Cristianismo y Ecologia

Lucas Leys

Lo primero a tener en cuenta al abordar el pasaje elegido es que el pensamiento judío dividía la historia del tiempo en dos grandes secciones: la edad presente y la era por venir. La edad presente daba claras evidencias de ser imperfecta y caduca, sometida a la muerte, al pecado y a la corrupción.

Un ensayo basado en Romanos 8:18-22 – «Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.

El gemir de la creación y algunas preguntas

Los datos estadísticos reflejan depredación, contaminación y explotación indiscriminada. ¿Qué tiene el cristianismo para decir al respecto?

Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios.

Porque la creación fue sujeta a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto…» Romanos 8:18-22

Analicemos el texto:

Lo primero a tener en cuenta al abordar el pasaje elegido es que el pensamiento judío dividía la historia del tiempo en dos grandes secciones: la edad presente y la era por venir. La edad presente daba claras evidencias de ser imperfecta y caduca, sometida a la muerte, al pecado y a la corrupción.

La era por venir era definida como el día del Señor. Pensar que de la ruina surgiría un nuevo mundo significaba una de las fuertes cosmovisiones de los judíos y Pablo apela a esta cosmovisión cuando introduce el tema de la ecología y la revelación de los hijos de Dios. Para llegar a esta idea Pablo enmarca el tema con el versículo 18.; para luego como dice Barclay, «trazar un gran cuadro» . Pero el propósito de Pablo no era simplemente hacer una descripción poética del estado de la creación. Pablo parece proponer un claro protagonismo humano ya sea haciéndolo culpable en su deterioro como haciendo al hombre participe de su redención.

La muerte adquirió un nuevo dominio sobre la existencia a partir de la intromisión del pecado. No solo el hombre esta supeditado a la muerte, sino también el mundo en que vive. Nygrem dice: «Toda la existencia en que estamos colocados ha sido puesta bajo la servidumbre de la corrupción».

La pregunta es entonces: ¿Por qué esta la tierra sometida a corrupción? No fue la creación irracional la que pecó. Fue la humanidad. Pero fue Dios quien decidió someter, en un principio, a futilidad a la creación pronunciando su maldición:

«Maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá… hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres y al polvo volverás.» Génesis 3 :17-19

Por consecuencia de la desobediencia humana Dios mismo fue quien indujo a la tierra a llorar, la maldición la afectó. Pero no fue su culpa sino por la culpa del hombre. Para disciplinar al hombre no había mejor medio que ponerle el terreno de su administración en la misma rebeldía que él mismo había incurrido.

Otra interesante pregunta sería: ¿Dios castigó a la creación en forma directa o se estaba refiriendo a que sería «la causa» del hombre la que la contaminaría? Para responder habría que poseer plena certidumbre del estado anterior de la creación al momento del pecado pero lo seguro es que la corrupción «indirecta» ha ocurrido por acción del hombre.

Nótese la expresión » fue sujeta a vanidad». La Reina Valera contiene esta traducción pero junto al comentarista de Romanos Hendriksen creo que la palabra vanidad es entendida como orgullo pomposo y este no es el sentido que infiere el texto. Hendriksen y también Bruce prefieren decir que «la creación fue sujeta a futilidad». La creación esta sujeta a un decaimiento constante. Aunque florece, sus flores no perduran. La maldición de las plagas diezma la cosecha, el hombre con sus usinas de carbón y sus automóviles quemando gases invisibles provocando lluvia ácida y porbelmas en la capa de ozono, animales que desaparecen, efecto invernadero, acumulación de basura tóxica y mala distribución de los alimentos hace que la creación que una vez agradó a Dios tenga porbelmas para cumplir su misión…

Un propósito que no cambió

La creación revela la gloria de Dios. El salmo 19 así lo declara. Los árboles pueden regocijarse en la presencia de Dios (Salmo 96:12) los ríos aplaudir a Dios (salmo 98:8), los montes y cerros levantar canción para hacer glorioso el nombre del Señor (Isaías 55:12) y el salmo 148 termina por sacar cualquier tipo de duda:

«Alaben al Señor desde el cielo, alaben al Señor desde lo alto, alábenlo ustedes todos sus ángeles, alábenlo ustedes, ejércitos del cielo, alábenlo sol y luna, alábenlo ustedes brillantes luceros , alábalo tu altísimo cielo y tu agua de lluvia. Alaben el nombre del Señor pues el dio una orden y todo fue creado;… Alaben al señor desde la tierra y también los monstruos del mar. El rayo y el granizo la nieve y la neblina, el viento tempestuoso que cumple sus manatos. Los montes y la colinas. Todos los cedros y los árboles frutales. Los animales domésticos y los salvajes, las aves y los reptiles… ¡Alaben todos el nombre del señor, pues solo su nombre es altísimo. Su honor esta por encima del cielo y de la tierra!»

Salmo 148 (paráfrasis y reducción del autor)

La idea es clara. Según la concepción judía la creación alaba al Señor. La entera creación esta involucrada en el propósito de adorar y dar gloria al Dios altísimo.

Si este es también el propósito de la creación; destruirla, contaminarla y mal administrarla es ni más ni menos que interrumpir una alabanza.

Dios no puede estar indiferente a este proceso de silenciación de la adoración de la creación y tampoco pueden estarlo sus hijos. Por esto: «La creación espera la revelación de los hijos de Dios».

La misión redentora integral

La creación quedó maldita. Pero como ocurrió con el hombre, Dios no podía dejar las cosas así. Como hizo con su pueblo lo primero que Dios hizo fue darle una promesa. El Mesías vendría a salvar a los que se habían perdido. Pero la cosa iba más allá; ¿Qué tal siCristo vendría a salvar lo que se había perdido?

Juan 3:16 no es captado por la Iglesia actual en toda su implicancia. «De tal manera amo Dios al «Cosmos» que dio a su hijo unigénito…» La palabra comúnmente traducida mundo normalmente la entendemos como humanidad. Los eruditos del griego original prefieren interpretar «cosmos» en un sentido más amplio. Esta palabra definiría a toda la creación.

El hombre había recibido la maldición directa de su perdida de relación estable con su creador. Como vimos, la creación había recibido el castigo indirecto de sufrir a un humano pecador que iba a logicamante proceder para su destrucción. El hijo de Dios vino a salvar en forma directa a quien había afectado en forma directa y en primer termino en forma indirecta a quien había castigado en forma indirecta. Es decir; El mismo hombre que castigaría la tierra, restaurada su relación con el creador, sería quien lucharía por restablecerla. Por esto son los hijos de Dios quienes debemos ocuparnos de luchar por el bien de la creación. El pasaje de romanos tiene una connotación de profecía escatológica semejante a la profecía de Isaias 11:6y7: «morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará. El becerro, y el loen y la bestia domestica andarán juntos…»

La manifestación total

De manera negativa en el vers 20 y positiva en el 21 Pablo explica porque la creación espera la revelación escatológica de los cristianos como hijos de Dios. El destino de la creación depende del destino de los hombres. De manera que las promesas concernientes a la segunda venida de Cristo y al establecimiento de su reino competen tanto a los hombres como a la naturaleza.

Sabemos que la revelación total de los hijos de Dios indica que hasta el día en que regrese Cristo no se hará publica la total dimensión tanto de la redención humana como la de la naturaleza. Sin embargo, como aquellos que hablan de un «ya pero todavía no» de la consumación del reino de Dios, así también la tarea de revelarse como verdaderos administradores del equilibrio ambiental, debe ser prioritaria para los creyentes en Jesucristo.

Una conclusión con esperanza

Finalmente el azote que la humanidad ha perpetrado a nuestro planeta azul tiene esperanza:

Alégrate mucho tierra, y no tengas miedo, porque el señor va a hacer grandes cosas. No tengan miedo animales salvajes, pues los pastizales reverdecerán, los árboles darán fruto y habrá higos y uvas en abundancia.

¡Alegrensé ustedes , alégrense en el señor su Dios. El les ha dado lluvia en el momento oportuno, lluvias de invierno y de primavera, tal como antes lo hacía….»

Joel 2: 12-14, 18-20

Dios puso al hombre en su jardín para que lo cuidara y cultivara (génesis 2:5). Como en su propósito original hoy estamos sus hijos para cuidarlo y cultivarlo.

Aquellos que vivimos en situaciones cosmopolitas tenemos problemas para dimensionar maneras practicas de entender este mensaje. Sin embargo tenemos el deber de administrar lo que esta a nuestro alcance y educar a las futuras generaciones de creyentes según el verdadero integral plan de salvación.

El tema de la ecología no está muy desarrollado por los teólogos ni es muy audible en nuestras Iglesias. A Pablo le pareció importante incluirlo en su carta a los romanos, y nada menos que en el propio capitulo 8.

Nos cuesta enteder que tenemos un evangelio de esperanza escatológica y que debemos sentirnos responsables y protagonistas en la administración de los recursos naturales que Dios nos dio y se regaló. Quizás es un porbelma de consciencia, quizás de ignorancia. La Biblia termina la revelación con determinantes implicancias ecológicas:

«Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, que bajaba el cielo, de la presencia de Dios.

Estaba arreglada como una novia vestida para su prometido. Y oí una fuerte voz que venía del trono, y que decía – Aquí esta el lugar donde Dios vive con los hombres. Vivirá con ellos y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Sacará todas las lagrimas de ellos, y ya no habrá muerte, ni llanto ni lamento, ni dolor; porque todo lo que antes existía ha dejado de existir-.

El que estaba sentado en el trono dijo – Yo hago nuevas todas las cosas-«

Apocalipsis 21:1-5 VP.

Bibliografía

-Barclay, W. Comentario al nuevo testamento, Romanos. Editorial Clie, Barcelona, 1995.

-Brailovsky, A. La ecología en la Biblia. Editorial Planeta, Buenos Aires, 1993.

-Hendriksen, G. Romanos. Libros Desafío, Grand rapids, 1990.

-Wilckens, U. La carta a los romanos vol II. Ediciones Sígueme, Barcelona, 1992.

-Bruce, F. Romans. Inter varisity press, Grand rapids, 1985.

-Nygren, A. La Epístola a los romanos. Biblioteca de estudios teológicos, La Aurora, Buenos aires, 1969.

-Earth Works Group. 50 Simple things kids can do to save the earth. Earth Works Group, U.S.A, 1990.

-Biblia versión Reina- Valera, 1960.

-Biblia versión Popular: Dios Habla hoy.