Como se explicó en el primer capítulo, el libro de Proverbios fue escrito por varios autores. Aunque se asocia el nombre de Salomón con todo el contenido, hay evidencia clara de la participación de otros sabios. No obstante, a Salomón se le atribuyen dos secciones sin lugar a duda. La primera se compone de 10:1–22:16 y la segunda de 25:1–29:27. Esta última consiste de proverbios de Salomón compilados por los varones de Ezequías, rey de Judá (25:1).
PROVERBIOS REFERENTES A LAS RELACIONES HUMANAS (25:1–26:28)
Cómo llevarse bien con los reyes 25:1–7
Dios es más sabio que el rey (25:2). El primer dicho hace un contraste entre Dios y el rey. La omnisciencia de Dios es tan inmensa, que el hombre pasará su vida entera sin poder sondearla a fondo. Siempre queda algo que podemos aprender acerca de él. “La gloria de Dios es encubrir un asunto; pero honra del rey escudriñarlo” (25:2). El rey no tiene tanto conocimiento y debe investigar los asuntos para conocerlos bien.
El rey es más sabio que el pueblo (25:3). Por más que el rey escudriña el conocimiento de Dios, siempre permanece algo encubierto. Por más que los súbditos escudriñan lo que sabe el rey, siempre queda algo que no conocen (25:3). En ambos casos, el que encubre posee mayor conocimiento que el que investiga.
La limpieza enriquece al fundidor y afirma el trono (25:4–5). Así como la plata con escoria no es un buen material para el fundidor, tampoco es buena para el rey la presencia del impío. Es beneficioso quitar ambos, porque en el primer caso, se producen buenas alhajas para el fundidor y en el segundo, se afirma el trono en justicia (25:4–5).
No alabarse delante del rey (25:6–7). Es malo buscar el lugar predilecto en presencia del rey. Es mejor escoger un lugar humilde y permitir que el rey sea quien nos ensalce (25:6–7).
Cómo llevarse bien con el prójimo 25:8–20
No se debe buscar pleito con el prójimo (25:8). Conviene a los vecinos vivir en paz los unos con los otros. El que entra apresuradamente en pleito con el prójimo, alborota la vecindad y trae vergüenza sobre su cabeza (25:8). La frase “en pleito” probablemente se refiere a un juicio.
No se debe descubrir el secreto (25:9). Si hay un desacuerdo con algún vecino, es mejor arreglar el asunto en privado y dejarlo allí. Si uno es el que lo descubre, el que lo oyere puede deshonrarle y acarrearse infamia irreparable (25:10).
Hay que emplear las palabras sabiamente (25:11–14). El sabio describe cinco usos que se dan a las palabras: a) la palabra dicha como conviene (25:11); b) la de reprensión al sabio de oído dócil (25:12); c) la del mensajero fïel (25:13); d) la del hombre que se jacta de falsa liberalidad (25:14); y e) la lengua blanda (25:15).
“MANZANA DE ORO CON FIGURAS DE PLATA ES
LA PALABRA DICHA COMO CONVIENE” (25:11).
Hay que limitar las visitas a casa del vecino (25:16–17). Tal como uno puede hastiarse de demasiada miel (25:16), el vecino puede hastiarse de alguien al extremo de aborrecerle (25:17).
No debemos hablar falso testimonio (25:18). El testimonio falso es como martillo, cuchillo y saeta aguda. Estas son armas destructoras y el testimonio falso puede causar la muerte del inocente (25:18).
El prevaricador mina la confianza (25:19). El diente roto y el pie descoyuntado inutilizan a la persona. Así es el prevaricador (el que pervierte o incita a otro a faltar a sus deberes) en tiempo de angustia, no se puede confiar en él (25:19).
No cante cuando alguien está afligido (25:20). Es tan inapropiado cantar canciones al corazón afligido como quitarse la ropa en tiempo de frío y echar vinagre sobre el jabón (25:20). Uno debe ser sensible a las emociones del prójimo.
¡PENSEMOS! |
¿Cómo se compara el rey con Dios en cuanto a conocimiento? ¿la escoria en la plata con el impío en presencia del rey? ¿Qué pasa cuando se quita al impío de delante del rey? ¿Por qué no se ha de alabar uno a sí mismo delante del rey? Si sucede un desacuerdo entre vecinos, ¿cuál es la mejor forma de arreglarlo? ¿Por qué no se ha de descubrir lo tratado en secreto? Dé un ejemplo de una palabra dicha como conviene. ¿Por qué no es apropiado cantar cuando alguien está afligido? |
Cómo tratar a los enemigos 25:21–23
Si nuestro enemigo tuviere hambre, debemos darle de comer, si tuviere sed, de beber (25:21). El acto de bondad puede provocar arrepentimiento en el corazón del enemigo. Lo que es más importante, es que Dios promete bendecir al que trata bien a su enemigo (25:22).
El v. 23 habla del aspecto negativo de los murmuradores. La Biblia de las Américas traduce ese versículo así: “El viento del norte trae la Iluvia, y la lengua murmuradora, el semblante airado”. Si uno murmura contra un amigo, lo convierte en su enemigo. Si lo hace contra un enemigo, empeora la situación en contraste con lo que sucede cuando le hace bien.
Cómo tener paz en la casa 25:24
Si uno vive con una mujer rencillosa, es mejor vivir en un rincón del techo para poder tener paz. La incomodidad es mejor que la contienda continua. Mejor todavía es confrontar el problema y arreglarlo.
Comparaciones generales 25:25–28
Las buenas nuevas de tierras lejanas son como agua fría para el alma sedienta (25:25). Si hay alguna moraleja aquí es que uno debe comunicar buenas nuevas a sus seres queridos y encubrir las malas a menos que se trate de alguna emergencia.
Para el impío, la caída del justo es como fuente turbia y manantial corrompido (25:26). Uno Ilega al manantial para tomar agua refrescante, pero ¡qué decepción si lo encuentra contaminado y sucio! El justo tiene que preocuparse de su buena reputación. Si se deja influenciar por el impío y cae, no tiene agua espiritual para dar a quienes confían en él.
Buscar la gloria propia es como comer mucha miel. Ambos actos son repugnantes (25:27).
El hombre cuyo espíritu no tiene rienda es como ciudad derribada y sin muro (25:28). Así como una ciudad está desprotegida sin el muro, así el hombre desenfrenado queda en posición vulnerable. El pasaje enseña moderación para el hombre.
Cómo tratar a los necios 26:1–12
Ya se ha observado que el necio menosprecia la prudencia (23:9). Todas las expresiones en esta porción concuerdan con esa observación.
“COMO NO CONVIENE LA NIEVE EN EL
VERANO, NI LA LLUVIA EN LA SIEGA, ASÍ NO
CONVIENE AL NECIO LA HONRA” (26:1).
- El único control para el necio es la vara para su espalda (26:3).
- Generalmente no conviene responder al necio de acuerdo con su necedad (26:4); pero a veces sí (26:5). Sus disparates continuos no merecen una respuesta, pero si sale con una aseveración totalmente errónea, conviene corregir su idea falsa.
- Es ridículo enviar un recado por mano de un necio (26:6).
- Un proverbio en la boca del necio no tiene sentido (26:7 y 9). Es como las piernas del cojo que penden inútiles (26:7).
- No conviene dar honra al necio (26:8).
- No conviene emplear a insensatos y vagabundos (26:10).
- El necio que repite su necedad es como perro que vuelve a su vómito (26:11).
- ¿La esperanza del necio? Hay más esperanza del necio que del hombre sabio en su propia opinión (26:12).
Cómo entender al perezoso 26:13–16
Vea el resumen de 24:30–34.
“EN SU PROPIA OPINIÓN EL PEREZOSO ES
MÁS SABIO QUE SIETE QUE SEPAN
ACONSEJAR” (26:16).
Cómo es el chismoso 26:17–28
- Engaña a su amigo (26:18–19)
- Provoca contienda tal como la leña alimenta el fuego (26:20–21).
- Saborea el chisme como si comiera bocados muy deliciosos (26:22). El chisme penetra hasta las entrañas, es decir, el chismoso guarda cada detalle en su memoria y corazón.
- Lisonjea con su lengua (26:23) y disimula con sus labios (26:24–25).
- Habla mentiras, las cuales atormentan al que ha lastimado y su boca lisonjera hace resbalar (26:28). El odio es una de sus características. Habla falsedades para arruinar a sus víctimas.
¡PENSEMOS! |
¿Cómo debemos tratar a los enemigos? ¿Cuál es el objetive de esto? ¿A qué se compara la caída del justo delante del impío? ¿A qué se compara el hombre cuyo espíritu no tienerienda? ¿A quién se compara el necio en forma favorable? ¿Cuál es la opinión del perezoso acerca de su sabiduría? ¿Cuáles son algunos daños causados por el chismoso? |
PROVERBIOS SOBRE TEMAS DIVERSOS (27:1–29:27)
La vida 27:1
La vida es pasajera. Uno no debe jactarse del mañana porque no sabe qué traerá. Más bien, debemos mostrar nuestra dependencia de Dios porque de él viene la vida y aprovechar bien el tiempo del día actual.
No debemos alabarnos 27:2
Es mejor que el extraño nos alabe y no nuestra boca. Así como no debemos jactarnos del mañana, tampoco debemos hacerlo con nuestras hazañas. Esta tendencia revela orgullo e inseguridad emocional.
La reprensión 27:5–6
La reprensión es mejor que el amor oculto (27:5). Actualmente prevalece el criterio equivocado de que la reprensión no es evidencia de amor. El resultado es que dejamos que un amigo o hermano persista en un defecto dañino que le es desconocido. Le hacemos un gran mal. Mejor sería corregirle en amor.
“EL UNGÜENTO Y EL PERFUME ALEGRAN EL
CORAZÓN, Y EL CORDIAL CONSEJO DEL
AMIGO, AL HOMBRE” (27:9).
Las amistades 27:10
No se debe dejar ni al amigo de uno, ni al amigo de su padre (27:10a). Tampoco se aconseja ir a la casa de su hermano en una emergencia (27:10b). “Mejor es el vecino cerca que el hermano lejos” (27:10c). No es el propósito de este consejo menospreciar a un familiar. La insinuación es que el hermano vive lejos. Por eso, es mejor acudir a la casa del vecino en el día de la aflicción. Las amistades tienen gran valor, y hay amigos que Ilegan a formar parte de nuestra familia.
“EN TODO TIEMPO AMA EL AMIGO, Y ES
COMO UN HERMANO EN TIEMPO DE
ANGUSTIA” (17:17).
La influencia 27:17
Cualquiera que trabaja con herramientas sabe que “hierro con hierro se aguza”. Es igualmente evidente que los contactos e intercambios sociales tienden a enriquecer el intelecto y personalidad de los participantes. Esta observación es una recomendación valiosísima para la comunión de los hermanos en Cristo.
La incorregibilidad del necio 27:22
“Aunque majes al necio en un mortero entre granos de trigo majados con el pisón, no se apartará de él su necedad”. El sentido es claro. Es una pérdida de tiempo procurar reformar al necio. Sin embargo, el poder de Dios puede transformarlo en una nueva criatura en Cristo Jesús (2 Corintios 5:17).
Cuidado de los recursos 27:23–27
Estos cinco versículos tienen en común el tema de la agricultura. a) Vale la pena cuidar a los animales porque se multiplican y aumentan los recursos económicos (27:23). b) El dinero tiene valor, pero es pasajero (27:24) y cuando se gasta no vale para nada (23:5). c) Los animales proveen comida y ropa para la familia y los criados (27:25–27). d) Es importante dar gracias a Dios por ellos, porque son una dádiva de él para nuestro mantenimiento.
¡PENSEMOS! |
¿Por qué no debemos jactarnos del dia de mañana? ¿Cuál es el mal de alabarse uno a sí mismo? ¿Qué es lo que uno está manifestando cuando corrige a un amigo? ¿Cuál es la enseñanza que se saca de la expresión: “hierro con hierro se aguza”? ¿Qué cuadro se presenta de la incorregibilidad del necio? ¿Cuál es el valor de cuidar bien a los animales propios? |
Inestabilidad gubernamental 28:2
Cuando hay rebelión o pecado en la nación, hay un cambio continuo de gobernantes (28:2a). Observe el caso de Israel en el tiempo de los jueces y el reino del norte después de la división en tiempo de Roboam. En cambio, cuando hay un “hombre entendido y sabio” en el mando, la nación disfruta estabilidad (28:2b). Para evitar la inestabilidad, los ciudadanos deben actuar en forma justa y orar por sus líderes (1 Timoteo 2:1–2).
El cuidado de los pobres 28:3, 6, 8, 11, 15, y 27
La pobreza se menciona mucho en el libro de Proverbios y Dios siempre aparece como el defensor de los pobres. Se pronuncia maldición sobre quienes los maltratan (28:3, 6b, 8a, 11a, 15, y 27b) y bendición sobre ellos mismos y quienes los favorecen (28:6a, 8b, 11b y 27a).
“EL QUE DA AL POBRE NO TENDRÁ POBREZA;
MAS EL QUE APARTA SUS OJOS TENDRÁ
MUCHAS MALDICIONES” (28:27).
Acerca de guardar la ley 28:4, 7, 9 y 29:18b
Los que cumplen la ley contenderán con los impíos (28:4b). En contraste muy repugnante, están los que dejan la ley y alaban a los impíos (28:4a). Se le atribuye prudencia al que guarda la ley (28:7a), mas el que la menosprecia con los glotones trae vergüenza a su padre (28:7b).
“EL QUE APARTA SU OÍDO PARA NO OIR LA
LEY, SU ORACIÓN TAMBIÉN ES ABOMINABLE”
(28:9).
La confesión del pecado 28:13
Es malo encubrir los pecados. El que lo hace, no prosperará (28:13a). En cambio, el que los confiesa y se aparta de ellos, disfrutará la misericordia (28:13b).
La dureza del corazón 28:14 y 29:1
El hombre que siempre teme a Jehová recibirá su bendición (28:14a), mas el que endurece su corazón experimentará la maldición de Dios (28:14b). El hombre que responde a la reprensión con dureza de corazón será quebrantado de repente, y no habrá para él medicina (29:1). La sentencia probablemente es la muerte física.
La reacción del pueblo a los gobernantes 28:12, 28 y 29:2, 12 y 14
Cuando gobiernan los impíos, los hombres tienen que esconderse (28:12b, 28a y 29:2b), mas cuando gobiernan los justos, el pueblo se alegra (28:12a, 28b y 29:2a)
La corrección de los hijos 29:15 y 17
Vea el comentario de 23:13–14
El hombre ligero en sus palabras 29:20
Hay más esperanza del necio que del hombre ligero en sus palabras (29:20). Proverbios 18:13 lo expresa así: “Al que responde palabra antes de oir, le es fatuidad y oprobio” y “el justo piensa para responder” (15:28).
El temor del hombre 29:25
“El temor del hombre pondrá lazo” (29:25a). Tal como el lazo entrampa a un animal, así el temor infunde miedo en el hombre a tal extremo que controla cada área de su vida. En cambio, el que confía en Jehová será exaltado (29:25). La confïanza en Dios nos libra del temor del hombre.
Contraste entre los justos y los impíos 29:27
Los justos no soportan al hombre inicuo, les es abominación (29:27a). El impío reacciona de la misma manera con el justo, le es abominación (29:27b). Esta es una observación lógica. No tienen nada en común. El justo es de la luz, el impío, de las tinieblas. Vea 2 Corintios 6:14.
¡PENSEMOS! |
¿Qué sucede en un país donde prevalece el pecado? ¿Qué beneficio recibe el que da al pobre? ¿Cuál es la consecuencia de apartar el oído de la ley? ¿Cuál es la reacción del pueblo cuando gobierna el impío? ¿el justo? ¿Qué opinión tienen los justos y los impíos los unos de los otros? |
Collins, A. (1997). Estudios Bı́blicos ELA: Cómo vivir sabiamente (Proverbios) (78). Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C.