Sala del tesoro del templo, inaccesible al público (Neh 10,39; Mt 27,6), delante de la cual había un pórtico, que adquirió también el mismo nombre (Jn 8,20). En él se depositaba el impuesto del templo (Ex 30,11-16) y a través de cepillos exteriores se hacían también donaciones espontáneas, muchas de las cuales eran grandes, pero hechas por pura ostentación, mientras que otras, como la de la pobre viuda, eran módicas, pero más generosas y de mayor valor (Mc 12,41-44; Lc 21,1-4).
E. M. N.
FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001
Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret