“[EL SACRIFICIO ACEPTABLE PARA] DIOS [ES]… [UN] CORAZÓN CONTRITO Y HUMILLADO…” (Salmo 51:17)
Quebrantado para el servicio según la Biblia
Hay dos tipos de quebrantamiento en la Biblia. Uno es el resultado de haber sido herido y maltratado. El otro se produce cuando hacemos algo mal y no sólo sentimos haber sido descubiertos, sino que sentimos de corazón que hemos entristecido a Dios. Ese tipo de quebrantamiento ablanda nuestros corazones, quita la rebelión y nos llena de humildad.
¿Has visto alguna vez a un vaquero intentando domar a un caballo salvaje? La primera vez que monta al caballo, éste tiene un espasmo – da saltos bruscos y cocea hasta que consigue tirar al vaquero. Pero de forma gradual, a medida que la voluntad del caballo va rompiéndose, se vuelve dócil y da gusto montarlo. Nosotros somos iguales. Cuando nos acercamos a Dios por primera vez, nuestra carne es salvaje y está fuera de control, así que Él pone “sus riendas espirituales” sobre nosotros y pone “el arnés” a nuestras energías para que hagamos su voluntad y no la nuestra. Ahora, en lugar de vivir siguiendo nuestros impulsos, seguimos la guía de su Espíritu. Escucha: “…ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que por medio de ella han sido ejercitados” (Hebreos 12:11). ¡Oye, aguanta; estás siendo “domado”!
Si hoy estás luchando con las correcciones que Dios te hace, cambia tu enfrentamiento por su cariño. Exacto, acurrúcate entre sus brazos y di: “Padre, te pido que me quebrantes y me transformes en la persona que me creaste para ser. Ayúdame a aceptar tu disciplina y a empezar a hacer los cambios necesarios que Tú requieres de mí, porque deseo agradarte en todo lo que hago”.