hebreo interpretación, traducción. Traducciones y comentarios arameos del A. T. Como en los comienzos del segundo Estado, hacia el 140 a. C., el hebreo ya no era comprendido por todos los judíos, porque la lengua coloquial era el arameo; las lecturas de la Biblia fueron traducidas al arameo para los asistentes a la sinagoga y provistas de explicaciones y comentarios para que todo el mundo las entendiese. Estas traducciones fueron realizadas por intérpretes, methurgemanin, designados. Las targuminin resultantes, las más antiguas, fueron descubiertas en Qumrán y reflejan las interpretaciones religiosas de la época.
Diccionario Bíblico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003
Fuente: Diccionario Bíblico Digital
†¢Texto y versiones de la Biblia.
Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano
tip, MANU
ver, TEXTO Y VERSIONES CLíSICAS DE LA BIBLIA
vet, (as.: «hablar»). En la literatura judía recibe el nombre de targum la versión del AT en arameo. A excepción de Daniel y Esdras- Nehemías, que ya estaban escritos en parte en arameo, estas versiones de libros del AT, parafraseados, y con cortas explicaciones intercalares, tuvieron su origen en las necesidades del culto de la sinagoga. Después del cautiverio, el pueblo judío de Palestina hablaba en arameo. Era necesario traducir oralmente la Torá al arameo, dando además explicaciones a los lectores o a los oyentes ignorantes de la geografía, de la historia y de ciertas costumbres judías de la antigüedad. La traducción al arameo no representaba ningún problema grave, habiendo sido la lengua de los patriarcas antes de su entrada en Canaán, y hallándose empleada aquí y allá en el Pentateuco (Gn. 31:47: dos palabras), los Profetas (Jer. 10:11), en Esdras (Esd. 4:7-6:18; 7:12-26) y en Daniel (Dn. 2:4b-7:28). Más tarde, estas traducciones orales y explicaciones quedarían cristalizadas por escrito, junto con ampliaciones legendarias en muchos casos. Los targumes. Se cuentan once: (a) El de Onquelos, que pudiera ser el más antiguo, sobre el Pentateuco. Es una versión muy fiel del texto de la Torá, con paráfrasis sólo de algunos pasajes poéticos, como Gn. 49; Nm. 24; Dt. 32; 33. Los términos tradicionales reciben traducción moderna (Ismaelita se transforma en árabe, etc.). Se plantea la cuestión de si Onquelos fue una persona real. Ciertos indicios parecen militar en favor de una paternidad colectiva, en particular las afirmaciones contradictorias del Talmud babilónico y del de Jerusalén. Según Schiller-Szinessy, Onquelos sería sin embargo un personaje histórico que habría vivido a comienzos del siglo II d.C. El problema sigue en pie. Escrito en arameo palestino, esta obra parece haber recibido su forma definitiva en Babilonia alrededor del siglo IV. Su autoridad fue grande entre los judíos, si se juzga por las frecuentes citas que se hallan en el Talmud. Publicado en Bolonia por primera vez en 1482; A. Berliner publicó una edición crítica (Berlín, 1884). (b) El de Jonatán ben Uziel, que incluye los profetas y los libros históricos; es probablemente más antiguo que el de Onquelos y se atribuye al mejor de los ochenta discípulos de Hillel (Talmud). Sin embargo, su autenticidad es dudosa. Del hecho que utiliza el Targum de Onquelos para las citas del Pentateuco, se puede estimar que recibió su forma definitiva en Babilonia a mediados del siglo IV. Este targum ha gozado de gran autoridad en el seno del judaísmo. Fue impreso en 1517 en la Biblia del Rabinato. (c) Un targum samaritano del Pentateuco, en dialecto arameo samaritano, con términos bárbaros, y del que faltan muchos capítulos (siglo VI). (d) El Pseudo-Jonatán, sobre el Pentateuco, que tiene dos recensiones: el targum yerusalmi I (con el Pentateuco completo), probablemente del siglo VII, y el targum yerusalmi II, muy incompleto. Impreso en Venecia en 1591. (e) El targum de José el Ciego (o el Tuerto), sobre los Hagiógrafos (Job, Salmos, Proverbios). Probablemente una manipulación del texto siríaco de la Peschitto para Proverbios, una trad. del heb. para ciertos salmos, y una paráfrasis para otros. De origen relativamente reciente. (f) El targum de los Cinco Megilloth (rollos), comprendiendo Rut, Ester, Eclesiastés, Cantar de los Cantares y Lamentaciones. Se poseen varias copias diferentes. Estos targumes no tienen demasiado valor. El de Ester incluye muchas adiciones legendarias. Fecha: de los siglos XII a XIV. Impreso por primera vez en la Biblia del Rabinato en 1517. (g) El targum de las Crónicas, descubierto sólo en el siglo XVII en la biblioteca de Erfurt, donde había quedado dentro de un ms. Impreso en el año 1680 y editado por Wilkins, en Cambridge, en 1715. (h), (I), (J) Tres targumes sobre Ester. (l) Un targum de Jerusalén sobre los profetas, conocido sólo por una nota marginal del ms. 154 de Kennicot. Un descubrimiento bastante reciente (1956) ha sido el del targum Neofiti, sobre el Pentateuco, una versión mayormente literal, aunque presenta numerosas paráfrasis al texto original. Su gran importancia radica en el hecho de que procede del siglo I o II d.C., y que su arameo es el de Galilea de tiempos del Señor. El valor de la literatura targúmica. A pesar de la gran libertad de interpretación, los targumes, especialmente los de mayor antigüedad, y muy especialmente el Neofiti, tienen un gran interés en cuanto al conocimiento de los problemas teológicos de los judíos desde el siglo I a.C. al siglo II d.C.: la preexistencia de la Torá, la Angeología, el juicio, la resurrección y cuestiones mesiánicas. El targum de Jonatán ben Uziel, indudablemente el más mesiánico de todos, no presenta a Moisés sólo bajo el aspecto de un caudillo militar y victorioso, sino que también lo concibe bajo el aspecto del hombre de dolores que deberá pasar por la muerte, y precursor del hijo glorioso de David. Basados en una tradición oral que, según los targumes, se remonta a un período variable entre el siglo II a.C. y el II d.C., no parecen poder aportar nada de utilidad a la crítica del texto masorético. Se trata de versiones arameas frecuentemente defectuosas en las que el texto no se presenta más que en raras ocasiones como una transcripción en el sentido clásico del término. Por lo general, los targumes son paráfrasis, a excepción de la mayor parte del de Onquelos y de buena parte del Neofiti. Así, no son de gran valor como testigos de la exactitud del texto heb. del AT. (Véase TEXTO Y VERSIONES CLíSICAS DE LA BIBLIA.) Bibliografía: Thomson, J. E. H.: «Targum», en ISBE, vol. V, PP. 2910-2914 (Wm. Eerdmans, Grand Rapids, 1946); Díez Macho, A.: «Biblia vi, 4», en GER, vol. 4, PP. 174-176 (Rialp, Madrid, 1971).
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado
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Libro religioso judío que contiene glosas y comentarios a la Escritura hechos en general en arameo en el Oriente mesopotámico. Se denominan también targums (o targumim, en plural hebreo) a los mismos comentarios realizados en lengua popular aramea por Escribas y Rabinos autorizados e ilustrados. Se mantuvieron por tradición oral, cuando se dejó de hablar y entender el hebreo después de la Cautividad de Babilonia. Pero se conservaron luego escritos.
Los diversos targums, o comentarios a los libros sagrados, hicieron que se diversificaran las versiones o textos escritos, lo que originó dificultad entre los diversos grupos o sectas nacidas en el judaísmo postexílico. Entre los más difundidos están el de Onkelos de Babilonia, sobre el Pentateuco, y el de Jonatamben-Uzziel, sobre los Profetas. Los precristianos se perdieron. Los textos más antiguos hoy conservados son del siglo III de la era cristiana.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa
Antes ya de los tiempos mesiánicos se hablaba en Palestina el arameo. Por eso hubo necesidad de traducir al arameo los libros de la Biblia. Estas traducciones arameas se llamaban «Targumim». Targum equivale a traducción, versión. La traducción se hacía verbalmente, versículo por versículo. El lector del hebreo, qore, leía un versículo y el traductor arameo, meturgeman, lo traducía ni demasiado literalmente ni excesivamente libre; como la traducción se hacía para el pueblo, ordinariamente venía a ser una paráfrasis. Los principales targumim son: Targum Onkelos, del siglo III, y Targum Neofiti, del siglo 1-111. -> interpretación.
E. M. N.
FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001
Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret
Traducción de la Biblia (Antiguo Testamento) al arameo, que se hablaba de un modo normal en todo el oriente, desde Palestina a Babilonia. Ha tenido bá sicamente un uso litúrgico y ha sido en principio de carácter oral: el pueblo escuchaba la lectura bíblica en hebreo y el meturgeman (= trujimán) iba traduciendo verso a verso (Pentateuco) o cada varias versos (Profetas) el texto leído. Más tarde se puso por escrito. El targum no se considera en sí como Escritura (la Escritura es sólo el texto hebreo), ni es una simple traducción literal, sino que a veces contiene ampliaciones y comentarios del texto, muy significativos para conocer la forma en que se entendía e interpretaba en aquel tiempo. El targum oficial, atribuido a Onquelos, se codificó en el siglo III d.C., y se llamó Targum de Babilonia por haber sido empleado (y quizá compuesto) por judíos de la diáspora oriental (de Mesopotamia). Se conocían fragmentos de un targum posterior de Palestina, redactado bajo influjo del de Babilonia. Últimamente, se ha encontrado otro targum anterior, de procedencia occidental (palestina), llamado Neopliiti, por el lugar donde se encontró (en una biblioteca de neófitos en Roma); una parte considerable de su material es antiguo (de tiempos de Jesús), lo que le hace muy importante para conocer la interpretación bíblica del judaismo antiguo, en tiempos de Jesús y del cristianismo primitivo. Entre sus ampliaciones suele recordarse el llamado Targum de las Cuatro Noches*. Cf. A. Díez MACHO, Neophyti 1. Targum Palestinense. Manuscrito de la Biblioteca Vaticana I-VI, CSIC, Madrid-Barcelona 1968-1979.
PIKAZA, Javier, Diccionario de la Biblia. Historia y Palabra, Verbo Divino, Navarra 2007
Fuente: Diccionario de la Biblia Historia y Palabra
Término arameo que equivale a «traducción» y se aplica a las diversas versiones arameas de la Biblia. Cuando el hebreo dejó de ser la lengua hablada en Palestina, sustituida por el arameo, fue necesario que tras la proclamación de la Palabra de Dios en las sinagogas se hiciera su traducción para el pueblo. Esto se hacía mediante una paráfrasis que incluía junto con el texto un esbozo de interpretación.
De aquí la importancia de los Targumim (plural de targum) para recuperar el sentido que se daba a cada uno de los pasajes de la Biblia en tiempos de Jesús. En efecto, aunque el arameo se había convertido en la lengua de los judíos desde el regreso del destierro (siglo VI a,C.), los textos de los targumim que han llegado hasta nosotros son del siglo 11 d.C. y posteriores, con inclusión de un material más antiguo.
Existen Targum de casi todos los libros bíblicos, pero el más importante es el del Pentateuco. Se conocen tres recensiones: el Targum de Onkelos, el Targum del Pseudo-Jonatán o de Jerushalmi (Jerusalén) y el Targum Neofiti, descubierto en Roma en 1956, llamado así por haberse descubierto en una colección llamada de los » neófitos » .
E. Vallauri
Bibl.: A. Díez Macho, El Targum. Introducción a las traducciones aramaicas de la Biblia, CSIC, Madrid 1979: íd» Ms. Neophizi, 1, Barcelona-Madrid 1968-1979; P Grelot, Los tárgumes. Textos escogidos, Verbo Divino, Estella 1987; J. Ribera. El targum de Isaías, Inst, San JerónimoNerbo Divino, Estella 1988; íd» El targum de Jeremías, Inst, San JerónimoNerbo Divino, Estella 1991.
PACOMIO, Luciano [et al.], Diccionario Teológico Enciclopédico, Verbo Divino, Navarra, 1995
Fuente: Diccionario Teológico Enciclopédico
Aunque estrictamente hablando, cualquier traducción podría llamarse tárgum, el término se usa en los estudios bíblicos para designar un tipo particular de traducción de las Escrituras hebreas al arameo.
Cuando el hebreo llegó a ser incomprensible, las traducciones al arameo coloquial llegaron a ser una necesidad práctica. Nehemías 8:8 parece ser una referencia a dichas traducciones. Después que la Escritura era leída en hebreo, un intérprete le daba sentido en arameo. En la lectura de la ley, esto se hacía versículo por versículo. Podían leerse tres versículos de los profetas a la vez. Esto requería que la traducción fuese oral. Algunos targumim eran literales, otros eran libres en los que se intercalaba material ilustrativo.
Alrededor del siglo V d.C. se habían escrito y circulado dos targumim autorizados; el de Onquelos, una traducción literal del Pentateuco; y el de Jonatán, una versión libre de los profetas. Otros targumim fueron escritos en fechas más tempranas. Algunos tienen afinidad con la Peshita y la LXX.
Charles F. Pfeiffer
LXX Septuagint
Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (592). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.
Fuente: Diccionario de Teología
Contenido
- 1 Introducción
- 2 El Tárgum de Onkelos
- 3 El Tárgum de Jonatan
- 4 Los Tárgum de Jerusalén
- 5 Tárgum sobre la Hagiografía
- 6 Bibliografía:
Introducción
Tárgum es la designación característica de las traducciones arameas o paráfrasis del Antiguo Testamento. Después del regreso del Exilio el arameo gradualmente ganó ascendencia como el lenguaje coloquial sobre el decadente hebreo hasta que, probablemente en el siglo I a.C., fue apenas más que el lenguaje de las escuelas y del culto. Puesto que la mayoría de la población dejó de hablar en el lenguaje sagrado, se hizo necesario proveer traducciones para el mejor entendimiento de los pasajes de la Biblia, la cual era leída en hebreo en los servicios litúrgicos. Así que para llenar dicha necesidad se hizo costumbre añadir a las porciones de las Escrituras que se leían el Sabbath una traducción oral explicativa: un Tárgum. Al principio esto se hizo sólo para los pasajes más difíciles, pero con el correr del tiempo, para el texto completo. El “Mishna” da instrucciones más elaboradas sobre el modo en que se debía hacer la traducción. Según el “Megillah” (IV, 4), cuando el pasaje a ser leído en voz alta era de la “Torah”, sólo se le leía un verso al traductor (Methurgeman). Cuando la lectura era del «Nebi’im» se permitía leerle tres, a menos que cada verso formara una división especial. Las instrucciones también especificaban cuáles porciones se leerían en voz alta, pero no se traducirían (cf. por ejemplo, “Meg.”, IV, 10), y se hace advertencia contra traducciones que son muy libres, paliativas, alegóricas, etc.
Otra regulación era que el Tárgum no se debía escribir (“Jer. Meg.”, IV, I = fol. 74d). Sin embargo, esta prohibición se refería sólo a la interpretación dada en la sinagoga, y no se aplicaba al uso privado o a su empleo en el estudio. En cualquier caso, los Tárgum escritos deben haber existido en una fecha anterior. Así, por ejemplo, se menciona uno sobre el libro de Job en la época de Gamaliel I (mediados del siglo I d.C.) el cual, sin embargo, él no deseaba reconocer («Sabb.», 115a; cf. «Tos. Sabb.», 13, 2 = p. 128, ed. Zuckermandel). Si Mateo 27,46 da la forma aramea del Salmo 22(21),2, la última palabra de Cristo en la Cruz, esto muestra que incluso los Salmos eran comunes entre la gente en el lenguaje arameo; además, Efesios 4,8 tiene una relación más cercana con el Tárgum al Salmo 68(67),19 que con el texto masorético. En adición, el «Mishna Yadayim», IV, 5, y «Sabb.», XVI, también indican la existencia temprana de manuscritos del Tárgum. Sin embargo, estos manuscritos eran sólo propiedad privada, no oficiales, puesto que por un largo período los Tárgum no tenían importancia autoritativa ni oficial en Palestina. Esta posición autoritativa la ganó primero entre los judíos babilónicos y a través de su influencia los Tárgum fueron también muy estimados en Palestina, por lo menos los dos más antiguos.
En la forma en que existen hoy día ningún Tárgum existente se remonta más atrás que el siglo V. Sin embargo, varias indicaciones muestran la gran antigüedad del contenido principal de muchos Tárgum, su teología entre otras cosas. Por el «Mishna Meg.», IV, 10, «Jer. Meg.», 74d, «Hab. Kidd.», 49d, «Tos. Meg.», IV, 41 es evidente tan temprano como el siglo III, por ejemplo, que la sinagoga consideraba el texto del Tárgum sobre el Pentateuco como tradicionalmente establecido. Existen Tárgum para todos los libros canónicos excepto Daniel, Esdras y Nehemías; para algunos de los libros hay varios Tárgum. En cuanto a edad y carácter lingüístico pueden ser divididos en tres clases: (1) Tárgum de Onkelos y Tárgum de Jonatán (2) Tárgum de Jerusalén; (3) Tárgum sobre la Hagiografía.
La forma de lenguaje usada en los Tárgum se llama específicamente “dialecto Tárgum”. Pertenece al arameo occidental y más particularmente al arameo de Palestina. Su origen se debe buscar en Judea, la antigua sede de conocimiento de los escribas. Se debe tener en mente que este lenguaje targúmico no representa el arameo hablado, sino que es el resultado de los trabajos de los eruditos. En consecuencia, el punto bajo discusión estriba en un arameo literario formado originalmente en Judea. Esto es particularmente cierto para los dos Tárgum más antiguos; los más recientes muestran generalmente un tipo de lenguaje artificialmente mezclado. La puntuación tradicional de los textos es poco valiosa e insignificante; una base más certera fue ofrecida primero por los manuscritos del sur de Arabia, en los cuales la puntuación de las vocales se colocaba sobre la línea. En Arabia se había mantenido la antigua costumbre de recitar el Tárgum en los servicios religiosos de la sinagoga, y en consecuencia allí había más interés en la pronunciación. Sin embargo, se debe reconocer que esto no se debe considerar como una pronunciación directa de la pronunciación palestina; se puede haber extendido de un tratamiento formal del Tárgum de Onkelos habitual entre los eruditos babilónicos. En cuanto al método de traducción todos los Tárgum en común tratan de evitar hasta donde sea posible los antropomorfismos y términos antropopáticos, así como expresiones aparentemente poco dignas respecto a y descriptivas de Dios. Los Tárgum están impresos en las Biblias políglotas y rabínicas, aunque ambas no contienen los mismos Tárgum o igual número de ellos. A continuación las particularidades sobre las ediciones individuales.
El Tárgum de Onkelos
El Tárgum oficial del Pentateuco se designa con el nombre de Onkelos. En el Talmud babilónico y en la Tosephta, Onkelos es el nombre de un prosélito que se menciona como contemporáneo de Gamaliel el mayor («Aboda zara», 11a; cf. «Tos. sabb.», 8=p. 119, ed. Zuckermandel). Las tareas del Onkelos se mencionan en «Meg.», 3a, en los siguientes términos: «Rab Jeremiya, según otros Rab Hiya bar Abba dice: ‘Según las declaraciones de Rab Eliezer y Rab Josua, Onkelos el prosélito ha dicho, esto es, ha formulado oralmente el Tárgum de la Torah’”. Gaon Sar Shalon (m. 859) fue el primero que, tomando como base este pasaje, llamó al Tárgum del Pentateuco el Tárgum de Onkelos. Hizo esto en una opinión respecto a una copia escrita del Tárgum que evidentemente había tenido ante sí en ese tiempo. Dicha designación se volvió común debido a su aceptación por Rashi y otros. Sin embargo, es evidente que en el pasaje mencionado (“Meg.”, 3a) ha habido confusión con el nombre de Aquila, el traductor de la Biblia, pues el pasaje más antiguo del Talmud palestino («Meg.», I, 11 = fol. 71c) dice lo mismo sobre Aquila y su traducción griega de la Biblia. Compárese también Midrash, Tanchuma, Mishpatim, 91, 92 (ed. Mantua, 1863, fol. 36b). Así parece que en Babilonia el antiguo y correcto conocimiento de la traducción griega del prosélito Aquila fue transferido erróneamente a la traducción aramea anónima, que consecuentemente Onkelos (en lugar de Aquila) es una forma corrupta o una modificación provincial de Aquila. No es necesario discutir aquí opiniones anteriores sobre este punto. Friedmann todavía hace esfuerzos para probar la existencia de un Onkelos distinto a Aquila («Onkelos y Aquila» en «Jahresber. der Israelit.-theol. Lehranstalt in Wien», 1896), pero la prueba aducida no es convincente (cf. Blau in «Revista Trimestral Judía,» IX, 1897, p. 727 ss.).
No se sabe quién escribió el Tárgum llamado Onkelos. En cualquier caso el Tárgum es antiguo, por lo menos su mayor parte, un dato indicado por la conexión con Rab Eliezer y Rab Josua, y pertenece probablemente al segundo, o quizás al primer siglo de nuestra era. Según muestra el idioma, se originó en Judea, pero recibió su reconocimiento oficial primero de los rabinos babilónicos y por lo tanto, ellos lo llamaron “nuestro Tárgum”, o es citado con la fórmula “como traducimos”. Rab Natronay (m. 869) al hablar de esto dice que no se permite sustituirlo en los servicios de la sinagoga por ninguna otra traducción del Pentateuco. La gran fama de esta traducción autorizada se muestra por el hecho de que tiene una Masora propia. La fijación de la forma, y de este modo el establecimiento final del texto, no debe ser asignada a una fecha anterior al siglo V. El lenguaje es, en general, una forma artificial de idioma relacionada con el arameo bíblico. Es probable que no sea el arameo hablado usado como dialecto por el pueblo judío, sino una copia hecha por eruditos a partir del original hebraico, del cual el Tárgum reclama dar la reproducción más fiel posible. Al hacer esto se trata al lenguaje arameo similarmente al griego en la traducción de Aquila, en consecuencia los muchos idiomas hebraicos. No hay prueba positiva (Dalman, «Gramm», 13) de una influencia corruptora del dialecto babilónico como sostuvo Noldeke [«Semit. Sprachen» (1887), 32; (2da. ed., 1899), 38].
En cuanto al carácter de la traducción, tomada en conjunto, es bastante literal. Se evitan las expresiones antropomórficas y antropopáticas con expresiones indirectas o de otros modos; las palabras en hebreo oscuro a menudo se toman sin cambio en el texto; los nombres propios a menudo se interpretan, como Shinar-Babylon, ismaelitas-árabes; las expresiones figurativas se sustituyen con las correspondientes literales. La interpretación hagádica se usa sólo a veces, por ejemplo en pasajes proféticos, como Génesis 49; Números 24; Deuteronomio 32. Este Tárgum fue impreso por primera vez en Bolonia (1482) junto con el texto hebreo de la Biblia y el comentario de Rashi; luego en las Biblias Rabínicas de Bomberg y Buxtorf, y con una traducción latina en el la Políglota Complutense (1517) y las Políglotas de Amberes (1569), París (1645) y Londres (1657). Entre las ediciones separadas del Tárgum se debe hacer mención especial del impreso en 1557 en Sabbioneta. Ediciones más modernas son: Berliner, «Targum Onkelos» (2 vols., Berlín, 1884), en la cual el volumen I contiene el texto según la edición Sabioneta, y el volumen II, elucidaciones; los yemenitas en Jerusalén han impreso con una edición del Pentateuco (sefer Keter tora) de manuscritos la traducción arábiga por Saadya (Jerusalén, 1894-1901), en cuya publicación el puntuado vocal sobre la línea ha sido cambiado a puntuado sublineal; Barnheim, «El Tárgum de Onkelos a Génesis» (Londres, 1896), sobre el texto de los manuscritos de Yemen. En adición a las traducciones en latín en las Biblias Políglotas hay una por Fagio (Strasburgo, 1546); también hay una traducción al inglés de Etheridge, «El Tárgum de Onkelos y Jonatan ben Uzziel sobre el Pentateuco, con los Fragmentos del Tárgum de Jerusalén», del caldeo (2 vols., Londres, 1862-65).
El Tárgum de Jonatan
El Tárgum a los Profetas (priores, libros históricos; posteriores, los profetas reales) existente se atribuye a Jonathan ben Uzziel, sobre quien se dice sobre la autoridad del “Megillah” babilónico, 3ª, haberlo formulado oralmente, según las instrucciones de Ageo, Zacarías y Malaquías. Esta afirmación probablemente significa que en su exposición él da la interpretación tradicional que ha sido transmitida de una generación a otra desde tiempos antiguos. Según el “Sukkah» babilónico (28a = baba bathra 134a), él fue el discípulo más notorio del viejo Hillel, y por lo tanto se le sitúa en el siglo I de la era cristiana. El Talmud babilónico al citar pasajes de este Tárgum se lo atribuye a Rab Joseph bar Hiya (m. 333), el director de la escuela de Pumbaditha. Rab Joseph era considerado una gran autoridad sobre la tradición del Tárgum y su juicio sobre la traducción de muchos pasajes individuales era escuchado con avidez; quizás él fue considerado el editor de este Tárgum. Para Jonatán como para Onkelos la fijación final de la forma escrita no ocurrió hasta el siglo V d.C. Cornill reclama demostrar («Einleitung», 2da., ed., 1893, p. 308) que el Tárgum sobre los profetas es más antiguo que el Tárgum Torah, pero sus razones no son convincentes (cf. Dalman, 15, passim).
Lingüísticamente este Tárgum se asemeja más cercanamente al de Onkelos; los dos son parecidos en la construcción gramatical, pero las palabras usadas difieren, y este Tárgum es más parafrásico. En los libros históricos Jonatán mismo es a menudo el expositor, pero en los libros proféticos la exposición es en realidad como la de Ageo. Las opiniones religiosas y concepciones teológicas de la época que se entrelazan son muy instructivas. El texto, además, no está libre de adiciones posteriores; de esto surge las traducciones dobles de las cuales el Tárgum contiene muchas. El «Prophetae priores» fue el primero impreso con el texto hebreo y los comentarios de Gimhi y Levi en Leiría, Portugal, in 1494. En una fecha posterior el Tárgum completo fue impreso en las Biblias Rabínicas de Bomberg y Buxdorf y en las Biblias Políglotas de Amberes, París y Londres. La última edición es la de De Lagarde, «Prophetae chaldice e fide codicis Reuchliniani» (Leipzig, 1872). Hay adiciones suplementarias a esta de un manuscrito de Erfurt en «Symmicta», I, 139. El Tárgum al Haphtarah se halla en lo que se llama la edición del Pentateuco de los yemenitas de Jerusalén. Traducciones al inglés son: Pauli, «Traducción de La Paráfrasis Caldea sobre el Profeta Isaías» (Londres, 1871); Levy, «Tárgum sobre Isaías,» I (Londres, 1889).
Los Tárgum de Jerusalén
Esta designación no es correcta; el más antiguo y más correcto nombre, «Tárgum Palestino», se halla, por ejemplo, en los escritos de Gaon Hai (m. 1038). Fundamentalmente el lenguaje de estos Tárgum es el arameo de Palestina pero de un tipo muy mezclado; ninguno de ellos es homogéneo gramatical y léxicamente. Además en las expresiones que recuerdan el dialecto galileo del Talmud palestino se muestra una imitación del lenguaje del Tárgum de Onkelos, mientras que hay varios términos pertenecientes al lenguaje del Talmud babilónico.
1. Tárgum Yerushalmi I sobre el Pentateuco: Generalmente a éste se le llama el Tárgum de Jonatán o del Pseudo-Jonatán, porque se le cita en la primera edición impresa (Venecia, 1591) bajo el nombre de Jonatán ben Uzziel. Sin embargo, esta designación descansa sobre la solución errónea de una abreviatura. El Tárgum no puede haber aparecido en su forma presente antes de la segunda mitad del siglo VII. Por ejemplo, se menciona a una esposa e hija de Mahoma (Gén. 21,21). Compare también (Gén 49,26) la posición de Esaú e Ismael como representantes del mundo islámico. El Tárgum cubre todo el Pentateuco, excepto los únicos pasajes faltantes, a saber: Gén. 6,15; 10,23; 18,4; 20,15; 24,28; 41,49; 44,30-31; Éxodo 4,8; Levítico 24,4; Números 22,18; 30,20b-21a; 36,8-9. En cuanto a su forma es un tratamiento agéico del texto, o sea, una exposición en lugar de una traducción. En su mayor parte consiste de narrativas legendarias; hay también diálogos y digresiones retóricas y poéticas. La paráfrasis también discute concepciones religiosas y metafísicas, como era la costumbre de los místicos judíos del siglo VII. Este Tárgum fue impreso por primera vez en Venecia en 1591, y también se hallaba en el volumen IV de la Políglota de Londres. Una edición separada del mismo fue editada a partir de un manuscrito en el Museo Británico (manuscrito Addit. 27031) por Ginsburger, «Targum Jonathan ben Usiel zum Pentat,» (Berlín, 1903). Respecto a este códice cf. Barnstein en «Jew. Quart Rev.», XI (1899), 167 ss. Etheridge (supra) ha publicado una traducción al inglés.
2. Tárgum Yerushalmi II: Al Tárgum Yerushalmi sobre el Pentateuco también se le llama el Tárgum Fragmentario porque el Tárgum sobre el Pentateuco completo no se ha conservado, sino sólo porciones de él en numerosos pasajes largos y cortos, frecuentemente sólo el Tárgum en versos o partes individuales. Estos fragmentos fueron impresos por primera vez en la Biblia rabínica de 1517. En lenguaje, método de traducción y forma exegética se relacionan con el Pseudo-Jonatán. Una compilación claramente organizada de los fragmentos existentes aparece en el «ZDMG», de Ginsburger, LVII (1903), 67 ss., y en loc. cit., LVIII (1904), 374 ss., en una página que vino de una geniza o repositorio para manuscritos dañados de una sinagoga. Una traducción al latín de una edición de Venecia de 1517 fue publicada por Taylor (Londres, 1649); traducción al inglés por Etheridge (supra).
Opiniones respecto a la relación ente los Tárgum Jerusalén I y II concuerdan en general de que ambos se remontan a diferentes recensiones de un antiguo Tárgum de Jerusalén. Esta es la opinión de Zunz (p. 73 y passim), y también de Geiger, «Urschrift und Udersetzungen der Bibel» (Berlín, 1857), 454. Bassfreund (infra) llega a la conclusión de que la base tanto del Tárgum Fragmentario como del Pseudo-Jonatán es un Tárgum de Jerusalén completo de origen post-talmúdico, pero que los dos Tárgum, Jerusalén I y II, presuponen la existencia del de Onkelos. Según Bassfreund, el Fragmentario da, de este antiguo Tárgum de Jerusalén, sólo material suplementario a Onkelos, mientras que Onkelos y el de Jerusalén han sido usados para preparar el Pseudo-Jonatán. En el prefacio a su edición del Pseudo-Jonatán (vea abajo) Ginsburger trata de probar que ambos, el Fragmentario y el Pseudo-Jonatán, se remontan a un Tárgum palestino muy antiguo, que no fue influenciado por el de Onkelos hasta una fecha muy posterior. El Fragmentario, en opinión de Ginsburger, representa una colección variante, no a Onkelos (como piensa Bassfreund), sino a otra recensión del antiguo Tárgum de Jerusalén. Las opiniones de Ginsburger deben ser aceptadas como las más probables.
3. Tárgum Yerushalmi III: Tárgum Yerushalmi III es el nombre que le asignó Dalman (Gramm., 29) a los fragmentos que se dan en ediciones viejas del Pentateuco, como Lisboa (1491), Salónica (1520), Constantinopla (1546), Venecia (1591), y en varios manuscritos. Casi todos han sido publicados por Ginsburger, «Das Fragmententargum» (1899), 71-74.
4. Otros Tárgum de Jerusalén: Ha habido también Tárgum de Jerusalén sobre los profetas y sobre libros individuales de la hagiografía. En cuanto a los Tárgum sobre los profetas De Lagarde ha dado las notas de Reuchlin a partir del «Códice Nebi’im» en la introducción (págs. VI-XLII) de su «Prophetae chaldice» (infra). Hay fragmentos sobre Josué, Jueces, Samuel, Reyes, Isaías, Jeremías, Amós, Jonás y Zacarías [Cf. Bacher en «ZDMG», XXVIII (1874), 1-72; XXIX (1875), 157 ss., 319 ss.]
Tárgum sobre la Hagiografía
Son obra de varios autores y tienen el carácter más o menos de iniciativas privadas, con cuya producción las escuelas no tienen nada que ver. Lingüísticamente deben ser considerados como obra producida artificialmente de una época posterior. Dependen mayormente sobre el Tárgum de Jerusalén y probablemente pertenecen a la misma época; el Tárgum sobre las Crónicas puede ser algo posterior. Se deben distinguir tres grupos en cuanto al carácter lingüístico y relación con el texto original: (a) Tárgum a Proverbios, Salmos y Job; (b) Tárgum a los cinco Megilloth, esto es Rut, Ester, Lamentaciones, Eclesiastés y Cantar de los Cantares; (c) Tárgum a los Libros de las Crónicas.
Los Tárgum mencionados en (a) se adhieren relativamente cerca al texto de la Biblia. El Tárgum a los Proverbios depende mucho sobre el texto del Peshitto siríaco en cuanto a lenguaje y contenido, y es poco más o menos que una recensión judía del mismo. [Cf. Noldeke in «Merx’ Archiv fur wissenschaftl. Erforschung des A. T.», II (1872), 246 ss.’ Baumgartner, «Etude critique sur l’etat du texte du livre des Proverbes» (Leipzig, 1890), 267 ss.]. Adiciones hagádicas se hallan sólo ocasionalmente en el Tárgum sobre los Salmos. En cierto número de pasajes se introduce una segunda traducción con la nota “otro Tárgum”. El Tárgum a Job contiene muchas más adiciones. Hay también variantes de la fórmula usual de citación, y mucho más a menudo que en el Tárgum a los Salmos. En estilo y lenguaje este Tárgum se asemeja el de los Salmos, y en consecuencia, ambos son quizás obra del mismo autor
(b) Los Tárgum sobre el Megilloth no son en realidad traducciones sino más bien comentarios hagádicos. El texto bíblico es más claramente evidente en los Tárgum a Ruth y a las Lamentaciones. El Tárgum a Eclesiastés es una declamación desabrida sobre el texto en el que se basa; la del Cantar es un Midrash alegórico-místico. Hay dos Tárgum a Ester, uno parece mucho una paráfrasis y no tiene leyendas entremezcladas; el otro, llamado Tárgum scheni, tiene completamente el carácter de un Midrash. Es sólo una traducción hasta cierto grado; la mayor parte consiste de historias, leyendas y discursos que tienen una leve relación con el contenido de los libros.
(c) Un Tárgum sobre los Libros de las Crónicas fue editado a partir de un manuscrito en Erfurt por Matías Beck (2 pts., Augsburgo, 1680-83); un texto más completo y correcto tomado de un manuscrito de Cambridge fue editado por Wilkins, «Paraphrasis Chaldica in librum priorem et posteriorem Chronicorum» (Amsterdam, 1715).
Todos los Tárgum a la Hagiógrafa (excepto las Crónicas) fueron impresos por primera vez en la Biblia Bombers en 1517; luego en las “Políglotas” de Amberes, París y Londres. Una edición moderna del texto de Bomberg, con crónicas del Códice Erfurt fue editada por De Lagarde, «Hagiographa chaldaice» (Leipzig, 1873).
Bibliografía:
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EL TÁRGUM DE JONATAN: PRACTORIO, Das Targum zu Josua nach Yemenischer Uberlieferung (Berlin, 1899); IDEM, Das Targum zum Buch der Richter nach yemen. Uberlieferung (Berlin, 1900); WOLFSOHN, Das Targum zum Propheten Jeremias in yemen. Uberl. (Halle, 1902), ch. i-xii; SILBERMANN, Das Targum zu Ezechiel nach einer sudarabischen Handschrift (Strasburg, 1902), ch. i-x; WRIGHT, Targum zu Jonas (London, 1857); ADLER, Tárgum A Nahum En Jew. Quart. Rev., VII (1895), 630 ss.; BACHER, Kritische Untersuchungen zum Prophetentargum en ZD MG, XXVIII (1874), I ss.; KLEIN en loc. cit., XXIX (1875), 157 ss.; FRANKEL, Zu dem Targum der Propheten (Breslau, 1872).
TARGUM YERUSHALMI I: SELIGSOHN Y TRAUB, Uber den Geist der Ubersetzung des Jonathan ben Usiel zum Pent. etc. en Monatschrift fur Gesch. u. Wissenschaft des Judentums (1857), 96 ss., 138 ss.; MARMORSTEIN, Studien zum Pseudo-Jonathan Targum (Presburg, 1905).
TARGUM YERUSHALMI II: GINSBURGER, Das Fragmententargum (Berlín, 1899); (1) Tárgum según el Códice 110 de la Biblioteca Nacional de París; (2) variantes del Códice Vaticano 440 y Lips. 1; (3) citas de escritores antiguos; materia suplementaria a esta obra aparece en MARX en Zeitschrift fur hebr. Bibliographie (1902), 55-58.
TARGUMS YERUSHALMI I & II: BASSFREUND, Das Fragmententargum u. sein Verhaltnis zu den anderen palast. Targumim in Monatschrift fur Gesch. u. Wissenschaft des Judentums, XL (1896), 1 sqq., 49 ss., 97 ss., 145 ss., 241 ss., 352 ss., 396 ss.; GINSBURGER, loc. cit., XLI (1897), 289 ss., 340 ss.; prefacio a Pseudo-Jonathan, ed. IDEM (Berlín, 1903); NEUMARK, Lexikalische Untersuchungen zur Sprache der jerusalemischen Pentat. Targume (Berlin, 1905).
TARGUM YERUSHALMI III: LEVY, Das Targums zu Koheleth nach sudarab. Handschriften (Berlin, 1905); GOLLANCZ, Targum to the Song of Songs (London, 1908), translation; POSNER, Das Targum Rischon zu d. bibl. B. Esther (Breslau, 1896); DAVID, Das Targum scheni zum B. Esther (Berlin, 1898); TAYLOR, Targ. prius et posterius in Estheram . . . in linguam Latinam translatum (London, 1655); GELBHAUS, Das Targum scheni zum B. Esther (Frankfort, 1893).
Fuente: Schühlein, Franz. «Targum.» The Catholic Encyclopedia. Vol. 14. New York: Robert Appleton Company, 1912.
http://www.newadvent.org/cathen/14454b.htm
Traducido por Luz María Hernández Medina
Fuente: Enciclopedia Católica