hebreo, enseñanza. Obra de la literatura rabínica sobre la tradición y sus comentarios, escrita entre los siglos I y V.
Es el cuerpo de la ley civil y religiosa del judaísmo. Incluye comentarios sobre la Torá o Pentateuco. El T. consta de un código de leyes, denominado Misnah, y de un comentario sobre éste, llamado Guemará.
No sigue un orden sistemático está presentado en forma de discusiones con consideraciones confortantes, parábolas, leyendas, tratados históricos y médicos, entre otros.
Esta colección de leyes y costumbres transmitidas por la tradición oral fue la base de los debates eruditos de las academias de Palestina y Babilonia, ya que en ella no sólo se hablaba de la ley, el derecho, el culto, la moral, la administración, sino de casi la totalidad de los campos científicos de la época, como la medicina, la astronomía, la filosofía, las ciencias naturales, la geografía, la historia, la arqueología, la numismática, el arte, el comercio, etc.
Diccionario Bíblico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003
Fuente: Diccionario Bíblico Digital
Una colección de escritos judíos de los primeros siglos cristianos.
Hay un Talmud palestino y un Talmud babilónico posterior, más autoritativo y más extenso. Cada cual consiste de la Mishna y Gemara.
Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano
(estudio de la ley).
Coleccción de tradiciones judías de los primeros siglos de la era cristiana. Son dos: Una elaborado en Babilonia, y otro en Palestina.
Diccionario Bíblico Cristiano
Dr. J. Dominguez
http://biblia.com/diccionario/
Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano
(Estudio, enseñanza). Existían muchas tradiciones judías que se fueron formando como una interpretación de distintos pasajes de la ley escrita. Estas tradiciones fueron pasadas oralmente durante siglos, prohibiéndose incluso que fueran puestas sobre papel. Los encargados de transmitir esas tradiciones eran los llamados tannaim, quienes celosamente pasaban sus conocimientos de una generación a otra entre los años 20 al 200 d.C. Pero un famoso rabí llamado Judá ha-Nasi las recopiló en forma escrita a principios del siglo III d.C. A esa colección se le llama †œla Misná†. Como resultado de los estudios hechos por los eruditos judíos a la Misná, se fueron añadiendo a ésta, entre los siglos III y IV d.C., muchos apuntes y comentarios que se le hacían. A los autores de esos apuntes y comentarios se les llama amoraim. El T. es el conjunto de la Misná con lo elaborado por los amoraim. De las muchas ciudades donde se estudiaba la Misná, dos centros fueron principales: Jerusalén y Babilonia. Esto resultó en la formación de dos colecciones: el T. de Jerusalén y el T. de Babilonia.
El T. es muy importante para el estudioso de la Biblia, puesto que es mayormente a través de él que conocemos de la vida y las costumbres de los judíos, tanto en Israel como en la †¢diáspora durante los tiempos bíblicos. Desde el punto de vista histórico su lectura ayuda mucho para el entendimiento de muchas porciones del AT y del NT. Autoridades del mundo llamado †œcristiano† intentaron prohibir el estudio del T. durante los siglos VII y VIII d.C. De esto se pasó a ordenar que el texto del T. fuera expurgado de párrafos que veían como contradictorios de la fe cristiana. El papa Clemente IV ordenó que miles de ejemplares del T. fueran quemados.
Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano
fot, dib00359
ver, MIDRíS, MISNí
vet, (del heb. «lamad», enseñar, significa «enseñanza», «doctrina»). Vasta recopilación de tradiciones judías relativas al AT, y a todas las ramas de la vida civil, moral, filosófica, jurídica y médica, así como religiosa, del judaísmo. Su antigüedad se remonta al siglo IV d.C. Bajo el pretexto de preservar la Ley, base religiosa y jurídica de la comunidad judía, los rabinos la rodearon, después del cautiverio, de una sutil exégesis llamada Midrás (véase MIDRíS). Esta interpretación, en ocasiones muy original y libre, de la Ley de Moisés, da nuevas prescripciones, normas de conducta que se debían seguir para el culto y el derecho (los «haIâkoth»). La interpretación de las secciones históricas del Pentateuco dio relatos y leyendas (la «Haggada»). Sin embargo, por respeto a la ley mosaica, estos «midrashim» no debían ser transmitidos de generación en generación más que oralmente, aunque su autoridad llegaría finalmente a ser equiparada a la de la Ley. Entre los autores reputados de estas tradiciones midrásicas se pueden citar Hillel, Shammai y Gamaliel, este último maestro de Saulo de Tarso (Hch. 22:3). Sus sucesores («tannaim») crearon las Escuelas talmúdicas de Palestina, de las que Jamnia fue la más célebre. A comienzos del siglo III d.C., Yehuda Hanâsî, un rabí, fijó por escrito las numerosas tradiciones que ciertos doctores judíos, como Akiva y R. Meier, habían ya redactado en escritos clandestinos. Esta obra recibió el nombre de Misná (enseñanza). (Véase MISNí.) Más tarde, cuando ya florecían, junto con las Escuelas palestinas, las célebres Escuelas rabínicas de Babilonia, los doctores de estas diversas academias («amoraim») resolvieron escribir comentarios de la Misná. Estos comentarios recibieron el nombre de «Gemaras» (estudio definitivo). Redactados en arameo, estos Gemaras, el de Palestina y el de Babilonia, permanecen inacabados. El Talmud está compuesto por la Misná y los Gemaras. En realidad, hay dos Talmuds: un Talmud palestino, llamado Talmud de Jerusalén, que fue acabado en el siglo V, y un Talmud babilonio, llamado Talmud Babli. Este último, que es el que tiene la mayor autoridad entre los judíos, fue acabado definitivamente hacia el año 500. El Talmud de Jerusalén fue impreso por primera vez en Venecia en 1523. El Talmud babilonio fue asimismo impreso en Venecia por primera vez por Daniel Bomberg, entre 1520 y 1523. El primero está traducido al francés (trad. de Moisés Schwab, 1ª ed. en 12 vols., París, 1871-1890), mientras que el segundo está traducido al alemán (trad. Lazarus Goldschmidt, 1ª ed. en 8 vols., Berlín y Leipzig, 1899-1921; reed. en 12 vols., 1930-1936). Si bien los Talmuds no interesan de una manera directa a los cristianos, por el hecho de que se trata nada más que de una inmensa recopilación de normas y doctrinas judías, de las que además una gran cantidad son totalmente ajenas a la letra y al espíritu del AT, tienen sin embargo un gran interés de orden histórico para todos los que conocen y aman la Biblia. Mediante los Talmuds se conocen las seculares costumbres judías, que de otra manera ignoraríamos. Sus comentarios, que tienen que ver con todos los campos del conocimiento a lo largo de los cinco primeros siglos de nuestra era, son de gran valor para los estudios arqueológicos e históricos del pueblo judío. Es lamentable que el antisemitismo de la Edad Media haya mutilado o suprimido una gran cantidad de pasajes relacionados con Jesús. Sin embargo, a pesar de estas lagunas, el historiador cristiano y el exegeta reconocen al Talmud una verdadera importancia para la interpretación, no sólo del AT, sino también del NT. La Misná encierra tradiciones que se remontan al siglo I a.C., y numerosos pasajes iluminan la época del Señor Jesús y las costumbres de sus contemporáneos (cfr. por ejemplo las prescripciones pascuales y la Cena del Señor). También hay muchos otros pasajes que, por su oposición a las enseñanzas del Señor y por su estricto legalismo, nos llevan a comprender claramente las censuras de Jesús a los fariseos de Su época, y la distancia que separa al judaísmo ortodoxo de todos los siglos del Evangelio de Jesucristo. Bibliografía: «Talmud», en Jewish Encyclopaedia (reed., New York, 1960); Enciclopedia Judaica-Castellana (México, 1948-1952); Ginzburg, I.: «El Talmud» (Buenos Aires, 1943).
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado
[094]
Término hebreo que literalmente significa «enseñanza o estudio». Luego se aplicó a la consignación por escrito de las interpretaciones y explicaciones que hicieron los Rabinos desde el siglo II y III, comenzando por Rabbi Yehuddá. La Mishná o interpretación oral dada por Rabinos autorizados se recogieron por escrito en el Talmud. Del siglo IV al VI se terminaron de fijar los textos explicados y, con el nombre de «Guemerá» se mantuvieron como complemento de la Escritura (La Ley y los Profetas).
Los Talmudes fueron varios, siendo los más apreciados o seguidos el Palestinense, probablemente hecho en Tiberias y en Cesarea, y el Babilónico, escrito en arameo de la región mesopotámica. Esté ultimo fue el que mas se divulgó desde el siglo VI en que quedó fijado.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa
(v. Hebraísmo)
(ESQUERDA BIFET, Juan, Diccionario de la Evangelización, BAC, Madrid, 1998)
Fuente: Diccionario de Evangelización
Talmud significa «enseñanza», doctrina, y es el conjunto de las explicaciones de los textos jurídicos del Pentateuco; significa también la colección de los comentarios de la mishná, es decir, de la jurisprudencia elaborada por los doctores de la Ley. Existe el Talmud palestinense del siglo v d. de C. y el Talmud babilónico, también del siglo v, cuatro veces más extenso que el palestinense. ->interpretación.
E. M. N.
FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001
Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret
(-> Misná, Midrás). Significa en hebreo estudio o doctrina. Recoge las tradiciones legislativas del judaismo posbíblico, hasta el siglo VII d.C. Toma como base la Misná, fijada en el siglo II-III d.C., cuyo texto aparece siempre en el centro de cada página, y le añade, a los lados, los comentarios (Guemará) de los rabinos posteriores, entre el siglo IV y VII d.C. Se conservan dos redacciones básicas: el Talmud de Jerusalén, escrito en Palestina en el siglo IV-V d.C., y el de Babilonia, escrito en la diáspora de Mesopotamia entre el VI y el VII d.C. Ambos están escritos en hebreo misnaico y arameo. El judaismo posterior ha considerado canónico el de Babilonia, que sigue siendo básico para el conocimiento de las tradiciones e interpretaciones bíblicas de los judíos hasta la actualidad.
Cf. H. L. STRACK y G. STEMBERGER, Introducción a la literatura talmúdica y midrásica, Verbo Divino, Estella 1996; í. J. WEISS (ed.), El Talmud de Babilonia, edición bilingüe parcial, Acervo, Buenos Aires: vol. 10: Ketuvot (1977); vol. 12: Guitín (1974); vol. 13: Kidushín (1976); vol. 14: Baba Kamá (1965); vol. 15: Baba Metsía (1964); vol. 16: Baba Batrá (1966); vol. 17: Sanedrín (1968).
PIKAZA, Javier, Diccionario de la Biblia. Historia y Palabra, Verbo Divino, Navarra 2007
Fuente: Diccionario de la Biblia Historia y Palabra
Este nombre se deriva de la raíz hebrea lmd (enseñar) y equivale a » enseñanza». Con él se designa a una obra compuesta de varios tratados relativos a diversos aspectos de la vida, vistos en la perspectiva de la religiosidad judía.
Se trata en particular de normas que interpretan la ley mosaica, pero también de anécdotas. aforismos, anotaciones, que lo convierten en una especie de Summa del judaísmo. Los tratados son: Zeraim (semillas): sobre la agricultura: Moed (estaciones): sobre las festividades: Nashim (mujeres); sobre el matrimonio y el divorcio; Nezikim (daíios): sobre -las responsabilidades civiles y penales: Kodashim (cosas santas): sobre los lugares y los objetos sagrados y sobre los ritos; Torohot (purezas): a propósito de la limpieza ritual.
El Talmud se ha ido formando a través de un largo proceso de crecimiento mediante la aportación de sentencias de los más cotizados maestros del judaísmo, desde los tiempos de Esdras (por el 450 a.C.) hasta mediados del siglo VI d.C. El punto de partida es la legislación bíblica sobre la que los rabinos se pronunciaron, bien sea para precisar su contenido, bien para adaptarla a los nuevos cambios de vida. Hubo al principio una colección de sentencias, primero orales y luego escritas (la Misná), a la que se añadió un suplemento (la Tosefta), Sobre estas dos colecciones desarrollaron luego los rabinos sus reflexiones, dando origen a la Gemarah, de donde proviene el Talmud. Del Talmud existen dos recensiones: el «Talmud palestino» (o de Jerusalén fue recopilado en Palestina por el siglo III d.C.: la tradición lo atribuye a R. Johannan ben Nappoha, muerto en el 279): es incompleto, bastante descarnado, mal conservado, pero importante para seguir el desarrollo de la halakah y de la haggadah. Está además el «Talmud babilonio»., escrito en arameo en Mesopotamia, donde florecía una numerosa colonia judía con una renombrada escuela rabínica; el iniciador de este Talmud, según la tradición, fue R. Akira (muerto en el 247 a.C.), llamado «Rab», el maestro por excelencia, por su sabiduría. El Talmud babilonio es más rico, más completo, y está mejor conservado.
Al Talmud le corresponde en gran medida el mérito de haber mantenido durante siglos la identidad judía a pesar de la dispersión entre poblaciones de religión distinta. No han faltado frente al mismo algunos movimientos contestatarios dentro del judaísmo (los caraítas del siglo VIII d.C. llegaron a rechazarlo), pero sobre todo fuera de él, cuando se intentó eliminar lo específicamente judío. Sin embargo, continuó y continúa uniendo y forjando a los judíos en su conciencia de pueblo de la promesa. De él dimana un profundo sentido de la unicidad y de la grandeza de Dios, de la veneración que se debe a su voluntad expresada por la ley, de serena confianza en su dirección de la historia humana.
E. Vallauri
Bibl.: H. L. strack – G. stemberger Introducción a la literatura talmúdica y midrásica, Inst. San Jerónimo, Valenciá 1988; D. Maisonneuve, Parábolas rabínicas, Verbo Divino, Estella 1985; P. Lenhardt – M. Co11in, La Torá oral de los fariseos, Verbo Divino, Estella 1991; J Trebolle, La Biblia judía y la Biblia cristiana, Trotta, Madrid 1993, 403-404.
PACOMIO, Luciano [et al.], Diccionario Teológico Enciclopédico, Verbo Divino, Navarra, 1995
Fuente: Diccionario Teológico Enciclopédico
La palabra hebrea talmûḏ se deriva hipotéticamente de la raíz consonante tlmd, aunque probablemente se desarrolló a partir de lāmaḏ, «estudiar», y también limmēḏ «enseñar». La palabra designa específicamente la Mishná (véase) junto con las discusiones de la Halakka y Haggada. La segunda parte del Talmud, llamada las discusiones de los amoraim (literalmente, «oradores», llamando así a los eruditos judíos) es conocida como la Gemara (del arameo gәmar, «completar, dominar completamente por el estudio», de donde gәmârāh quiere decir «lo que ha sido aprendido por medio del estudio»). Los amoraim estuvieron activos desde el tiempo de la conclusión de la Mishná hasta finales del siglo V d.C. La Halakka (pl. halakkot, del heb. hālaḵ, «ir, caminar») es la enseñanza que debe seguirse, la ley categórica derivada de las Escrituras y enseñada por una autoridad reconocida. Las Escrituras enseñan principios, pero, por lo general, no se refieren a casos específicos. Pero la vida es compleja y cambiante, y la ley necesita ser específica. La Halakka se encarga de las situaciones específicas y proporciona reglas autoritativas. Uno no puede sino concluir que ésta es la «ley» a la que se refieren Jesús y Pablo, algunas veces en lugar de la ley principal en las Escrituras. La Haggada (del heb. nāḡaḏ, «ser prominente», hifil hiḡḡîḏ, «declarar, proclamar, publicar») es el material no incluido en la Halakka derivado de la investigación de las Escrituras generalmente en la forma de proverbios, parábolas y métodos semejantes. Con frecuencia la Haggada conlleva una idea no sugerida inmediatamente por la Escritura y, a veces, llega a ser fantástica o alegórica. El Talmud existe en dos formas, el Talmud babilónico y el palestino (o de Jerusalén), siendo la principal diferencia el hecho que las discusiones que siguen a la Mishná pertenecen ya sea a los amoraim babilonios o palestinos, según el caso.
BIBLIOGRAFÍA
H.L. Strack, Introductíon to the Talmud and Midrash.
William Sanford LaSor
Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (592). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.
Fuente: Diccionario de Teología
Contenido
- 1 Definición
- 2 Origen del Talmud
- 3 La Mishná
- 4 El Talmud palestino
- 5 El Talmud babilónico
- 6 Ediciones
Definición
Talmud fue la forma sustantiva post-Bíblica de Pi’el («enseñar»), y originalmente significó «doctrina» o «estudio». Sin embargo, en un sentido particular, significó la justificación y explicación de las normas religiosas y legales o Halakhoth («conducta», en el sentido de «la ley de acuerdo con la cual debe ser regulada la conducta de vida»). Cuando en la tercera centuria la colección Halakhoth de Jehuda I, o el registrado por escrito como Mishna, se convirtió en el principal objeto de estudio, la expresión «Talmud» fue principalmente aplicada a las discusiones y explicaciones del Mishna. Finalmente se convirtió en la designación general del Mishna propiamente dicho y de la colección de discusiones relacionadas con éste. A posteriori la designación Gemara, interpretada como «terminación» a partir las palabras Hebreas y Arameas que significan «completar», se convirtió subsecuentemente en el término aceptado. La palabra encontró primero su entrada en las ediciones del Talmud a través de la censura Cristiana; los manuscritos y las viejas ediciones impresas usan la expresión Talmud. Nosotros por lo tanto entendemos por Talmud a la compilación consistente del Mishna, i.e. la codificación de las normas Judías religiosas y legales, y de Gemara, o la colección de discusiones y explicaciones concernientes al Mishna.
Origen del Talmud
Desde Esdras los cimientos de la comunidad religiosa Judía fue la ley. Todo fue regulado de acuerdo con normas fijas; nada podía ser agregado o cambiado en la ley descendida en el Pentateuco. Sin embargo, las siempre cambiantes condiciones de vida impulsaron la creación de nuevas ordenanzas, y estas fueron decretadas de acuerdo con las necesidades de los tiempos y los casos especiales que debían ser determinados. Fue así formada una ley tradicional y de costumbres trasmitidas oralmente. Cada decreto de este tipo (halakha), si había existido desde tiempo inmemorial y nada más podía ser dicho en relación con su origen, se afirmaba que era una ley dada a Moisés en el Monte Sinaí. Aún para el Judaísmo ortodoxo de hoy en día es un artículo de fe que Moisés, al mismo tiempo que recibió la ley escrita registrada en el Pentateuco, recibió además detalladas explicaciones de las diferentes leyes, las que fueron trasmitidas por tradición como ley oral.
Adicionalmente a esto los escribas en un período temprano procuraron, mediante la interpretación del Torah, hacer la ley aplicable a las cambiantes condiciones de vida, para basar los nuevos preceptos al menos retrospectivamente en el Torah, y para deducir de él leyes religiosas adicionales.
Para este tipo de aprendizaje de las Escrituras fueron establecidas en un período posterior reglas hermenéuticas (Middoth), en un principio siete, las que luego fueron divididas en catorce, y finalmente se incrementaron a treinta y dos. Todos los viejos agregados al Torah así como el nuevo material de constante crecimiento fueron por un largo tiempo trasmitidos oralmente y, de acuerdo con la visión prevaleciente, fue prohibido registrarlos por escrito.
Pero es de todos modos equivocado asumir que hubo una prohibición formal de registrar Halakhoth por escrito. La prohibición probablemente se refirió a los registros escritos con propósito de uso público; ya que un registro fijo de la ley tradicional hubiera actuado como un obstáculo para su posterior desarrollo de acuerdo con las necesidades existentes en cada momento. No es de ningún modo improbable que la reducción final del Mishna fuera precedida por registros escritos previos, especialmente después de que Rabbi Agiba, al principio del siglo segundo, hubiera despojado el estudio de la ley de su previo carácter Midrash y hubiera emprendido el ordenamiento sistemático de los materiales. Es probable que entre sus alumnos fuera Rabbi Me’ir quien continuara estos trabajos sistemáticos. Pero de estas colecciones solamente una obtuvo finalmente reconocimiento canónico, y por tanto fue llamada Mishna par excellence, viz. la editada a finales del siglo segundo de nuestra era por Rabbi Jehuda I, llamado Ha-nashi (el príncipe) o Ha-gadosh (el santo) o simplemente el Rabbi. Esto es entonces nuestro Mishna, la base del Talmud.
Rabbi Jehuda había adoptado solo una parte de las doctrinas, que en el curso del tiempo habían sido trasmitidas en las diferentes escuelas. Aunque él seleccionó lo que era más importante, a veces omitió mucho que le pareció importante a otros; y por otra parte, se consideró que no debería permitirse hundir en el olvido ni aún lo poco importante. En consecuencia, pronto se originaron otras colecciones, las que, aunque no canónicas, fueron de todos modos altamente valoradas. Todo el Allakhoth que no fue incluido en el Mishna de Jehuda recibió el nombre Baraithoth (sing. Baraitha, «doctrina omitida»). La más importante colección Baraitha es la Tosephta.
La precisa brevedad de la expresión y la fecunda forma en la que el Mishna había codificado al Halakhoth hizo su interpretación necesaria, mientras que la característica casuística del trabajo fue un estímulo para ulterior desarrollo casuístico. En el estudio profundo y en la explicación de sus contenidos se puso mucho énfasis sobre el Haggada, i.e. las doctrinas no incluidas en la ley (folklore, leyendas, recopilaciones históricas, éticas y didácticas, etc.), a las cuales Jehuda, que aspiraba a redactar un código de leyes, tuvo poco o nada en cuenta.. En realidad, todo lo que ofrecía la tradición fue puesto dentro del rango de discusión. A los efectos de dar una designación apropiada a la nueva tendencia en la enseñanza de la ley, los estudiosos, hacia los tiempos de la trascripción final del Mishna, fueron conocidos como Tanna’im (sing., Tanna, «maestro»), aquellos que vinieron después de ellos, Amora’im (sing. Amora, «locutor»). La colección de Amora’im, como fue finalmente registrada, fue llamada, como se expresó más arriba, Talmud, mas tarde Gemara: aquel de las escuelas Palestinas, el Gemara Palestino, aquel de las escuelas Babilónicas, el Gemara Babilónico. La edición combinada del Mishna y el Gemara, o el Talmud en nuestro sentido de la palabra, discrimina, por lo tanto, entre Mishna y Gemara Palestino, o «Talmud Palestino», y Mishna y Gemara Babilónico o «Talmud Babilónico». Se hace referencia a este último cuando se hace referencia al Talmud sin otro aditamento.
La Mishná
(De la palabra Hebrea que significa «repetición», traducida por los Padres de la Iglesia deuterosis). Esta palabra es la forma sustantiva de su raíz Hebrea que significa «repetir». De este significado fue desarrollado, en el lenguaje de las escuelas posteriores, el método característico de toda enseñanza y aprendizaje, particularmente de las doctrinas trasmitidas oralmente, que se ejecutaba mediante la enunciación repetida por parte del maestro y la frecuente repetición por parte del alumno. Por lo tanto ambas expresiones se convirtieron en un término para la ciencia de la tradición, el primero significando el estudio especial de la ley trasmitida oralmente, el segundo la ley misma, en contraste con el primero, y significando la ley escrita. Pero la expresión es también utilizada para cada una de las doctrinas trasmitidas oralmente, y difiere del Halakha en que este último significa la ley tradicional como atadura, mientras que el primero lo designa como un objeto de estudio. Además, la palabra Mishna es aplicada a la colección sistemática de tales doctrinas, y finalmente a aquella única colección que ha obtenido reconocimiento canónico, i.e. la colección de Jehuda I. La colección representa la ley Judía codificada en el desarrollo recibido en las escuelas de Palestina hacia fines del siglo segundo después de Cristo. A través de ella la ley trasmitida oralmente fue finalmente establecida junto con la ley escrita o el Torah. El cimiento de esta colección esta formado por las colecciones que ya existían antes de Jehuda, particularmente aquella del Rabbi Me’ir. El Mishna no pretende ser una colección de fuentes del Halakha, sino meramente enseñarla. Si su fijación escrita fue un trabajo de Jehuda mismo o si tuvo lugar después de él es un punto debatible, pero la primera teoría es la más probable. La única pregunta entonces es cuanto de éste escribió él mismo; en la extensa forma que presenta hoy no pudo ser escrita solamente por él. Evidentemente ha recibido adiciones a través del tiempo, y en otros aspectos el texto ha sido alterado.
Con relación al contenido material del Mishna es dividido en seis institutos o Sedarim, por esta razón los Judíos están acostumbrados a llamar al Talmud Shas. Cada Seder tiene un número (7-12) de tratados, estos están divididos en capítulos o Peraquim, y cada capítulo en preceptos. Los seis institutos y sus tratados son los siguientes:
A. Seder Zera’im (cosecha)
Contiene en once tratados las leyes del cultivo del suelo y sus productos.
(1) Berakhoth (bendiciones) bendiciones y oraciones, particularmente aquellas de uso diario. (2) Pe’a (esquina) concerniente a las partes la los terrenos y sus productos que deben ser dejados a los pobres (cf. Lev., xix, 9 sq.; xxiii, 22; Deut., xxiv, 19 sq.) y en general relativo a las leyes sobre los pobres. (3) Demai, más precisamente Dammai (dudoso) concerniente a los frutos del suelo sobre los cuales es dudoso si el diezmo ha sido pagado. (4) Kil’ayim (heterogénea), concerniente a la combinaciones ilegales de plantas, animales, y vestidos (cf. Lev., xix, 19; Deut. xxii, 9 sq.). (5) Shebi’ith (séptimo), i.e. Año Sabático (Deut., xv, 1 sq.). (6) Teremoth (hacer ofrendas) para los sacerdotes (Num., xviii, 8 sq.; Deut., xviii, 4). (7) Ma’asroth (diezmos) para los Levitas (Num., xviii, 21 sq.). (8) Ma’aser sheni (segundo diezmo), (Deut., xiv, 22 sq.; xxvi, 12 sq.) que tenía que ser gastado en Jerusalén. (9) Halla (levadura) (cf. Num., xv, 18 sq.). (10) ‘Orla (prepucio) concerniente a los frutos y árboles no circuncidados (Lev., xix, 23). (11) Bikkurim (primeros frutos) llevados al templo (Deut., xxvi, 1 sq; Ex. xxiii, 19).
B. B. Seder Mo’ed (estación de las fiestas)
Trata en doce tratados de los preceptos que gobiernan el descanso el Sabbath, las otras fiestas y días santos, así como días de ayuno. . (1) Shabbath. (2) ‘Erubin (combinaciones), los medios por los cuales uno puede eludir las provisiones especialmente onerosas de las leyes del Sabbath. (3) Pesahim (Pascua). (4) Sheqalim (shekels – unidad de moneda), trata del impuesto de medio shekel para el mantenimiento del servicio Divino en el templo (cf. Neh. x, 33), basado en Ex., xxx, 12 sq. (5) Yoma (día), i.e. día de expiación. (6) Sukka (Tabernáculo), trata de la fiesta de los Tabernáculos. (7) Beca (huevo), tomada de la primera palabra con que comienza el tratado o Yom tob (fiesta), es concerniente a los tipos de trabajos permitidos o prohibidos en las festividades. (8) Rosh hashana (comienzo del año), trata del año nuevo civil el primero de Tishri (Lev., xxiii, 24 sq.; Num. xxix, 1 sq.). (9) Ta’anith (ayuno). (10) Megilla (rol) de Esther, respetando las leyes que deben ser observadas en la fiesta de Purim. (11) Mo’ed qatan (fiesta menor), las leyes relativas a las fiestas que tienen lugar entre el primer y último día de Pascua y Sukkoth. (12) Hagiga (fiesta ofertorio), trata (caps. i and iii) de la obligación de peregrinaje a Jerusalén y de las ofrendas privadas en tal ocasión (cf. Deut., xvi, 16 sq.).
C. Seder Nashim (mujer)
Elucida en siete tratados las leyes del casamiento y todo lo relativo al mismo, votos, y las leyes del matrimonio de los Nazareos. (l) Jebamoth, matrimonios con el hermano del marido muerto (Deut., xxv, 5 sq.). (2) Kethuboth («actos matrimoniales» y arreglos maritales). (3) Nedarim («votos») y su anulación. (4) Nazir (Nazareo, cf. Num., vi). (5) Sota («mujer sospechada», cf. Num., v, 11 sq.). (6) Gittin (cartas de divorcio, cf. Deut., xxiv, 1 sq.). (7) Giddushin (compromisos).
D. Seder Nezigin «daños»)
Explica en ocho tratados la ley civil y criminal. En este instituto están incluidos los Eduyyoth, una colección de tradiciones y el tratado Haggadic, Aboth.
Los tratados 1-3 Baba Kamma (la primera arcada), Baba meci’a (la arcada intermedia), y la Baba bathra (la última portada), originalmente formaron un único tratado, cuya subdivisión fue causada por su gran extensión (30 caps.). Ellos tratan de las leyes de propiedad, herencia y obligaciones. Baba Kamma trata de los daños en sentido estrecho (junto con hurto, robo y daño corporal) y el derecho por los daños; Baba meci’a concierne principalmente a cuestiones legales relacionadas con el capital y trata de inventario, depósitos, intereses y prestamos; Baba Bathra concierne a cuestiones de política social (posesiones, limitaciones, compra y venta, garantías, herencia y documentos). (4) Sanhedrin, trata de las cortes legales, los procesos legales, y la justicia criminal. (5) Makkoth (latigazos), trata de los castigos con latigazos legalmente reconocidos (cf. Deut., xxv, 1 sq.). (6) Shebu’oth (juramentos). (7) ‘Eduyyoth (prueba), conteniendo una colección de decisiones legales reunidas de los testimonios de autoridades distinguidas. (8) ‘Aboda Zara (idolatría). (9) ‘Aboth (padres) or Pirqe Aboth (sección de los padres) que contiene máximas éticas del Tanna’im (200 A.C. – A.D. 200). (10) Horayoth (decisiones) concernientes a decisiones legales y cuestiones religiosas que fueron erróneamente copiados.
E. Seder Qodashim (cosas sagradas)
Trata en doce tratados de los sacrificios, servicios del templo, y objetos dedicados (1) Zebahim (sacrificios de animales). (2) Menahoth (ofrendas de carne). (3) Hullin (cosas profanas) del sacrificio de animales puros e impuros y de las leyes concernientes a la comida. (4) Bekhoroth (primer nacimiento) de los hombres y animales (cf. Ex., xiii, 2, 12 sq.; Lev., xxvii, 26 sq.; Num., viii, 16 sq.; xviii, 15 sq.; Deut., xv, 19 sq.) (5) ‘Arakhin (valuaciones) esto es equivalencias que deben ser dadas para la redención de personas y cosas dedicadas a Dios (Lev., xvii, 2 sq., xxv, 15 sq.). (6) Temura (intercambio) de objetos sagrados (Lev., xxvii, 10-33). (7) Kerithoth (escisiones), concerniente a los pecados penados con esta pena, y que debe ser hecho cuando cualquiera cometa estos pecados intencionalmente. (8) Me’ild (violación) de un objeto sagrado (cf. Num., v, 6 sq.; Lev., v, 15 sq.). (9) Tamid (sacrificio continuo) concerniente al sacrificio matutino y vespertino diario y al templo en general. Middoth (medidas), una descripción del templo y de los servicios del templo. (11) Quinnim («nido» de pájaros), del sacrificio de palomas por los pobres (Lev., i, 14 sq.; xii, 8).
F. Seder Teharoth (purificación)
Trata en doce tratados de las ordenanzas de limpieza y purificación. (l) Kelim (vajilla), trata de las condiciones bajo las cuales se tornan sucios los utensilios domésticos, vestimenta, etc.. (2) Ohaloth (tiendas) de la corrupción de las casas por los cuerpos (Num., xix 14 sq.). (3) Nega’im (lepra). (4) Para (ternera roja; cf. Num., xix). (5) Teharoth (purificaciones) (eufemísticamente), trata de los menores grados de corrupción duraderos sólo hasta el ocaso. (6) Miqwa’oth (fuentes) las condiciones bajo las cuales los manantiales y reservorios son adecuados para ser usados en purificación ritual. (7) Nidda (menstruación). (8) Makhshirin (preparativos) las condiciones bajo las cuales ciertos artículos, por contacto con líquidos, se convierten en ritualmente impuros (Lev., xi, 34, 37, 38). (9) Zabim (personas afligidas por asuntos urgentes, cf. Lev., xv). (10) Tebul yom (inmersos en el día), i.e. la condición de la persona que ha tomado el baño ritual, pero que no ha sido perfectamente purificado hacia el ocaso. . (11) Yadayim (manos), trata de la suciedad ritual de las manos y su purificación. (12) ‘Uqcin (tallos) de frutas y cáscaras y su impureza ritual.
En nuestras ediciones el número de tratados es sesenta y tres, originalmente eran solamente sesenta, debido a que los cuatro párrafos de los tratados Baba kamma, Baba bathra, Baba meci’a, así como Sanhedrin y Makkoth formaba un solo tratado. El Mishna existe en tres revisiones: en los manuscritos de las ediciones de separata Mishna, en el Talmud Palestino en el cual los comentarios del Amora’im siguen a cortos pasajes del Mishna, y en el Talmud Babilónico, en el cual el Gemara es adicionado a un capítulo entero del Mishna. Los contenidos del Mishna, excepto por los tratados Aboth y Middoth, son con pocas excepciones Halakhic. El idioma, del llamado Mishna Hebreo o Nuevo Hebreo, es un Hebreo bastante puro, no sin prueba de un desarrollo vivo – enriquecido por palabras prestadas del Griego y Latín y ciertas expresiones técnicas mas recientemente creada, que parecen parcialmente desarrolladas como imitaciones de fórmulas legales Romanas. El Mishna es citado dando el tratado, capítulo, y precepto, e.g. ‘Berakh, i, 1.
Entre los comentaristas del Mishna completo los siguientes merecen una mención especial: Maimonides, la traducción Hebrea de cuyo Árabe original esta impresa en la mayoría de las ediciones del Mishna, Obadia di Bertinoro (d. 1510), Jom Tob Lippmann Heller (d. 1654), Jisrael Lipschutz (su Mishna con Comentarios en 6 vols., Königsberg, 1830-50).
La primera edición del Mishna completo se hizo en Nápoles en 1492. Existen gran número de textos con comentarios Hebreos. De importancia como la Conformación de la versión Palestina es la edición de W.H.Lowe (Cambridge, 1883), posterior al manuscrito de Cambridge. También merecen mencionarse: «Misna . . . Latinitate donavit G. Lurenhusius» (texto, traducción Latina, notas, Traducción Latina de Maimonides y Obadia, 6 vols., Ámsterdam, 1698-1703); «Mishnajoth», con puntualizaciones y traducción al Alemán en letras Hebreas, comenzado por Sammter (Berlín, 1887 – aún incompleta); Trad. Alem. Del Mishna por Rabe (6 partes, Onolzbach, 1760-63).
El Talmud palestino
En lo fundamental del Mishna, las discusiones jurídicas continuaron, al principio en las escuelas de Palestina, particularmente en Tiberia, en los siglos tercero y cuarto. A través de la codificación final del material recopilado de esta manera, se arribó en la segunda mitad del siglo cuarto al llamado Talmud de Jerusalén, más propiamente Talmud Palestino. La opinión usual, que se originó en Maimonides, de que su autor fue Rabbi Jochanan, que vivió en el siglo tercero es insostenible debido a los nombres de estudiosos posteriores que se encuentran en él. En el Talmud Palestino el texto del Mishna es tomado oración por oración, y explicado con creciente profundidad casuística. El Baraithoth, i.e. las máximas del Torah que no se encuentran en el Mishna, así como los párrafos legales siempre son dados en Hebreo, y también lo son la mayoría de las elucidaciones agregadas; el resto está escrito en un dialecto Arameo Occidental (G. Dalman, «Grammatik des judisch-Palastinischen Aramaisch», Leipzig, 1905). Junto con el Halakha contiene rico material Haggadic. Es materia de disputa si alguna vez el Talmud Palestino incluyó el Mishna completo. Las únicas partes preservadas son los comentarios sobre los primeros cuatro Sedarim (con la excepción de varios capítulos y los tratados Eduyyoth y Aboth) y sobre las tres primeras divisiones del tratado Nidda en el sexto Seder. El supuesto descubrimiento de S. Friedländer de tratados sobre el quinto Seder está basado en una falsificación (cf. «Theologische Literaturzeitung», 1908, col. 513 sq., and «Zeitschr. d. Deutsch. Morgenlandisch. Gesellsch.», LXII, 184). El Talmud Palestino es generalmente citado mencionando el tratado, capítulo, página, y columna; a posteriori de las ediciones Veneciana y de Cracovia, mayormente también se da el renglón, indicada por j (=jerus.) o pal.; e.g. pal. Makkoth, 2 Bl. 31d 56. Muchos estudiosos hacen las citas de la misma manera que las del Mishna, pero esto no es recomendado.
Ediciones: Venecia (Bombero), 1523-24; Cracovia, 1609; Krotoshin, 1866; Zhitomir, 1860-67: Piotrkow, 1900-02. Traducción francesa pro M.Schwab, 11 vols., Paris, 1879-80; I2 1890.
Varios tratados están impresos con traducción Latina en Ugolini, «Thesaurus antiquitatum sacrarum», vols. XVII-XXX, Venecia, 1755-65; Wunsche, «Der palastinische Talmud in seinen haggadischen Bestandteilen ins Deutsche übersetzt» (Zurich, 1880).
El Talmud babilónico
Se dice que el Mishna fue traído a Babilonia por Aba Areka, generalmente llamado Rab (d.247), un alumno del Rabbi Jehuda. En las escuelas se convirtió en norma de vida religiosa legal y una base de discusión jurídica. Pero mientras en Palestina hubo una mayor tendencia a preservar y propagar lo que había sido trasmitido, el Amora’im Babilónico desarrolló su interpretación de la ley en todas las direcciones, lo que explica porqué el Talmud Babilónico adquirió una mayor significación para el Judaísmo que el Palestino. De esta manera el material creció rápidamente y gradualmente llevó a su codificación, la que fue emprendida por R.Ashi (d.427), cabeza de la escuela de Sura, y por R. Abina o Rabbina (d.499), el último de los Amora im. Los estudiosos que vivieron después de el (a finales del siglo quinto y principios del sexto), llamados Sabora im («aquellos que reflexionan, examinan», porque ellos consideraron y también completaron lo que había sido escrito por los Amora’im), deben ser considerados como aquellos que realmente completaron el Talmud Babilónico.
Como el Palestino, el Talmud Babilónico no incluye el Mishna completo. En la primera y sexta división solamente son considerados los tratados Berakhoth y Nidda, en la segunda división se omite Shegalim, en la cuarta Eduyyoth y Aboth, en la quinta Middoth, Ginnim, y la mitad de Tamiz. Es en verdad cuestionable si la mayoría de estos tratados fueron incluidos en el Gemara Babilónico; están excluidos Eduyyoth y Aboth, en razón de la materia que tratan, mientras que la mayoría de lo restante trata de ordenanzas que no podrían ser aplicadas fuera de Palestina. El Talmud Babilónico por tanto incluye solamente 36 ½ tratados, pero es por lo menos cuatro veces mas extenso que el Palestino, aunque este último se ocupe de 39 tratados. El Haggada es aún más completamente representado que en el Palestino. El lenguaje, exceptuando los párrafos legales y las citas de los viejos estudiosos y rabinos Palestinos, es el del dialecto Arameo Oriental de Babilonia. (df. Levias, «Una Gramática del Idioma Arameo contenido en el Talmud Babilónico» Cincinnati, 1900; M.L. Margolis, «Grammatik des babylonischen Talmuds», Munich, 1910). El Talmud Babilónico es citado de acuerdo con tratado, folio, y página, ya que el contenido en prácticamente todas las ediciones desde la tercera de Bomberg (1548) es el mismo, e.g. Berakh 22a. En estas ediciones usualmente se anexan al final del cuatro Seder siete pequeños tratados, parcialmente de tiempos Talmúdicos y parcialmente de tiempos post-Talmúdicos, dentro de los cuales está el tratado post-Talmúdico Sopherim (directivas para los escritores y lectores públicos del Torah). Entre los comentarios el primer lugar pertenece al de Raíz (d.1105), completado por su nieto Samuel ben Me’ir (d. cerca 1174). Principalmente de un carácter suplementario son los trabajos de los Tosaphists o autores del Tosaphoth (adiciones), que vivieron en Francia y Alemania durante los siglos doce y trece. Ellos dieron amplificaciones y estudiadas explicaciones de ciertos tratados. Otros comentarios son enumerados por Strack, op.cit. infra, 149-51.
El Talmud Babilónico ha sido impreso a menudo pero hasta hoy ha permanecido como un desideratum una edición crítica. El material para este propósito es proporcionado, entre otros, por Raphael Rabbinovicz, en sus «Variae lectiones in Mischnam et in Talm. Babyl.», etc. (15 vols., Munich, 1868-86); el Vol. XVI fue editado por Ehrentreu (Przemysl, 1897). Al principio en la edición de Basle, la censura Cristiana causó serias mutilaciones y cambios desatinados en el texto (1578-81). Las numerosas riñas entre los Judíos tuvieron la consecuencia posterior de que ellos mismos practicaron la censura. Los pasajes extirpados fueron parcialmente recopilados en pequeños tratados, publicados en su mayoría en forma anónima.
Ediciones
Raphael Rabbinovicz, (Ma’amar al hadpasath ha-talmud — Munich, 1877), una revisión crítica del Talmud Babilónico, como un todo o parcialmente desde 1484. La primera edición completa apareció en Venecia (Bomberg), (12 vols., 1520-23). La ventaja de esta edición consiste en su carácter de completa; el texto en si mismo esta lleno de errores. La edición de Ámsterdam (1644-48), goza de una cierta reputación, en la misma los pasajes censurados han sido en la medida de lo posible restaurados. La edición de Frankfurt (1720-22) sirvió de base directa o indirectamente a las que le siguieron. De las ediciones mas recientes pueden ser mencionadas las de Berlín (1862-68), la de Viena (1864-72), y la de Vilna (1880-86). En 1897 Lazarus Goldschmidt comenzó una edición en cuartos, el texto después de una primera edición, con las variantes de los manuscritos de Munich y una traducción Alemana. A la fecha han aparecido 6 vols., conteniendo los Institutos I, II, IV, V, y los dos primeros tratados del III. Infortunadamente esta publicación no es de ningún modo irreprochable. M.L.Rodkinson, «Nueva Edición del Talmud Babilónico» Nueva Cork, 1896; M. Mielziner, «Introducción al Talmud» (Cincinati, 1894; Nueva Cork, 1903); H.L.Strack, «Einleitung in den Talmud» (Leipzig 1908), pp. 139-175, que contiene una extensa bibliografía del Talmud y de las cuestiones que le conciernen.
Fuente: Schühlein, Franz. «Talmud.» The Catholic Encyclopedia. Vol. 14. New York: Robert Appleton Company, 1912.
http://www.newadvent.org/cathen/14435b.htm
Traducido por Luis Alberto Alvarez Bianchi
Fuente: Enciclopedia Católica