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Figuras míticas griegas que, con el cuerpo mezclado en forma de mujer y de pez, según otros relatos de ave, v ivían en las costas de Sicilia y hacían con unos canciones encallar los barcos a fin de que se ahogaran los marineros.
Sólo Orfeo pudo cantar mejor que ellas y sólo Ulises logró pasar sin que sus marineros, cuyos oídos tapó con cera, cayeran en la trampa, por lo cual las sirenas se arrojaron al mar.
El mito del canto de las sirenas estuvo siempre presente en las leyendas, en la literatura y en el arte.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa