Pastores piden clamar por un tercer avivamiento en EEUU

En siglos pasados, Dios ha mostrado poderosos despertares en Estados Unidos. Muchos creen que si éste no aparece ahora, el país estará condenado. Pero si se quiere un avivamiento, cada uno debe poner de su parte.

Cristianos de todo el país están hablando y escribiendo sobre el deseo de un tercer avivamiento de Dios. Pero, muchos, incluyendo a la editora de la Revista Charisma, Jennifer Leclaire, dicen que esto no podrá ocurrir hasta que cada uno de los cristianos se pongan a orar y reaviven primero sus propios corazones.

“¿Actuaremos en fe? ¿Oraremos? ¿Qué vamos a hacer? Creo que Dios está mirándonos y que las decisiones que estamos tomando hoy son de vital importancia”, comenta Leclaire.

Este no es solo un tema editorial para Jennifer. Usted podrá encontrarla la mayoría de las orando en su cuarto.

“Sabemos que Él espera que su pueblo invoque su nombre para humillarse, arrepentirse y que se vuelva de sus malos pasos”, asevera Leclaire.

Lo mismo opina el pastor Eddie Hyatt, autor de «America’s Revival Heritage».

“El pueblo de Dios debe caer de rodillas, rostro en tierra y clamar a Dios”, dice Hyatt.

El popular predicador, Dutch Sheets, autor de «An Appeal to Heaven», viaja a los 50 estados y por doquier encuentra creyentes necesitados.

“Tienes que estar ciego para no saber que Estados Unidos es un verdadero problema. Pero están yendo a la oración y así es como siempre comienza», indica Sheets.

“Y cuando quieres ver una nación transformada, hazlo: comienza con nosotros. Pidamos al Señor que nos muestre su gloria y su poder”, dice Leclaire.

“Necesitamos una invasión del cielo donde Dios desciende y el cielo invade la tierra”, asevera Hyatt.

«No estoy pidiendo en base a nuestros méritos. Estoy pidiendo basado en el hecho de que Dios ama salvar», comenta Sheets.

Hyatt cita al predicador famoso de la era colonial, Jonathan Edwards.

“Cuando Dios se propone hacer algo en la tierra, primero pone a su pueblo a orar por eso que Él desea hacer”, dice Hyatt.

Pero Estados Unidos antes y durante su nacimiento fue mucho más consciente de que Dios es real y activo. Fue a la guerra de la revolución ondeando una bandera que decía: «Suplíca al cielo», una popular frase usada por el filósofo John Locke.
“Lo que Locke dijo fue: ‘Cuando no hay otro camino, no hay nada que humanamente puedas hacer, todavía puedes suplicar al cielo’ y George Washington tomó esto y lo puso en una bandera”, comenta Sheets.

Era una nación donde aún los dudosos de la religión organizada, como Benjamín Franklin, se levantaron y declararon la necesidad de pedir humildemente un mover de Dios. Hyatt lo describe en su más reciente libro: “The Faith and Vision of Benjamin Franklin” o «La Fe y la Visión de Benjamín Franklin».

“Él se levanta y les exhorta y los llama a la oración. Y citas las escrituras”, comenta Hyatt.

“Si algo he aprendido es que hay un Dios en el cielo quien gobierna sobre los asuntos de los hombres y las naciones. Y si un gorrión no puede caer al suelo sin que Él lo sepa, ¿cómo puede nacer un país sin que Dios sea parte de ello? Sugiero que lo invoquemos”, asevera Sheets.

“De acuerdo a los presentes, hubo un espíritu de conciliación que surgió en la reunión y juntos fueron y establecieron la constitución estadounidense”, dice Hyatt.

Los tres autores creen importante que los cristianos recuerden esas historias, donde vean el poder de Dios moverse en avivamientos anteriores y como puede hacerlo ahora.

«Cuando testificamos sobre lo que Dios ha hecho en el pasado, no solo construimos nuestra fe, sino que provocamos que Él se mueva otra vez. Le recordamos lo que hizo”, expresa Leclaire.

“En momentos particulares de nuestra historia, al enfrentarnos con grandes crisis, Dios nos ha preservado con grandes avivamientos espirituales”, dice Hyatt.

Y usted puede ayudar a que esta historia estadounidense continúe.

“Se empieza por ver dónde Dios lo quiere a uno. Él se lo mostrará si usted ora. Intégrese en la historia y aduéñese de ello. Decídase hacer su parte para ver surgir este avivamiento”, dice Leclaire.

Hyatt está confiado porque ve a Dios moverse.

“Está despertando a su pueblo y poniendo ese deseo en sus corazones para hacer eso que desea hacer”.

Pero, Leclaire insiste que cada creyente debe primero erradicar el pecado que impide su propio despertar.

“¿Cómo invierte su tiempo y su dinero? ¿Se sienta frente al televisor por 140 horas mensuales como los demás en el país, como dice un estudio? ¿Está involucrado en la iglesia, está evangelizando, impacta su ámbito de influencia?”, dice Leclaire.

Ella lee para CBN News una oración que aparece en su libro “The Next Great Move of God” o «La Siguiente Gran Movida de Dios».

“Espíritu Santo, ven. Quiero experimentar tu presencia y poder como nunca antes. No quiero solo un toque, visita o avivamiento temporal. Deseo vivir como Jesús dijo que podría vivir. Abre mis ojos”, comenta Leclaire.

La pregunta es: ¿está usted sentado en la banca, esperando que Dios traiga un tercer gran avivamiento? O está recordando el punto central, que es que el avivamiento empieza con usted.

Fuente: www.MundoCristiano.tv

Deja una respuesta