LA CRISIS DEL UNGIDO

“Entonces Amnón dijo a Tamar: Trae la comida a la alcoba, para que yo coma de tu mano. Y tomando Tamar las hojuelas que había preparado, las llevó a su hermano Amnón a la alcoba. Y cuando ella se las puso delante para que comiese, asió de ella y te dijo: Ven, hermana mía, acuéstate conmigo. Ella entonces le respondió: No, hermano mío, no me hagas violencia; porque no se debe hacer así en Israel. No hagas tal vileza” (2 S. 13:10–12).

Introducción

Absalón y Tamar eran hermanos de padre y madre; y su medio hermano por parte de padre Amnón se enamoró de ella (13:1–2). Su amigo y primo Jonadab, hijo de Simea, hermano de David, le aconsejó que se fingiera enfermo cuando su padre lo visitara y que le pidiera que le enviara a su hermana para darle de comer (13:3–10). Ocasión que aprovechó Amnón para violarla a la fuerza (13:11–14).

Luego de este sádico y maniático sexual satisfacer su desenfrenado apetito la echó de su presencia (13:15–17). Tamar vestía un vestido de colores que era propia de las vírgenes (13:18); y echando cenizas sobre la cabeza rasgó el vestido e hizo pública su violación.

Aunque el ungido no se menciona, ni aparece en este capítulo, lo ocurrido señal una crisis en su familia. Es una historia de amor incestuoso, violación sexual, desprecio a la mujer y vergüenza humana. Con Tamar se identifican todas aquellas mujeres que han sido sexualmente abusadas y socialmente maltratadas.

  1. Un amor imposible

“Y estaba Amnón angustiado hasta enfermarse por Tamar su hermana, pues por ser ella virgen, la parecía a Amnón que sería difícil hacerle cosa alguna” (13:2).

Tamar era “una hermana hermosa” de Amnón, y este “se enamoró de ella” (13:2). El nombre Tamar significa “palmera”; el cual describe adecuadamente su atractivo femenino.

Amnón entra en una obsesión amorosa por su hermana Tamar. Lo que le produjo un estado emocionalmente angustiado, con efectos enfermizos; es decir sicosomáticos.

Leemos: “por ser ella virgen, le parecía difícil hacerle cosa alguna”. En Israel las vírgenes tenían que ser respetadas. “Por ser ella virgen”. Dios da mucha importancia a la virginidad. Vivimos en una época cuando los valores morales se pisotean y la virginidad se tiene por muchas y muchos en muy poco.

Hay jóvenes a las que no les es importante ser o casarse vírgenes. Están dispuestas a entregar su virginidad por una demostración de amor. La virginidad es el más preciado tesoro que una mujer puede tener. Ese tesoro no se lo puede regalar a nadie, solo le pertenecerá al que empeñará y comprometerá su vida con la que será su esposa y compañera de sus días.

La “virgen” es la mejor representación de una iglesia que se guarda santa pura inmaculada y sin manchas para Cristo. Solo las “vírgenes” deben vestir traje blanco, corona y velo ante un altar. Cualquiera otra sería simplemente una impostora, una actriz y una engañadora de la sociedad. El blanco habla de santidad y pureza. Por eso la novia viste de blanco por fuera y por dentro. Se codea con un sequito de vírgenes y mancebos y carga un ramo de flores símbolo de su primavera.

“Le parecía difícil hacerle cosa alguna”. Ese era el amor imposible, el deseo sexual prohibido. Un hermano con amor eros y no fileo hacia su hermana. Amnón miraba con los ojos de la pasión carnal a Tamar y no con los ojos del espíritu.

Se había corrompido sexualmente, era un enfermo de sus pasiones. Deseaba a su hermana materna. Bajo la ley estaba prohibida este tipo de relación o incesto. Amnón comenzó acosando sexualmente a su hermana Tamar. Las mujeres son la principales victimas del acoso sexual. El acoso sexual se le hace verbalmente con expresiones, palabras y chistes de insinuaciones sexuales. Cuando un hombre le dice sexualmente algo a una mujer con insistencia que esta no quiere escuchar, es acoso sexual.

El acoso sexual tiene que ver con aprovechamientos físicos, con toques premeditados o con exhibiciones sexuales. La ley de los Estados Unidos de América y de otras naciones consideran el acoso sexual como un delito que puede castigarse hasta con la cárcel.

  1. Una mentira disfrazada

“Y Jonadab le dijo: Acuéstate en tu cama, y finge que estás enfermo; y cuando tu padre viniere a visitarle, dile: Te ruego que venga mi hermana Tamar, para que me dé de comer, y prepare delante de mí alguna vianda…” (13:5).

Jonadab, hijo de Simea, hermano de David, aconsejó a su primo Amnón que fingiéndose enfermo le pidiera a su padre David que le enviara a Tamar para atenderlo (13:3–10).

Utilizaría la mentira y el engaño para tener acceso a su virgen hermana y abusarla sexualmente. Los violadores buscan siempre victimas indefensas, a las cuales ellos con fuerza física o armados puedan someter y sin escrúpulos robarle su derecho sexual.

Veamos algunas diferencias entre el acosador, el abusador y el violador sexual:

Primero, el acosador, ya he dicho algo sobre este individuo, que se goza en faltarle al respeto a las mujeres y que denigrándolas sexualmente busca proyectar su “machismo”. Ve a la mujer como un objeto sexual un juguete para él entretenerse. Se siente con derecho a decir y a hacer con una mujer lo que le venga en gana. En esta categoría entra el “fisgón” o “tocador”.

Segundo, el abusador. Sobre este diremos que es un sinvergüenza con todas la letras mayúsculas. Abusa de ambos sexos, prefiriendo los niños y las niñas. A los cuales va seduciendo con regalos, dinero y dulces. Se gana poco a poco la confianza de los chicos; y siempre les dice que no les digan nada a sus padres; porque estos se opondrán a que sean amigos.

También presenta amenazas de matar al padre y a la madre de estos, si son delatados por el niño y la niña lo que le da oportunidad del chantaje. Casi siempre son personas de confianza por parte de los padres. El menos que uno se imagina puede ser un abusador sexual. A estos les gusta tocar los genitales de las niñas e incitan a los niños a la sodomía. Se prestan para los niños toque sus genitales. Son descarados, malditos y merecen que el peso de la ley les caiga sin clemencia.

Tercero, el violador. Este emplea la fuerza para lograr sus propósitos. A veces está familiarizado con sus victimas, pero la mayoría de las veces estas cruzan accidentalmente en su camino. Se satisface sexualmente viendo a sus victimas luchando para no ser violadas. Parecido al abusador, el violador, también experimentó algún grado de abuso y violación sexual.

Muchas violadores cometen sus crímenes esporádicamente, a veces pasan años antes de atacar su próxima victima. Otros lo hacen en serie y pueden que nunca antes lo habían hecho. Muchas victimas son asesinadas por temor del violador de ser reconocido.

III. Un abuso ventajoso

“Y cuando ella se las puso delante para que comiese, asió de ella, y le dijo: Ven, hermana mía, acuéstate conmigo” (13:11).

El ungido accedió a la petición de su hijo Amnón (13:6); y le envió a Tamar para que le cocinara (13:7); lo cual ella hizo (13:8). Cuando le ofreció la comida él no quiso comer (13:9).

Amnón con todo programado dio esta orden: “Echad fuera de aquí a todos. Y todos salieron de allí” (13:9). Entonces le pidió a ella que le sirviera con sus propias manos (13:10).

Al ella acercársele, la tomó por la mano y le dijo: “Ven, hermana mía, acuéstate conmigo” (13:11). Amnón sabía que ella era su hermana, pero la deseo con pasión. su sistema de valores estaba alterado.

Tamar le declaró: “No hermano mío, no me hagas violencia, porque no se debe hacer así en Israel. No hagas tal vileza” (13:12). Le recuerda que aunque ella es mujer, lo ve a él como su hermano, y él la debe tratar con el respeto y pudor que como hermana merece.

Luego le añade: “no me hagas violencia”. En sus ojos y en el fuerte apretón con la mano, Tamar sentía el contacto de un violador. Las mujeres tienen un sentido que puede detectar cuando un hombre se interesa en ellas o tiene malas intenciones.

A eso te agrega: “porque no se debe hacer así en Israel”. Lo que Amnón quería hacer iba contra la ley de Israel. Amnón fue un acosador, abusador y violador, que ignoró el ruego y suplica de su hermana Tamar (13:13–14).

Leemos de su acción: “Mas él no la quiso oír, sino que pudiendo más que ella, la forzó, y se acostó con ella” (13:14). Técnicamente violación sexual es todo acto sexual que un hombre por la fuerza tiene con una mujer contra su voluntad.

El amor pasional que él tenía por ella se transformó en aborrecimiento y odio (13:15). La echó de su casa como a una cualquiera (13:16–17). Tamar echándose cenizas sobre su cabeza, rasgó su vestido de colores y salió a la calle gritando (13:19).

  1. Una venganza fratricida

“Y los criados de Absalón hicieron con Amnón como Absalón les había mandado” (13:29).

Absalón inmediatamente sospechó que el violador de su hermana Tamar, lo fue su medio hermano Amnón y le declaró: “no se angustie tu corazón por esto” (13:20). Quedándose esta en su casa (13:20).

Esto “enojó mucho” a David (13:21). Absalón no discutió el asunto con Amnón, aunque por lo que hizo a Tamar lo aborrecía (13:22). Absalón a los dos años, en tiempo de las trasquila, convenció a su padre David para que les permitiera a sus hermanos príncipes, incluso a Amnón, celebrar fiesta con él (13:23–26).

Absalón le dio órdenes a sus criados de matar a Amnón cuando estuviera borracho y esto lo hicieron así (13:28–29). Los demás hermanos huyeron en sus mulas (13:29). A David se le dijo que Absalón había dado muerte a todos los príncipes, y el ungido y sus criados rasgaron sus vestidos (13:30–31).

Jonadab, sus sobrino, le confirmó que el único muerto lo fue Amnón, en venganza porque este violó a Tamar hermana de Absalón (13:32–33). Un joven atalaya vio a los príncipes, hijos de David que venían (13:34). Los príncipes, el rey y sus siervos lloraron a Amnón (13:36).

Mientras tanto Absalón huyó (13:34) y se buscó refugio con Talmai hijo de Amiud, rey de Gesur (13:37). Allá se quedó en el exilio por tres años y David lo deseaba ver (13:38–39).

Conclusión

(1) Un cincuenta por ciento de las mujeres son victimas del acoso, abuso y violación sexuales. (2) Los violadores buscan siempre víctimas indefensas para cometer sus delitos sexuales. (3) La violencia sexual es todo acto sexual que un hombre por la fuerza tiene con una mujer contra su voluntad. (4) David el ungido descuidó a sus hijos y de ahí que un hermano violara a su hermana y que el otro hermano le diera muerte al violador.

Kittim, S. (2002). David el ungido – sermones de grandes personajes bíblicos : Kittim, Silva (249). Grand Rapids, Michigan, EE. UU. de A.: Editorial Portavoz.