ULFILAS

Vida: Nacido de una familia capadocia apresada en una correrí­a de los godos, fue consagrado obispo el 341 por Eusebio de Nicomedia. Precisamente en una época en que el arrianismo contaba en Occidente con escasos apoyos, comenzó a predicar esta herejí­a entre los contingentes de soldados bárbaros con un éxito extraordinario. Aquella circunstancia permitió a los arrí­anos occidentales enfrentarse a las medidas de Teodosio y otros emperadores.

Obras: En latí­n sólo nos ha llegado una profesión de fe, pero fue de enorme importancia su traducción de las Escrituras al godo.

Teologí­a: Aunque sabemos que Ulfí­las era arriano, no está clara su posición exacta dentro del arrianismo. El hecho de firmar en el 360 en Constantinopla una fórmula similar a la de Rí­mini ha servido a algunos autores para considerarlo moderado. Otros, empero, lo encuadran en una postura radical debido a los fragmentos de su obra escrita que nos han llegado e incluso no faltan los que le atribuyen un arrianismo especí­fico. Ver Arrio.

VIDAL MANZANARES, César, Diccionario de Patrí­stica, Verbo Divino, Madrid, 1992

Fuente: Diccionario de Patrística

(También: Ulphilas)

Apóstol de los godos, misionero, traductor de la Biblia, e inventor de un alfabeto; nació probablemente en el año 311; murió en Constantinopla en el 380 ó 381. Aunque Ulfilas por su lengua y simpatías era enteramente godo, descendía no de antepasados teutónicos, sino de capadocios capturados durante los reinados de Valeriano y Galieno, en las invasiones a Asia Menor realizadas por los godos del norte del Danubio. No parece haber razón válida para pensar que Ulfilas no nació cristiano (Hodgkin ubica su conversión durante su residencia en Constantinopla). De joven fue enviado a esa ciudad, quizás como rehén o como embajador, y, después de ocupar durante algún tiempo el puesto de lector en la Iglesia, a la edad de treinta años fue consagrado obispo por el famoso obispo arriano de Nicomedia, Eusebio.

Poco después de su consagración volvió a la Dacia y durante los restantes cuarenta años de su vida trabajó como misionero entre sus coterráneos. Pasó en Dacia los primeros ocho o diez años de su vida misionera, después de lo cual se vio obligado, con muchos de sus conversos cristianos, a buscar refugio en Moesia debido a la persecución por parte de sus paisanos paganos. Fue en esta época de su vida que concibió la idea de traducir la Biblia a la lengua de los godos, una tarea que exigía como preliminar la invención de un alfabeto especial. Su conocimiento familiar del griego simplificó relativamente la tarea, teniendo que pedir prestadas sólo unas pocas letras de otras fuentes, del rúnico o del latín. A pesar de sus muchas otras actividades, Ulfilas tradujo «todos los libros de la Escritura a excepción de los Libros de los Reyes, los que omitió porque son simplemente una narración de hazañas militares, y siendo que las tribus godas tenían una afición especial por la guerra, tenían más necesidad de frenos para contener sus pasiones militares que de alicientes para estimularlos a emprender actos guerreros» (Filostorgio, «Hist. eccl.», II,5). Tradujo los libros del Antiguo Testamento de la Versión de los Setenta y los del Nuevo Testamento del original griego.

Ulfilas estaba en el Sínodo de Constantinopla del año 360 cuando la secta de Acacio triunfó y emitió su credo de componenda como sustituto de las fórmulas de los ortodoxos así como las de los partidos arrianos. Es de lamentar que la carrera de Ulfilas se viera empañada por su adhesión a la herejía arriana. Puede decirse como atenuante de su falta que fue víctima de las circunstancias al carecer de otras influencias al estar sólo bajo influencias arrianas y semi-arrianas durante su residencia en Constantinopla; pero persistió en el error hasta el fin de su vida.

La falta de ortodoxia privó a la obra de Ulfilas de una influencia permanente e hizo estragos entre algunos de sus conversos teutónicos. Sus labores dejaron huella no sólo entre los godos, sino también en otros pueblos teutones, y debido a las opiniones heréticas que expresaban no se pudieron sostener en los reinos que establecieron. Sólo existen unos pocos capítulos de la traducción de Ulfilas del Antiguo Testamento. Del Nuevo Testamento tenemos la mayor parte de los Evangelios y el bello Códice de Plata (un pergamino púrpura con letras de plata y oro) que está actualmente en Upsala, y que data quizás del siglo V; casi todas las Epístolas de San Pablo en un Códice Milanés editado por el cardenal Mai, y un gran fragmento de la Epístola a los Romanos en un palimpsesto Wofenbüttel.

Fuente: Healy, Patrick. «Ulfilas.» The Catholic Encyclopedia. Vol. 15. New York: Robert Appleton Company, 1912.
http://www.newadvent.org/cathen/15120c.htm

Traducido por Amparo Cabal. L H M

Fuente: Enciclopedia Católica