SOCORRO

v. Auxilio, Ayuda
Jdg 5:23 no vinieron al s de .. al s de Jehová
2Ch 20:4 se reunieron .. para pedir s a Jehová
Psa 60:11; 108:12


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Auxilio o ayuda que se presta o se reclama en diversidad de campos o de circunstancias. El socorro tiene sentido perentorio y urgente, ante la imposibilidad de salir adelante por las propias fuerzas o habilidades.

El socorro religioso es una consecuencia de la indigencia espiritual del hombre que precisa la ayuda de Dios o de su parte. El término socorro (boezeo), o sus equivalentes de ayuda (epilambanomai), protección (epikuria), asistencia (paraginomai) y sobre todo servicio (douleuo), se hallan continuamente en las páginas bí­blicas.

La piedad cristiana lo cultivará también con abundancia en la demanda de protección divina y de sus auxilios ante la contingencia de la criatura. Y se extiende con abundancia grande a la intermediación de los santos, de manera especial de la Stma. Virgen (Señora del Perpetuo Socorro, Marí­a Auxiliadora, Virgen de los Desamparados, etc.)

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

Dinero, alimento u otra cosa con que se ayuda o auxilia a las personas que se hallan en necesidad apremiante debido a la edad, el hambre u otras adversidades.
Una caracterí­stica distintiva de los fieles siervos de Dios es la buena disposición para ayudar a los necesitados. (Job 29:16; 31:19-22; Snt 1:27.) En el primer siglo la congregación de Jerusalén tomó medidas para distribuir alimento a las viudas cristianas necesitadas, y después se nombró a siete hombres capacitados para que se encargaran de que no se pasase por alto en la distribución diaria a ninguna viuda que mereciera tal ayuda. (Hch 6:1-6.) Años más tarde, el apóstol Pablo señaló en su carta a Timoteo que las actuaciones de socorro de la congregación en favor de las viudas deberí­an limitarse a las que fuesen mayores de sesenta años y tuviesen un registro de buenas obras en el adelanto del cristianismo. (1Ti 5:9, 10.) Sin embargo, el cuidado de los padres y abuelos de edad avanzada era, fundamentalmente, la obligación de los hijos y los nietos, no de la congregación. Por eso, el apóstol Pablo escribió: †œSi alguna viuda tiene hijos o nietos, que estos aprendan primero a practicar devoción piadosa en su propia casa y a seguir pagando la debida compensación a sus padres y abuelos, porque esto es acepto a vista de Dios†. (1Ti 5:4, 16.)
Habí­a ocasiones en que las congregaciones cristianas participaban juntas en medidas de socorro a favor de sus hermanos de otros lugares. Por ejemplo, cuando el profeta ígabo predijo que ocurrirí­a †œuna gran hambre†, los discí­pulos de la congregación de Antioquí­a de Siria †œresolvieron, cada uno de ellos según los medios que tení­a, enviar una ministración de socorro a los hermanos que moraban en Judea†. (Hch 11:28, 29.) Otras medidas de socorro que se organizaron para los hermanos necesitados de Judea también fueron estrictamente voluntarias. (Ro 15:25-27; 1Co 16:1-3; 2Co 9:5, 7.)

Fuente: Diccionario de la Biblia