SEMITAS

grupo de pueblos orientales descendientes de Sem, hijo mayor del patriarca Noé, Gn 10, 21-32; 11, 10-26. Con la palabra s., también, hace referencia a los pueblos de lengua semí­tica, arameos, asirios, babilonios, cananeos, fenicios, hebreos.

No se tiene claro cuál es lugar de origen de estos pueblos aunque se dan dos posibles regiones, el suroeste de Asia o Arabia. Se sabe por los estudios arqueológicos, que antes del aparecimiento de sus ciudades, los s. se desperdigaron por Mesopotamia. A los s. se les considera como los creadores del alfabeto. Igualmente, son la cuna de las tres grandes religiones monoteí­stas, el judaí­smo, el islamismo y el cristianismo.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

El término semita se deriva del hijo de Noé, Sem (Gen 9:18-19; Gen 10:21-31), y se usa para identificar a diversos grupos de pueblos antiguos cuyos idiomas están relacionados.

El mundo de los semitas era la Media Luna Fértil que incluí­a a Mesopotamia, Siria y Palestina. El gran desierto Arábigo parece haber sido la tierra natal de los semitas. Desde épocas primitivas, han existido irrupciones desde este desierto hacia la Media Luna Fértil: los amorreos, los cananeos, los arameos, los nabateos y los árabes.

Los pueblos semí­ticos principales de la antigüedad fueron:
I. Los acadios.
Los babilonios y los asirios quienes vivieron en Mesopotamia hablaron un idioma común. Desde cerca de 2350 hasta el 538 a. de J.C., estos pueblos talentosos, vigorosos, dominaron a Mesopotamia. Varias veces, ellos produjeron imperios que gobernaron al mundo antiguo. Su idioma acadio, escrito sobre arcilla por medio de signos cuneiformes, fue por más de un milenio el idioma del mundo de esa época. Las ciudades de Ur, Babilonia y Ní­nive y gobernantes como Sargón I, Salmanasar III y V, Senaquerib, Hamurabi el codificador de la ley (quien aunque un amorreo rigió al Imperio Babilónico), y Asurbanipal el constructor de la biblioteca testifican de la grandeza de la civilización acadia.

II. Los arameos.
Fueron los mercaderes y catalizadores de una cultura más bien que sus creadores, el pueblo de habla aramea vivió en Siria desde cerca de 1700 a. de J.C. hasta la época de Cristo. Damasco, Alepo, Hamat y Soba eran sus ciudades. Su idioma sustituyó al acadio como el idioma mundial y fue adoptado por los judí­os después de su regreso del exilio. Llegó a ser el idioma en una mayorí­a del Talmud, y la mitad del libro de Daniel fue escrito en arameo.

Fue a través del idioma arameo que la civilización semí­tica fue dada a los griegos y a los romanos.

III. Los cananeos.
Este término se usa para designar a un número de pueblos que vivieron en el sur de Siria (incluyendo a Palestina) en la antigüedad (edomitas, amonitas y moabitas). Parece que los cananeos inventaron el alfabeto. Los fenicios fueron un pueblo cananeo que se aficionó al mar y llegó a ser el primer pueblo en dominar el Mediterráneo e hizo de él su carretera corriente (1200-400 a. de J.C.).

IV. Los árabes.

Poco se sabe acerca de los habitantes de Arabia antes de Mahoma. Las grandes contribuciones de los árabes después de la venida del islam yace más allá del alcance de esta obra.

V. Los etí­opes.
Al otro lado del mar Rojo desde el sur de Arabia, los etí­opes tuvieron una floreciente civilización semí­tica desde el 500 a. de J.C. hasta la época de Mahoma.

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

tip, TRIB

ver, SEM

vet, Descendientes de Sem (véase SEM), que recibió una especial bendición (cfr. Gn. 9:26, 27). Por esta bendición, Dios se reveló por medio de los descendientes de Sem, a través de Abraham; los hijos de Jafet (los gentiles) reciben la bendición por medio de Sem. Las tierras ocupadas por los descendientes de Sem se extienden desde el Mediterráneo al océano índico. Sem tuvo cinco hijos: Elam: cuyos descendientes se asentaron originalmente en la provincia de Persia, cuya capital era Susa. Asur, estrictamente Asiria, pero en cuyo sentido extendido puede haber incluido Babilonia y la tierra de los caldeos. Arfaxad es reconocido por Josefo y otros autores como padre de los caldeos. Se supone que su nombre se halla preservado en la provincia Arrapachitis en el norte de Asiria. Lud, que según Josefo fue padre de los lidios de Asia Menor (son distintos de los Lud y Ludim de ífrica). Aram, el nombre de Siria, pero refiriéndose más especialmente a las tierras altas del Lí­bano (Gn. 5:32; 9:18-27; 10:21-31; 11:10, 11; 1 Cr. 17:24). Bibliografí­a: Custance, A. C.: «Primitive Cultures: Their Historical Origins» (Doorway Papers, Ottawa, 1960); Custance, A. C.: «Noah’s Three Sons» (Zondervan, Grand Rapids, 1975); Keil-Delitzsch: «The Pentateuch» (Wm. Eerdmans, Grand Rapids, reimpr., 1981); Morris, H. M.: «The Genesis Record» (CLP, San Diego, Calif., 1976).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado