Predicas Cristianas | Estudios Biblicos
1 Crónicas 4:9-10
Siempre es un privilegio predicar lo que el Señor quiere para cada vida que quiere hacer su voluntad. Hoy ha puesto Dios en mi corazón hablar de JABES, un personaje bíblico posiblemente desconocido para el 99% de cristianos, pero me identifico mucho con él.
Permítanme relatar un breve testimonio personal antes de entrar en la reflexión bíblica de este día, ya que eso servirá de base para el mensaje de hoy.
Este pasado 24 de agosto del 2011 cumplimos 20 años de ministerio con mi esposa. Aun recuerdo con claridad que a principios de 1991 recién graduado del Seminario me llamaron a pastorear la primera iglesia, en el sector de Conocoto. A partir de entonces hemos sido canal de influencia por lo menos en siete iglesias en estos 20 años de ministerio.
Dios también me ha permitido viajar a varios países promocionando uno de mis libros y dando conferencias de edificación en varias iglesias.
Si les contara pormenorizadamente sé que tomaría mucho tiempo, pero lo que quiero enfatizar es que Dios nos ha permitido a lo largo de estos 20 años ensanchar nuestro ministerio y lo sigue haciendo.
Leamos 1 Crónicas 4:9-10.
Reina Valera 1960:
4:9 Y Jabes fue más ilustre que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabes, diciendo: Por cuanto lo di a luz en dolor.
4:10 E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras del mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió.
Nueva Versión Internacional:
9 Jabes fue más importante que sus hermanos. Cuando su madre le puso ese nombre, dijo: «Con aflicción lo he dado a luz».
10 Jabes le rogó al Dios de Israel: «Bendíceme y ensancha mi territorio; ayúdame y líbrame del mal, para que no padezca aflicción.» Y Dios le concedió su petición.
INTRODUCCIÓN.
Aparentemente este pasaje está como escondido en la Biblia, pero yo le quiero decir en esta oportunidad que si quiere una visión grande para su vida, decida ser una persona detallista para Dios, es decir haga un poco más de lo que él espera que usted haga.
Es como cuando uno galantea a la novia. Fíjense como empieza este pasaje: “Jabes fue más ilustre que sus hermanos”. O sea Jabes quiso hacer más y más para Dios.
¿Qué hizo exactamente Jabes para sobresalir? ¿Por qué contestó Dios a su oración?
Jabes posiblemente no tenía futuro, ¿Saben lo que significa Jabes? Significa dolor, aflicción, su madre le puso así, porque le dio a luz con Jabes.
Jabes no se levanta como un Abraham, como un Moisés, como un David, como un Pablo. Realmente es desconocido, aparte de este par de versículos no hay nada más en la Biblia.
Él hace una oración, son cuatro peticiones, que pueden parecernos sinceras, sensibles y hasta nobles, pero justo debajo de cada una yace un gran principio capaz de romper paradigmas.
Yo le pregunto a usted y conteste en su corazón, ¿Cuándo fue la última vez que Dios obró en usted, en tal forma que supo sin duda alguna que fue Él quien lo hizo?
Quiero que sepa que Dios tiene bendiciones para usted que aun no ha reclamado y que siguen esperando para usted.
1. OH SI EN VERDAD ME BENDIJERAS.
¿Saben cómo ora un gigante de la fe, creen que ora por avivamiento o por el hambre en el mundo o por los niños que sufren? En cierta ocasión lo escuché: “por favor, bendíceme”.
Por un momento me quedé sorprendido ante esa oración egoísta e interesada, pero luego entendí que si quiero ser grande para Dios debo pedir que me bendiga.
¿Será posible que Dios quiera que usted sea egoísta en sus oraciones? Muchos cristianos posiblemente lo verían como una señal de inmadurez acariciar ese pensamiento de pedir más y más bendición para mí. Supondrían que sería muy descortés y codicioso pedir demasiadas bendiciones.
Anécdota cuando empecé a pedir para construir el Templo en San Fernando.
La palabra Jabes podría traducirse literalmente “el que causa o causará dolor”, ¿Por qué le pondría ese nombre tan feo su madre? Se supone que para los hijos uno escoge el mejor nombre, por ejemplo Jonathan Esteban (El señor me dio una corona); Marcos Andrés (El que trabaja varonilmente).
Mal o bien nuestro nombre representa lo que nosotros somos.
Posiblemente para esa madre el embarazo puede haber sido traumático, o puede haber enfrentado un dolor emocional, tal vez alguien murió, o tal vez su esposo la abandonó, o tuvo mucha estrechez económica tan grande que la perspectiva de otra boca para alimentar y educar lo causó muchos temores y preocupaciones y le puso Jabes.
Jabes creció con un nombre que muchos odiarían y posiblemente se le burlaban constantemente en todo lado donde pronunciaba su nombre.
Sin embargo, cuando veo este inicio de oración, veo que Jabes creía y esperaba fervorosamente en ese Dios de comienzos nuevos y milagros, ¿Cuántos dan gloria a Dios?
//Oh si en verdad me bendijeras// Bajo el peso abrumador de su pasado y la monotonía de su presente levanta las manos al cielo y clama: “Padre, Oh Padre, Papito lindo por favor bendíceme. No puedo vivir más así con dolor, con aflicción, necesito que me bendigas”.
¿Saben lo que es bendecir? En el sentido bíblico quiere decir pedir un favor sobrenatural. Proverbios 10:22 dice: “La bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade tristeza con ella”.
En el caso de Jabes, él dejó por completo que Dios decidiera cuáles serían esas bendiciones, cuándo y dónde las iba a recibir. ¿Cuántas bendiciones tendrá el Señor reservadas para usted? ¿Y no le ha dado solo porque no le ha pedido?
¿Qué pasaría si descubre que Dios en este año pensaba enviarle 55 bendiciones específicas pero apenas recibió 2? Mateo 7:7 dice “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá”. Deben saber que nuestro Padre se deleita en responder generosamente.
Quizá esté pensando que Dios debería pasar por alto sus deseos y necesidades por un tiempo o incluso hacer un débito en su vida enviándole algún problema por su mal comportamiento.
Por qué no hacer un compromiso de cada día pedir a Dios que me bendiga. La historia de Jabes en la Biblia es un testimonio que demuestra que no cuenta quiénes seamos o lo que nuestros padres hayan decidido por nosotros, ni el futuro al que estemos “destinados” a cumplir con nuestro nombre. Solo cuenta conocer lo que queremos ser y pedirlo. Con una simple y sencilla oración de fe, es posible modificar nuestro futuro.
2. OH SI ENSANCHARAS MI TERRITORIO.
La idea es pedir a Dios que primero le bendiga y luego con esas bendiciones empezar a ensanchar su vida de tal manera que pueda ser de un impacto mayor para él. ¿Qué creen que dirá su epitafio cuando usted muera? ¿Dirá tal vez, aquí yace un gran hombre o mujer de Dios?
Mi esposa me compartió unos epitafios interesantes, uno decía: Aquí descansa Luis Corrales, buen esposo, buen padre, pero mal electricista.
Otro decía: Aquí yace Gustaba Gumercinda Gutiérrez Guzmán, es un recuerdo de todos sus hijos menos Ricardo que no dio nada. Otro decía: Tomás Chiliquinga, ahora estás con el Señor, Señor cuidado con la cartera. Otro decía: Aquí descansa mi querida esposa, Señor recíbela con la misma alegría con la que yo te la mando.
Jabes al querer recibir las bendiciones de Dios no sólo pensó en aumentar sus posesiones, sus tierras, sus propiedades, que a veces sólo eso creemos que es bendición. Jabes quiso más influencia, más responsabilidad, más protagonismo con espacio suficiente como para desarrollarse y crecer.
“Señor ensancha mi territorio”. Mire sus circunstancias presentes y pregúntese: ¿Yo nací sólo para esto? ¿Me conformo con todo lo que ahora soy, lo que tengo y lo que he hecho hasta este momento? ¿Ya no me queda nada por hacer?
Diga Señor, te ruego que aumentes el valor de mis inversiones, aumenta mis negocios, aumenta mi trabajo, aumenta mi ministerio. Oh Dios y Rey mío, por favor, te ruego que aumentes mis oportunidades en tal forma que pueda tocar más vidas para tu gloria. Déjame hacer más y más para ti.
Yo le reto a orar así cada día y va a ver que la vida se torna más emocionante porque Dios quiere mover los límites de sus fronteras actuales, él quiere que conquiste nuevos territorios para su gloria, que alcance a muchos más para su nombre.
¿Qué pensaría si yo le digo en esta oportunidad que Dios quiere que la Iglesia a la cual usted pertenece deje de ser estéril, que él quiere ensanchar su territorio hacia otros barrios y no sólo estar en aquellas 4 paredes del Templo? ¿Qué pensaría si Dios quiere que a los 10, 20, 30, 40 ó 50 años de existencia de la obra, se empiece un proceso de ensanchar el ministerio y tener otras Iglesias por hijas, en sectores donde aun no se tiene obras evangélicas? Recuerde que Dios a Sara le dio un hijo a los 90 y su iglesia posiblemente aun no llega a esa edad. Si usted recuerda todos los años que ya han pasado en su Iglesia, posiblemente contaría muchísimas bendiciones que Dios le ha dado, si o no, pero se han quedado en la primera petición.
La oración de Jabes es revolucionaria. Así como es raro oír que alguien ruega: Señor bendíceme, es también extraño que alguien suplique: Oh Dios dame más ministerio, ensancha mi territorio. Pero si eso sucede usted se va a dar cuenta que a medida que se ensanchan sus oportunidades, también se ensanchará su capacidad y sus recursos de un modo sobrenatural.
Dios busca personas que quieran siempre hacer más porque tristemente casi todos los cristianos parece que se niegan o vivir en este nivel de bendiciones e influencia.
“No por el poder ni por la fuerza sino por mi Espíritu, dice el Señor de los ejércitos” (Zacarías 4:6b). Nuestro Dios se especializa en obrar por medio de individuos normales que creen en un Dios sobrenatural que hará su obra a través de ellos.
Orar por el ensanchamiento de las fronteras es pedir un milagro, así de simple. Un milagro es una intervención de Dios para hacer que suceda algo que normalmente no ocurriría.
Decir: “Señor, utilízame, dame más ministerio para ti”. En ese momento se liberan los milagros, en ese momento posiblemente Dios envía ángeles con recursos, dinamismo y los milagros se hacen realidad.
6. “Porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios,” el Señor ha buscado pero no ha hallado las obras de los creyentes de Sardis. Las obras de los creyentes de Sardis estaban falta de aprobación divina porque, no eran generadas por una fe genuina. Lo que se reprocha no es la cantidad de las obras sino la calidad de la obras de aquella iglesia.
III. LA ADVERTENCIA:
“Acuérdate… de lo qué has recibido… oído… guárdalo, y arrepiéntete…” (V. 3).
1. Ellos debían recordar como habían recibido y oído el evangelio.
Aparentemente hubo un tiempo cuando habían experimentado celo y entusiasmo como cristianos jóvenes. Como el Eunuco Etíope, cuando escuchó y respondió al mensaje del evangelio, ellos siguieron gozosos su camino. Necesitaban recordar esa conmoción inicial.
2. Dios nos ha dado un número de cosas que permanecerán como memoriales para nosotros.
* A). Las Escrituras nos colocan en remembranza de las cosas que Dios ha hecho por nosotros (2 Tim. 2:15; 2 Ped. 1:12-13).
* B). Cada vez que uno es bautizado en Cristo, eso debe recordarnos la muerte, sepultura y resurrección de Cristo (Rom. 6:3-4).
* C). La Cena del Señor debiera recordarnos del cuerpo, vida, sangre y muerte del Redentor de la humanidad (1 Cor. 11:24-26).
* D). El regalo de la gracia recibido por la fe en Cristo (Rom. 5:8; Ef. 2:8).
3. El dice “guárdalo y arrepiéntete.” Me parece que el arrepentimiento es la cosa más difícil que el hombre debe invocar para hacer. Los creyentes de Sardis tenían la necesidad urgente de arrepentirse de la manera en que habían utilizado la riqueza espiritual que habían recibido del evangelio. No era un mero reconocimiento de que estaban actuando mal, sino llevar a cabo un cambio de rumbo que los acercara a Dios.
4. Guardar aquellas cosas que son buenas y correctas y arrepentirnos de aquellas cosas que son incorrectas.
* A). No es difícil conseguir que una persona crea que Jesús es el Hijo de Dios, si es de una mente abierta e imparcialmente examina la evidencia.
* B). Usualmente no es difícil persuadir a una persona para que sea bautizada si verdaderamente cree en el Señorío de Jesús y entiende las enseñanzas de Jesús sobre esto.
* C). Lograr que una persona se arrepienta es una cosa muy difícil.
5. El arrepentimiento es un cambio de corazón. En 2 Cor. 7:10 nos es dicho que el verdadero arrepentimiento produce tristeza. La tristeza piadosa produce arrepentimiento, pero la tristeza del mundo produce muerte. Un hombre podría emborracharse y estar triste al día siguiente. Eso no es necesariamente tristeza piadosa. Podría estar triste a causa de que tiene dolor de cabeza y una sed elevada. Podría estar triste a causa de que hizo una necedad de sí mismo. Podría estar triste porque violó la ley y fue encarcelado.
6. La tristeza piadosa viene cuando uno está triste porque ha pecado contra el Dios del cielo. Esto lleva al arrepentido a la decisión de que no volverá a hacer eso una vez más, que va a vivir como Dios lo enseña desde ese momento en adelante.
7. A estos miembros en Sardis se les dijo: “Pues, si no velas, vendrá sobre ti como ladrón y no sabrás a que hora vendré sobre ti.” Es una frase condicional que dice que la advertencia puede ser posible. Pero es interesante notar que la segunda venida para juzgar al mundo es descrita en lenguaje similar (Mat. 24:36,43-44; 1 Tesal. 5:2; 2 Ped. 3:10). Jesús vendrá como ladrón en la noche. Es Su diseño entrar cuando las personas menos lo esperen.
8. No obstante, a través de los siglos, han existido aquellos que han hecho lo posible por discernir el tiempo de la segunda venida de las Escrituras, y aquellos que han afirmado que el tiempo les fue revelado a ellos, todos sus esfuerzos han fallado y todos los esfuerzos futuros fallarán porque Su venida será como ladrón.
IV. LA ALABANZA PARA UNOS POCOS:
“Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas.” (V. 4)
1. Había un remanente fiel en Sardis que no había contaminado sus vestiduras. Por no manchar sus vestiduras se quiere decir que no habían manchado sus almas con el pecado. Es decir, andaban en santidad delante del Señor.
2. El Señor no pierde de vista a los pocos fieles en medio de la masa impía. Él conoce los que son suyos. Hubo unos pocos que no se habían dado al espíritu del compromiso y la complacencia. Probablemente eran ridiculizados por los otros miembros.
3. “Andarán conmigo,” expresa una comunión íntima y personal (conmigo). Si aquellos que caminaron con el resucitado, ardían sus corazones: ¡Lo impactante que será caminar con el Señor por la eternidad!
4. “En vestiduras blancas,” habla de la pureza y la santidad que Dios exige para que alguien entre en su presencia. “Porque son dignas,” es una dignidad únicamente para los santos en Cristo (Lc. 20:35; EF. 4:1; Fil.
1:27; Col. 1:10).
5. ¿Cómo quiere que se le recuerde? Como personas que dieron marcha atrás o personas que vivían en pureza y santidad para Dios. Nosotros no tenemos méritos algunos para agradar a Dios. Eran las personas más raras, las personas de ideas y costumbres atrasadas, pero Jesús dijo: “son dignos.”
V. LA PROMESA:
El que venciere será vestido… no borraré su nombre…confesaré su nombre” (Vv. 5-6). Tres promesas son dadas a aquellos que son dignos, que no mancharon sus vestiduras:
1. “Serán vestidos de vestiduras blancas.” El blanco es el color de la pureza. Jesús dijo: “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios” (Mat. 5:8). El vencedor será revestido de vestiduras blancas como exhibición de festividad. Además es galardón para aquellos que fueron fieles a Cristo.
2. Prometió “no borraré su nombre del libro de la vida.” A menudo leemos de este libro (Filip. 4:3; Apoc. 20:15; 21:27). En el Antiguo Testamento el libro de la vida era el registro de todos los que tenían ciudadanía en la comunidad del pueblo de Israel. Es una idea común en las ciudades griegas y romanas de aquellos tiempos. Pues, mantenían una lista de ciudadanos conforme a su clase o tribus, en la que los nuevos ciudadanos eran inscritos y de la que los ciudadanos indignos eran borrados.
3. Aquí vemos una promesa positiva de que los nombres de éstos de ninguna manera serán borrados del libro de la vida. Hay quienes quieren ver aquí la posibilidad de la perdida de la salvación. Pero, tal enseñanza no aparece en toda la Biblia. En Ex. 32:32, Moisés pidió a Dios que quitase su nombre del libro de la vida, pero la petición le fue negada.
4. En los tiempos antiguos, los nombres de quienes morían físicamente eran borrados de las listas de las ciudades. Las autoridades sólo mantenían un padrón de los habitantes vivos. De la misma manera en el libro de la vida sólo permanecen inscritos los nombres de quienes tienen vida espiritual por haber puesto su fe y confianza en la persona de Jesucristo ( 1ª Juan 5:1).
5. El nombre de una persona puede constar en la lista de una iglesia, sin que esa persona sea salva. ¡Qué sorpresas habrán cuando «se abran los libros»! (20:12). El creyente en Cristo tiene la absoluta garantía de la Palabra del Señor: “Y no borraré su nombre del libro de la vida.”
6. “Confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.” El Señor Jesús dijo: “A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos” (Mt. 10:32). Es probable que muchos de la iglesia de Sardis, presionados por el ambiente religioso-cultural, se avergonzaban de dar testimonio de su fe en Cristo.
7. “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.” El Señor hace un solemne llamado en forma personal y colectivo. Una iglesia nunca será más allá de los compromisos de sus miembros. El Espíritu habla a las iglesias, pero el mensaje es personal para cada uno de los miembros de la iglesia y para nosotros hoy día.
Conclusión.
1. La iglesia de Sardis era culpable por su aridez espiritual. Habían abandonado la responsabilidad de testificar de Cristo. Es probable que la mayoría de sus miembros profesaban ser cristianos pero no habían nacido de nuevo. Sin embargo, había un pequeño remanente fiel al Señor.
2. Las iglesias de hoy día y los cristianos como individuos debemos prestar oído al mensaje del Señor a la iglesia de Sardis. Las iglesias necesitan ser vigilantes y fortalecer las cosas que quedan.
3. Es necesario advertir que no basta con tener el nombre inscrito en el libro o registro de una iglesia aquí en la tierra. Lo verdaderamente importante es tener la certeza de que, por la fe en la persona del Señor Jesucristo, nuestro nombre ha sido inscrito en el libro de la vida. ¡Si es posible ser un cristiano digno hoy en día, porque mi nombre está inscrito en el libro de la vida!
Fuente: www.centraldesermones.com