El AT no ofrece una descripción detallada de los diferentes tipos de vestimenta que se usaban en Palestina. No obstante, los monumentos hititas, babilónicos y egipcios nos permiten obtener una idea bastante clara de la vestimenta en general. En la tumba de Khnumhotep en Beni-hasán (Egipto) encontramos una procesión de asiáticos que llega a Egipto con pintura para los ojos (
Según Gn. 3.7, 21 el origen de la vestimenta está asociado con el sentido de vergüenza. Es vergonzoso estar desnudo (Gn. 9.22–23) y esta es precisamente la suerte de los prisioneros y los fugitivos (Is. 20.4; Am. 2.16; Mr. 14.52). Los niños, sin embargo, solían andar desnudos hasta la pubertad.
La vestimenta más importante parece haber sido un tipo de taparrabo o prenda ajustada a la cintura, una camisa o túnica larga o corta, una prenda superior y una capa, y naturalmente el cinturón, la prenda para la cabeza, el velo, y las sandalias.
a. Vestimenta masculina
Encontramos pocas menciones de taparrabos o prendas ajustadas a la cintura (˒ēzôr) que llegasen desde la cintura hasta la rodilla. Era una prenda común durante la edad del bronce II y III, pero desaparece como vestimenta civil durante el bronce III, aunque se mantiene como vestimenta militar (Ez. 23.15; Is. 5.27). Casi tan primitiva era la piel de animales y la capa o manto vellosos (Zac. 13.4; 2 R. 1.8; Mt. 3.4), que solamente llevaban los profetas y la gente pobre (Ecl. 40.4) o cuando se hacía penitencia. Solamente a los sacerdotes se les requería que se cubrieran las caderas y los muslos (Ex. 28.42; 39.28). Aparte de esto, estos calzones eran desconocidos en el AT y en el Cercano Oriente de la antigüedad, excepto entre los persas, que conocían el šalwâr, probablemente el sarbâl de Dn. 3.21, 27.
La camisa común, que predomina en el bronce III y constituye la vestimenta normal en la edad de hierro, se menciona en la Biblia como kuttōnet (gr. jitôn), que parece haber sido de lino o lana. Se lleva sobre la piel y llega hasta las rodillas o los tobillos, con o sin mangas, cortas o largas (véase Benzinger, Hebr. Arch., fig(s). 59–60; Marston, The Bible Comes Alive, ilus. 15, abajo). Cuando se trabajaba o corría se podía levantar la camisa (Ex. 12.11; 2 R. 4.29). La Biblia también menciona una kuttōneṯ passı̂m, que era un tipo especial de túnica (Gn. 37.3, 23, 32), que también vestían los príncipes (2 S. 13.18–19). Se trataba posiblemente de una túnica muy coloreada, un tipo de camisa a cuadros enrollada alrededor del cuerpo, como puede verse en los embajadores sirios ante Tutankamón (ANEP, fig(s). 52). Es posible que la camisa, que presumiblemente se llevaba debajo de la pieza anterior, fuese el sāḏin (Jue. 14.12; Pr. 31.24; Is. 3.23; LXX sindōn), pero podría incluirse en esta clase de ropa el me˓ı̂l, que se rasgaba en señal de duelo (Esd. 9.3; Job 1.20; 2.12), y que vestían los hombres de importancia, p. ej. Jonatán (1 S. 18.4), Samuel (1 S. 2.19; 15.27; 28.14), Saúl (1 S. 24.4, 11), Job y sus amigos (Job 1.20; 2.12), y Esdras (Esd. 9.3).
El manto común generalmente se conoce como śimlâ. Puede identificarse con la ˓abâye de los modernos fellahin (Benzinger, Hebr. Arch., fig(s). 73). Se trata de un trozo de paño más o menos cuadrado, que a veces se arroja sobre un hombro o, como en la actualidad, sobre ambos hombros. Tiene aberturas para los brazos a los lados. Esta capa, que todo el mundo tenía, no podía prestarse debido a que se utilizaba como cobertura de noche (Ex. 22.25–26; Dt. 24.13). Generalmente se la quitaban para trabajar (Mt. 24.18; Mr. 10.50). También se empleaba para acarrear toda clase de objetos (véase Ex. 12.34; Jue. 8.25; 2 R. 4.39; Hag. 2.12).
Existía otra capa denominada ˒addereṯ, que no resulta fácil describir. A veces se hacía de telas finas (Jos. 7.21, 24) y la vestía el rey (Jon. 3.6) y los profetas (1 R. 19.13, 19; 2 R. 2.13–14); en este caso posiblemente se hacía con pieles de animales. No era de uso general, y la palabra no aparece en el heb. tardío.
Para cubrirse la cabeza los israelitas probablemente llevaban un cuadrado de tela plegado como velo a fin de protegerse contra el sol, o envuelto alrededor de la cabeza como turbante. En °vrv2 se traduce miḡbā˓ôṯ como “tiaras” (Ex. 28.40; Lv. 8.13) y pe˒ēr como “cofia” (Is. 3.20) y “turbantes de lino’ (Ez. 44.18). En épocas posteriores los hombres y las mujeres notables vestían el ṣānı̂f (Is. 3.23; 62.3), que era un trozo de paño enrollado alrededor de la cabeza.
Los pobres generalmente iban descalzos, pero se conocían las sandalias (Dt. 25.10; Am. 2.6; 8.6). Las suelas (ne˓ālı̂m) eran de cuero o madera y se ataban con correas (śerôḵ) (Gn. 14.23; Is. 5.27; Mr. 1.7; Lc. 3.16). No se usaban dentro de la casa.
b. Vestimenta femenina
La vestimenta femenina era muy similar a la masculina. Pero la diferencia debe de haber sido bastante evidente, debido a que estaba prohibido a los hombres llevar ropas de mujer y viceversa (Dt. 22.5). La diferencia debe buscarse en un material de mejor calidad y más colorido, y en el uso de un velo y un tipo de prenda para cubrir la cabeza (miṭpaḥaṯ: Is. 3.22, °vrv2 “velos”; °vm “chales”; se traduce “manto” en Rt. 3.15), que podía usarse para llevar cargas (Benzinger, Hebr. Arch., fig(s). 59; Marston,
c. Vestimenta para ocasiones especiales
Difería de las ropas comunes solamente en que el material era más costoso (Gn. 27.15; Mt. 22.11–12; Lc. 15.22). El color preferido era el blanco (Ec. 9.8; Mr. 9.3; Ap. 3.4). Los tejidos de biso, escarlata y púrpura eran muy apreciados (Pr. 31.22; Ecl. 6.30; Jer. 4.30). A las mujeres les gustaba adornar sus vestidos con oro y plata (2 S. 1.24; Sal. 45.9, 14–15; Ez. 16.10, 13; 27.7).
Las ropas para el luto y la penitencia (śaq) eran, posiblemente, un tipo de cilicio (tela de crin) similar al manto de los profetas. Se llevaban con un cinturón, y a veces se ponían sobre el cuerpo desnudo (Gn. 37.34; 2 S. 3.31; 1 R. 21.27; 2 R. 6.30).
d. Vestimenta sacerdotal
La más antigua vestidura sagrada parece haber sido el ēfôḏ baḏ; probablemente un simple taparrabo (2 S. 6.14, 20). Los sacerdotes de Nob eran conocidos como hombres que llevaban el “efod de lino” (1 S. 22.18). Samuel (1 S. 2.18) y David (2 S. 6.14) llevaban un efod de lino simple. Este efod simple tenía que distinguirse del efod del sumo sacerdote, que era de material fino (biso = šēš) trabajado con oro, púrpura, escarlata, o materiales similares. Esta parte de la vestidura llegaba desde el pecho hasta las caderas. La sujetaban dos bandas que pendían de los hombros y se ataba alrededor de la cintura (Ex. 39.1–26). También se menciona el efod que se emplea para los oráculos. Este se colgaba en el templo (1 S. 21.9). Los sacerdotes comunes llevaban, durante el servicio litúrgico, una prenda que cubría los muslos y las caderas (Ex. 28.42–43; Lv. 16.4) y una larga túnica de lino bordada, con mangas (Ex. 28.40; 39.27), y también un cinto muy trabajado de lino trenzado y material azul, púrpura y escarlata (Ex. 28.40; 39.29) (Nötscher, Bibl. Alterumskunde, 1940). También tenían una especie de turbante llamado miṣnefeṯ (Ex. 28.4, 37, 39; 29.6; 39.28). Como en Egipto y Babilonia, estaba prohibido a los sacerdotes llevar vestimentas de lana (Ez. 44.17). Tampoco se les permitía calzar sandalias en el templo (Ex. 3.5; 29.20).
Bibliografía. G. E. Wright, Arqueología bíblica, 1975; S. Moscati, Las antiguas civilizaciones semíticas, 1960; G. Contenau, La vida cotidiana en Babilonia y Asiria, 1958.
En general: M. G. Houston, Ancient Egyptian and Persian Costume and Decoration², 1954; ANEP, fig(s). 1–66 y pass.; H. F. Lutz, Textiles and Customs among the People of the Ancient Near East, 1923. Cercano Oriente con especial referencia al AT: I. Benzinger, Hebräische Archäologie³, 1927, pp. 72–89. Material egipcio en A. Erman, Life in Ancient Egypt, 1894 (viejo pero útil), pp. 200–233; BA 24, 1961, pp. 119–128 (para vestidos con borlas). Todas estas obras están profusamente ilustradas.
La palabra oscura sûṯ, que aparece únicamente en Gn. 49.11 se traduce de diversas maneras, p. ej. “manto” (°vrv2), “ropas” (°vm), “sayo” (°bj). Otras palabras para ropa de diversos tipos son: el heb. beḡeḏ, ‘manto’, ‘prenda’, ‘abrigo’ (Gn. 41.42); el heb. kesûṯ, ‘abrigo’ (Dt. 22.12, * Flecos ); el heb. leḇûš, ‘ropa’, ‘vestido’, ‘vestimenta’ (Sal. 22.18; 102.26); el gr. himation, ‘prenda exterior’ (Ap. 19.13, 16), posiblemente un pedazo grande de tela cuadrada que podía usarse como chal o túnica (traducido así en Mt. 5.40; “vestido” en Lc. 9.29); el gr. himatismos, ‘vestido’, ‘atavío’ (Mt. 27.35; Jn. 19.24); el gr. peribolaion, ‘lo que se echa alrededor de uno’ (He. 1.12).
En 2 R. 10.22 hay una referencia al que tenía “el cargo de las vestiduras” (meltāḥâ, ‘vestuario’, así
J.D.D.
Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico