kenos (kenov», 2756), expresa la vaciedad de cualquier cosa, la ausencia de aquello que pudiera ser de otra manera poseído. Se emplea: (a) literalmente (Mc 12.3; Luk 1:53; 20.10, 11); (b) metafóricamente, de imaginaciones (Act 4:25 «cosas vanas»), de palabras que comunican enseñanzas erróneas (Eph 5:6 «palabras vanas»); de engaño (Col 2:8 «huecas sutilezas»); de una persona cuya profesa fe no va acompañada de obras (Jam 2:20 «hombre vano»); negativamente, con respecto a la gracia de Dios (1Co 15:10 «en vano»); del rechazo a recibirla (2Co 6:1 «en vano»); de la fe (1Co 15:14 «vana»); de la predicación (ídem); y otras formas de actividad y trabajo cristiano (1Co 15:58 «en vano»; Gl 2.2: «vano»; Phi 2:16 «vano»; 1Th 2:1 «vana»; 3.5: «vano»).¶ La palabra mataios, vano, significa vacío de resultados, señalando la irrelevancia de cualquier cosa. El hombre vano (kenos) en Jam 2:20 es aquel que está vacío de sabiduría divinamente impartida; en 1.26 la religión vana (mataios) es aquella que no produce nada provechoso. Kenos acentúa la ausencia de cualidad y mataios la ausencia de un objetivo o efecto útiles. Cf. el adverbio correspondiente kenos, «en vano», en Jam 4:5,¶ el nombre kenodoxia, vanagloria (Phi 2:3),¶ el adjetivo kenodoxos, vanaglorioso (Gl 5.26),¶ y el nombre kenofonia, «pláticas sobre cosas vanas» (1Ti 6:20); «vanas palabrerías» (2Ti 2:16).¶ Nota: Para kerannumi, «que ha sido vaciado» (Rev 14:10; RV: «el cual está echado»; véanse, «que ha sido mezclado»), véase MEZCLAR, Nº 2.
Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento