por Anónimo
La experiencia nos ha enseñado que un espíritu tolerante y apacible es un elemento esencial para poder vivir pacíficamente con nuestros semejantes. A continuación transcribimos un decálogo cuyas ideas nos ayudarán a mantener buenas relaciones con las personas que encontremos en el camino de la vida.
Si es posible, en cuanto dependa de vosotros,
estad en paz con todos los hombres. Romanos 12.18
La experiencia nos ha enseñado que un espíritu tolerante y
apacible es un elemento esencial para poder vivir pacíficamente con nuestros
semejantes.
A continuación transcribimos un decálogo que encontramos en una
oficina de correos de San José, Costa Rica. Las ideas vertidas allí nos ayudarán
a mantener buenas relaciones con las personas que encontremos en el camino de la
vida.
Cultive un tono de voz bajo y agradable. El modo como dice algo es de
tanta importancia como lo dice.
cumpla su palabra; no importa lo que le cueste.
decir una palabra amable y alentadora a alguno, o acerca de alguien. Alabe el
trabajo bien hecho, no importa quien lo haya realizado. Si la crítica es
necesaria, sea constructivo; no lo haga con rencor.
bienestar personal, sus hogares y familias. Gócese con los que se gozan; con
aquellos que lloran procure aliviar su dolor, o al menos acompañarlos. Hágale
sentir a la otra persona cuánto vale.
Busque la posibilidad para avanzar y ayudar a otro a hacerlo.
con otra persona, discuta sin airarse. Una buena señal de las mentes superiores
es la de poder estar en desacuerdo con otros, pero a la vez ser amigable.
hablar de los males ajenos. Evite los chismes. Tenga por regla personal no
hablar de otra persona a menos que sea algo bueno o estrictamente
necesario.
y burlas acerca de otros no valen la pena. En muchas ocasiones pueden herir a
las personas que menos nos imaginamos.
a los comentarios hirientes o críticas dirigidas a usted. Viva de tal modo que
la gente no crea lo malo que alguien dice de usted. No dejemos que nuestro
espíritu se llene de amargura hacia los demás. Eso sólo producirá mala digestión
y afectará nuestros nervios produciendo estrés.
trabajo, sea paciente y mantenga siempre una disposición dulce y agradable.
Olvídese de sí mismo y usted será recompensado, en algún tiempo, en alguna
forma, en algún lugar.
¿Recuerda las bendiciones del pasado cuando alguien fue
especialmente amable y de gran ayuda para usted? Rememore sus bendiciones
y se
sorprenderá de cuánto ha hecho el Señor por usted.
© Desarrollo Cristiano Int., 1994. Los Temas de la
Vida Cristiana, volumen III, número 2.