UNITARISMO

Movimiento religioso. Pese a que se inició como movimiento organizado en Hungrí­a y Polonia en el siglo XVI mediante el ® SOCINIANISMO, existen tendencias unitarias, es decir, contrarias a la doctrina de la Trinidad, desde épocas remotas. Movimientos o doctrinas con elementos de unitarismo son algunas formas de ® MONARQUIANISMO, ® ARRIANISMO y ® ADOPCIONISMO.
Los unitarios, además de negar la Trinidad, tienden a un radicalismo teológico, como lo evidencia el rechazo de los milagros y lo sobrenatural, así­ como el aceptar ideas de otras religiones no cristianas. Esos elementos no estaban presentes en los primeros experimentos unitarios, pero sí­ en el unitarismo de los siglos XIX y XX.
Las tendencias antitrinitarias se reflejaron nuevamente durante la Reforma del siglo XVI como reacción a la posición trinitaria de Roma y de los principales reformadores protestantes. El más famoso teólogo antitrinitario de ese perí­odo fue Miguel Servet, médico español perseguido por católicos y protestantes.
En Polonia, la predicación de Valentino Gentilis, Juan Pablo Alciato y el doctor Blandrata (que también predicó en Hungrí­a), abrió el camino para los avances del socinianismo y la formación de la llamada «iglesia menor» o «hermanos polacos». El movimiento logró infinidad de seguidores, pero fue restringido y después eliminado casi completamente.
El unitarismo sobrevivió en Transilvania y Hungrí­a. El más conocido es el inglés, cuyos pioneros fueron los ministros protestantes Juan Biddle y Teófilo Lindsey, que fundó la capilla Essex, en 1774, en la ciudad de Londres. Una gran contribución la hizo el famoso cientí­fico Joseph Priestly, propulsor de congregaciones unitarias en varios lugares hasta su exilio a Estados Unidos por apoyar la Revolución Francesa. En 1813, quedó reconocido el movimiento unitario que se organizó como Asociación Unitaria Británica y Extranjera en 1825.
En Estados Unidos, Priestley organizó una iglesia en Pensilvania. King’s Chapel, iglesia episcopal de Boston, se convirtió en congregación unitaria bajo el liderazgo del Rvdo. James Freeman. Una serie de teólogos liberales pasó entonces al unitarismo y llegaron a controlar la cátedra de Teologí­a de Harvard, al menos por un tiempo.
La Asociación Unitaria Americana se unió a los partidarios del ® UNIVERSALISMO y surgió la Asociación Universalista y Unitaria, a la cual pertenecen numerosos intelectuales.
El unitarismo no organizado (o sea, las ideas unitarias antitrinitarias) ha florecido en sectores del pensamiento americano. Varios presidentes de Estados Unidos se identificaron como unitarios en cuanto a pensamiento o a militancia confesional, entre ellos Thomas Jefferson.

Fuente: Diccionario de Religiones Denominaciones y Sectas

El origen de esta herejía está fundado en la controversia arriana al comienzo del siglo cuarto cuando Arrio, presbítero de la iglesia en Alejandría, expuso el sistema de pensamiento que lleva su nombre. Él negó la doctrina ortodoxa de la Trinidad y afirmó que hubo una vez cuando Dios no era el Padre y Jesucristo no era el Hijo. Porque Dios previó el mérito de Jesús el hombre, se le concedió a Cristo un tipo de divinidad, pero él nunca fue de la misma substancia del Padre aunque es digno de adoración. Esta temprana y alta forma de unitarismo fue condenada por el Concilio de Nicea en el año 325, y por el Concilio de Constantinopla en el año 381. A través de toda la Edad Media, el unitarismo fue mirado como herético. Reapareció de una forma un poco distinta en los escritos de Miguel de Servet y fue aceptado por alguno de los grupos anabaptistas más radicales.

Recibió un nuevo ímpetu y fundamento teológico en el socinianismo (véase) de Lelio y Fausto Socini, y en el Catecismo de 1605. Aun cuando los socinianos no aceptaban la deidad de Cristo y la doctrina ortodoxa de la Trinidad, se atenían a un tipo de sobrenaturalismo y aun insistían en la adoración a Jesucristo como una persona divina, creyendo en su resurrección de los muertos y en su ascensión. Pero su naturaleza divina era el resultado de su obediencia perfecta. Ellos negaron la posición ortodoxa sobre la caída del hombre y sostuvieron que éste aún posee completo libre albedrío. De tal manera que el trabajo de redención de Cristo se basa en su vida y sus enseñanzas más que en su muerte vicaria en la cruz.

Con la llegada de la Ilustración y la aparición del deísmo (véase), el unitarismo en manos de Joseph Priestly y otros llegó a ser más racionalista y menos sobrenaturalista en sus planteamientos. La naturaleza y la razón reemplazaron al NT como fuente principal de la autoridad religiosa, y la autoridad de las Escrituras que se conservó fue el resultado de su concordancia con los descubrimientos de la razón.

El unitarismo llegó a Nueva Inglaterra ya en 1710, y por 1750 la mayoría de los ministros congregacionalistas de Boston y los alrededores habían cesado de mirar a la doctrina de la Trinidad como una creencia cristiana esencial. En 1788, la Capilla del Rey, la primera iglesia anglicana en Nueva Inglaterra, llegó a ser definitivamente unitarista cuando su rector, con el consentimiento de la congregación, suprimió de la liturgia toda mención sobre la Trinidad. El triunfo del unitarismo en el congregacionalismo de Nueva Inglaterra pareció completo cuando se eligió a Henry Ware, un reconocido oponente a la posición trinitaria, a la cátedra de divinidad Hollis en Harvard.

En el siglo diecinueve, bajo el impacto del transcendentalismo (véase), el unitarismo llegó a ser aun más radical. Sus posteriores líderes, tales como Ralph Waldo Emerson y Teodoro Parker, rechazaron aquellos elementos sobrenaturales que quedaban, a los cuales William Ellery Channing había estimado convenientes de conservar. El unitarismo moderno ha llegado a ser cada vez más humanista. Muchos miembros de la Asociación Unitarista Americana, fundada en 1825, han llegado a la conclusión que su movimiento no es una parte de la iglesia cristiana. En 1959 votaron para unirse a los universalistas.

BIBLIOGRAFÍA

S.H. Fritchman, Together we advance; J. Orr, English Deism: Its Roots aud Fruits; E.M. Wilbur, History of Unitarianism, 2 vols.; C. Wright, Beginnings of Unitarianism in America.

  1. Gregg Singer

Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (626). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología