I. Palabras Usadas en la Biblia. La palabra más común para †œsello† en hebreo es hotam, una palabra tomada del egipcio htm (T. O. Lambdin, JAOS , 73, 1953, pág. 151) . Hotam designa el sello cilíndrico así como el sello para estampar de la misma manera que el verbo hotam †œsellar† no indica la clase de sello usado en el proceso de sellar. El sello de Judá (Gn. 38:18, 25) debió haber sido un sello cilíndrico, el tipo más común de sello en Mesopotamia y Palestina durante la edad patriarcal. Por otra parte, el hotam de Jeremías 22:24 definidamente designa un †œsello de anillo† ya que se dice que lo llevaba puesto en †œla mano derecha†.
Otra designación hebrea par sello es tabba†™at, también una palabra tomada del egipcio db†™t (Lambdin, ibid.), la cual es usada exclusivamente como una designación del †œsello de anillo† (Gn. 41:42). El hebreo tabba†™at fue posteriormente usado para designar cualquier anillo, aun las argollas adheridas a piezas de los muebles del templo para sostener las varas de Madera gruesa por las cuales podían ser alzados (Ex. 25:12 y sigtes.). El arameo †™Æ’zqa, †œsello† aparece una vez en la Biblia (Dn. 6:18), En el Nuevo Testamento las palabras corrientes son sphragis, †œsello† y sphragizo, †œsellar†.
II. Uso del Sello en la Biblia.
A. Para Denotar Autoridad. Las órdenes reales, especialmente cuando eran escritas por un enviado del rey, eran selladas con el sello real. Ejemplos de estas costumbres son las †œcartas† escritas por la reina Jezabel en nombre de Acab por medio de las cuales ella daba órdenes a los oficiales de Jezreel para enjuiciar a Nabot (1 R. 21:8); también los decretos dados por Amán y Mardoqueo a nombre del rey Asuero (Esd. 3:10, 12; 8:2, 8, 10). Tales documentos que contienen impresiones del sello real han sido repetidamente encontrados en las excavaciones de las ciudades antiguas del Cercano Oriente. Como ejemplos, se pueden mencionar los muchos documentos sellados con el sello real de Ugarit discutidos y detallados por Claude F.-A. Schaeffer en Ugaritica III, Paris, 1956, págs. 1 y sigtes.
B. Legalización de Documentos. Los documentos legales, como acuerdos o contratos, eran no sólo firmados por los participantes de tales acuerdos, sino que también eran sellados para su validación. Jeremías describe este proceso en relación con la escritura de compra que fue firmada y sellada en el momento de la compra de un lote de propiedad (Jr. 32:10. 11, 14, 44). También un pacto entre el pueblo de Judá y Dios hecho en los tiempos de Nehemías fue sellado por el gobernador así como por los representantes del pueblo (Neh. 9:38; 10:1). Unos tratados antiguos sellados, elaborados entre reyes, se han encontrado en Ugarit (Schaeffer, ibid.) y en otras partes. Un estudio de los sellos adheridos a los tratados entre el rey Esarhadón, de Asiria y algunos príncipes de Media, encontrados en Nimrod, ha sido hecho por D. J. Wiseman en Iraq. 20, 1958, págs. 4–23.
C. Sellando Estructuras. Algunas veces las puertas o las entradas de ciertas estructuras eran selladas para asegurar que ningún individuo no autorizado pudiera entrar. Algunos ejemplos bíblicos de esta práctica son la entrada sellada a la cueva de leones en la que Daniel había sido arrojado (Dn. 6:17, en hebreo v. 18) y la piedra sellada de la tumba de José en la cual Jesús fue puesto (Mt. 27:66). Esta práctica en tiempos antiguos puede ser demostrada por la tumba de Tutankamón. Cuando esta tumba fue descubierta en noviembre de 1922, su entrada estaba cerrada por una pared revocada en la cual se habían impreso los sellos oficiales. De la misma manera, la puerta entre la antecámara y la cámara sepulcral, así como la puerta al anexo fueron cerradas con paredes y selladas; también las puertas de los altares interiores de los sarcófagos del rey en el cual descansaba su ataúd dorado eran protegidos con sellos (Howard Carter and A. C. Mace, The Tomb of Tutankh-Amen, vol. I, New York, 1923, págs. 134, 148, 152, 247, 250 y las láminas XIV, XLI–XLV).
D. Uso Figurativo. Numerosos textos, especialmente en el Nuevo Testamento, hablan de actividades de sellar en el sentido figurado. Algunas de estas figuras son tomadas de las situaciones de la vida real, mientras que otras son ficticias. En Isaías 29:11 una visión oscura es comparada con †œlas palabras del libro que está sellado†. La referencia aquí es hecha indudablemente a un rollo de papiro tal como los que se encontraron en Elefantina, los cuales eran enrollados y luego doblados en el centro desde cada extremo, después de lo cual una cuerda era puesta alrededor de éste. Se le ponía entonces arcilla húmeda en el nudo y un sello era impreso en la arcilla húmeda (E. G. Kraeling, The Brooklyn Museum Aramaic Papyri, New Haven, 1953, Pl. XXI). Para la explicación de algunos textos que hablan de un trabajo de sellar no se han encontrado paralelos de la vida real. A esta categoría de textos pertenece, por ejemplo, Apocalipsis 7:3, que habla de un sello usado por los siervos de Dios en sus frentes. El autor, evidentemente, tenía en mente la marca de un esclavo. Estas eran hechas en el esclavo con un hierro candente o en tatuaje, o un esclavo recibía una etiqueta que lo identificaba, la que tenía que llevar alrededor de su cuello o muñeca por medio de una cadena (I. Mendelsohn, Slavery in the Ancient Near East, New York, 1949, págs. 42–50.)
III. Sellos Usados.
A. Sellos Cilíndricos. El hogar original del sello cilíndrico parece haber sido Sumer en el valle de la baja Mesopotamia, donde los primerísimos y más arcaicos sellos cilíndricos han sido hallados. Que los sellos cilíndricos se originaron entre los súmeros es también debido al hecho de que ellos inventaron la escritura sobre tabletas de arcilla, porque el sello cilíndrico es el mejor para hacer impresiones sobre la arcilla. Egipto, que en las primeras etapas de su historia copió muchos de los logros culturales de los súmeros, recibió el sello cilíndrico de ellos y lo usó por varios siglos antes de desarrollar su propio sello de estampa típicamente egipcio. Otras naciones antiguas del Cercano Oriente también adoptaron el sello cilíndrico junto con la escritura en tabletas de arcilla.
Los materiales usados más frecuentemente para hacer los sellos cilíndricos fueron la esteatita y la hematita; pero también se usaron la piedra caliza, la lazulita, el serpentino, el basalto, el mármol y otras piedras, y ocasionalmente aun madera o marfil. La mayoría de los sellos cilíndricos tienen una longitud de 20 a 30 mm. y un diámetro de 10 a 15 mm., pero algunos son tan pequeños que tienen una longitud de 15 mm. o tan grandes como 65 mm. pudiendo variar el diámetro desde los 7 a los 50 mm. La mayoría de los cilindros están perforados a lo largo para que puedan ser llevados puestos en una cuerda o cadena como Judá lo hizo (Gn. 38:18). Algunos, sin embargo, estaban provistos con un aro de metal por medio del cual el sello podía mantenerse y suspenderse. La cara exterior se grababa con un diseño invertido. Cuando el cilindro era hecho rodar sobre la arcilla húmeda producía una impresión continua del diseño grabado en el cilindro. Virtualmente, cada sello es diferente y casi no hay dos sellos iguales entre los miles que han salido a luz hasta ahora. Estas diferencias en diseño fueron necesarias para identificarlos con el propietario del sello y para prevenir el fraude. Fue por esta razón, que en tiempos posteriores, la ley de Grecia prohibió a los cortadores de sellos hacer un duplicado de un sello o guardar en su posesión, una impresión de un sello manufacturado.
Por lo tanto, se encuentra una gran variedad de motivos representados en los sellos cilíndricos. Algunos presentan diseños geométricos, otros simples moldes de flores o plantas, también animales y humanos en formaciones simples. Un dibujo popular era una escena arreglada alrededor de un árbol sagrado, o una escena tomada de una narración mitológica o de la esfera religiosa. Por lo tanto, se encuentran seres humanos representados en la presencia de dioses, héroes peleando contra dragones o gente en postura de adoración. La mayoría de los sellos cilíndricos en contrados en Palestina muestran motivos mesopotámicos, aunque algunos contienen jeroglíficos egipcios e imitaciones de diseños egipcios. Unos cuantos sellos revelan un arte híbrido en el cual se encuentran diseños mesopotámicos y egipcios o inscripciones en el mismo sello.
Sólo unos cuantos sellos cilíndricos contienen un diseño además de un nombre personal. Uno de los más antiguos de estos sellos encontrados en Palestina viene de Taanac. Su inscripción cuneiforme da el nombre de su propietario como †œAtanah-ili, hijo de Habsim, siervo de Nergal†. Este sello asignado a la primera parte del segundo milenio a. de J.C. , ostenta también algunos jeroglíficos egipcios y una escena de adoración (J. Nougayrol, Cylindressceaux et empreintes de cylindres trouvés en Palestine, Paris, 1939, págs. 37–39. L. XII.) Un sello cilíndrico interesantísimo de loza fina fue encontrado en Betel en un antiguo basurero. Con fecha de la dinastía egipcia diecinueve, está inscrito con el nombre †™strt, †œ†™Astart†, en jeroglíficos egipcios. Esta diosa está representada en pie, en un lado de la inscripción, mientras que Baal con una cimitarra en su mano derecha la enfrenta en el otro lado de la inscripción (W. F. Albright, BASOR , No. 56, Dic. 1934, págs. 7–8, Fig. 1). Otro sello interesante del siglo XIII fue encontrado en Bet-san. Este sello particularmente grande (69 por 52 mm.), de bella serpentina ostenta un cartucho de Ramesés II, a quien se presenta con yelmo de batalla lanzando flechas a los enemigos cananeos amarrados debajo de un pabellón, el cual es un blanco en un poste con tres flechas clavadas en éste. Al otro lado del pabellón está el dios Resheph quien tiene una cimitarra en su mano izquierda y el jeroglífico de †œvida† en su mano derecha (Nougayrol, op. cit., págs. 63–65, L. VII).
Sellos cilíndricos con nombres grabados en escritura fenicia de los períodos asirios, babilónicos y persas se han encontrado en Mesopotamia, Siria y Palestina. Sin embargo, ninguno de los veinticinco sellos estudiados por K. Galling ( ZDPV , 64, 1941, págs. 161–65, 194–98, L 9–11) fueron encontrados en excavaciones controladas y el lugar de donde provienen muchos de ellos es desconocido. Prácticamente todos ellos parecen haber pertenecido a los arameos que vivían en Siria o en el norte de la Mesopotamia.
B. Sellos Cónicos. Los sellos cónicos de estampar tienen generalmente la parte superior redonda perforada y en el extreme inferior la base ligeramente circular convexa u oval con el diseño grabado en ella. El origen del sello cónico se ha buscado en Siria-Palestina o Egipto (G. E. Wright, BASOR , No. 167, Oct. 1962, págs. 11–13). En Palestina, los sellos cónicos empiezan a aparecer no antes del siglo X a. de J.C. y parecen haber sido usados sólo hasta el fin del período del imperio babilónico. En Asiria y Babilonia esos sellos fueron usados desde el siglo VIII a. de J.C. , en adelante. Los sellos cónicos de Palestina son, generalmente, más pequeños que los sellos de Mesopotamia y son con más frecuencia hechos de piedras negras. La superficie de estampar es normalmente plana, ya que se usaban en otros materiales de escritura que no eran de arcilla. Los diseños cónicos son cuadrúpedos, escorpiones y otras criaturas. Rara vez se encuentran inscripciones en tales sellos.
C. Escarabajos. Véase ESCARABAJOS.
D. Sellos Escarabaoides. Este nombre se le da generalmente a los sellos de estampar ovales, los que tienen una superficie plana debajo que ostenta un diseño inscripción, y un lado superior curvo que generalmente no presenta ningún grabado. Siendo que estos sellos no tienen nada en común con los escarabaoides egipcios (véase Escarabajos), el nombre †œescarabaoide† confunde un poco. Por lo tanto, el término substituto †œsellos hemioroides† (A. Procopé-Walter, AFO, 6, 1930–31, pág. 66) o †œsellos ovales† (K. Galling, ZDPV , 64, 1941, pág. 126) ha sido propuesto, aunque sin mayor éxito. Los sellos escarabaoides están perforados a lo largo y fueron usados en una cadena o en un cordón alrededor del cuello o muñeca o montados en un anillo. El material usado para estos sellos es generalmente más duro que el usado para los escarabajos. En muchos casos fueron hechos de piedras semi-preciosas tales como calcedonia, ágata, jaspe, cornalina, amatista y ónice. El tamaño de los sellos escarabaoides varía grandemente y no tienen tampoco ninguna proporción fija entre la longitud y la anchura. La longitud de los sellos varía de 11 a 40 mm. y la anchura de 8 a 30 mm. De acuerdo con los grabados en el lado inferior, los sellos escarabaoides pueden ser divididos en tres clases: (1) sellos que llevan sólo un diseño pictórico; (2) sellos que llevan sólo una inscripción; y (3) sellos que llevan tanto un diseño pictórico como una inscripción.
Los motivos pictóricos de los sellos escarabaoides representan esfinges y varios animales entre los cuales el león fue el más popular. Sobre algunos sellos aparece la serpiente áurea egipcia o el sol alado; además, se encuentran deidades y humanos parados enfrente de los dioses como adoradores.
Las inscripciones tienen que ver exclusivamente con los nombres y oficios de los propietarios. De los muchos sellos conocidos, sólo unos cuantos se mencionarán aquí. Sellos inscritos de gentes plebeyas, que no eran oficiales reales, normalmente llevaban el nombre del propietario y el de su padre, como por ejemplo uno inscrito Ishm†™yhw bn †™zryhm, †œPerteneciente a Shemayahu, el hijo de Azaryahu† (D. Diringer, Le iscrizioni antico-ebraiche palestinesi, Florence, 1934, págs. 199–200, No. 40). Los sellos de los oficiales reales generalmente mencionan su título, tales como el bello sello de león de Meggido, inscrito Ishm†™ †™bd yrb†™m, †œQue pertenece a Shema, el ministro de Jeroboam† (Diringer, op. cit., págs. 224–228, No. 68). Por un largo tiempo se pensaba que el Jeroboam mencionado en aquel sello era el rey Jeroboam II; pero recientemente se han lanzado argumentos fuertes por S. Yeivin en favor de atribuir este sello al reinado de Jeroboam I ( JNES , 19, 1960, págs. 205–212). Desde ca. 600 a. de J.C. , viene un sello encontrado en *Tell en-Nasbeh que muestra un gallo de riña peleando y la inscripción ly†™znyhw †™bd hmlk, †œPerteneciente a Yaazanyahu, el ministro del rey† (Diringer, op. cit. pág. 229, No. 69 Este Yaazanyahu puede ser el individuo mencionado en 2 Reyes 25:23 y Jer. 40:8 (Jaazanías). Durante las excavaciones de Laquis salió a luz la impresión de un sello inscrito lgdlyhw †™shr †™l hbyt, †œGedalyahu quien es el mayordomo de la casa†. Gedalyahu (Gedalias) era probablemente el individuo a quien después de la destrucción de Jerusalén los caldeos nombraron como gobernador de Judá (Jer. 41:1 y sigtes.); pero la impresión del sello encontrada en Laquis viene del tiempo cuando él era aún un alto oficial del palacio del rey Sedequías, como indica su título †œquien es mayordomo de la casa (palacio)†. Impresiones idénticas de un sello encontrado en Tell Beit Mirsim (probablemente Debir), Bet-semes y Ramat Rahel ostentan la inscripción l†™lyqm n†™r ywkn, †œPerteneciente a Elyakim mayordomo de Jaukin (rey Joaquín)† (Diringer, op. cit., pág. 126, No. 9). Durante las excavacioncs de Ezióngeber (Elat) se encontró un sello encerrado en una vasija de cobre que representa un carnero y lleva la inscripción lytm †œperteneciente a Jotam†. Siendo que la inscripción no tiene título ni patronimico, se ha sugerido que el sello pertenecía al rey Jotam de Judá, tal vez durante el tiempo cuando él actuó en lugar de su padre como gcobernador de Elat (N. GIueck, BASOR 79, Oct. 1940, págs. 13–15).
E. Impresiones de Sellos Reales. Cientos de asas de jarros han sido encontradas en las excavaciones de sitios judíos, las que contienen impresiones de sellos reales; pero un sello real del que se hicieron las impresiones no se ha encontrado aún. Las impresiones son de dos tipos: la más antigua muestra un scarabaeus sacer de cuatro alas con una inscripción, mientras que la posterior muestra un símbolo de dos alas, interpretado de diversas maneras como representando un ave, un discosol alado o un rollo volador. Todos estos sellos contienen la inscripción lmlk †œPerteneciente al rey† y el nombre de una de las 4 siguientes ciudades, Hebrón, Sif, Soco o Mnsht. Las tres primeras ciudades son conocidas y sus sitios han sido identsificados; pero Mmsht permanece en el misterio, porque no se conoce ninguna ciudad de ese nombre. Algunos erudilos han sugerido que mmsht es una abreviatura de memshelet, †œgobierno† y designa a Jerusalén como centro administrativo de un distrito. También la función de la impresión de los sellos en los cientos de jarros es incierta. Algunos piensan que las cuatro ciudades mencionadas en los sellos son lugares donde estaban situadas las fábricas reales de cerámicas, y que las impresiones de los sellos indicaban que el tamaño de los jarrones en cuestión, o su volumen, era aprobado o garantizado por el gobierno. Otros consideran las cuatro ciudades como centros de distritos administrativos en los cuales el reino de Judá fue dividido durante los dos últimos siglos de su existencia. Los sellos son generalmente fechados en los siglos VIII y VII a. de J.C. (Y. Aharoni, Excavations at Ramat Rahel, Rome, 1962, págs. 51–56).
F. Impresiones de Sellos del Gobierno Postexílico. De los sitios postexílicos localizados en Judá, se han hallado asas de jarrones ostentando impresiones en sellos que normalmente son inscritos con la palabra †œJudá†, algunas veces en forma abreviada. De Ramat Rahel vienen algunas impresiones de sellos que aun han revelado dos nuevos nombres de gobernadores judíos de la provincia de Judá durante el período persa. Una inscripción dice yhwd ykw†™zr phw†™, †œJudá, Yehoezer el gobernador†, mientras que otra dice l†™hyw phw† †œPerteneciente a Ahiyo el gobernador†. Todos estos sellos han sido fechados diversamente desde el quinto hasta el siglo II a. de J.C. La evidencia más reciente parece favorecer una fecha en el tercer o segundo siglo a. de J.C. (Aharoni, op. cit., págs. 56–59; G. Garbini, ibid., págs. 61–68).
Fuente: Diccionario Bíblico Arqueológico
Los sellos, generalmente en forma de círculo o anillo, que puede llevarse en la mano, son signo de clausura (sirven para cerrar puertas o documentos) y marca de propiedad (cf. Is 30,1; Jr 32,11; Ag 2,23). El Antiguo Testamento conoce libros de profecía que están selladas (Is 29,11) y momentos determinados para sellar la profecía y la visión sobre el final de los tiempos (cf. Dn 9,24). Sobre esa base se entienden los sellos del Apocalipsis, que son los más famosos de toda la Biblia. El Libro de Dios está cerrado con siete sellos (sphragida) y sólo el Cordero puede abrirlos, revelando así el sentido de la historia (Ap 5,1.2.9; 6,112; 8,1). El profeta ha de sellar (cerrar) lo que dicen los siete truenos (10,4), dejando, sin embargo, abierto el libro de su profecía (22,10). Por su parte, el ángel de Dios encierra a Satanás bajo sello a lo largo del tiempo del milenio. Puede hablarse también de sellos de salvación y de condena. Dios tiene un sello (sphragis) o signo de propiedad, quizá relacionado con el bautismo, que va colocando en la frente de sus siervos, para que nada les pueda dañar (destruir) durante el tiempo de la prueba; ese sello es signo de fidelidad y esperanza (Ap 7,2-8; 9,4). Por el contrario, la Bestia tiene un sello (kharagma) que va colocando sobre la mano y frente de aquellos que le sirven y que puede estar relacionado con el dinero, pues permite comprar y vender a quienes lo llevan. Es signo de sometimiento a los dictados del imperio: permite triunfar en este mundo pero implica y causa la condena eterna (13,16.17; 14,9.11; 16,2; 19,20; 20,4).
PIKAZA, Javier, Diccionario de la Biblia. Historia y Palabra, Verbo Divino, Navarra 2007
Fuente: Diccionario de la Biblia Historia y Palabra