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Forma fonética en la que se pronuncia la «s» sorda de forma silbante en los idiomas o dialectos que poseen y usan el fonema sordo, sustituido por el silbante.
Lo suelen tener muchos niños en el período del cambio de dentición o posteriormente, si no hay modelos fonéticos suficientes en el lenguaje de los adultos a los que ellos imitan. Socialmente suele interpretarse como afectación, blandura o suavidad de formas, por lo que es más frecuente en la mujer que en el varón.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa