¿Debe el cristiano ser agradecido?

Por: pastor Daniel Brito

Título: ¿Debe el cristiano ser agradecido?

Texto: Habacuc 3:17-19: «Aunque la higuera no dé renuevos, ni haya frutos en las vides; aunque falle la cosecha del olivo, y los campos no produzcan alimentos; aunque en el aprisco no haya ovejas, ni ganado alguno en los establos; 18 aun así, yo me regocijaré en el SEÑOR, ¡me alegraré en Dios, mi libertador! 19 El SEÑOR omnipotente es mi fuerza; da a mis pies la ligereza de una gacela y me hace caminar por las alturas. Al director musical. Sobre instrumentos de cuerda.»

Introducción

Mientras que nos acercamos en esta gran nación al día de Acción de Gracias, y luego al de Navidad, estamos siendo testigos de un desastre económico a nivel mundial. A eso podemos agregarle los tantos casos de violencia que escuchamos en las noticias, y que muchos han sido testigos o víctimas de una manera u otra. Todo eso nos hace pensar sobre las RAZONES para dar GRACIAS a DIOS como Su Palabra nos enseña. DIOS bendiga Su Palabra predicada en esta noche.

Lección

  1. Trasfondo. – El libro de Habacuc es uno de los tantos libros del Antiguo Testamento llenos de ricas enseñanzas.

    1. En cuanto al autor de nuestro libro, se sabe muy poco de él. Algunos suponen que el autor era “levita” por su forma de escribir haciendo la mención de “selah”, “el único lugar fuera de los salmos”.i También porque al final del Texto que hemos leído, dice «Al director musical. Sobre instrumentos de cuerda.» Uno pudiera pensar que era un levita que cantaba en el coro del Templo.

    1. Sobre la fecha de la composición de nuestro libro, parece ser que fue durante el tiempo que los Caldeos tenían amenazados a Judá, probablemente como muchos creen, durante o después de la primer deportación de los judíos, 605 a.C. En otras palabras, Habacuc era contemporáneo de Jeremías.

  1. Cuando parece que DIOS guarda silencio. – El libro de Habacuc se parece al de Jonás en la manera que vemos al profeta dialogando con JEHOVÁ. El libro comienza con el profeta quejándose delante de DIOS por las injusticias y violencia que estaban ocurriendo, y que parecía como que JEHOVÁ no estaba interesado en intervenir.

    1. Veamos el capítulo 1:1-4:

      1. «Ésta es la profecía que el profeta Habacuc recibió en visión. 2 ¿Hasta cuándo, Señor, he de pedirte ayuda sin que tú me escuches?¿Hasta cuándo he de quejarme de la violencia sin que tú nos salves? 3 ¿Por qué me haces presenciar calamidades? ¿Por qué debo contemplar el sufrimiento? Veo ante mis ojos destrucción y violencia; surgen riñas y abundan las contiendas. 4 Por lo tanto, se entorpece la ley y no se da curso a la justicia. El impío acosa al justo, y las sentencias que se dictan son injustas.»

    1. Aquí tenemos al profeta quejándose con DIOS por las tantas injusticias y violencia que él mismo estaba presenciando. La pregunta de Habacuc es una que todos nos hemos hecho en alguna ocasión, y es que hay veces que pareciera que los impíos están ganando la lucha entre el “bien” y el “mal”.

    1. La respuesta de DIOS a Habacuc es que DIOS tiene todo bajo control. De hecho, DIOS mismo había escogido a una nación “impía”, sí, peor que los propios israelitas, para traer juicio a Su Pueblo.

      1. (Habacuc 1:5-11) «¡Miren a las naciones! ¡Contémplenlas y quédense asombrados! Estoy por hacer en estos días cosas tan sorprendentes que no las creerán aunque alguien se las explique. 6 Estoy incitando a los *caldeos, ese pueblo despiadado e impetuoso, que recorre toda la tierra para apoderarse de territorios ajenos. 7 Son un pueblo temible y espantoso, que impone su propia justicia y grandeza. 8 Sus caballos son más veloces que leopardos, más feroces que lobos nocturnos.  Su caballería se lanza a todo galope; sus jinetes vienen de muy lejos.  ¡Caen como buitres sobre su presa! 9 Vienen en son de violencia;  avanzan sus hordas[a] como el viento del desierto, hacen prisioneros como quien recoge arena. 10 Ridiculizan a los reyes, se burlan de los gobernantes; se ríen de toda ciudad amurallada, pues construyen terraplenes y la toman.
        11 Son un viento que a su paso arrasa todo; su pecado es hacer de su fuerza un dios.»

      1. Esa nación impía le iba a dar la gloria a sus dioses, y como dice nuestro Texto: «su pecado es hacer de su fuerza un dios.»

      1. Noten como en este caso la “fuerza” de una nación se convertiría en un “dios” para ellos.

      1. Sin embargo, esa era la nación que JEHOVÁ había escogido para traer juicio al pueblo de Judá. Su misión era castigar a un pueblo que conociendo a JEHOVÁ DIOS, se había apartado de Él.

  1. La fe de Habacuc. – El Texto que estuvimos leyendo al comenzar nuestra lección, muestra la diferencia en el profeta al comenzar el libro, y su fe en el SEÑOR que en medio de vivir entre impíos injustos y violentos, y de las circunstancias del JUICIO que venía por parte del SEÑOR,

    1. Habacuc decidió que en medio de todas esas ADVERSIDADES, Él se iba a regocijar en el SEÑOR. Noten como menciona la falta de alimentos que viene siendo algo esencial para el ser humano, y como aun en medio de esa escasez, su FE NO estaría puesta en hombres ni en las circunstancias, sino en JEHOVÁ DIOS.

      1. Debemos aclarar que Habacuc no estaba diciendo que iba a “ignorar” las circunstancias como si no existieran, porque eso es lo que muchos en el movimiento de “Palabra de fe” hacen, ignorando las circunstancias para no “recibirlas” como si no existieran. Eso no es Bíblico, al contrario, es entrar en cierto tipo de “gnosticismo”.

    1. Lo que Habacuc hizo, fue como nos dice Carlos Morris en su comentario:

      1. “Los interrogantes que plagaban su espíritu al comienzo se han convertido ahora en signos de admiración, de alabanza y adoración a Dios Esa también puede ser nuestra experiencia si aprendemos a vivir por la fe”.ii

      1. Y eso es porque Habacuc había aprendido a vivir por la FE en medio de todo tipo de circunstancias.

        1. (Habacuc 2:4) «El insolente no tiene el *alma recta,
          pero el justo vivirá por su fe.»

        1. Ese verso 2:4 es citado por el apóstol Pablo (Rom. 1:17; Gal. 3:11; Heb. 10:38), y fue un Texto clave para el gran Reformador Martin Lutero, en el siglo 16,

    1. Habacuc nos ha dejado un gran ejemplo, aun siendo que él pertenecía al “Pacto Antiguo”, mientras que nosotros pertenecemos al “Nuevo Pacto”, sobre cómo vivir una VERDADERA vida de FE, confiando en el SEÑOR en medio de todo tipo de circunstancias.

  1. Aprendiendo a estar satisfechos. – Para el mundo de nuestros días, por lo menos el mundo en que vivimos, o sea, las naciones de occidente, el materialismo se ha hecho muy común. Hemos sido testigos de un colapso financiero por razones de la avaricia. El problema es que aun entre la gente pobre, esa avaricia hizo que muchos que no podían comprar casas por no “calificar”, o sea, no ganaban suficiente dinero para hacer los pagos mensuales, mentían en sus planillas escuchando a vendedores de casas sin escrúpulos, que solamente pensaban en cuanto dinero iban a ganar por esa compra o venta de casa.

    1. Veamos ahora el ejemplo del apóstol Pablo, quien al igual que Habacuc, había aprendido a vivir por fe, y ser agradecido a DIOS en medio de cualquier circunstancia.

      1. (Filipenses 4:11-13) «No digo esto porque esté necesitado, pues he aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre.12 Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez.13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. »

    1. Noten que lo que sobresale en nuestro Texto es como el apóstol dice que ha aprendido a estar SATISFECHO en cualquier circunstancia.

      1. Fuera en la escasez.

      2. Fuera en la abundancia.

    1. El verso 13 de Filipenses, es conocido por casi todo creyente: «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. »

      1. Eso es porque gracias al PODER y la FORTALEZA de DIOS, el apóstol había podido aprender estar satisfecho.

      1. Ahora, hay una gran lección aquí para TODOS, y es que así como el apóstol Pablo había aprendido a estar “satisfecho” en toda circunstancia, debemos aprender también nosotros de ese Texto, a estar SATISFECHO en toda circunstancia.

    1. Para concluir este punto, es importante notar el tipo de circunstancia por el cual el apóstol estaba pasando cuando escribe nuestra Epístola, y es que estaba preso. Aunque estaba en una casa de alquiler, estaba encadenado a un soldado romano durante las 24 horas del día. Eso en realidad llega a ser un tipo de tortura, porque el apóstol no tenía privacidad ni siquiera para ir al baño. Sus conversaciones, sus oraciones, sus visitas, todo era frente al soldado que estaba encadenado a él.

  1. REGOCIJAOS EN EL SEÑOR. – (Filipenses 4:4-9) «Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense!5 Que su amabilidad sea evidente a todos. El Señor está cerca.6 No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias.7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
    8 Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio.9 Pongan en práctica lo que de mí han aprendido, recibido y oído, y lo que han visto en mí, y el Dios de paz estará con ustedes.»
    1. Lo primero es que debemos notar un llamado a REGOCIJARNOS en medio de cualquier ADVERSIDAD.

    1. La segunda es que nuestras PETICIONES deben ser depositadas en el SEÑOR, sin dejar que ellas dominen nuestras vidas (1ª Pedro 5:7).

      1. Ya hemos aclarado que no es IGNORAR las circunstancias, sino que es CONFIAR que DIOS está trabajando en medio de las circunstancias.

    1. La tercera es que el creyente está PROTEGIDO por la PAZ que solamente DIOS puede dar. Por eso dice que SOBREPASA todo entendimiento.

      1. El SEÑOR JESUCRISTO prometió que Él nos iba a dejar Su Paz, que el mundo no puede dar.

        1. «La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.»

    1. La cuarta es que el creyente debe CULTIVAR esa paz, con la renovación de su mente, como estuvimos hablando la semana pasada (Romanos 12:1-3).

      1. En este Texto, el apóstol nos ANIMA a PENSAR en las cosas que EDIFIQUEN a nuestras vidas.

      1. Es por eso que el creyente debe dejar las cosas que no edifican, incluyendo la música secular. Su mente debe ser saturada con todo aquello que edifica durante todo el día, para así poder PENSAR en las cosas que edifican.

  1. RECORDANDO. – (Habacuc 3:17-19) «Aunque la higuera no dé renuevos, ni haya frutos en las vides; aunque falle la cosecha del olivo, y los campos no produzcan alimentos; aunque en el aprisco no haya ovejas, ni ganado alguno en los establos; 18 aun así, yo me regocijaré en el SEÑOR, ¡me alegraré en Dios, mi libertador! 19 El SEÑOR omnipotente es mi fuerza; da a mis pies la ligereza de una gacela y me hace caminar por las alturas. Al director musical. Sobre instrumentos de cuerda.»

    1. ¿Pudiéramos recitar esa parte de la oración de Habacuc?

    1. Si la respuesta en un SÍ, entonces hemos aprendido como Habacuc y el apóstol Pablo a estar satisfecho en cualquier circunstancia, y así poder REGOCIJARNOS en el SEÑOR todo el tiempo.

Conclusión

Oremos….

*Toda referencia Bíblica ha sido tomada de la Biblia, Nueva Versión Internacional.

Notas:

i Carlos Morris, Los Mensajes Mayores de los Profetas Menores, p. 125, editorial CLIE.

ii Ibid., p. 137.