YIZREEL

Dios siembra. Nombre de varios lugares y de varón. 1. Valle que separa a Galilea de Samarí­a, llamado también Esdrelón, aunque este nombre no aparece en la Biblia. La llanura de Y., y sobre todo Megiddó, se convirtió en un lugar simbólico, pues fue escenario de numerosas batallas de los israelitas contra sus enemigos, como la batalla de Débora y Baraq contra los cananeos comandados por Sí­sara, Jc 4;Gedeón derrotó a los madianitas, Jc 6, 33; 7; el rey Saúl peleó contra los filisteos y murió en la batalla de Gelboé, 1 S 31; 1 Cro 10, 1-12; en el año 609 a. C., Josí­as, rey de Judá, salió contra Nekó, rey de Egipto, para impedir que el soberano egipcio ayudara a los asirios, que estaban en decadencia, pensando en sacar ventaja de la caí­da inminente del Imperio asirio; pero Nekó lo mató en Megiddó, 2 R 23, 29; 2 Cro 35, 20-24.

Megiddó en el valle de Y., es el sitio simbólico del combate final escatológico, Za 12, 11; Ap 16, 16. Sin embargo, debido a la fertilidad de este valle, de ahí­ su nombre †œDios siembra†, es sí­mbolo de la promesa mesiánica, del nacimiento de un nuevo pueblo: †œSe juntarán los hijos de Judá y los hijos de Israel en uno, se nombrarán un solo jefe y desbordarán de la tierra, porque será grande el dí­a de Y.†, Os 2, 2 y 24-25. 2. Ciudad fronteriza de la tribu de Isacar, al este de la llanura del mismo nombre. Fue parte del quinto distrito administrativo del reino de Salomón, 1 R 4, 12. Aquí­ ocurrió el crimen de Nabot, 1 R 21. Aquí­ Jehú mató a Jorám, rey de Israel, y a Jezabel, 2 R 9; 10. 3. Población que le correspondió a la tribu de Judá, Jos 15, 56, cuya localización exacta no se conoce aún. De aquí­ era originaria Ajinoam, una de las esposas del rey David, 1 S 25, 43. 4. Hijo de Jur, descendiente de Judá, 1 Cro 4, 3. 5. Nombre profético del hijo del profeta Oseas, que recuerda los asesinatos de Jehú y anuncia el fin de su dinastí­a, Os 1, 4-5.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

1. Nombre de la llanura situada entre el Carmelo, los montes Guilboa y la premontaña de Galilea; en la época helení­stica se llamó la †œllanura de Esdrelón (o Esdralón).†
La llanura de Yizreel está regada por el arroyo Quisón y sus numerosos afluentes. En tiempos bí­blicos debió de ser una región extraordinariamente fértil, como vuelve a serlo hoy con el vigoroso esfuerzo de cultivo de los israelí­es. El topónimo †œYizreel† apunta también a esa fertilidad, pues significa †œDios siembra.† La llanura pertenece a la brecha del terreno que forman los sistemas montañosos de la Palestina occidental, y viene a ser por lo mismo una especie de cruce de caminos. A la seguridad de tales caminos contribuí­an las fortificaciones, por ejemplo, la de Meguiddó, que controlaba el paso en dirección norte-sur del Carmelo, y la de Bet-San, en la depresión del Jordán.
Por su fertilidad y la facilidad de comunicaciones la llanura era ya al tiempo de la conquista de Canaán un centro abundantemente poblado, con muchas ciudades (Jos 17:16). Los israelitas debieron de procurar adueñarse de las mismas. Hasta qué punto es importante esta fértil llanura para el conjunto del paí­s, se desprende del hecho de que en el Israel actual Emek Yezre†™el (†œValle de Yizreel†) se designa simplemente como el Emek, †œel Valle† por antonomasia. Con ello se recoge un uso antiguo, pues que también la Biblia usa generalmente ese lenguaje (la traducción de †œllanura† responde mejor a nuestro léxico geográfico; pero en una traducción literal tendrí­amos que hablar del †œValle de Yizreel†).
Por razón de los caminos y a causa de la llanura, cuya devastación representaba un daño considerable del enemigo, razón por la cual resultaba el escenario ideal para campo de batalla, la llanura de Yizreel fue repetidas veces el escenario de las guerras de Israel. Allí­ combatió Baraq, cuando Débora llamó a la lucha. Allí­ sorprendió Gedeón con sus trescientos hombres al campamento de los madianitas (cf. la explicación en el comentario a Jue 7); allí­ combatió Saúl contra los filisteos (1Sam 29) y lo hizo también el rey Yosí­as de Judá contra el faraón egipcio.
2. Al borde oriental de la llanura, en la montaña de Guilboa, se alza la ciudad de Yizreel, que lógicamente debió de tomar su nombre de la llanura, y no al revés. Pese a lo cual, parece que fue la ciudad la que dio nombre a la llanura, porque la ciudad de Yizreel es una de las primeras ciudades del valle que pasó a manos de Israel, y eso ya al tiempo de los jueces. Y así­ la llanura se llamó con el nombre de la ciudad israelita. El topónimo que proclama la fertilidad debió de referirse en primer término a los campos y viñedos de la ciudad.
La ciudad está en la lí­nea divisoria de las aguas, a sólo 123 m de altitud, pero despejada y con una buena panorámica. De ahí­ su importancia estratégica y hasta su valor curativo por su aire. Por ese valor estratégico levantó aquí­ el rey Ajab de Israel un palacio, chocando con la resistencia de Nabot para la ampliación de sus jardines (1Re 21). Quizá pueda considerarse Yizreel como residencia veraniega de los reyes de Israel, en razón de su importancia estratégica.
Allí­ fue exterminada la casa de Ajab.

Fuente: Diccionario de Geografía de la Biblia

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Literalmente significa en hebreo «Dios siembra»; es el nombre de la llanura de Galilea, llamada en griego «Esdrelón». Era la más fecunda, poblada y disputada a lo largo de la Historia en la zona de Palestina. Llega desde el Carmelo a los montes de Gelboé.

En los tiempos antiguos fue muy fértil por las aguas moderadas del rí­o Quison y sus afluentes y por la bondad de sus terrenos.

Quedó muy deteriorada desde los cruzados por las abundantes expoliaciones, talas y razias de las invasiones que siempre la atravesaban. Desde el establecimiento en esas tierras de productivos colonos israelí­es ha incrementado grandemente su fecundidad.

Históricamente estuvo cubierta de muchas fortalezas: Meggido, Taanak, Yibbleam, Sunem, Bet-San, lo que indica su valor estratégico. Son muchas las referencias bélicas en la Sagrada Escritura localizadas en este territorio Jue. 4.12 a 5.31; 2 Rey. 23. 29;. 1 Rey. 21.1-16.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa