arquiereus (ajrciereuv», 749), designa: (a) a los sumos sacerdotes del sistema levítico, frecuentemente llamados «príncipes de los sacerdotes» en el NT, e incluyendo a ex-sumos sacerdotes y miembros de familias sumo-sacerdotales (p.ej., Mat 2:4; 16.21; 20.18; 21.15); en singular, un sumo sacerdote, p.ej., Abiatar (Mc 2.26); Anás y Caifás (Luk 3:2), donde la VM traduce con mayor propiedad «bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás» (cf. Act 4:6). En cuanto a la combinación de ellos dos a este respecto, Anás fue sumo sacerdote desde el 7 al 14 d.C., y, en el tiempo al que se hace referencia, hacía ya algunos años que había sido depuesto; su yerno Caifás, el cuarto sumo sacerdote desde su deposición, fue designado alrededor del 24 d.C. Que Anás todavía fuera llamado el sumo sacerdote recibe su explicación por los siguientes hechos: (1) que por la ley de Moisés el sumo sacerdocio se mantenía toda la vida (Num 35:25); su deposición fue el acto caprichoso de un procurador romano, pero legal y religiosamente seguía siendo considerado como sumo sacerdote por parte de los judíos; (2) que probablemente siguiera ejerciendo el cargo de vicepresidente del sanedrín (cf. 2Ki 25:18); (3) que era un hombre cuya edad, riqueza y relaciones familiares le daban una influencia preponderante, mediante lo cual seguía manteniendo las riendas del verdadero poder sacerdotal; en verdad, para esta época el sumo sacerdocio estaba en poder de un grupo de alrededor de media docena de familias; el lenguaje de los escritores de los Evangelios armoniza con este hecho, al atribuir el sumo sacerdocio más a una casta que a una persona; los sumos sacerdotes eran, en aquel período, meras marionetas de las autoridades romanas, que los cesaban a voluntad, con el resultado de que el título se utilizaba con menor rigor que en tiempos anteriores. La institución divina del sacerdocio culminaba en el sumo sacerdote, siendo su deber representar a todo el pueblo (p.ej., Lev 4:15, 16; cap.16). Las características de los sumos sacerdotes se enumeran en Heb 5:1-4; 8.3; 9.7,25; en algunos mss., en 10.11; 13.11; en estos pasajes, RV traduce «pontífice» en lugar de «sumo sacerdote» (RVR); en Joh 11:49, etc., la RV traduce «sumo pontífice», en lugar de «sumo sacerdote» (RVR). (b) Cristo es presentado en relación con ello en la Epístola a los Hebreos, donde es llamado «un sumo sacerdote» (4.15; 5.5,10; 6.20; 7.26; 8.1,3; 9.11); en 4.14: «un gran sumo sacerdote»; 10.21: «un gran sacerdote»; «misericordioso y fiel sumo sacerdote» (2.17); «el apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión» (3.1); «sumo sacerdote según el orden de Melquisedec» (5.10). Uno de los grandes objetivos de esta Epístola es exhibir la superioridad del sumo sacerdocio de Cristo como perteneciente a un orden diferente de y superior al aarónico, en el sentido de que El es el Hijo de Dios (véase especialmente 7.28), con un sacerdocio del orden de Melquisedec. Se destacan siete características sobresalientes de su sacerdocio: (1) su carácter (5.6,10); (2) su comisión (5.4,5); (3) su preparación (2.17; 10.5); (4) su sacrificio (8.3; 9.12,14,27,28; 10.4-12); (5) su santuario (4.14; 8.2; 9.11,12,24; 10.12,19); (6) su ministerio (2.18; 4.15; 7.25; 8.6; 9.15, 24); (7) sus efectos (2.15; 4.16; 6.19,20; 7.16,25; 9.14,28; 10.14-17,22,39; 12.1; 13.13-17). Nota: El adjetivo arquieratikos, sumo-sacerdotal, se emplea en Act 4:6, traducido «de los sumos sacerdotes» (RV: «sacerdotal»).¶
Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento