Predicas Cristianas | Mensajes Cristianos
Lev. 18:1-3… “Habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel, y diles: Yo soy Jehová vuestro Dios. No haréis como hacen en la tierra de Egipto, en la cual morasteis; ni haréis como hacen en la tierra de Canaán, a la cual yo os conduzco, ni andaréis en sus estatutos.”
Pasó en el tiempo antiguo, pasa en el presente, y seguirá pasando en el tiempo futuro, (Por lo menos mientras Jesús no venga). Es el efecto de la transición, es el pasar de un estado a otro; lo observamos ejemplarmente en los tres estados del agua: Sólido, líquido y gaseoso.
Abraham pasó de la comodidad de su parentela y conocidos, a la soledad del desierto, a la incertidumbre de no saber hacia dónde iba. Cada ejemplo de personas levantadas por Dios, de su propio pueblo, es un ejemplo de transición, es un antes y un después.
Es de vital importancia mencionar que el entorno o contexto que gira alrededor de esa transición tiene un efecto decisivo en ella. (Puedes ver claramente ilustrado este ejemplo en la parábola del sembrador)
Podemos ver en los versículos antes mencionados que, aunque se darán instrucciones sobre temas de índole sexual, es evidente que son temas íntimos justificados por la propia necesidad física del hombre; y más allá de ello, la degeneración derivada de tal práctica.
(V2) “Yo soy Jehová vuestro Dios” A esto se le llama soberanía la autoridad de Dios sobre nuestras vidas es indiscutible; Él es soberano allá en nuestro primer estado, o si lo quieres ver así, es soberano aunque todavía no le hubiéramos conocido, sin importar si le obedecíamos o no. Es soberano en nuestro presente, en ese estado de crecimiento espiritual en el cual en ocasiones nos equivocamos, o en ese aprendizaje mediante el cual aprendemos a reconocer su voz. Y por supuesto lo será allá en ese futuro glorioso, el cual anhelamos todos, cuando estemos delante de su presencia, alabando y adorando.
(V3) “Como hacen, (Tiempo presente indefinido) en la tierra de Egipto, donde vosotros morasteis…” Todos venimos de una vana manera de vivir, la cual aprendimos de nuestros padres, (1ª. De Pedro 1:18) La cual debe cambiar; sabemos que muchos de nosotros recibimos, no solo cosas malas, sino también cosas buenas, valores morales que se apegan incluso a las grandes verdades bíblicas, sin embargo, debemos volvernos como niños, esto, Jesús lo dijo a un hombre de grandes principios, (Juan 3) y no se lo dijo a la mujer samaritana.
Podemos derivar de ello tres principios importantes:
1. Todos tenemos un pasado
Algunos tienen un pasado tormentoso, otros quizá no; pero si algo es seguro es que todos tenemos un pasado, el cual debe ser borrado; a eso se le llama: “Nuevo nacimiento”
2. El efecto de transición
Se le conoce así por ser ese proceso de pasar de un estado a otro. Esto puede ser un proceso rápido o lento, dependiendo del ambiente en el cual se esté dando; volvemos al ejemplo de la parábola del sembrador, en los cuatro ejemplos dados por Jesús, la semilla fue siempre la misma, lo único que cambiaba era la tierra.
3. El tiempo de duración de dicho efecto
Aunque sabemos que será hasta el día en el cual esto mortal se vista de inmortalidad, y que lo corruptible se vista de incorrupción, cuando estaremos en un estado de perfección tal como para no necesitar aprender ni crecer. Mientras eso suceda, todos estamos creciendo, (Madurando) y aprendiendo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe, (Ef. 4:13) Solo que unos más maduros que otros, dependerá de usted y de mí, cuán rápido llegue una madurez tal como para discernir lo bueno de lo malo, y escoger lo bueno, siendo obedientes en todo.
No tengas miedo, ni te de por vencido. Pelea la buena batalla de fe.
La palabra de Dios nos dice: “Resistid, Resistid”. Otra manera de resistir al diablo es LLENANDOSE DEL PODER DEL ESPÍRITU SANTO. Cuando satanás llame a la puerta de tu casa, tú puedes decirle que estás ocupada y que no hay lugar para otro espíritu, cualquiera que sea.
Satanás es un espíritu. No es omnipresente, pero parece que acecha continuadamente. El tiene quien le ayude a llevar a cabo su obra. si tu dejas de hacer algo para el Señor, sabrás que satanás está tras tus huellas.
Hubo un hombre que dijo: “Yo nunca lucho con el diablo; él no me molesta para nada” por supuesto que no, porque este individuo estaba ya bajo el poder de satanás. El no tenía ninguna resistencia, ninguna pelea con él, simplemente lo seguía en todas formas que el diablo le llevaba; era cautivo de la voluntad de satanás. Esto es exactamente lo que dice 2 de Timoteo 2:26 que el que no es salvo, no puede resitir al diablo, si no que está cautivo a voluntad de él. Así que si vas a resistir al diablo, necesitas el poder de Dios en tu vida.
Cuando estamos llenos del Poder del Espíritu Santo y conocemos el Poder de la Oración, podemos resistir a satanás, “en el Nombre de Jesús” con intercesión y resistencia a las fuerzas del enemigo.
Yo le agradezco a Dios cuando los hermanos en la Iglesia me dicen que oran por mí. Cuando estoy rodeado de oraciones tengo una resistencia poderosa contra el poder del diablo.
Cuando estás en el terreno de la oración, puedes resistir al diablo, pero cuando entras en el territorio no tienes ninguna promesa de Dios que te guardará. El alcohólico que anda en busca de las tabernas, no tiene ninguna promesa de protección. La oración “Líbranos de la tentación” no es provechosa, si deleberadamente andamos buscando acercanos a la tentación. Lo más posible es que vamos a caer en ella.
Tenemos que resistir al diablo en el nombre del Señor. La palabra resistir significa oponerse mental y espiritualmente. Cierra tu mente a las sugerencias de satanás. Rehusa unirte a cualquier cosa que signifique cooperación con el diablo. Cuando tú hablas de “mi lumbago” “mi corazón acongojado” tú etás confesando que eres partícipe de tal cosa. A satanás le gusta oír que tú confiesas y acepatas la enfermedad. Una de las primeras formas de obtener liberación y sanidad de Dios, es decir: “Yo no poseo los bienes de satanás. El puede querer dirigirlos hacia mí, pero yo los resisto y rehuso tenerlos, el nombre del Señor.” No solo debes resistir a aceptar las sugerencias de sataná, sino que debes resistir firmemente en la fe. Puede ser que cada síntoma de la enfermedad esté allí; que los sentimientos estén allí pero puedes resistir en el nombre de Jesús decir: “No voy a tener lo que satanás quiere imponerme”.
El que no es salvo no puede resistir al diablo; ni lo puede tampoco el renegado. En los tiempos en que los reyes tenían que ir a pelear en las batallas, David se quedó en su casa. Subió a la terraza y sus ojos alcanzarón a divisar a Betsabé quien se estaba bañando. David cayó en una gran tentación mientras permaneció en su casa. Si queremos ser guardados por Dios, debemos mantenernos ocupados por El. La ociosidad es uno de los peores enemigos que podemos enfrentar.
Otra tentación que satanás usa contra el pueblo de Dios, es el desaliento. Se dice que cierta vez, satanás se deshizo de todo. Se acabó su trabajo, por lo tanto tenía todas las herramientas para la venta, colgadas en la pared (esto es sólo un cuento) con diferentes precios puestos en la etiquetas. Una de ellas no era muy grande, pero tenía un alto precio. Cuando le preguntaron por qué era tan cara, él respondió: Esta es una herramienta que puedo usar contra cualquier persona. Puedo usarla tanto con el que es salvo, como el que no lo es. El nombre de esta herramienta es el desaliento.
Nosotros necesitamos resistir en esos momentos desalentadores cuando decendemos tanto que estamos a punto de tocar fondo. Podemos estar acongajados; parecer que estamos solos; sentir de alguna manera como Elías, cuando dijo: “Señor déjame morir:” tan desalentado estaba. Pero Dios le dijo: “Por qué Elías? Yo tengo 7.000 que son fieles todavía.”
Cuando tenemos dolores y aflicciones en nuestro cuerpo, ello puede afectar nuestro pensar y entonces fácilmente entramos en un estado crónico de melancolía, donde aceptamos los problemas en lugar de luchar y resistir en el nombre de Señor.
Una palabra ha sido creada para mostrar una relación entre el alma y el cuerpo, -psicosomática – que relaciona a la psiquis (mente y alma) con el soma (cuerpo). Tus problemas pueden se psicosomáticos. Aquéllos que tienen fe y creen en Dios, necesitan ayudar a quéllos que están caídos. Cuando visitamos a un enfermo, debemos ir con fe. No sólo debemos compadecernos, sino ir con FE y decir: “Creo en Dios. No voy a mirar los síntomas, ni las dificultades, voy a mirar a Dios.” Tenemos un Dios grande. Escuche la amosnestación del profeta en Isaías 40:9 “He aquí el Dios vuestro.Cómo es de grandetu Dios.”
Resistid al diablo cuando él diga: “Todo lo hacen” Esta es especialmente una tentación para los jóvenes. Quizas la mayoría lo hece, pero no qiuere decir que está bien, Atrévete a ser un Daniel; atrévete a ser diferente. No sigas a la multitud. Nunca progresaremos en nuestra vida cristiana, a menos que nademos contra la corriente.
Resiste a la mayoría y ve con la minoría de Dios. Te harás fuerte. Es el camino que siguió Cristo.
Cada vez que oras, creas una atmósfera de resistencia a satanás. Cada vez que recibes una fresca unción de Dios, pones en movimento una fuerza de resistencia a satanás. Esta tierra está circundada por la atmósfera y el aire que nos rodea. La atmósfera es nuestra protección , sin ella los meteoros, el polvo y otros elementos del espacio chocarían contra la tierray nos dañarían.
Es gustoso pensar en la oración y en la unción del Espíritu Santo como atmósfera protectora que rodea al cristiano. Nosotros debemos vivir continuamente en esta atmósfera bendita.
En 1 de Pedro 5:10 la Biblia nos dice: “Más el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, despues que hayáis padecido un poco de tiempo, El mismo os perfeccione, afirme, fortalezca. A El sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos Amén”.
Entre más cedas, más débil te háras; pero si resistes al diablo y rindes a Dios, más fuerte te háras. Puedes vivir en una vida de victoria al resistir al diablo y acercarte a Dios.
DIOS TE BENDIGA MUCHO HOY Y SIEMPRE
Fuente: www.centraldesermones.com