La zarza espinosa que Moisés vio ardiendo y desde la cual escuchó la voz del Señor que le hablaba (Exo 3:2-3; Deu 33:16; Mar 12:26). La llama que no necesita combustible para mantenerse (la zarza… no se consumía) representa la vida eterna, autosuficiente de Dios. Donde está este Dios está también la santidad y los pecadores solamente pueden acercarse llenando las condiciones que Dios impone (quita las sandalias). El fuego al que no podían acercarse es visto en toda su majestad sobre el monte Sinaí (Exo 19:18) y se refleja en el fuego que no dejaba de arder sobre el altar (Lev 6:9). El mismo Dios que hizo la sencilla provisión que permitía a Moisés acercarse a él (Exo 3:5; comparar Jos 5:13-15) proporcionó los sacrificios.
Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano