SIMBOLISMO, SIMBOLOGIA

Las palabras «simbolismo» y «simbología» se derivan del griego sumballein, que significa hacer una comparación. Cuando dos partes hacían un contrato, se acostumbraba romper un objeto. Cada parte retenía una parte (un sumbolon o símbolo) como prueba de identidad cuando la otra parte presentara su pedazo. El uso eclesiástico de la palabra se adaptó fácilmente para usar la confesión como clasificación, por medio de la cual podía saberse cuál era la posición confesional de una persona. De manera que, el Credo Apostólico fue llamado símbolo desde el siglo cuarto adelante. El estudio científico de las características doctrinales distintivas de los cuerpos eclesiásticos se llama simbología.

En forma más general, la palabra se aplica a un objeto familiar que sirve como marca de identificación. Los símbolos, como el polo del barbero y las tres esferas doradas del prestamista, son parte importante de toda cultura y ayudan a romper las barreras lingüísticas. En los círculos religiosos, los símbolos se emplean para expresar verdades teológicas significativas. Los símbolos más antiguos que se usaran en la iglesia cristiana tenían que ver con nuestro Señor. Con frecuencia se le representa como el Buen Pastor o el Cordero de Dios. Los nombres de nuestro Señor también sugirieron símbolos, tales como los bien conocidos chi rho para Cristo y IHC (no IHS) para Iēsous. La función de los símbolos es la de comunicar significado, pero también pueden usarse para esconder la verdad. De este modo, el símbolo del pescado se usó desde muy temprano para comunicarse en presencia de elementos hostiles. Finalmente, se hizo un logogrifo de la palabra griega para pescado (ichzus), con lo que formaba la afirmación: Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador.

En la Edad Media, el simbolismo creció a la par con el amor escolástico por la alegoría. Uno de los simbologistas más exagerado, Durandus, encontró significados espirituales aun en el cemento de las iglesias. Se dieron muchas explicaciones ex post facto. De manera que se usaba el amito para prevenir que el costoso ropaje tocase la piel. Esta pieza, que era como un collar, después se tuvo por «yelmo de salvación, para anular los asaltos del maligno». Pero, en general, el arte medieval dio una expresión profunda de las verdades espirituales, tal como lo declara una catedral como la de Chartres, la que continúa siendo de inspiración para el arte y la arquitectura de la iglesia moderna.

Para que el símbolo sirva a su propósito debe ser reconocible, deben evitarse invenciones grotescas y originalidad demasiado rebuscada.

BIBLIOGRAFÍA

F.R. Webber, Church Symbolism, 2nd. rev. ed.; SHERK, IX, pp. 203–212; GE, XIV, pp. 373–377.

Frederick W. Danker

SHERK The New Schaff-Herzog Encyclopaedia of Religious Knowledge

Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (578). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología