Tiberio César (gr. Tibérios Káisar, «hijo del Tiber, Emperador»; transliteración del lat. Tiberius Caesar). Emperador romano entre los años 14 y 37 d.C. Nació en el 42 a.C. y Augusto lo adoptó en el 4 d.C., y más tarde le confirió la misma autoridad que la de él en las provincias. Accedió al trono después de la muerte de su padre adoptivo en el 14 d.C., y gracias a su habilidad militar y administrativa prolongó la era de prosperidad iniciada por Augusto. Pero era desconfiado y rudo, y como consecuencia de su melancólico retiro a la isla de Capri surgieron los rumores acerca de su conducta supuestamente desordenada, aunque en realidad era un hombre austero. Juan el Bautista y Jesucristo comenzaron y terminaron su ministerio durante el reinado de 1156 Tiberio (Luk 3:1; cf Mat 22:17, 21; Mar 12:14, 16, 17; Luk 20:22, 24, 25). Las referencias a «César»* que encontramos en los Evangelios (Mat 22:17; Luk 23:2; Joh 19:12, 15) se refieren a Tiberio sin nombrarlo. Parecería que Pilato le tenía miedo (Joh 19:12, 13), ya que los últimos años del emperador estuvieron jalonados de ejecuciones. Cuando Herodes Antipas fundó una nueva ciudad en la margen occidental del Mar de Galilea, le puso Tiberias en honor al emperador.
Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico