UGARIT, RAS SHAMRA

La antigua ciudad de Ugarit ocupó el promontorio ahora conocido como Ras Shamra (†œcabeze de hinojo†) situado al norte de Siria, ca. 93 kms. al este de un extremo de la isla de Chipre. Estaba en una playa conocida por los griegos como Leucos Limen (†œPuerto Blanco†), el moderno Minet el-Beida. En la edad del bronce Ugarit fue un puerto importante a través del cual pasaba el cobre en ruta desde Chipre hasta Mesopotamia. Tení­a contactos importantes con los heteos y los egipcios y serví­a como encrucijada entre la cultura del Mediterráneo y el mundo sumero-acadio. Con la llegada de la edad del hierro al Cercano Oriente se perdió la importancia del cobre y la influencia ugarí­tica se desvaneció.
El descubrimiento moderno de Ras Shamra data del año 1928 cuando un aldeano sirio que estaba arando, accidentalmente desenterró una baldosa que cubrí­a un pasaje subterráneo. Charles Virolleaud, Director de Trabajos Arqueológicos en Siria y Lí­bano fue enviado a excavar el sitio comprobando que en realidad era una cámara mortuoria. Fueron encontradas en las tumbas piezas de cerámica chipromicénica; pero la excavación original no produjo ninguna otra cosa de valor.
En la primavera de 1929, una expedición arqueológica francesa dirigida por Claude F. A. Schaeffer, del Museo de Estrasburgo, y su asociado, Geroge Chenet, inició la excavación sistemática de Ras Shamra. Los trabajos se llevaron a cabo durante un perí­odo de varios meses al año, hasta el inicio de la Segunda Guerra Mundial. En 1950 pudo reiniciarse el trabajo. Sólo una pequeña parte del promontorio ha sido excavada hasta la fecha y, sin embargo, ha resultado ser uno de los descubrimientos arqueológicos más grandes del siglo XX.
Las excavaciones han traí­do a luz las tumbas reales de Ugarit, dos templos enormes y numerosos artefactos que reflejan contactos entre Ugarit y Egipto, Mesopotamia, los heteos y las áreas cretense-micénicas. El descubrimiento más significativo fue el de una biblioteca que contení­a inscripciones en una gran variedad de idiomas del Cercano Oriente incluyendo un idioma semí­tico desconocido anteriormente que usaba una escritura alfabética cuneiforme. A través de los trabajos de Charles Virolleaud, Edouard Dhorme de la Ecole Biblique y Hans Bauer de La Haya, el alfabeto cuneiforme fue descifrado y se inició el trabajo de traducir los textos. Un erudito americano, Cyrus H. Gordon, actualmente en la Universidad Brandeis, ha publicado una gramática ugarí­tica así­ como un glosario y una transliteración de los textos ugarí­ticos existentes.
A. Niveles de Ocupación. Las excavaciones en Ras Shamra indican que dicho lugar ha tenido una historia que se remonta a la edad neolí­tica— probablemente el milenio quinto o sexto a. de J.C. Schaeffer ha encontrado cinco niveles de ocupación que han sido numerados de arriba hacia abajo. El nivel cinco contiene pedernales e implementos de hueso de los primeros ocupantes del lugar, gente de la edad neolí­tica anterior a la cerámica. El cuarto, un nivel calcolí­tico, ha producido un buen número de magní­ficos ejemplares de cerámica pintada halafiana. Durante el curso de la ocupación del nivel tres (última mitad del tercer milenio a. de J.C. ), la ciudad fue destruida por el fuego. La gente que ocupó posteriormente el sitio usó la así­ llamada loza Khirbet Kerak.
La mayor parte del trabajo de Schaeffer ha sido en dos estratos superiores numerados dos (2100–1600 a. de J.C. ) y uno (1600–1200 a. de J.C. ). Durante estos dos perí­odos, Ras Shamra conservó el nombre de Ugarit. Las grandes hazañas literarias y culturales de Ugarit ocurrieron durante el perí­odo representado por el nivel uno.
B. Las Grandes Epicas. De los varios centenares de textos ugarí­ticos que han sido estudiados, ninguno es de tanto interés como el de las tres grandes épicas descubiertas en la biblioteca de Ugarit y que datan del reinado del rey Niqmad II de quien se sabe que pagó tributo al rey heteo Supiluliumas (1375–1340 a. de J.C. ). Las épicas pueden haber tenido una forma oral anteriormente; pero las copias datan del siglo XIV a. de J.C.
1. Aqhat. El héroe de la épica Aqhat fue el hijo del piadoso rey Daniel. Aqhat adquirió accidentalmente un arco que habí­a sido hecho para la diosa Anat. La diosa estaba tan ansiosa de recuperar su arco, que al muchacho le ofreció riquezas o inmortalidad a cambio del arco. Aqhat, sin embargo, se negó a desprenderse del arco bajo ningunas condiciones. Impávida, Aqhat decidió hacer uso de la fuerza para recobrar su arco y contrató los servicios de un malviviente para asegurarse del éxito. El malviviente tomó el arco de manos de Aqhat; pero el arco fue arrojado al mar y se perdió, y Aqhat fue asesinado. El cuerpo de Aqhat fue devorado por un buitre. Daniel, el padre de Aqhat, y Pughat, su hermana, lo lloraron por un perí­odo de siete años. Durante ese tiempo Pughat tomó la determinación de vengar la muerte de su hermano. Aquí­ se interrumpe la historia. Si se tuviera el fin probablemente nos contarí­a del éxito de Pughat al poder matar al malviviente que habí­a asesinado a su hermano.
2. Keret. En la épica Keret se lee de un rey próspero y temeroso de los dioses, quien estaba desconsolado porque no tení­a heredero. Habí­a perdido una sucesión de esposas y lloraba ante la idea de que su descendencia se extinguirí­a muy pronto. El bondadoso dios El se le apareció en sueños y le sugirió que movilizase sus fuerzas y marchara hacia la tierra de Udm y demandara la mano de Huriya, la hermosa hija del rey Pabil. Keret, después de hacer votos apropiados a Athirat, marchó rumbo a Udm y sitió la ciudad capital del rey Pabil. Aunque se le ofreció tributo, Keret insistió en que levantarí­a el sitio solamente con la condición de que se le concediera la mano de la rubia Huriya. De mala gana Pabil concedió su hija a Keret y en el tiempo apropiado Keret fue bendecido con hijos e hijas.
Keret, sin embargo, se olvidó del voto hecho a Athirat y la diosa le envió una enfermedad. El hijo y la hija menores, Elhu y Thitmanet, se preocuparon sumamente por la enfermedad de su padre; pero el primogénito Yassib solamente pensaba en su propio beneficio. Bondadosamente El intervino y restauró la salud de Keret. La épica se interrumpe aquí­; pero la conclusión es obvia. El infiel Yassib sin duda serí­a destituido de sus derechos de primogenitura. Por otro lado, los fieles Elhu y Thitmanet serí­an premiados. Y sin duda, Elhu le sucederí­a a su padre en el trono.
3. †˜Baal. La épica de Baal narra cómo el dios de la feritlidad, Baal (o Hadad), recibió una casa y el reconocimiento como señor supremo de la tierra. En la primera parte de la épica, Yam (el dios del mar) tení­a una casa y Baal no. Ambos eran rivales y se trabaron en un furioso combate. Parecí­a como si la batalla fuera a terminar en una retirada hasta que Kathir-y-Khasis (dios de las artes y oficios) dio a Baal dos mazas mágicas con qué atacar a su rival. El resultado fue una victoria sin precedente para Baal. Sus amigos lo celebraron mientras que su hermana Ant cayó sobre sus enemigos a fin de exterminarlos.
Después de cierto titubeo, El ordenó que se buscaran materiales a fin de edificar una casa para Baal. Fueron traí­dos cedros del Lí­bano y otros materiales de lugares remotos. Kathir-y Khasis tardaron sólo siete dí­as para construir la casa para Baal. Después que la casa se terminó, Baal viajó de ciudad en ciudad reclamándolas como parte de su reino. Inclusive envió mensajeros al mundo inferior para informar a Mot (†œmuerte†) de su derecho al trono. Mot, sin embargo, desafió a Baal a que se encontraran en el mundo inferior, y Baal lo hizo de mala gana. Durante la ausencia de Baal, la tierra languideció y los dioses estuvieron de duelo. Anat, tan fiel como siempre, se ocupó de buscar los medios para traer a Baal al mundo del dominio de Mot, y finalmente tuvo éxito. La diosa del sol, quien va al mundo de las tinieblas, lo trajo de regreso en una de sus vueltas constantes. Acompañado de generosas lluvias Baal regresó a sus dominios.
C. Relevancia para los Estudios Biblicos.
1. Fondo Histórico. Desde el tiempo de la entrada de Israel a Canaán bajo Josué, hasta la caida de Jerusalén (587 a. de J.C. ), la adoración de Baal y otros ritos religiosos cananeos fueron una tentación para Israel. Los profetas bí­blicos no escatimaron oportunidad para denunciar el culto licencioso de Baal. Con el descubrimiento de las épicas de Ugarit podemos conocer la literatura de los antiguos cananeos y formarnos un concepto más claro de la cultura y actitudes del pueblo que habitaba en Canaán en la época de la conquista.
2. Vocabulario. Siendo que el ugarí­tico es un lenguaje semí­tico, relacionado muy í­ntimamente con el hebreo bí­blico, el uso de las palabras en los textos ugarí­ticos a menudo nos da un punto de vista más claro del uso bí­blico. La pa labra bamoth aparece frecuentemente en el Antiguo Testamento en el sentido de †œlugares altos†. La palabra se usa en el ugarí­tico para indicar el lomo de un animal o la espalda de una persona (Cyrus H. Gordon, Ugaritic Textbook, Glossary, word 480). Este uso estarí­a muy apropiado en Deuteronomio 33:29 el cual dirí­a: †œAsí­ que tus enemigos serán humillados, Y tú hollarás sobre sus alturas† (bamoth).† Las representaciones gráficas artí­sticas del antiguo Cercano Oriente muestran constantemente al conquistador con un pie sobre las espaldas de su ví­ctima. La traducción †œespaldas† tiene un mejor significado que †œsus alturas† en Dt. 33:29.
Cuando del rey Uzí­as fue herido con lepra se le puso en una †œcasa separada† de acuerdo con la traducción de 2 R. 15:5 y 2 Cr. 26:21. La palabra aparece en los textos ugarí­ticos para describir el lugar al que Aleyan Baal descendió antes de dirigirse al mundo inferior o mundo de las tinieblas. Esto indica que Uzí­as pudo haber sido confinado en una cueva o bodega, o aun en el sótano del palacio.
3. Estudios Textuales. El lamento de David sobre Saúl y Jonatán después de la muerte de ellos sobre el monte Gilboa tiene las lí­neas:
Montes de Gilboa, Ni roció ni lluvia caiga sobre vosotros, ni seáis tierras de ofrendas (2 S. 1:21)
Los eruditos bí­blicos han estado intrigados siempre con la expresión †œtierras de ofrendas†; pero H. L. Ginsberg ha propuesto una interpretación que ha sido aceptada generalmente. En la épica de Aqhat se lee una maldición que es similar a aquella que David pronunciara:
Que falle Baal siete años
Aun ocho, el jinete de las nubes;
Ni rocí­o, ni lluvia, ni resurgir del abismo,
Ni la dulzura de la voz de Baal
La palabra hebrea para †œcampos† o †œtierras† es similar a la palabra ugarí­tica para †œresurgir†, y la palabra †œofrenda† en hebreo es similar a la palabra ugarí­tica †œabismo†. Ginsberg, entonces, indica, basándose en este paralelo, que David oró:
Montes de Gilboa, ni rocí­o ni lluvia caiga sobre vosotros, ni resurja nada del abismo.
El †œresurgir del abismo† eran las fuentes de las montañas, como se conoce de los textos ugarí­ticos. El rocí­o, la lluvia y los manantiales de las montañas eran las tres fuentes de riego en Siria y Palestina. David oró para que el monte de Gilboa quedara estéril como señal de duelo por Saúl y Jonatán.
El pueblo de Ugarit usó un barniz blanco llamado spsg. Esta palabra aparece en Proverbios 26:23, aunque los escribas antiguos no la reconocieron e hicieron dos palabras de ella. A la luz del uso ugarí­tico el pasaje deberí­a decir: †œComo el barniz blanco que cubre el tiesto Son los labios lisonjeros y el corazón malo.†
4. Terminologí­a Legal. Muchos de los sacrificios que se mencionan en los textos ugarí­ticos tienen nombres que son idénticos a los descritos en Leví­tico. En Ugarit se lee de la ofrenda quemada, la ofrenda completamente quemada, la ofrenda de transgresiones, las ofrendas de paz, las ofrendas de expiación, las ofrendas tributarias, las ofrendas de los primeros frutos y las ofrendas de la nueva luna. Los sacrificios ugarí­ticos, al igual que los de la Biblia, tení­an que ser †œsin mancha†.
Las semejanzas, sin embargo, son en gran parte superficiales. Los sacrificios de Ugarit eran ofrecidos a Baal y a una multitud de otros dioses, mientras que los de los hebreos eran ofrecidos solamente a Jehová. Los sacrificios no empezaron con las leyes del Leví­tico, sino que se remontan a los principios: Caí­n, Abel (Gn. 4:3, 4), Noé, (Gn. 8:20) y la lí­nea de Abraham (Gn. 15:9, 10) todos ofrecieron sacrificios preleví­ticos.
Hay razones para creer que algunos elementos en la Ley de Moisés fueron dados como advertencia en contra de las prácticas cananeas. La épica ugarí­tica titulada: †œEl Nacimiento de los Dioses Hermosos y Llenos de Gracia† describe el ritual de hervir un cabrito en la leche de su madre como ofrenda para hacer llover durante épocas de sequí­a en Canaán. Este rito estaba especí­ficamente prohibido en la ley de Israel (Ex. 23:1-24:26). Los lí­deres proféticos de Israel estaban interesados en que el pueblo resistiera la tentación de adoptar las prácticas cananeas.
5. Referencias Literarias. El lenguaje poético de la Biblia y el de Ugarit hacen uso de expresiones figurativas similares, haciendo también uso del mismo juego de metáforas. Baal, al igual que Jehová, cabalga sobre las nubes (véase Sal. 68:4, 33). El trueno es su voz (Sal. 29:3). Cuando el escritor de la historia del diluvio bí­blico querí­a describir los torrentes de lluvia que cayeron sobre la tierra, usó una expresión poética (Gn. 7:11). En Ugarit se lee del dios Baal abriendo una ventana de su casa celestial, haciendo oí­r su voz y así­ trayendo una tormenta sobre el mundo (Baal II vi. 25–35).
La figura mitológica Lotan (el leviatán bí­blico) aparece en los textos ugarí­ticos como un enemigo de Baal. La épica de Baal dice: †œCuando golpeares a Lotan, la resbalosa (serpiente) (y) acabes con la tortuosa serpiente, el tirano (de siete cabezas) †¦† (Baal I. i. 28–30). Las palabras se asemejan a Isaí­as 27:1: †œEn aquel dí­a Jehová castigará con su espada dura, grande y fuerte al leviatán, serpiente veloz, y al leviatán serpiente tortuosa; y matará al dragón que está en el mar.† El leviatán bí­blico, como el Lotan ugarí­tico, tení­a una variedad de cabezas: †œMagullaste las cabezas del leviatán† (Sal. 74:14). Debe notarse, sin embargo, que el leviatán bí­blico, a diferencia de su similar ugarí­tico, no era un dios. Leviatán era una rebelde criatura de Jehová. Representa las fuerzas del mal que caen bajo el juicio divino. El elevado monoteí­smo ético de los israelitas no puede, de ninguna manera, encontrar semejanza en los ugarí­ticos aun cuando ambos pueblos tienen una lingüí­stica y una herencia cultural comunes.
6. Cuestiones Históricas. Cuando el rey Ezequí­as estuvo enfermo de una llaga, el profeta Isaí­as dio órdenes para que en su llaga le fuera puesta una masa de higos (2 R. 20:7; Is. 38:21). Se lee en uno de los tratados de veterinaria en Ugarit que las masas de higos se usaban como cataplasma para los caballos. El uso medicinal de los higos era evidentemente conocido como en una gran área del Medio Oriente.
El profeta Ezequiel menciona a tres hombres temerosos de Dios que eran el epí­tome de la rectitud: Noé, Daniel y Job (Ez. 14:14-20). Noé y Job eran hombres del pasado remoto cuando Ezequiel pronunció esa profecí­a; pero el Daniel del libro canónico de Daniel era un joven contemporáneo del profeta Ezequiel. Desde hace mucho tiempo parecí­a extraño relacionar a Daniel con esas figuras famosas del pasado distante; pero los textos ugarí­ticos nos dan ahora razón para pensar que Ezequiel se referí­a a un Daniel más antiguo —el Daniel de Ugarit quien
†¦ juzgó (la) causa de la viuda (y) el buscó (el caso del huérfano) (Aqhat I, i. 23–25).
El rey David compró la era de un hombre llamado †œAraunah el jebuseo† (2 S. 24:18). Los textos ugarí­ticos contienen una palabra iwr que significa †œseñor†. Esto forma parte de varios nombres personales que incluyen iwrn, el cual se convirtió en el hebreo Araunah. Así­ el nombre Araunah parece ser más bien un tí­tulo que un nombre personal.
BIBLIOGRAFIA: G. R. Driver. Canaanite Myths and Legends, Edinburgh: T. and T. Clark, 1956. H. L. Ginsberg, †œUgaritic Myths and Legends†, Ancient Near East Texts, ed. J. B. Pritchard, Princeton, Princeton University Press, 1953. Cyrus H. Gordon, Ugaritic Literature, Rome, Pontifical Biblical Institute, 1949; Ugaritic Textbook, Rome, Pontifical Biblical Institute, 1965. John Gray, The Legacy of Canaan, Leiden, E. J. Brill, 1965. Edmond Jacob, Ras Shamra et L†™Ancien Testament, Neuchatel, Editions Delachaux et Niestle, 1960. Marvin H. Pope, El in the Ugaritic Texts, Leiden, E. J. Brill, 1955. Claude F. A. Schaeffer, The Cuneiform Texts of Ras Chamra-Ugarit, The Schweich Lectures, 1936, London, The Britich Academy (Oxford), 1939.

Fuente: Diccionario Bíblico Arqueológico

Este importante centro comercial floreció como capital de una ciudad-estado en el N de Siria en el 2º milenio a.C. Se menciona en las cartas de *Mari y de *Amarna, aunque no en el AT. El sitio, conocido como Ras Shamra (“Monte Hinojo”) se encuentra a 1 km aprox. de la costa mediterránea, y unos 15 km al N de Latakia. Las excavaciones comenzaron en 1929 luego de que un campesino desenterrara una tumba en la costa del mar en lo que resultó ser el puerto de Ugarit, el antiguo Mahadu (ahora Minet el-Beida). C. F. A. Schaeffer dirigió a un equipo de arqueólogos franceses durante muchos años (1929–39, 1948–73), y el trabajo prosigue. Se ha constatado la ocupación desde el neolítico precerámico (ca. 6500 a.C.) hasta tiempos romanos, en quince niveles. Entre los principales edificios encontrados se encuentran dos templos, uno dedicado a Él (que al principio se pensó que sería de Dagán) fundado en el nivel II, ca. 2100 a.C. y asociado por el excavador con los *Amorreos. Un palacio enorme, de más de 900 m en cuadro, es el edificio principal de la edad del bronce tardía (ca. 1550–1180 a.C.). También se han desenterrado casas de oficiales y escribas, además de la de un sumo sacerdote, que vivían en la misma época. La ciudad fue saqueada, quizá por los Pueblos del mar (* Filisteos) poco después del 1200 a.C., de modo que muchos objetos yacían enterrados en las ruinas.

Un gráfico cuadro de las riquezas y relaciones comerciales de Ugarit puede reconstruirse a base de la alfarería y de las talladuras en marfil importadas de Creta y Grecia, de productos egipcios y babilónicos y de artículos de Asia Menor y Chipre, como así también en base a las primeras producciones “cananeas” en oro y plata, bronce y piedra desenterradas hasta el momento. Lo más importante de todo es la gran cantidad de documentos escritos recuperados de palacios y de diversas casas. Los sistemas de *escritura egipcio, chipriota e hitita eran todos conocidos en la ciudad, pero el cuneiforme babilónico era el que más se usaba. Los escribas aprendieron a escribirlo en Ugarit, y todavía existen algunos de sus libros de ejercitación y de referencia. Copiaban literatura babilónica, o componían sus propias variantes de la misma. Los ejemplos incluyen un relato del *diluvio (Atrahasis), un relato sobre Gilgamés, y una versión única del “Job babilónico”. Además hay proverbios, acertijos, y poemas líricos. Hay un himno hurrita que tiene notas con indicaciones para el acompañamiento musical (RA 68, 1974, pp. 69–82). El babilónico no era la lengua nativa de los escribas, de modo que al lado de las listas corrientes de palabras sumerias y acádicas copilaban otras dando el equivalente en su propia lengua semita occidental (“ugarítico”) y en hurrita, otra lengua corriente. Estas listas son de gran valor para nuestro entendimiento de las lenguas menos conocidas. El babilónico se empleaba en la vida diaria para el comercio y la administración en los templos, en el palacio y en las casas grandes. Era la lengua diplomática internacional, de modo que se usaba para redactar los tratados. Los reyes de Ugarit en los ss. XIV y XIII a.C. trazaban su dinastía a un antepasado que gobernó la ciudad ca. 1850 a.C. Los reyes posteriores estuvieron sujetos a los *hititas, y varios tratados concertados con ellos, o a propuesta de ellos, están disponibles para su estudio. En dichos textos aparecen elementos que indican la forma que adoptaban los tratados *hititas y el texto de los *pactos veterotestamentarios.

A fin de escribir en su propio idioma, los escribas de Ugarit imitaron la idea del alfabeto que habían inventado los cananeos al S. En lugar de usar signos basados en figuras (* Escritura), combinaron elementos en forma de cuñas a fin de formar 29 letras cuneiformes, cada una en representación de una consonante. Las letras se aprendían en un orden que es igual al del hebreo, con agregados. En Ugarit se han encontrado más de 1.300 inscripciones hechas con este alfabeto, que datan del 1400 a.C. en adelante. Unas cuantas docenas de inscripciones se encontraron en un sitio llamado Ras Ibn Hani al S y una en Tell Sukas en la costa más abajo. Más común era, sin embargo, una forma más breve de este alfabeto, que sólo tenía 22 letras. Además de tres ejemplos de Ugarit, se han desenterrado inscripciones sueltas en *Cades en Siria, Kamid el-Loz y *Sarepta en el Líbano, y en *Bet-semes, y *Taanac, como también en el mte. Tabor en Palestina.

El ugarítico está muy relacionado con el hebreo y ha tenido el efecto de ampliar el conocimiento de la *lengua del AT en muchos sentidos. Es necesario comprender, no obstante, que estas lenguas no son idénticas, de modo que lo que es cierto de una de ellas no se puede aplicar automáticamente a la otra. Hay semejanza entre la terminología del complejo sistema ritual ugarítico y el de Levítico. Así, se mencionan el holocausto (ugarítico kll; Dt. 33.10), la ofrenda quemada (šrp), la de la comunión (šlmn), la de expiación (˒asm), y la del tributo o presente (mtn), como también ofrendas quemadas a fuego, aunque su uso difiere del espíritu y la práctica veterotestamentarios (* Sacrificio y ofrenda). Estos poemas épicos, mitos e himnos tienen un claro estilo poético, con métrica irregular, repeticiones y paralelismos, que han llevado a Albright y sus discípulos a sostener una fecha en los ss. XIII-X a.C. o anterior para algunos pasajes poéticos, p. ej. para los cánticos de María (Ex. 15; JNES 14, 1955, pp. 237–250), y Débora (Jue. 5); la bendición de Moisés (Dt. 33; JBL 67, 1948, pp. 191–210) y Sal. 29 y 58 (HUCA 23, 1950–1, pp. 1–13). En estos textos se encuentran muchas frases que aparecen en la poesía heb.; podemos citar algunos ejemplos: “lanzando (ysr) su relámpago a la tierra”, como se ha de leer Job 37.2; “el rocío del cielo y la grosura (smn) de la tierra” (cf. Gn. 27.28, 39); “LTN el veloz … la serpiente tortuosa” es el Leviatán de Is. 27.1; Job 26.13. De esta forma pueden dilucidarse el significado y la exégesis de una cantidad de pasajes hebreos difíciles. La expresión “tierras de ofrendas” de 2 S. 1.21 (°vrv2) es más bien el ugarítico “agitación del piélago”, y la raíz ugarítica spsg, ‘esmalte’, ayuda a traducir correctamente Pr. 26.23, “como esmalte sobre el tiesto”. El estudio de la gramática y la sintaxis ugaríticas, especialmente de preposiciones y partículas tales como b, l, ˒el, k(i), ha demostrado que muchas de las antiguas enmiendas propuestas para el TM son innecesarias.

Los textos en escritura alfabética incluyen una cantidad de poemas épicos o mitos, de varios cientos de líneas de longitud. Desde que fueron descubiertos se viene discutiendo sobre su significación; sostienen algunos que son obras dramáticas representadas en el culto, y otros que tienen que ver con el ciclo anual de las estaciones, en el caso de las Epopeyas de Baal, mientras que otros ven un ciclo de siete años. Las Epopeyas de Baal cuentan cómo ese dios se enfrentó con sus rivales Yam (“Mar”) y Mot (“Muerte”) y los venció con las armas forjadas por el dios artesano Ktr(whss). Dichas armas probablemente fuesen el trueno (maza o palillo de tambor) y el relámpago (lanza o rayo), como se ve en las estatuillas de bronce del dios Baal encontradas allí. A continuación de una guerra exitosa en la que Anat, hermana de Baal, que probablemente deba identificarse con la Astarte fenicia, diosa de la guerra, el amor y la fertilidad, representó un papel importante, el dios artesano edificó un templo a Baal por mandato de Él. Posteriormente Mot se rebeló y Baal parece haber viajado al mundo inferior donde se quedó medio año mientras la tierra languidecía, hasta que fue rescatado por la diosa Sol.

La leyenda de Keret cuenta de un rey piadoso que no tenía heredero hasta que se le apareció Él en un sueño y le dijo que marchara a sitiar a Udm para conquistar a Huriya, hija del rey Pabil. Con el tiempo tuvo hijos e hijas con ella pero, al no haber cumplido una promesa a la diosa Aterat, cayó enfermo y murió. Durante ese tiempo su hijo mayor Yassib fue desheredado en favor del menor (cf. Gn. 25.29–34). Los textos de Aqhat registran los hechos del piadoso y heroico rey Daniel (cf. Ez. 14.20) quien murió tras un malentendido acerca del arco de la diosa Anat que él había adquirido y se negó a devolver como respuesta a una promesa de riquezas e inmortalidad.

Los textos muestran los degradantes resultados del culto de estas deidades, con su énfasis en la guerra, la prostitución sagrada, el amor sensual y la consiguiente degradación social. Revelan aspectos del pensamiento y las prácticas religiosas cananeas, pero debe tenerse cuidado al estimar cualquier influencia que puedan haber tenido sobre los hebreos. Lo mismo se aplica al uso del ugarítico en la clarificación del texto del AT. Otras deidades incluyen a la “Dama del mar” (* Asera, Aššur-atum). Esta era la diosa principal de Tiro, donde se la conocía también como Qudšu, ‘Santa’. Su nombre se usaba a veces para “diosa” en general y se la ligaba a Baal (cf. Jue. 3.7). Entre las plegarias a Baal se encuentra una en la que el que adora pide liberación para su ciudad: “… ‘los toros a Baal consagraremos, cumpliremos los votos hechos a Baal; dedicaremos los primogénitos a Baal; pagaremos diezmos a Baal; acudiremos al santuario de Baal; subiremos la senda que lleva al templo de Baal’. Entonces Baal oirá vuestras plegarias; echará al fuerte de vuestra puerta, al guerrero de vuestros muros.”

Las listas de dioses babilónicos, hurritas y ugaríticos, en ambas escrituras cuneiformes, ofrecen más de 250 nombres, pero de ellos sólo unos 15–28 fueron clasificados en el panteón primario. Este estaba encabezado por ˒l ı̄b (‘dios de los padres o espíritus’), seguido por Él, Dagán (* Dagón), Baal de las alturas y siete baales. En el segundo rango se encontraban el sol, la luna (Yerih), Resef (Hab. 3.5) y varias diosas, entre ellas Baalat, Anat, Pidriya, y Atirat del huerto. Dado que varios de los dioses mencionados en las listas tienen asociaciones foráneas, probablemente hubo frecuentes casos de sincretismo.

La escritura alfabética se usaba tanto como la babilónica para escribir cartas, documentos comerciales, hechizos mágicos y toda suerte de documentos, incluso recetas veterinarias para caballos. Cayó en el olvido con la ciudad de Ugarit; su recuperación es uno de los mayores éxitos de la arqueología del ss. XX.

Bibliografía. S. Moscati, Las antiguas civilizaciones semíticas, 1960, pp. 98–100, 128–136; C. F. Pfeiffer, “Ugarit, Ras Shamra”, °DBA, pp. 691–696; M. J. Dahood, “Ugarit”, °EBDM, t(t). VI, cols. 1121–1129; G. Olmo de Lete, Mitos y leyendas de Canaán según la tradición de Ugarit, 1981; J. B. Pritchard, La arqueología y el Antiguo Testamento, 1970, pp. 116–157.

General: C. F. A. Schaeffer, Mission de Ras Shamra, 1–18, 1929–78 incluye Ugaritica, 1–7. Textos alfabéticos: A. Herdner, Corpus des tablettes en cunéiformes alphabétiques découvertes à Ras Shamra de 1929–1939, 1963; Ugaritica, 2, 6–7. Textos cuneiformes (acádicos): J. Nougayrol, Palais royal d’Ugarit, 3, 1955; 4, 1956; 6, 1970; Ugaritica, 5, 1968, pp. 1–446. Véase tamb. Syria, UF 1, 1969; ANET; pp. 129–155; M. Dietrich et al., Ugaritic-Bibliographie 1928–1966, 1973; J. Gray, The Legacy of Canaan, 1965.

D.J.W.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico