La iglesia es perseguida, pero esta vez no mienten

por M. A. D. M.

Cuando la iglesia bebe el descrédito sobrevenido por su pecado interno, no por la mala interpretación de sus acciones, es porque ella misma no se ha limpiado debidamente. Consentir el pecado se suele comprobarse con «la factura» que viene después en derrotas y vergüenza.

Si los que viven en santidad y el conocimiento de lo que Dios espera de su iglesia no se esmeran en mantener la casa en orden y santidad, entonces serán abochornados por aquéllos que no lo son. De esta forma resumía un pastor la mayor enseñanza que él había extraído del escándalo planteado en medio de los evangelistas de la televisión norteamericana.


Como en muchas otras ocasiones, la iglesia evangélica latinoamericana ha sido la última en enterarse. Varios renombrados evangelistas de la televisión estadounidense fueron pillados por la prensa en escándalos morales, intrigas financieras y mutuas acusaciones.


Lo que ha pasado en Estados Unidos no es mera invención de la prensa sino que están hablando de algo que es verdadero, algo que ocurrió. Sabemos que los medios masivos seculares bien sirven a los fines del diablo, pero en esta ocasión el «padre de mentira» no ha necesitado esforzarse demasiado.


La iglesia está bebiendo el descrédito sobrevenido por su pecado interno, no por la mala interpretación de sus acciones. Estas son cosas que la iglesia no ha limpiado debidamente. Si dejamos un clavo en la pared, el diablo cuelga un cuadro.


Cuando un cristiano latinoamericano cualquiera lee los informes y las notas periodísticas publicadas en su país y en los medios más importantes de Latinoamérica y el mundo, comienza a percibir, por un lado, que no es «un mal paso» dado por algunos hombres de Dios, sino un mal caminar desde hace ya tiempo. No ha sido «un» error, sino un camino errado. Por otro lado, experimenta el amargo gusto del mal testimonio ganado gratuitamente por el descuido de estas «estrellas». El pastor de batalla, que ha logrado avanzar cinco kilómetros en el testimonio en su comunidad, se encuentra con que, de la noche a la mañana, le han hecho retroceder tres de esos preciosos y difíciles kilómetros ganados.



AQUELLOS PRIMEROS AÑOS EN PALESTINA

Volviendo a las descripciones del Nuevo Testamento y a sus relatos, recreamos las imágenes sobre cómo era el Señor Jesús, sus formas y posturas, cómo se conducía con sus discípulos y con quienes lo seguían. Podemos también recordar a Pedro y Juan, a Bernabé y Pablo tratando de permanecer en la simpleza del cristianismo cuando se intentaba hacerlos entrar en el camino de la fama y la relevancia personal. ¿Cuál es la razón por la cual no ha sido eso lo que se ha multiplicado entre los renombrados líderes actuales?


¿Por qué somos tan implacables con el Papa y su corte vaticana referente al modo en que viven y, en cambio, es permisivo que un predicador evangélico tenga, entre otras cosas, canillas (grifos) bañados en oro en su casa? ¿Por qué criticamos el sillón de oro o la púrpura alfombra que usan los sacerdotes de algunas confesiones mientras buscamos el mejor hotel del país para hospedar al predicador que nosotros traemos a nuestra campaña?



FALACIAS DEL PEREZOSO

La iglesia se indigna cada vez que estos escándalos ocurren, pero muchas veces, la misma iglesia que ahora se siente averzonzada podría haberlo previsto si tan sólo hubiese prestado atención.


Como hablábamos días atrás con un colega, tres son las trampas más comunes en que muchos cristianos, incluso iglesias enteras, han caído. En primer lugar, la letra impresa: «Si está escrito, es verdad». Muchos toman como verdades todo aquello que aparece impreso en libros o revistas. Eso es una gran trampa, porque muchas veces se escriben cosas que son engañosas. Que alguien grande lo haya dicho y aun salga impreso no es por ello ninguna garantía de verdad. Segundo: «Si lo sentí, fue del Espíritu», dejando la puerta abierta para que cualquier cosa que haya pasado por el nivel sentimental sea por ello incuestionable. Tercero: «Si junta mucha gente, es de Dios», ignorando de esta forma que también el reverendo Moon junta muchos fieles en su «Iglesia Cristiana Mundial de Unificación», que Jim Jones llevó a muchos al suicidio colectivo y «en nombre de Dios», que cada presentación pública del Papa atrae a multitudes, que millones se acercan semanalmente a los «pai» y a las «mai» de las religiones afrobrasileñas espiritistas, donde el nombre de Jesucristo suele mencionarse a menudo.


Esas trampas no son más que falacias del perezoso, de aquel que no quiere imitar a «los nobles oyentes de Berea» (Hch. 17.11). Son verdades asumidas por quien, por pereza, prefiere la resolución fácil de los problemas, aunque ello conlleve el riesgo de quedar preso en un engaño.



UN SERIO LLAMADO DE ATENCIÓN


  • Para todos: Porque «el que piensa estar firme, mire que no caiga (1Co 10.12). Porque todos sabemos cuán fácil es deslizarse del camino correcto.
  • Para quienes somos responsables en traer, aceptar y difundir programas importados: Es saludable que, como iglesia del Santo, analicemos a quién traemos. ¿Cómo es en su propio país? Hay predicadores que preseleccionan muy bien los programas que difundirán en América Latina. Cuando se aprecia a dichos predicadores en su país de origen se pueden ver actitudes, conceptos, formas y mensajes que han sido excluidos en la programación para nuestros países. La cuidada postura y el mesurado lenguaje de una grabación han llegado a desaparecer en más de una entrevista con preguntas «molestas»; o predicadores sumamente ocupados de los problemas celestiales no son mostrados, en el Tercer Mundo, cuando piden ayuda económica para «Los Contras» nicaragüenses.
  • Es bueno tener en cuenta el contexto, pero ¿qué hacer con los periodistas latinos que visitan los EE.UU. y ven esos programas sin el «filtro» con que se muestran en el sur? Ellos vuelven y cuentan. Estamos en un siglo donde las comunicaciones lo muestran todo, a la corta o a la larga.
  • Las iglesias y agencias paraeclesiásticas del Tercer Mundo pueden entusiasmarse rápidamente en asimilar y difundir un programa foráneo por el hecho de que viene sin costo. Con pena, se suele comprobar que «la factura» viene después y no en pesos o dólares sino en derrotas, vergüenza y descrédito.
  • Para los que tratan de imitar formas y administraciones de los exitosos: Muchas veces se ha escuchado decir que tal o cual forma o metodología (tales como destacar mucho el nombre de una persona clave, difundir mucho su fotografía, crear efectos especiales en las presentaciones de los protagonistas, las sugestivas cortinas y fondos musicales de ciertos programas, etc.) es especial «para el público latino», porque «eso es lo que los análisis demuestran».
  • Todo lo que estos hombres, protagonistas de los mencionados escándalos, estructuraron como cosas accesorias (escenografías, ambientes, decorados, conceptos de publicidad, etc.) son las puertas para las críticas más profundas. Lo que al principio aparentemente ayudaba a «mejorar el ministerio», ha terminado siendo lo que contribuyó a hundirlo.
  • El trabajo del Señor es digno de ser muy bien presentado, animoso y atractivo, pero apelando a lo correcto y no a lo que es fácilmente asociable a lo corrupto, a lo banal.
  • A los que se enteran y no hablan: Dios deja ver estas «irregularidades» mucho antes de que «la olla se destape». Dios provee información, no la escatima. El envía «señales» o avisos. Si Dios permite que uno de sus hijos (o algunos) corrobore algo malo en un hombre de influencia y ese cristiano queda callado dejando que otros puedan ser mal influenciados o caer en el error, entonces ha sido cortada la provisión de Dios para sanar la infección. Muchas veces el Señor ha provisto información de lo que realmente ocurría y esa información no fue usada correctamente. En el caso Bakker, por ejemplo, él no era el único implicado en tapar el pecado y sobornar para que «no se hablase»; otros dirigentes de su denominación también se asociaron en ese camino. Tapar el mal no constituye ningún ejercicio de misericordia para con los demás. Cuando se pinta sobre el óxido no puede esperarse buena presencia por largo tiempo.
  • En la interpretación de la prensa: La prensa secular bien sirve a los propósitos de las tinieblas. La iglesia debe analizar bien lo que la prensa dice. No la debe desdeñar, pero sí tener en cuenta que muchos periodistas seculares hacen ligeros comentarios sin entender el meollo de la situación, asumiendo conclusiones engañosas que rápidamente ganan estado público. Dije que en este último escándalo norteño hay mucho de verdad, pero debemos tener presente que el diablo siempre «añade» lo suyo.
  • A mantener las cuentas claras: Si algo sugestivo hay en toda organización humana es el dinero y el uso que de él se haga. En Estados Unidos, y a raíz de otros problemas parecidos al actual, muchas organizaciones cristianas se unieron en 1979 formando el Evangelical Council for Financial Accountability (ECFA – Consejo Evangélico para la Contabilidad Financiera), un consejo auditor que revisa las finanzas de las organizaciones miembros, para certificar un adecuado y santo manejo del dinero, además de ofrecer acertado asesoramiento técnico. Los asociados a la ECFA, a principios de ’87, sumaban 339 entidades. Es llamativo que los envueltos en este lamentable suceso no han querido que sus números fueran verificados por la EFCA. Eso, entre otras cosas, los habría obligado a dar cuentas claras a cualquier donante que lo hubiera solicitado. Los manejos dudosos sobre los que se ha acusado a estas organizaciones no siempre provienen de malversación intencional sino que otras veces se incurre en errores de procedimiento que, a los observadores, parecen intencionales.
  • Cuando alguien no está dispuesto a que sus pasos sean verificados o aceptar el sabio consejo de los expertos, pues eso sólo ya es un llamado de atención.
  • A medir nuestra reacción: Cuando Saúl cayó, David no se regodeó con su derrota y muerte, sino que lloró amargamente porque «un grande de Israel había caído», aunque fuera enemigo personal y desobediente a Dios.
  • Uno de nosotros ha caído, un colega. En nuestro corazón debe haber tristeza y no sólo por lo que ha ocurrido con el nombre del Señor sino también porque un hermano cayó en el lazo del enemigo.


LATINOAMÉRICA EN EL PRESENTE

La iglesia cristiana en este continente está experimentando un notable crecimiento. Nunca llueve a gusto de todos, pero crecimiento hay. Por décadas santos hombres de Dios oraron por esto, y por fin Dios ha comenzado a darlo. Algunas zonas están quietas, pero en otras el despertar es notable.


El avance ha traído un entusiasmo tal que muchos olvidan lo que por años Dios les mostró en su Palabra, aceptando o permitiendo deslices bíblicos y éticos. Un reconocido pastor y líder latinoamericano me dijo: «Este es un tiempo de cosecha, yo ahora no pregunto mucho. Después, cuando todo se aquiete, vendrá el tiempo de enseñar mejor las cosas».


¿Qué nos llamen locos?, la profecía divina ya lo ha predicho. ¿Que los marxistas digan que nos dejamos lavar el cerebro por los extranjeros?, ese es un argumento tan enclenque que se derrumba con sólo preguntarles de dónde sacaron ellos las doctrinas socialistas. ¿Que hablen de las millonarias cuentas bancarias?, no sé si es necesario señalar la forma tergiversada en que usan los números. Pero el Señor dijo que nos preocupáramos cuando el mundo nos acusara mintiendo. Si nos llaman «locos» porque nuestra forma de pensar es irracional para el hombre natural es una cosa, pero si lo hacen porque «nos comportamos como locos» es otra. Si las cuentas bancarias son millonarias, ¡Gloria a Dios!, pero si lo son a costo de rogar y clamar a la audiencia para que ofrenden y aun pedirlas de tal forma que pueda llegar a suponerse una relación directa entre la ofrenda y la bendición a recibir, pues entonces se nos está mezclando la hacienda. Más aun cuando los «gastos» comienzan a ser cuestionables.


La iglesia norteamericana está sufriendo (¡qué decir del corazón de Dios!) porque algunas áreas crecieron mal. La iglesia latinoamericana está creciendo y desarrollándose, y de cómo sea conducido y orientado ese crecimiento, así será su futuro. Para gloria o para hecatombe.



¿Qué pasó, realmente?

• UN FIN DE SEMANA. En diciembre de 1980, el famoso predicador Jim Bakker, presidente de la Cadena Praise The Lord (PTL – En América Latina, Para Todo Latino) tiene un encuentro íntimo con una señorita llamada Jessica Hann (entonces ella tenía 21 años), encuentro que, por otro lado, es facilitado por un amigo de Bakker, el ex-pastor Fletcher, a quien se le había separado del ministerio por alcohólico.


Jim Bakker (47), junto a su esposa Tammy, han ganado amplia notoriedad en la televisión norteamericana con sus programas que llegan a 13,5 millones de hogares (TIME). Este predicador es quien, junto a Pat Robertson, funda en 1965 el Club 700.


Pasado un tiempo de aquel adulterino encuentro, Jessica Hann inicia demandas judiciales contra Bakker por sentirse «usada» como un mero objeto sexual. Los directivos del PTL arreglan un pago de más de 100.000 dólares a la Hann, a fin de que el «affaire» no fuese divulgado. Debido a que la mentira tiene «patas cortas» y a pesar de los dólares invertidos, la noticia llega a oídos de Jimmy Swaggart, quien no permanece callado.



• POR UN PUÑADO DE DÓLARES. Así tituló un semanario la nota sobre Oral Robert (69), quien es otro predicador de televisión presidente de la universidad que lleva su nombre (4.500 estudiantes) y de un emporio que cuenta, entre otras cosas, con un gran hospital en Tulsa, Oklahoma, que costó 250 millones de dólares.


Hace pocos meses atrás, Oral Robert publica su última y detonante profecía: Dios le reveló que el 31 de marzo del corriente año terminaría su vida aquí en la tierra, a menos que los seguidores de sus programas le ofrendaran 4 millones y medio de dólares extras para necesidades especiales de sus empresas. (Según sus propios términos, Dios se lo llevaría con Él a menos que la gente ofrendara lo estipulado. «Sólo estoy pidiendo que me ayuden a extender mi vida», dijo Robert).


Es allí donde él comienza a rogar que sus seguidores le ofrenden esa cantidad, aparte de los millones de dólares que recolecta normalmente.


Una semana antes de expirar el «plazo profético», y faltando 1.300.000 dólares para reunir la suma total, un dueño de pistas de carreras de perros ofrenda, con las ganancias del juego y las apuestas de su negocio, todo lo necesario para que el ministro continúe su obra en la tierra.



• A partir de los sucesos mencionados, surgen acusaciones desde varios sectores de la iglesia evangélica norteamericana sumándose a los seculares, ocasionándose así un «río revuelto» del que salen a conocimiento público acusaciones desde y hacia todas direcciones de la llamada «iglesia electrónica» (mote de la prensa secular para los programas evangélicos de televisión). Nombres como los de Jimmy Swaggart, Pat Robertson, Jim Bakker, Marvin Gorman, Jerry Falwell, Oral Robert y otros más se ven envueltos en dimes y diretes públicos, donde todo el país participa.


Muchos asuntos del comportamiento de estos hombres y sus instituciones que antes habían resultado dudosas, aun para los cristianos (gastos fastuosos con simultáneas declaraciones de bancarrotas, manipulación social, sospechas éticas, actitudes no claras, asociaciones cuestionables, etc.), no salen a la luz sino hasta que todo el escándalo está en marcha.

© Apuntes Pastorales, 1987. Volumen IV, Número 6, todos los derechos reservados