Vellón (heb. gêz y gizzâh, «un montón [de lana]», «lo que se saca»). Lana* de las ovejas. Los términos hebreos aparecen en Deu 18:4 (DHH), Job 31:20 y Jdg 6:37-40 La palabra española «vellón», como sus correspondientes términos hebreos, se aplica sólo a la lana esquilada y nunca a la sin esquilar, que todavía está adherida al animal (como lo indica un verbo relacionado, gâzas, «esquilar [ovejas]» o «cortar [cabello]»). En vez de «vellón de lana» en Jdg 6:37, el significado del término hebreo se podría traducir literalmente por «una porción de lana trasquilado» o «una porción de lana que ha sido trasquilado». Veneno. Traducción del: 1. Heb. jêmâh, de una amplia gama de significados, como «calor», «ira», «veneno», «pasión», «ponzoña» (Job 6:4; Psa 140:3). 2. Heb. rôzsh y rôsh (Job 20:16; etc.). 3. Heb. merôr[âh] (Deu 32:32; Job 13:26; 20:25, 14). 4. Gr. iós, «veneno» (como el del áspid, que absorbido por un organismo vivo puede producir daño físico y hasta la muerte). Iós se usa metafóricamente para el mal que causan los órganos del habla, los labios (Rom 3:13) y la lengua (Jam 3:8). 5. Gr. thanásimos, algo «mortífero» (Mar 16:18). Véase Hiel. Vengador de la sangre. Persona (generalmente el pariente más cercano o el heredero principal de la víctima de un asesinato) que asumía la responsabilidad de castigar al matador. La palabra hebrea traducida «vengador» es gôzêl, cuyo significado básico es «redentor». Cuando 1191 se acopla esta palabra con el término «sangre», comunica la idea de redimir la culpa del crimen dando muerte al asesino (véase Num 35:19, 21, 24, 27; etc.). En una sociedad civil bien organizada, los tribunales y la policía hacen justicia y castigan a los ofensores, pero en el seno de los semitas de la antigüedad las familias desempeñaban las funciones que luego se le asignaron al Estado. Como parece que el vengador estaba más interesado en la venganza que en la justicia, se hizo provisión para que hubiera «ciudades de refugio»: Hebrón, Siquem y Cedes, al oeste del Jordán (Jos 20:7); Beser, Ramot en Galaad y Golán al este de ese río (Deu 4:41-43). A ellas podían huir los culpables de asesinato involuntario, y podían permanecer allí hasta tener garantías de un juicio justo. Esas personas no eran pasibles de la pena de muerte, a menos que el crimen hubiera sido intencional (Exo 21:13; Num 35:19, 21, 24, 27). Dios no instituyó la vendetta, esto es, la venganza privada, y trató de reglamentar la costumbre para evitar abusos. Ventana. En el Oriente, las ventanas generalmente tenían la forma de un rectángulo abierto en las paredes de un edificio (Gen 26:8; 1Ki 6:4, heb. jallôn; Jer 22:14). Se podían cerrar mediante algo parecido a persianas, para evitar la mirada indiscreta de los vecinos o para protegerse del frío del invierno (Gen 8:6; 2Ki 13:17; Dan 6:10), o por medio de celosías enrejadas (Jdg 5:28; 2Ki 1:2, heb. í‘ebâkâh; Pro 7:6; Son 2:9). Por lo general las ventanas de la planta baja de los edificios estaban ubicadas bien alto y, en tiempos bíblicos, como en la actualidad, quizá protegidas por rejas. En las casas más complicadas de la gente de clase social alta, se abrían hacia un patio central. Verano. Véase Estación.
Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico
La lana esquilada de la oveja. Lo primero de la esquila se daba al sacerdocio, como parte de su medio de sostén (Deu 18:4). La experiencia de Gedeón (Jdg 6:37-40) ha dado origen a la costumbre de poner un vellón para buscar la dirección de Dios.
Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano