(Asiria-Babilonia, ziq-quratu, del verbo zaqaru, que significa ser alto, o elevado; de allí, la cima de una montaña, o una torre escalonada). Una torre templo de los babilonios, que consistía en una estructura elevada en forma de pirámide, edificada en etapas sucesivas, con escalinatas exteriores y un santuario en la cúspide. Estas estructuras constituyen el rasgo más característico de la arquitectura de templos en Mesopotamia, y hoy se conoce la ubicación de más de dos docenas de ellas. La más antigua que se conoce está en Uruk.
Mide 44 por 47 m., y tiene una altura de unos 9 m. En la cúspide es-taba el santuario, de 20 m. de largo por 16 de ancho, edificado alrededor de un estrecho atrio. El zigurat de Ur tenía 63 m. de largo, 47 de ancho, y unos 22 de altura. La torre de Babel era un zigurat (Gen 11:1-9).
Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano
La palabra acadia, zigguratu, proviene de una raíz que significa †œestar alto†. Nos da la palabra ziggurat que designa las montañas artificiales o torres de plataforma que eran características de las ciudades de la Mesopotamia antigua. La montaña artificial servía como un lugar alto para el dios cuyo templo estaba ubicado en la cima. Más de dos docenas de ziggurats han sido identificados, de los cuales el más antiguo fue construido en la ciudad de *Uruc, la Erec bíblica.
Fuente: Diccionario Bíblico Arqueológico
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Santuario en forma de torre organizada en diversos niveles, que suelen ser siete, y se divulgó desde tiempos inmemoriales en la arquitectura religiosa de Mesopotamia. Ya en el cuarto milenio existieron estas edificaciones según las ruinas que quedan. Prácticamente llegaron hasta el imperio persa, en el siglo VI.
Se hacían con adobe, en ocasiones recubierto de ladrillo, (barro cocido) en regiones en donde la piedra apenas era asequible. Solían tener siete niveles cuadriculados, poniendo en el superior un habitáculo mitad observatorio astronómico mitad templo de plegaria y ofrenda.
Algunos dejaron estela literaria, aun cuando haya desaparecido en forma física, como en el caso del de Etemenanki (tal vez identificado en la Biblia con la torre de Babel) o como el templo de Marduk en Babilonia, reconstruido por el rey Nabucodonosor (entre los años 625 y 605 a.C.). De otro quedan colinas de ruinas (tells) objeto siempre de investigación arqueológica. Tales son el Elamita en Choga Zambil (actual Dur Untash, Irán, del siglo XIII a.C.), de planta cuadrada de 102 m. de lado. Quedan restos del zigurat del dios lunar Nanna, construido por Ur-Nammu (rey entre el 2113 y 2095 a.C.).que también fue reformado por Nabonidus (entre el 556 y 539 a.C.).
Estos zigurats ejercieron entre los pueblos mesopotámicos efectos religiosos de temor y admiración. Desde su cumbre descendían a la tierra los oráculos divinos al mismo tiempos que las predicciones cósmicas y climáticas que ten decisivas eran para la agricultura e la zona.
Destinados para minorías religiosas tardaba decenas de años en construirse y miles de años en deteriorarse, lo que les convertía en lazos de generaciones al mismo tiempos que sede de poderes religiosos irresistibles.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa