Predicas Cristianas | Estudios Biblicos
Texto bíblico: Génesis 1:26–27 – Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza… Y creó Dios al Hombre a su imagen, a imagen de Dios los creó; varón y hembra los creó.
Introducción:
Se abordará el tema de la imagen de Dios en el aspecto de reflejarlo en nuestras vidas, cuando Dios decidió crear al hombre, lo formó a su imagen y semejanza, lo formó del polvo de la tierra y le dio de su aliento en la nariz para darle vida, una vida eterna que aun muchos no han llegado a entender, que Dios puso la eternidad en el corazón del Hombre (Génesis 1:26-27, 2:7) (Eclesiastés 3:11). Que maravilloso que también había preparado todas las condiciones en el huerto al oriente de Edén para que el hombre subsistiera y señoreara sobre toda la creación, lo creó en el sexto día después que habló a la tierra para que produjera seres vivientes según su género. También dió instrucciones permitiendo al hombre decidir entre obedecer o hacer su propia voluntad, de aquí parte la inclinación a tomar el mal camino, dando origen al pecado que es lo que nos separa de la comunión con Dios, y de las cosas buenas que El había preparado para nosotros.
Cuerpo:
Desde la caída del Hombre en el huerto, el pecado provocó que Dios se arrepintiera de haberlo formado y le dolió en su corazón, (Gen.6:5-6), solo recordemos cuánto dolor nos da cuando nuestros hijos nos desobedecen y solo para su propio mal, cuando caen en las drogas, el alcoholismo, escogen malas amistades y lo más importante; se apartan del camino de Dios, como Padres nos consuela saber que de alguna forma Él los volverá a traer a fin de que sus almas sean salvas eternamente.
Dios es Dios de Amor, de Misericordia, y lo demostró a favor de la humanidad dándonos un Salvador, ¡Nuestro Señor Jesucristo!, ¡Alabado sea Dios!, el es nuestro redentor fuera de Él no hay otro.
Cuando Dios a través del Señor Jesucristo, redime al hombre que ha escuchado el mensaje de salvación y se ha arrepentido, Él comienza a restaurarlo a su semejanza original, y desea que cada día seamos como Cristo, también da instrucciones de cómo vivir en esta nueva vida que nos ha dado, que vistamos como un nuevo hombre, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno. (Colosenses 3:10) así mismo creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad (Ef.4:24).
Conociendo que hemos sido redimidos por Jesucristo y que Él es la imagen del Dios invisible, dice en su Palabra Santa, que Jesucristo fue resucitado entre los muertos y que fue a preparar lugar para nosotros en la casa de su Padre, que es también nuestros Padre porque hemos sido adoptados, hechos hijos suyos, que somos coherederos con Cristo, ¡cuánto regocijo! es saber que nosotros somos su Iglesia, miembros de su Cuerpo, que somos Reyes y Sacerdotes y que reinaremos con Él para siempre; sus promesas son firmes y verdaderas, por tanto mientras vivamos en este mundo debemos mostrar a la humanidad que Él vive en nosotros; con nuestros actos, nuestra manera de vivir, en nuestro trabajo, nuestras amistades. Él dijo “yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”
Nosotros no vivimos aún en este mundo por ser buenas personas, sino porque tenemos un propósito que cumplir; el Apóstol Pablo, nos dice en la Palabra Santa que el morir para él era ganancia, y que deseaba partir para estar con el Señor, pero le era necesario quedar en carne para provecho de los hombres (para esto es provechoso el cuerpo, pero el alma es eterna para estar con Dios), ¡que bendición!
Los que hemos creído en el Señor Jesucristo, debemos ser de bendición a otros, influenciando con nuestras buenas acciones a los que tenemos a nuestro alrededor, sirviendo a otros como que si fuera para el Señor, siendo misericordiosos, justos, viviendo una vida recta agradable a Dios. ESTA ES LA IMAGEN DE CRISTO EN NOSOTROS, Jesucristo fue movido a misericordia, sanaba, daba de comer al hambriento, liberaba de demonios a la gente, reprendía con amor, Él no condenó a la mujer adúltera que los escribas y fariseos le trajeron porque la sorprendieron en adulterio, ellos no fueron justos, porque eran dos los que cometieron la falta, Él le dijo: Ni yo te condeno, pero advirtió Y NO PEQUES MAS.
Si nuestras actitudes son movidas bajo este pensamiento no haremos diferencia entre una persona y otra, no vamos a tener preferencias para el que nos agrada, el que nos trata bien, ¡No!, es hacer el bien aún a aquellos que nos aborrecen, dice su palabra que cuando hacemos el bien a nuestros enemigos ascuas de fuego amontonaran sobre su cabeza, ellos son movidos a decir ¡Que le pasa a Este, lo trato mal y me Sirve!, esta es la influencia que debemos causar, que miren a Cristo en nosotros, Él sufrió en la cruz y no pidió venganza llevo su causa al que juzga justamente, Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.
Conclusión:
Querido hermano o amigo, mostremos al mundo que somos diferentes y que ellos pueden serlo también, haciendo predicas cristianas, estudios bíblicos y mensajes cristianos, demostrando como vivir feliz a pesar de los problemas porque el gozo del Señor es nuestra fortaleza, sabemos que esto no es fácil porque no es con nuestra fuerza sino con la ayuda de Dios a través de su Santo y Bendito Espíritu.
Démonos la oportunidad de reflejar a Cristo en cualquier adversidad para influenciar a otros, en la incomodidad recordemos que podemos vencerla ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece! (Filipenses 4:13)
Recordemos sí, que lo que hagamos no es para que nos vean, como a los fariseos, o para vanagloriarnos como buenas personas, porque nadie obtiene salvación o va al cielo por buenas obras, sino que estas son para glorificar a Dios, ellas deben brotar de lo interno, de un corazón agradecido por todo el cuidado que Dios ha tenido con nuestras vidas. Amen