vez tú y yo, sin darnos cuenta, hemos tenido muchas oportunidades de hablar con la gente sobre las Buenas Noticias. El problemas es que tal vez esas oportunidades no se han ajustado a la manera en la que nosotros sabemos hacerlo, y por eso han pasado desapercibidas. Tal vez aún no hemos entendido que Dios es el dueño de la obra y que él hará las cosas como él quiere, y espera que nosotros seamos obedientes a sus indicaciones. Es verdaderamente lamentable, pero hoy muchas iglesias se están perdiendo de una abundante cosecha porque están luchando entre sí para ver qué voz es la que más se escucha y así decidir qué es lo que se va a hacer para ganar almas para el reino de Dios. Otro problema es la indiferencia o rebeldía en la que viven los cristianos que no participan en los proyectos de sus iglesias sólo por que dicen “no estar de acuerdo” con lo que se hace y la manera en la que se hace. Mientras que éstos se rebelan y pierden maravillosas oportunidades de obedecer a Dios, otros creyentes se edifican en el proceso de la madurez y el crecimiento de su iglesia. Dios quiere darnos una abundante cosecha, él quiere que seamos de impacto en nuestra comunidad, pero necesitamos reconocer que la obra le pertenece a él y que él hará las cosas como él quiere.

III. DEBEMOS SER DISCÍPULOS DISPUESTOS A UNIRSE A LA CAUSA DE DIOS, “… que envíe más discípulos para compartir las buenas noticias con toda esa gente.” V. 38c (BLS).

Para Jesús, la cosecha está lista, y los creyentes de todos los tiempos necesitamos ver las cosas como él las ve. Necesitamos ser discípulos dispuestos a renunciar a nuestras comodidades y a abrir nuevos caminos para los perdidos; discípulos entregados y dispuestos a asumir el reto de unirnos a la causa de Dios que puede cambiar el corazón de muchas personas. Discípulos esforzados, entregados y fieles al llamado de Dios para levantar una abundante cosecha.

CONCLUSIÓN

La cosecha está lista, y como pueblo de Dios necesitamos humillarnos ante él, reconocer el dolor que hay en hombres y mujeres que viven sin Dios y con amor y valor anunciarles que Jesús les ama y quiere ayudarles a llevar sus problemas. Y si queremos una cosecha abundante, debemos abandonar toda indiferencia, rebeldía, y egoísmo y dejar que Dios haga las cosas entre nosotros como él quiere; y debemos estar dispuestos a una entrega completa de nuestra vida, puesta nuestra mirar en Jesús, para ayudar a la gente a conocer a Jesús. La abundante cosecha está lista, pero…

Contacte al Autor:  luisre89 [arroba] hotmail.com Ministerio: Iglesia Bautista “El Shaddai”

Fuente: www.centraldesermones.com