Predicas Cristianas | Bosquejos Biblicos
Texto: Abdías 1:12
Pues no debiste tú haber estado mirando en el día de tu hermano, en el día de su infortunio; no debiste haberte alegrado de los hijos de Judá en el día en que se perdieron, ni debiste haberte jactado en el día de la angustia.
Introducción:
Parece ser que dentro del pueblo cristiano aun existe esa fea costumbre de burlarse de la gente. Alegrarnos por el mal ajeno y criticar lo que a nuestro parecer no llena nuestra expectativa.
Dios no ve con buenos ojos esa mala costumbre muy humana pero muy destructiva. Y los cristianos no somos el único ejército que deja a sus soldados heridos, sino más bien les damos el tiro de gracia. Pero como decimos en el tema de hoy, callado nos vemos más bonito. Hay una versión en inglés que se llama traducción literal que dice asi: …y tú no debería haber abierto tu boca en la risa, y burlón, en el día de su angustia.
Para entender un poco este asunto debemos aclarar que el pueblo de Edom es el hermano de Jacob. Hermano consanguíneo del pueblo hebreo. Son los descendientes de Esaú. Así que el problema es entre hermanos. Dios no ve con buenos ojos que un hermano se burle de otro.
En ese momento la atención de Dios es llamada por la actitud de Edom. A pesar que el reino de Juda había pasado por una situación lamentable debido a su rebeldía, Dios no se agrado de la actitud de Edom, sin embargo Dios dicta sentencia.
I. Dios no deja nada al olvido. (v1,2)
Si pensamos que el Señor no mira nuestra maldad o que pasa desapercibida para ÉL, nos engañamos a nosotros mismos.
Si pensamos que Dios no hará nada al respecto, más equivocados estamos. Tarde o temprano Dios castigará el pecado; ÉL no puede tolerarlo.
Aquí, Dios miró el pecado de Edom y dictó su sentencia. El Señor dijo solo dos frases contra Edom: “Batalla” en el versículo uno y “Estás abatido en gran manera” en el versículo dos. Dios determinó pelear contra este pueblo y no solo hasta vencerlo, sino hasta destruirlo por completo.
II. La soberbia nos embrutece.
a. Confiamos en nuestras fuerzas y recursos (v3)
b. Confiamos en las alianzas humanas y estas fallan (v7)
c. Nuestro entendimiento se nos nubla (v8)
III. Nuestro Señor enumera aquí las causas de la destrucción de Edom:
1. Por la injuria a su pueblo Israel (1:10).
2. Por unirse a Babilonia en el saqueo y estar de acuerdo con los caldeos (1:11).
3. Por burlarse de Israel y ensañarse de su infortunio despiadadamente (1:12).
4. Por participar en el pillaje. Por tomar de los bienes de Judá (1:13).
5. Por tender emboscadas para matar o apresar a los judíos que huía y venderlos a los caldeos (1:14).
IV. El veredicto de Dios … borrar del mapa. (v15-21)
Pablo sabía de esta sentencia del Señor: “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará” (Gálatas 6:7). Y bajo este mismo pensamiento, continúa el apóstol: “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.
Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe” (Gálatas 6:9-10). Mientras que Israel fue preservado, Edom fue consumido totalmente como el fuego a la estopa Ni aún un resto quedó de la casa de Esaú.
Edom desapareció de la historia para siempre. Conclusión: Si bien es cierto que aquí podemos ver una escena aterradora y de miedo, la verdad es que todo aquel que busca el mal de los hijos de Dios tarde o temprano le llega su pago. Y entre hermanos ya sea consanguíneos o en la fe no es recomendable alegrarnos de su mal.
De nadie debemos alegrarnos de su mal. ¡El Señor encamine nuestro corazón para tener cuidado de nuestros hermanos en Cristo! Si así lo hacemos, no seremos castigados como lo fue Edom y sí muy bendecidos. ¡Amén!